Casa Rabal, un almacén del pasado que se proyecta desde la historia

Desde 1898 a la fecha Casa Rabal funciona en Camarones. Frente al mar, resguarda la historia y los apellidos de antiguos clientes, entre ellos, el padre de Juan Domingo Perón y familiares del ex presidente Néstor Kirchner. El local mantiene su construcción y formato original, “acartonado” y de raíces francesas; precede a la ciudad y al puerto mismo.

Casa Rabal, historia y presente.
13 ABR 2025 - 16:31 | Actualizado 13 ABR 2025 - 16:37

Por Ismael Tebes
REDACCIÓN JORNADA
itebes@grupojornada.com
En X: @IsmaTebes

Sin contrastes, el ayer y el hoy conviven frente al mar. Y Casa Raval, el emblemático almacén de ramos generales que representa una postal presente de la historia de Camarones, sigue ahí como un testigo de décadas desde 1.898. Las estanterías antiguas, la vieja caja registradora y el formato que respeta las líneas originales propone encontrarse con los elementos del pasado; mercaderías variadas y espacios que atienden la amplia demanda de los clientes. Se compra casi todo, incluidos productos de verdulería y se paga de acuerdo a los formatos modernos, con QR y con las normativas impositivas que imponen estos tiempos. Hay tradición y arraigo, un reflejo de la perseverancia de sus dueños a lo largo de generaciones.

El establecimiento tuvo sus inicios cuando Camarones era aún un caserío en formación pegado al mar. "De Casa Rabal hay escritos desde 1898, como que haya funcionado en 1898 bajo otro nombre, el Almacén de Ramos Generales de Camarones", explica Alicia Scoppa, actual propietaria del comercio. Existe una fotografía tomada en 1900 y publicada en 1901 en la revista Caras y Caretas, documentando su presencia.

"La tomó un periodista que pasó por Camarones en barco y tomó varias fotografías en la Patagonia". En 1918, Antonio Rabal adquirió el comercio y, con el tiempo, trajo a un familiar desde España, dando continuidad a la empresa. "En 1977, los Mairal se quedan con el negocio bajo la denominación Casa Rabal. Y desde ahí hasta la fecha estamos", relata Scoppa.

El local de corte antiguo y construcción inamovible conserva su estructura original de madera y su mobiliario, de origen francés de la década de 1.930. "Más que mobiliario, son elementos y objetos de guardado y de exhibición de mercadería", describe la dueña del comercio. Además, se conservan barriles de vino y otros en los que se transportaban yerba y azúcar. "Todavía existen las cajoneras, que ya no se usan, pero donde se ponían alimentos de productos secos. Hoy vendemos alimentos, verduras, productos de limpieza y forrajería y mantenemos el antiguo horario comercial”.

Si bien el comercio no cuenta con un reconocimiento formal como patrimonio histórico a nivel municipal o provincial, para el turismo y la comunidad representa un sitio emblemático de la historia local, casi una visita obligada. "Está considerado patrimonio pero no sé si hay algún papel o han firmado algo como para que se lo considere un sitio histórico. Sí, para el turismo es un sitio histórico", señala Scoppa.

El auge del turismo en las últimas dos décadas ha posicionado a Camarones como un destino atractivo. "Hace cuarenta años venían los alemanes en grupo a conocer la pingüinera, daban una vuelta por Camarones y se iban. Hoy en día tenés un turismo argentino, está de moda el sur, como también sus playas. Gusta mucho la extensión, la tranquilidad y el silencio", explica. Casa Rabal se ha convertido en un punto de referencia para los visitantes, quienes llegan atraídos por su autenticidad y la nostalgia que evoca ya que a pesar de la modernización y los cambios en la dinámica comercial, la esencia del lugar se mantiene intacta. "Nosotros permanecemos, pero también permanecen los apellidos de los clientes, porque son de la misma familia", destaca la dueña. Es común ver en el almacén antiguos clientes que llevan más de setenta años comprando junto con nuevas generaciones que continúan con la tradición familiar.

El negocio es atendido por Alicia y su esposo, Fabián Mairal, quienes han dedicado su vida a mantener viva la historia del comercio. "Es parte nuestra, es la pasión y es el amor al pueblo y al trabajo que uno hace", dice Scoppa quien reconoce que sus hijas, han seguido otros caminos profesionales, reconociendo el valor de este legado familiar. "Ellas trabajan de lo suyo, de lo que estudiaron. El comercio no les gusta".

"Hasta acá vamos con lo que sabemos hacer. Para permanecer tantos años, algo va innovando de a poquito". Sin embargo, reconoce que los desafíos económicos de las pequeñas empresas en Argentina son constantes: "Abrir un comercio parece muy fácil, muy sencillo, pero mantenerse, permanecer, no es para improvisados", reconoce.

Entre las curiosidades que resguarda el comercio, se encuentran documentos que registran clientes históricos, incluyendo una libreta con compras realizadas por el padre de Juan Domingo Perón y otro registro a nombre de Jorge Kirchner. "Nosotros tenemos un escrito del padre de Perón como cliente del negocio. Y también tenemos una cuenta de un tal Kirchner, Jorge Kirchner, un familiar del ex presidente", revela Scoppa.

Casa Rabal es más que un almacén; es un testimonio vivo del pasado de Camarones y una muestra de la capacidad de adaptación y permanencia. Con más de un siglo de historia, sigue siendo un espacio de encuentro para la comunidad y un símbolo de identidad para quienes valoran la tradición y el arraigo mientras el pueblo crece y el turismo se expande. Casa Rabal es un puente entre el ayer y el hoy, preservando la memoria de un lugar que sigue latiendo con la misma esencia de sus primeros días.

“El origen de Camarones como puerto, era más benévolo para bajar lanchones que transportaban víveres destinados a la Estancia La Península, una de las primeras en formarse en la zona anterior a 1890. Por la zona además pasaba el guarda hilo del Telégrafo que hacía Cabo Raso, Camarones, Salamanca, Malaspina y Comodoro. Se fueron conformando pequeñas poblaciones que tenían fondas, herrerías y tiendas. Ahí el ministro Guillermo Rawson dio la orden de hacer la división catastral en el 1900 cuando se fundó el pueblo”, cerró.

Casa Rabal, historia y presente.
13 ABR 2025 - 16:31

Por Ismael Tebes
REDACCIÓN JORNADA
itebes@grupojornada.com
En X: @IsmaTebes

Sin contrastes, el ayer y el hoy conviven frente al mar. Y Casa Raval, el emblemático almacén de ramos generales que representa una postal presente de la historia de Camarones, sigue ahí como un testigo de décadas desde 1.898. Las estanterías antiguas, la vieja caja registradora y el formato que respeta las líneas originales propone encontrarse con los elementos del pasado; mercaderías variadas y espacios que atienden la amplia demanda de los clientes. Se compra casi todo, incluidos productos de verdulería y se paga de acuerdo a los formatos modernos, con QR y con las normativas impositivas que imponen estos tiempos. Hay tradición y arraigo, un reflejo de la perseverancia de sus dueños a lo largo de generaciones.

El establecimiento tuvo sus inicios cuando Camarones era aún un caserío en formación pegado al mar. "De Casa Rabal hay escritos desde 1898, como que haya funcionado en 1898 bajo otro nombre, el Almacén de Ramos Generales de Camarones", explica Alicia Scoppa, actual propietaria del comercio. Existe una fotografía tomada en 1900 y publicada en 1901 en la revista Caras y Caretas, documentando su presencia.

"La tomó un periodista que pasó por Camarones en barco y tomó varias fotografías en la Patagonia". En 1918, Antonio Rabal adquirió el comercio y, con el tiempo, trajo a un familiar desde España, dando continuidad a la empresa. "En 1977, los Mairal se quedan con el negocio bajo la denominación Casa Rabal. Y desde ahí hasta la fecha estamos", relata Scoppa.

El local de corte antiguo y construcción inamovible conserva su estructura original de madera y su mobiliario, de origen francés de la década de 1.930. "Más que mobiliario, son elementos y objetos de guardado y de exhibición de mercadería", describe la dueña del comercio. Además, se conservan barriles de vino y otros en los que se transportaban yerba y azúcar. "Todavía existen las cajoneras, que ya no se usan, pero donde se ponían alimentos de productos secos. Hoy vendemos alimentos, verduras, productos de limpieza y forrajería y mantenemos el antiguo horario comercial”.

Si bien el comercio no cuenta con un reconocimiento formal como patrimonio histórico a nivel municipal o provincial, para el turismo y la comunidad representa un sitio emblemático de la historia local, casi una visita obligada. "Está considerado patrimonio pero no sé si hay algún papel o han firmado algo como para que se lo considere un sitio histórico. Sí, para el turismo es un sitio histórico", señala Scoppa.

El auge del turismo en las últimas dos décadas ha posicionado a Camarones como un destino atractivo. "Hace cuarenta años venían los alemanes en grupo a conocer la pingüinera, daban una vuelta por Camarones y se iban. Hoy en día tenés un turismo argentino, está de moda el sur, como también sus playas. Gusta mucho la extensión, la tranquilidad y el silencio", explica. Casa Rabal se ha convertido en un punto de referencia para los visitantes, quienes llegan atraídos por su autenticidad y la nostalgia que evoca ya que a pesar de la modernización y los cambios en la dinámica comercial, la esencia del lugar se mantiene intacta. "Nosotros permanecemos, pero también permanecen los apellidos de los clientes, porque son de la misma familia", destaca la dueña. Es común ver en el almacén antiguos clientes que llevan más de setenta años comprando junto con nuevas generaciones que continúan con la tradición familiar.

El negocio es atendido por Alicia y su esposo, Fabián Mairal, quienes han dedicado su vida a mantener viva la historia del comercio. "Es parte nuestra, es la pasión y es el amor al pueblo y al trabajo que uno hace", dice Scoppa quien reconoce que sus hijas, han seguido otros caminos profesionales, reconociendo el valor de este legado familiar. "Ellas trabajan de lo suyo, de lo que estudiaron. El comercio no les gusta".

"Hasta acá vamos con lo que sabemos hacer. Para permanecer tantos años, algo va innovando de a poquito". Sin embargo, reconoce que los desafíos económicos de las pequeñas empresas en Argentina son constantes: "Abrir un comercio parece muy fácil, muy sencillo, pero mantenerse, permanecer, no es para improvisados", reconoce.

Entre las curiosidades que resguarda el comercio, se encuentran documentos que registran clientes históricos, incluyendo una libreta con compras realizadas por el padre de Juan Domingo Perón y otro registro a nombre de Jorge Kirchner. "Nosotros tenemos un escrito del padre de Perón como cliente del negocio. Y también tenemos una cuenta de un tal Kirchner, Jorge Kirchner, un familiar del ex presidente", revela Scoppa.

Casa Rabal es más que un almacén; es un testimonio vivo del pasado de Camarones y una muestra de la capacidad de adaptación y permanencia. Con más de un siglo de historia, sigue siendo un espacio de encuentro para la comunidad y un símbolo de identidad para quienes valoran la tradición y el arraigo mientras el pueblo crece y el turismo se expande. Casa Rabal es un puente entre el ayer y el hoy, preservando la memoria de un lugar que sigue latiendo con la misma esencia de sus primeros días.

“El origen de Camarones como puerto, era más benévolo para bajar lanchones que transportaban víveres destinados a la Estancia La Península, una de las primeras en formarse en la zona anterior a 1890. Por la zona además pasaba el guarda hilo del Telégrafo que hacía Cabo Raso, Camarones, Salamanca, Malaspina y Comodoro. Se fueron conformando pequeñas poblaciones que tenían fondas, herrerías y tiendas. Ahí el ministro Guillermo Rawson dio la orden de hacer la división catastral en el 1900 cuando se fundó el pueblo”, cerró.