Emboscada y ataque: el Caso Ferreyra, a un paso del juicio por jurados

El miércoles 28 de mayo será la audiencia preliminar del juicio por jurados al cual se someterá Oscar Ferreyra, acusado de emboscar e intentar asesinar a Walter Jaramillo, en un recordado incidente el 29 de agosto de 2024 en Trelew.

Oscar Ferreyra, el acusado por la tentativa de homicidio.
12 MAY 2025 - 18:59 | Actualizado 12 MAY 2025 - 19:12

Fotos: Norman Evans

Bajo la conducción del juez Marcos Nápoli, el miércoles 28 de mayo será la audiencia preliminar del juicio por jurados al cual se someterá Oscar Ferreyra, acusado de emboscar e intentar asesinar a Walter Jaramillo, en un recordado incidente el 29 de agosto de 2024 en Trelew.

Las últimas incidencias se resolvieron en los últimos días ante los jueces Marcelo Nieto Di Biase e Ivana González. El único cambio fue la defensa: la asumió la penalista Gladys Olavarría en reemplazo de Fabián Gabalachis.

Di Biase, uno de los jueces protagonistas de la audiencia.

Según la hipótesis del fiscal Gustavo Núñez, enojado porque le había pedido un aumento de sueldo, Ferreyra no sólo despidió a Jaramillo de su empresa sino que tres días después lo emboscó y le fracturó el cráneo en tres partes con el cabo de un hacha. Una vecina escuchó los desesperados gritos de auxilio y llamó a la Policía.

Cuando el patrullero llegó a la casa de Telsen al 300 del barrio Amaya de Trelew, el victimario simuló ser víctima: dijo que había sorprendido a Jaramillo robándole un TV y una computadora envueltos en una frazada. Hasta lo denunció.

Núñez ya preparaba una audiencia de control de detención y un juicio rápido. Pero al rastrear sus antecedentes, el presunto ladrón estaba limpio.

La mujer del golpeado aclaró que su marido había sido citado al Amaya por una mujer que necesitaba un presupuesto para instalar cámaras de seguridad. Con Ferreyra se conocían porque era su jefe en Norfer, la firma dedicada a instalar internet.

Nada cerraba.

En el Hospital Zonal, con golpes, coágulos y hemorragias, el estado de Jaramillo era crítico.

Una postal de la última audiencia en Trelew.

La tentativa de robo se convertía en tentativa de homicidio. Lo que Ferreyra había declarado no existía. Había asegurado no conocer a Jaramillo pero tras la golpiza habló de “este chorro del Etchepare”. Es el barrio del agredido. Tampoco había daños en la casa.

Si Jaramillo era un ladrón, ¿por qué había estacionado su Ford Fiesta gris frente al domicilio y no más lejos? Con el cráneo roto, había alcanzado a balbucear algo: “Yo vine a pasar un presupuesto”.

Fiscalía investigó: Jaramillo había sido despedido de la empresa y Ferreyra lo había amenazado. Otros tres compañeros también habían sido echados y advertidos con videollamadas y mensajes por Facebook. Dos lo denunciaron. Tras la brutal agresión sintieron miedo y prefirieron alejarse de Trelew hacia Chile y Santa Cruz.

La geolocalización de celulares verificó que una hora antes de la golpiza, Ferreyra ya estaba rondando la vivienda.Se verificaron los horarios. No había tiempo material para que Jaramillo hubiese podido robar nada.

Núñez le contó a Jornada en su momento que “en un momento Ferreyra les comentó a los compañeros de Jaramillo: `Voy a seguir cazando pumas, ya cacé uno y voy a seguir en el Moreira y en el INTA´”.

“Para la emboscada, a Jaramillo lo cita una familiar del imputado que tenemos identificada. Él ni sabía quién vivía ahí y cuando entra, Ferreyra lo sorprende por detrás y comienza a pegarle”.

Una evidencia clave son las escuchas del entorno y de la familia de Ferreyra. Son diálogos muy explícitos donde se nota “mucha bronca por la relación laboral”. Enlas intervenciones telefónicas “encontramos cómo se planificó y cómo entorpecer la investigación”. Se escucha a Ferreyra preparar testigos para que vayan a declarar y mejoren su situación procesal. Hasta les ofrecía trabajo.

“Fue bastante burdo –acotó Núñez-; en las primeras horas sirvió para entorpecer la investigación pero con los días se cayó. Trataba de justificar el robo pero ante las pruebas ya era imposible hacerlo”.

El exempleado estuvo en coma hasta que pudo contar algo. “Estuvo muy mal, con hundimiento de cráneo, tenía problemas para hablar y respirar”.

Habrá juicio por jurados salvo que Ferreyra acepte un juicio abreviado con una pena de cárcel efectiva.

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Oscar Ferreyra, el acusado por la tentativa de homicidio.
12 MAY 2025 - 18:59

Fotos: Norman Evans

Bajo la conducción del juez Marcos Nápoli, el miércoles 28 de mayo será la audiencia preliminar del juicio por jurados al cual se someterá Oscar Ferreyra, acusado de emboscar e intentar asesinar a Walter Jaramillo, en un recordado incidente el 29 de agosto de 2024 en Trelew.

Las últimas incidencias se resolvieron en los últimos días ante los jueces Marcelo Nieto Di Biase e Ivana González. El único cambio fue la defensa: la asumió la penalista Gladys Olavarría en reemplazo de Fabián Gabalachis.

Di Biase, uno de los jueces protagonistas de la audiencia.

Según la hipótesis del fiscal Gustavo Núñez, enojado porque le había pedido un aumento de sueldo, Ferreyra no sólo despidió a Jaramillo de su empresa sino que tres días después lo emboscó y le fracturó el cráneo en tres partes con el cabo de un hacha. Una vecina escuchó los desesperados gritos de auxilio y llamó a la Policía.

Cuando el patrullero llegó a la casa de Telsen al 300 del barrio Amaya de Trelew, el victimario simuló ser víctima: dijo que había sorprendido a Jaramillo robándole un TV y una computadora envueltos en una frazada. Hasta lo denunció.

Núñez ya preparaba una audiencia de control de detención y un juicio rápido. Pero al rastrear sus antecedentes, el presunto ladrón estaba limpio.

La mujer del golpeado aclaró que su marido había sido citado al Amaya por una mujer que necesitaba un presupuesto para instalar cámaras de seguridad. Con Ferreyra se conocían porque era su jefe en Norfer, la firma dedicada a instalar internet.

Nada cerraba.

En el Hospital Zonal, con golpes, coágulos y hemorragias, el estado de Jaramillo era crítico.

Una postal de la última audiencia en Trelew.

La tentativa de robo se convertía en tentativa de homicidio. Lo que Ferreyra había declarado no existía. Había asegurado no conocer a Jaramillo pero tras la golpiza habló de “este chorro del Etchepare”. Es el barrio del agredido. Tampoco había daños en la casa.

Si Jaramillo era un ladrón, ¿por qué había estacionado su Ford Fiesta gris frente al domicilio y no más lejos? Con el cráneo roto, había alcanzado a balbucear algo: “Yo vine a pasar un presupuesto”.

Fiscalía investigó: Jaramillo había sido despedido de la empresa y Ferreyra lo había amenazado. Otros tres compañeros también habían sido echados y advertidos con videollamadas y mensajes por Facebook. Dos lo denunciaron. Tras la brutal agresión sintieron miedo y prefirieron alejarse de Trelew hacia Chile y Santa Cruz.

La geolocalización de celulares verificó que una hora antes de la golpiza, Ferreyra ya estaba rondando la vivienda.Se verificaron los horarios. No había tiempo material para que Jaramillo hubiese podido robar nada.

Núñez le contó a Jornada en su momento que “en un momento Ferreyra les comentó a los compañeros de Jaramillo: `Voy a seguir cazando pumas, ya cacé uno y voy a seguir en el Moreira y en el INTA´”.

“Para la emboscada, a Jaramillo lo cita una familiar del imputado que tenemos identificada. Él ni sabía quién vivía ahí y cuando entra, Ferreyra lo sorprende por detrás y comienza a pegarle”.

Una evidencia clave son las escuchas del entorno y de la familia de Ferreyra. Son diálogos muy explícitos donde se nota “mucha bronca por la relación laboral”. Enlas intervenciones telefónicas “encontramos cómo se planificó y cómo entorpecer la investigación”. Se escucha a Ferreyra preparar testigos para que vayan a declarar y mejoren su situación procesal. Hasta les ofrecía trabajo.

“Fue bastante burdo –acotó Núñez-; en las primeras horas sirvió para entorpecer la investigación pero con los días se cayó. Trataba de justificar el robo pero ante las pruebas ya era imposible hacerlo”.

El exempleado estuvo en coma hasta que pudo contar algo. “Estuvo muy mal, con hundimiento de cráneo, tenía problemas para hablar y respirar”.

Habrá juicio por jurados salvo que Ferreyra acepte un juicio abreviado con una pena de cárcel efectiva.