Nuevo despegue de la nave Starship de SpaceX

El noveno vuelo de prueba del cohete más potente de la historia tuvo un nuevo capítulo hoy cuando SpaceX lanzó la nave Starship.

27 MAY 2025 - 21:55 | Actualizado 27 MAY 2025 - 22:01


El lanzamiento de la misión IFT-9, programado desde la base espacial Starbase en Texas, EEUU, busca validar una serie de experimentos clave para el futuro del sistema Starship, la nave desarrollada por la compañía de Elon Musk con el objetivo de transportar grandes cargas y, eventualmente, personas a la órbita terrestre, la Luna y Marte.

La nave despegó a las 19:37 hora local (23:30 GMT) desde Starbase, luego de una demora de siete minutos en la cuenta regresiva.
Esta prueba es la primera en reutilizar uno de los propulsores Super Heavy, el B14, que ya voló durante el séptimo vuelo y regresa con modificaciones para someterse a un descenso experimental no recuperable. Es decir que esta vez no veremos en acción a los brazos mecánicos llamados Mechazilla que recuperaron la primera etapa de cohete en los dos anteriores lanzamientos.

Esos mismos dos vuelos consecutivos terminaron en explosiones, por lo que el foco no está puesto en lograr una misión perfecta, sino en acumular datos críticos en el despegue y vuelo de Starship, en esta ocasión la S35, que permitan corregir errores estructurales y mejorar el diseño de la aeronave con el fin de que pueda permanecer hasta una hora en el espacio y que no termine explotando en el espacio.

El antecedente inmediato fue la pérdida de la etapa superior S34, provocada por un fallo de hardware en uno de los motores Raptor, que provocó una fuga de metano y oxígeno líquidos. En el vuelo anterior, la S33 también se desintegró por oscilaciones armónicas, un fenómeno conocido como “efecto pogo” que ya había afectado al programa Apolo. La IFT-9 incorpora una nueva versión de la nave, la S35, junto con soluciones técnicas para mitigar esas fallas.

27 MAY 2025 - 21:55


El lanzamiento de la misión IFT-9, programado desde la base espacial Starbase en Texas, EEUU, busca validar una serie de experimentos clave para el futuro del sistema Starship, la nave desarrollada por la compañía de Elon Musk con el objetivo de transportar grandes cargas y, eventualmente, personas a la órbita terrestre, la Luna y Marte.

La nave despegó a las 19:37 hora local (23:30 GMT) desde Starbase, luego de una demora de siete minutos en la cuenta regresiva.
Esta prueba es la primera en reutilizar uno de los propulsores Super Heavy, el B14, que ya voló durante el séptimo vuelo y regresa con modificaciones para someterse a un descenso experimental no recuperable. Es decir que esta vez no veremos en acción a los brazos mecánicos llamados Mechazilla que recuperaron la primera etapa de cohete en los dos anteriores lanzamientos.

Esos mismos dos vuelos consecutivos terminaron en explosiones, por lo que el foco no está puesto en lograr una misión perfecta, sino en acumular datos críticos en el despegue y vuelo de Starship, en esta ocasión la S35, que permitan corregir errores estructurales y mejorar el diseño de la aeronave con el fin de que pueda permanecer hasta una hora en el espacio y que no termine explotando en el espacio.

El antecedente inmediato fue la pérdida de la etapa superior S34, provocada por un fallo de hardware en uno de los motores Raptor, que provocó una fuga de metano y oxígeno líquidos. En el vuelo anterior, la S33 también se desintegró por oscilaciones armónicas, un fenómeno conocido como “efecto pogo” que ya había afectado al programa Apolo. La IFT-9 incorpora una nueva versión de la nave, la S35, junto con soluciones técnicas para mitigar esas fallas.


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