“Que lo injusto no nos sea indiferente”
10 años y la ola violeta no va a parar. Trelew, junto al resto del país gritará “Paren de Matarnos”. Una década del “Ni Una Menos”. Un Gobierno Nacional que asfixia, que invisibiliza la violencia de género y los crímenes ascienden. El número: desde 2015 mataron 2827 mujeres. ¿Cuántos en este año entre lesbicidios y trans/travesticidios?: 109 muertes. “Si un traidor puede más que unos cuantos….que esos cuantos no lo olviden fácilmente….”
Por Lorena Leeming / Redacción Jornada
No. Que lo injusto no nos sea indiferente como sociedad, como humanos. Hoy Argentina debería ser una fiesta y se asemeja más a una pesadilla que parece no tener fin. Se cumplen este martes, 10 años de la primera marcha en que las mujeres gritaron “Ni Una Menos”; ¡Dejen de matarnos!”.
En Chubut, retumban aún nombres como los de Mirna, Tamara, Ana y tantas más que salieron de sus casas y no volvieron más o que en su mismo domicilio encontraron la muerte. Sí, porque el 89% de los crímenes contra ellas, se dan por sus parejas o exparejas y en su casa, el lugar que debería ser más seguro.
3 de junio de 2025: una década del día que el país escuchó al fin la dolorosa realidad que miles de mujeres viven a diario. Sí, miles. Atención a los números: 2873 mujeres fueron víctimas de femicidios desde aquel 3 de junio de 2015 a la fecha. Y cada vez es peor. Los discursos de odio y agresivos del presidente Javier Milei negando la violencia de género, no hace más que elevar los casos y tornar en “desesperante” la situación de los más vulnerables.
La Corte Suprema de Justicia difunde datos analizados durante todo un año. Hasta fines de 2024 fueron 247 las mujeres muertas a causa de violencia de género, 228 víctimas directas de femicidio y 19 víctimas de femicidio vinculado, lo que implica 247 víctimas letales de violencia de género. Las 228 víctimas directas de femicidio incluyen 220 mujeres cis y 8 mujeres trans/travestis.
“Que está pasando señores, que se ha perdido el respeto, hay tantos niños y madres; tantos hogares en llanto, porque es piel que le daba tanto placer y alegría la que hoy sufre bajo esa furia salvaje incontenida”, dice la canción que tantas veces se escucha en las múltiples marchas. Porque cada vez que falta una mujer, la familia se desploma: los niños quedan huérfanos (porque casi siempre es la expareja quien ejerce violencia) y las vidas se tornan oscuras, insoportables.
Y no se ve, y lo niegan y comparan estos asesinatos con otros sin tener la menor empatía ni conocimiento de las legislaciones internacionales que describen claramente cada una de las violencias, a las que Argentina adhirió. Las pisan, las desconocen pero detengansé. Existen.
Recuerden, tengan memoria. En este país, en diciembre de 2012 hubo un logro fundamental: la ley 26.791 reformó el artículo 80 del Código Penal incorporando el femicidio como figura agravada de homicidio. Así, se reconoció por fin el asesinato de mujeres por su condición de género como la expresión más extrema de la violencia machista.
Se pasó de naturalizar la violencia en las relaciones interpersonales como “crímenes pasionales” al femicidio como homicidio agravado por el vínculo y razones de género.
Fue la ONG “La Casa del Encuentro” la primera en construir datos estadísticos sobre femicidios en Argentina desde el año 2008. El punto de inflexión llegó en 2015 con la histórica movilización del 3 de junio bajo la consigna #NiUnaMenos, que forzó al Estado a actuar.
Organizaciones de representación nacional fueron surgiendo. Como el Observatorio de Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven”, conformado por prestigiosas profesionales que hacen un trabajo minucioso para visibilizar los femicidios y violencias motivadas por el género. Y también para denunciar la inacción del Estado para combatirlas. “Llevamos 10 años de trabajo sostenido, relevando casos de femicidios, travesticidios y transfemicidios a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país”, dicen en su última producción.
Lo dijimos una y otra vez a través de entrevistas a distintas autoridades en la materia. Negar las desigualdades de género no sólo las perpetúa, sino que las agrava. “Las declaraciones estigmatizantes del Presidente, sumadas a los discursos de odio que emanan desde el Poder Ejecutivo, legitiman violencias”, aseguran desde el Observatorio de Género AQSNV.
Otro punto. A partir de las denuncias realizadas por familiares y personas allegadas a las víctimas, se incorporó la categoría de “instigación al suicidio” como una variable de análisis.
El desmantelamiento de estas políticas no sólo vulnera derechos adquiridos, sino que viola compromisos asumidos por el Estado argentino ante la comunidad internacional.
Este martes Trelew no es ajeno. La sociedad lleva tatuada en su memoria el nombre de hermanas, madres, amigas asesinadas por hombres que en su mayoría, ya habían dicho que iban a hacerlo y muchos ya denunciados. ¿Nadie escuchó?. La motosierra del Gobierno lo que no puede es hacer callar las voces. No puede la motosierra impedir que las personas inmersas en dolor y desesperanza griten una y otra vez: “dejen de matarnos”. Esta tarde, por décimo año consecutivo.
Agradecimiento especial: a periodistas integrantes de la REG (Red de Género) de UNFPA por el aporte de estadísticas actualizadas para la elaboración del informe.
Por Lorena Leeming / Redacción Jornada
No. Que lo injusto no nos sea indiferente como sociedad, como humanos. Hoy Argentina debería ser una fiesta y se asemeja más a una pesadilla que parece no tener fin. Se cumplen este martes, 10 años de la primera marcha en que las mujeres gritaron “Ni Una Menos”; ¡Dejen de matarnos!”.
En Chubut, retumban aún nombres como los de Mirna, Tamara, Ana y tantas más que salieron de sus casas y no volvieron más o que en su mismo domicilio encontraron la muerte. Sí, porque el 89% de los crímenes contra ellas, se dan por sus parejas o exparejas y en su casa, el lugar que debería ser más seguro.
3 de junio de 2025: una década del día que el país escuchó al fin la dolorosa realidad que miles de mujeres viven a diario. Sí, miles. Atención a los números: 2873 mujeres fueron víctimas de femicidios desde aquel 3 de junio de 2015 a la fecha. Y cada vez es peor. Los discursos de odio y agresivos del presidente Javier Milei negando la violencia de género, no hace más que elevar los casos y tornar en “desesperante” la situación de los más vulnerables.
La Corte Suprema de Justicia difunde datos analizados durante todo un año. Hasta fines de 2024 fueron 247 las mujeres muertas a causa de violencia de género, 228 víctimas directas de femicidio y 19 víctimas de femicidio vinculado, lo que implica 247 víctimas letales de violencia de género. Las 228 víctimas directas de femicidio incluyen 220 mujeres cis y 8 mujeres trans/travestis.
“Que está pasando señores, que se ha perdido el respeto, hay tantos niños y madres; tantos hogares en llanto, porque es piel que le daba tanto placer y alegría la que hoy sufre bajo esa furia salvaje incontenida”, dice la canción que tantas veces se escucha en las múltiples marchas. Porque cada vez que falta una mujer, la familia se desploma: los niños quedan huérfanos (porque casi siempre es la expareja quien ejerce violencia) y las vidas se tornan oscuras, insoportables.
Y no se ve, y lo niegan y comparan estos asesinatos con otros sin tener la menor empatía ni conocimiento de las legislaciones internacionales que describen claramente cada una de las violencias, a las que Argentina adhirió. Las pisan, las desconocen pero detengansé. Existen.
Recuerden, tengan memoria. En este país, en diciembre de 2012 hubo un logro fundamental: la ley 26.791 reformó el artículo 80 del Código Penal incorporando el femicidio como figura agravada de homicidio. Así, se reconoció por fin el asesinato de mujeres por su condición de género como la expresión más extrema de la violencia machista.
Se pasó de naturalizar la violencia en las relaciones interpersonales como “crímenes pasionales” al femicidio como homicidio agravado por el vínculo y razones de género.
Fue la ONG “La Casa del Encuentro” la primera en construir datos estadísticos sobre femicidios en Argentina desde el año 2008. El punto de inflexión llegó en 2015 con la histórica movilización del 3 de junio bajo la consigna #NiUnaMenos, que forzó al Estado a actuar.
Organizaciones de representación nacional fueron surgiendo. Como el Observatorio de Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven”, conformado por prestigiosas profesionales que hacen un trabajo minucioso para visibilizar los femicidios y violencias motivadas por el género. Y también para denunciar la inacción del Estado para combatirlas. “Llevamos 10 años de trabajo sostenido, relevando casos de femicidios, travesticidios y transfemicidios a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país”, dicen en su última producción.
Lo dijimos una y otra vez a través de entrevistas a distintas autoridades en la materia. Negar las desigualdades de género no sólo las perpetúa, sino que las agrava. “Las declaraciones estigmatizantes del Presidente, sumadas a los discursos de odio que emanan desde el Poder Ejecutivo, legitiman violencias”, aseguran desde el Observatorio de Género AQSNV.
Otro punto. A partir de las denuncias realizadas por familiares y personas allegadas a las víctimas, se incorporó la categoría de “instigación al suicidio” como una variable de análisis.
El desmantelamiento de estas políticas no sólo vulnera derechos adquiridos, sino que viola compromisos asumidos por el Estado argentino ante la comunidad internacional.
Este martes Trelew no es ajeno. La sociedad lleva tatuada en su memoria el nombre de hermanas, madres, amigas asesinadas por hombres que en su mayoría, ya habían dicho que iban a hacerlo y muchos ya denunciados. ¿Nadie escuchó?. La motosierra del Gobierno lo que no puede es hacer callar las voces. No puede la motosierra impedir que las personas inmersas en dolor y desesperanza griten una y otra vez: “dejen de matarnos”. Esta tarde, por décimo año consecutivo.
Agradecimiento especial: a periodistas integrantes de la REG (Red de Género) de UNFPA por el aporte de estadísticas actualizadas para la elaboración del informe.