Por Francisco Caputo
Ignacio Garrido es un joven de 18 años que después de dejar el fútbol durante varios años, encontró un espacio en Huracán de Trelew. El “Globo” potenció sus deseos deportivos renovados y recientemente, fue fichado por Nueva Chicago, equipo de la Primera Nacional.
"Estoy muy contento por esta posibilidad. Me gustaría llegar a ser alguien importante en el fútbol, darle todo a mi familia y me encantaría algún momento jugar en Boca", dijo con conmovedora determinación.
Su ídolo, Cristiano Ronaldo, es un referente para él, no solo por su habilidad, sino por su espíritu de lucha.
El inicio
Ignacio, del barrio Telefónicos de Trelew, comenzó a jugar a los seis años en Los Aromos, pero el club entró en crisis y él perdió el interés en el deporte.
En el tramo declinante de la pandemia de COVID 19, cuando comenzó a ir con su padre a las canchitas de Trelew, recuperó su pasión por el fútbol.
"Salía a jugar con mi papá. Los chicos que conocía me preguntaban donde jugaba y yo les respondía que estaba inactivo, entonces todos me decían que tenía que ir a algún club", recordó. Fue entonces cuando se anotó en Racing, pero después cruzó la Ruta 7.
“De Huracán puedo decir que es lo más lindo que hay. Me dieron la oportunidad siempre. Y eso es lo que valoro del club", afirmó con emoción el joven, que debutó en Primera en 2022.
"Me fui al ´Globo´ porque en Racing nunca me tuvieron en cuenta; entonces para no dejar de jugar y poder cumplir mi sueño me fui a Huracán", explicó “Nacho”, que juega de volante y de central.
Recientemente, Ignacio fue confirmado para jugar en Chicago, después de una prueba exitosa. "A principio de año, Mario Noremberg (NDR: miembro del staff de Huracán de Trelew) consiguió una prueba y me fue bien”, resaltó Ignacio.
“Me dijeron que me iban a llamar más adelante. Y bueno, ese momento llegó. Me llamaron a mitad de año, para jugar en Reserva", comentó con entusiasmo.
Su familia es su apoyo incondicional, y él quiere devolverles todo lo que han hecho por él. “Mi papá Sebastián, mi mamá Erica y mi tía Rominaestán desde siempre”, remató.
Recuperó la pasión por el fútbol y encaminó su ruta, que aún tiene muchos episodios por delante. Es la historia de Ignacio Garrido.
Por Francisco Caputo
Ignacio Garrido es un joven de 18 años que después de dejar el fútbol durante varios años, encontró un espacio en Huracán de Trelew. El “Globo” potenció sus deseos deportivos renovados y recientemente, fue fichado por Nueva Chicago, equipo de la Primera Nacional.
"Estoy muy contento por esta posibilidad. Me gustaría llegar a ser alguien importante en el fútbol, darle todo a mi familia y me encantaría algún momento jugar en Boca", dijo con conmovedora determinación.
Su ídolo, Cristiano Ronaldo, es un referente para él, no solo por su habilidad, sino por su espíritu de lucha.
El inicio
Ignacio, del barrio Telefónicos de Trelew, comenzó a jugar a los seis años en Los Aromos, pero el club entró en crisis y él perdió el interés en el deporte.
En el tramo declinante de la pandemia de COVID 19, cuando comenzó a ir con su padre a las canchitas de Trelew, recuperó su pasión por el fútbol.
"Salía a jugar con mi papá. Los chicos que conocía me preguntaban donde jugaba y yo les respondía que estaba inactivo, entonces todos me decían que tenía que ir a algún club", recordó. Fue entonces cuando se anotó en Racing, pero después cruzó la Ruta 7.
“De Huracán puedo decir que es lo más lindo que hay. Me dieron la oportunidad siempre. Y eso es lo que valoro del club", afirmó con emoción el joven, que debutó en Primera en 2022.
"Me fui al ´Globo´ porque en Racing nunca me tuvieron en cuenta; entonces para no dejar de jugar y poder cumplir mi sueño me fui a Huracán", explicó “Nacho”, que juega de volante y de central.
Recientemente, Ignacio fue confirmado para jugar en Chicago, después de una prueba exitosa. "A principio de año, Mario Noremberg (NDR: miembro del staff de Huracán de Trelew) consiguió una prueba y me fue bien”, resaltó Ignacio.
“Me dijeron que me iban a llamar más adelante. Y bueno, ese momento llegó. Me llamaron a mitad de año, para jugar en Reserva", comentó con entusiasmo.
Su familia es su apoyo incondicional, y él quiere devolverles todo lo que han hecho por él. “Mi papá Sebastián, mi mamá Erica y mi tía Rominaestán desde siempre”, remató.
Recuperó la pasión por el fútbol y encaminó su ruta, que aún tiene muchos episodios por delante. Es la historia de Ignacio Garrido.