En una picante audiencia de alegatos finales, la presidenta del barrio Planta de Gas de Trelew, Johana Díaz aseguró que el intento de asesinarla el 9 de octubre de 2023 provino de la conocida familia Tolosa –conocida como la “Banda del Gordo Mandinga”-, que encargó la tarea a dos sicarios: los hermanos Fernando y Brandon Artiles. El motivo: las peleas en la cárcel entre Carlos Sáez, marido de la vecinalista, y Luciano Tolosa, miembro del clan. Este viernes, el jurado los declaró "no culpables".
Gladys Olavarría, defensora de los acusados, recordó en cambio que en 2013, cuando tenía 17 años, Fernando Artiles asesinó a Jorge Huaiquilaf. Era el mejor amigo de Sáez. Por eso “quedó con bronca” y en venganza el marido de la vecinalista le atribuye el intento de homicidio. La penalista alegó que ninguno de los hermanos estuvo en la escena del ataque ese mediodía.
Los 12 jurados ya discuten el caso y el veredicto se conocerá de un momento a otro en la sala de la Asociación de Magistrados.
En el inicio de la jornada, el fiscal Gustavo Núñez dijo que luego del ataque con 15 disparos de 9 mm. contra el Chevrolet donde iba el matrimonio, todos los testimonios y la evidencia apuntan contra los Artiles. Los acusó de tentativa de homicidio agravada por el uso de arma de fuego.
“Díaz vive en Planta de Gas hace más de 36 años, era un día soleado, de buena luz, y reconoció a los atacantes del coche, fue cuestión de segundos. Fue un testimonio claro y preciso”. La mujer iba con Sáez.
Una bala entró por su nuca y salió por una oreja. “Salvó su vida por dos centímetros, si no se agachaba hubiese sido una tragedia”, graficó el fiscal. A metros estaban los alumnos de la Escuela 744. Su marido intentó taparla con las manos para protegerla. Vieron a Brandon en el espejo retrovisor y escaparon rumbo al Hospital.
Según su alegato, los policías declararon que tras el hecho, Sáez acusó de inmediato a los Artiles y que podría reconocerlos. “La defensa quiere sacarlos del lugar pero con testimonios falaces que distorsionan la realidad”, remarcó Núñez.
Un argumento de la defensa es que el día del ataque, Fernando estaba trabajando en la esquila en el campo de los Tolosa, en Paso de Indios. “Llama poderosamente la atención que Luciano Tolosa no veía a Fernando hace 10 años, se lo encuentra en la calle y le ofrece trabajo así porque sí en un oficio que desconocía”, dijo el fiscal. Advirtió que el celular con las presuntas fotos del acusado en ese campo no fue peritado.
Versión de la víctima
La vecinalista baleada pidió hablar con “bronca e impotencia ya que hace 2 años vivimos con miedo esperando este juicio”. Díaz dijo que aunque los Artiles sean condenados “no vamos a encontrar justicia”. Según especuló ya hay un acuerdo para que una posible pena no supere los 8 años. “No van a estar presos ni siquiera un año”.
Cuando en un par de tramos levantó la voz para criticar a la defensora, el juez Fabio Monti debió intervenir y pedirle respeto. La vecinalista remarcó que “yo pedí un juicio por jurados porque si lo hacía un juez común, quedaba impune”.
“Escuché mucha gente que mintió. Yo no miento y no tengo porqué denunciar a gente porque sí. Yo los vi y lo viví, nadie me contó nada y estoy viva de milagro. Si me mataban, hubiesen dejado solos a mis 6 hijos. Nosotros tenemos códigos y a la familia se la respeta”.
Hizo notar una cicatriz de Luciano Tolosa, visible cuando el joven declaró. “Se la hizo mi marido en un enfrentamiento que tuvieron presos en el IPP; quedó resentido y mandó a estos pibes como sicarios a que lo mataran”.
Según Díaz, “esto viene desde la cárcel y ahora a mí nadie me garantiza que no vengan a balearme la casa. Vivo con el corazón en la boca. Si me pasa algo, los responsables son los Tolosa”.
“Confié en la justicia y di un testimonio con un tiro en la cabeza. Pero me decepcionó porque la justicia está hecha para los delincuentes, porquerías que no valen nada. Acá cualquiera jura en vano decir la verdad. Ahora a mí nadie me va a cuidar”.
Los alegatos los cerró Olavarría. “Díaz y Sáez vinieron a mentir”, remarcó. Repasó los testimonios de los policías que intervinieron: “A ellos les dijeron que había sido una sola persona pero en ese momento inicial nunca mencionaron a los Artiles. Nadie aportó más datos”.
Recordó que según la vecinalista el ataque arrancó por detrás el coche; pero el informe científico concluyó que la balacera empezó delante.
Olavarría también alegó que Díaz no pudo haber visto a ningún tirador ya que se agachó con el primer balazo, como declaró originalmente.
Sáez en el juicio declaró no conocer a los hermanos imputados. “Mintió porque a la Policía le dijo dónde era la casa de los Artiles para allanar y que los conocía de chicos por las macanas que se mandaban en el barrio”. En ese procedimiento no se halló evidencia. “Sáez buscó como culpable a quien siempre buscaba culpar”, agregó.
Según la pericia, las 15 vainas encontradas salieron de la misma arma. “Hubo un solo tirador y una sola arma. O sea que nos sobra un imputado”, argumentó la penalista.
También mostró imágenes de Fernando Artiles trabajando en el campo de los Tolosa en Paso de Indios, presuntamente en la época del episodio. Y recordó los testigos que dijeron que Brandon estaba en otra parte de la ciudad trabajando de albañil y reparando motos.
Para probar el hostigamiento de los denunciantes, la defensora mencionó las constantes amenazas y agresiones de Díaz-Sáez contra las hermanas, la madre y la vivienda de los Artiles. Un juez llegó a dictar una prohibición de acercamiento.
A la mañana la cerraron los hermanos Artiles. Insistieron con su inocencia y pidieron justicia.
Todo quedó en manos del jurado.
En una picante audiencia de alegatos finales, la presidenta del barrio Planta de Gas de Trelew, Johana Díaz aseguró que el intento de asesinarla el 9 de octubre de 2023 provino de la conocida familia Tolosa –conocida como la “Banda del Gordo Mandinga”-, que encargó la tarea a dos sicarios: los hermanos Fernando y Brandon Artiles. El motivo: las peleas en la cárcel entre Carlos Sáez, marido de la vecinalista, y Luciano Tolosa, miembro del clan. Este viernes, el jurado los declaró "no culpables".
Gladys Olavarría, defensora de los acusados, recordó en cambio que en 2013, cuando tenía 17 años, Fernando Artiles asesinó a Jorge Huaiquilaf. Era el mejor amigo de Sáez. Por eso “quedó con bronca” y en venganza el marido de la vecinalista le atribuye el intento de homicidio. La penalista alegó que ninguno de los hermanos estuvo en la escena del ataque ese mediodía.
Los 12 jurados ya discuten el caso y el veredicto se conocerá de un momento a otro en la sala de la Asociación de Magistrados.
En el inicio de la jornada, el fiscal Gustavo Núñez dijo que luego del ataque con 15 disparos de 9 mm. contra el Chevrolet donde iba el matrimonio, todos los testimonios y la evidencia apuntan contra los Artiles. Los acusó de tentativa de homicidio agravada por el uso de arma de fuego.
“Díaz vive en Planta de Gas hace más de 36 años, era un día soleado, de buena luz, y reconoció a los atacantes del coche, fue cuestión de segundos. Fue un testimonio claro y preciso”. La mujer iba con Sáez.
Una bala entró por su nuca y salió por una oreja. “Salvó su vida por dos centímetros, si no se agachaba hubiese sido una tragedia”, graficó el fiscal. A metros estaban los alumnos de la Escuela 744. Su marido intentó taparla con las manos para protegerla. Vieron a Brandon en el espejo retrovisor y escaparon rumbo al Hospital.
Según su alegato, los policías declararon que tras el hecho, Sáez acusó de inmediato a los Artiles y que podría reconocerlos. “La defensa quiere sacarlos del lugar pero con testimonios falaces que distorsionan la realidad”, remarcó Núñez.
Un argumento de la defensa es que el día del ataque, Fernando estaba trabajando en la esquila en el campo de los Tolosa, en Paso de Indios. “Llama poderosamente la atención que Luciano Tolosa no veía a Fernando hace 10 años, se lo encuentra en la calle y le ofrece trabajo así porque sí en un oficio que desconocía”, dijo el fiscal. Advirtió que el celular con las presuntas fotos del acusado en ese campo no fue peritado.
Versión de la víctima
La vecinalista baleada pidió hablar con “bronca e impotencia ya que hace 2 años vivimos con miedo esperando este juicio”. Díaz dijo que aunque los Artiles sean condenados “no vamos a encontrar justicia”. Según especuló ya hay un acuerdo para que una posible pena no supere los 8 años. “No van a estar presos ni siquiera un año”.
Cuando en un par de tramos levantó la voz para criticar a la defensora, el juez Fabio Monti debió intervenir y pedirle respeto. La vecinalista remarcó que “yo pedí un juicio por jurados porque si lo hacía un juez común, quedaba impune”.
“Escuché mucha gente que mintió. Yo no miento y no tengo porqué denunciar a gente porque sí. Yo los vi y lo viví, nadie me contó nada y estoy viva de milagro. Si me mataban, hubiesen dejado solos a mis 6 hijos. Nosotros tenemos códigos y a la familia se la respeta”.
Hizo notar una cicatriz de Luciano Tolosa, visible cuando el joven declaró. “Se la hizo mi marido en un enfrentamiento que tuvieron presos en el IPP; quedó resentido y mandó a estos pibes como sicarios a que lo mataran”.
Según Díaz, “esto viene desde la cárcel y ahora a mí nadie me garantiza que no vengan a balearme la casa. Vivo con el corazón en la boca. Si me pasa algo, los responsables son los Tolosa”.
“Confié en la justicia y di un testimonio con un tiro en la cabeza. Pero me decepcionó porque la justicia está hecha para los delincuentes, porquerías que no valen nada. Acá cualquiera jura en vano decir la verdad. Ahora a mí nadie me va a cuidar”.
Los alegatos los cerró Olavarría. “Díaz y Sáez vinieron a mentir”, remarcó. Repasó los testimonios de los policías que intervinieron: “A ellos les dijeron que había sido una sola persona pero en ese momento inicial nunca mencionaron a los Artiles. Nadie aportó más datos”.
Recordó que según la vecinalista el ataque arrancó por detrás el coche; pero el informe científico concluyó que la balacera empezó delante.
Olavarría también alegó que Díaz no pudo haber visto a ningún tirador ya que se agachó con el primer balazo, como declaró originalmente.
Sáez en el juicio declaró no conocer a los hermanos imputados. “Mintió porque a la Policía le dijo dónde era la casa de los Artiles para allanar y que los conocía de chicos por las macanas que se mandaban en el barrio”. En ese procedimiento no se halló evidencia. “Sáez buscó como culpable a quien siempre buscaba culpar”, agregó.
Según la pericia, las 15 vainas encontradas salieron de la misma arma. “Hubo un solo tirador y una sola arma. O sea que nos sobra un imputado”, argumentó la penalista.
También mostró imágenes de Fernando Artiles trabajando en el campo de los Tolosa en Paso de Indios, presuntamente en la época del episodio. Y recordó los testigos que dijeron que Brandon estaba en otra parte de la ciudad trabajando de albañil y reparando motos.
Para probar el hostigamiento de los denunciantes, la defensora mencionó las constantes amenazas y agresiones de Díaz-Sáez contra las hermanas, la madre y la vivienda de los Artiles. Un juez llegó a dictar una prohibición de acercamiento.
A la mañana la cerraron los hermanos Artiles. Insistieron con su inocencia y pidieron justicia.
Todo quedó en manos del jurado.