Científicos y prestadores turísticos impulsan el avistaje de ballenas sei en Comodoro

Los investigadores pudieron constatar que entre abril y junio se acercan a la zona, en la costa del Golfo San Jorge, cerca de 3 mil ejemplares de esta especie. Ya realizaron los primeros acercamientos a los animales y ahora trabajan en la puesta a punto de la actividad.

17 SEP 2025 - 16:52 | Actualizado 17 SEP 2025 - 18:25

Hace algunos años, ante la aparición de numerosos cetáceos en la costa del Golfo San Jorge, entre Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, un grupo de científicos del CONICET en el Centro Nacional Patagónico y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco comenzó estudios exhaustivos para comprender el fenómeno.

Se logró determinar que se trataba de ballenas sei, una especie en peligro de extinción, pero con una población creciente.

“Además de realizar barridos sistemáticos del área, incorporamos el uso de drones y empezamos a ver que todas las ballenas eran morfológicamente muy similares. Realizamos estudios de genética para corroborar de qué animal se trataba y confirmamos que la especie más abundante era la ballena sei”, cuenta Mariano Coscarella, investigador del CONICET.

Comenzó una segunda parte para conocer los movimientos de las ballenas, de dónde llegaban, durante qué época se quedaban y cuál era el motivo de su estancia en aguas chubutenses. “Fuimos anexando más información, hicimos estimaciones de abundancia con transectos aéreos, incorporamos rastreadores satelitales y nos encontramos con que, básicamente, vienen a comer bogavante (un crustáceo similar a la langosta)”.

Los científicos realizaron una serie de vuelos entre noviembre de 2021 y mayo de 2024 y notaron que, en temporada baja y para una zona de unos 5 mil kilómetros cuadrados, había unos 700 animales. Pero cuando realizaron la estimación de abundancia en temporada alta (entre abril y junio) dio como resultado unas 2.700 ballenas, un número muy importante.

“Empezamos a evaluar las posibilidades de generar un producto que ingrese al circuito turístico de naturaleza costera de Chubut. Contamos con el apoyo de los municipios de Rada Tilly y Comodoro Rivadavia, y del Ministerio de Turismo; recibimos financiación privada de muchas instituciones y comenzamos a buscar si había gente interesada desarrollar este producto”, agrega Coscarella.

Cuatro prestadores locales que tenían intención de dar paseos náuticos, en principio, para pesca y caza submarina, fueron contactados por los científicos, quienes les contaron del proyecto y los convencieron de orientar sus emprendimientos hacia el avistaje de ballenas.

“Los incorporamos al proyecto de investigación y empezaron a invertir en la compra de equipamiento, en tiempo para llevarnos a hacer las investigaciones, en botes y en todos los procesos administrativos para llegar a tener el producto visualizado”, indica el investigador del CESIMAR.

Si bien en Chubut hay prestadores turísticos con mucha experiencia en avistajes de ballenas, se trabajó con empresarios locales para poder dar un impulso a la diversificación de la economía de Comodoro, dependiente casi exclusivamente de la industria petrolera.

El proyecto avanzó y a comienzos de este año los científicos realizaron aproximaciones experimentales para desarrollar las guías de conducta y conocer cuál es la forma en que menos se perturba el comportamiento de estas ballenas, que es muy diferente al de la ya conocida ballena franca austral.

Si bien los prestadores ya se encuentran habilitados por la Provincia del Chubut para realizar paseos náuticos, aún falta cumplir con ciertos requisitos para que se pueda comenzar a realizar el avistaje de ballenas: “Las normas y los registros para realizarlos todavía no están en vigencia. Nuestra idea es que se lleve adelante con una visión de desarrollo sostenible y para ello necesitamos realizar la evaluación de impacto ambiental que requiere la legislación de la provincia”, señala Coscarella.

Teniendo en cuenta que la temporada alta de ballena sei se da en los meses en que no hay ballenas francas en el Golfo Nuevo (junio a diciembre), a partir de esta iniciativa Chubut podría explotar el turismo ballenero a lo largo de todo el año.

Debido a los fuertes vientos imperantes en la región, el clima de Comodoro no suele ser tan amigable para la navegación como el de Puerto Madryn. El avistaje podría realizarse uno de cada tres días, por lo cual debe generarse un circuito turístico con servicios anexos que puedan ofrecerse al visitante para cuando deba esperar dos días para poder salir a navegar.

Federico Abbondio, integrante del Instituto de Diversidad y Evolución Austral obtuvo una beca cofinanciada con la Provincia del Chubut para relevar y diagramar cuáles serían los atractivos complementarios lo suficientemente flexibles para los visitantes cuando no puedan navegar.

“Se busca identificar capacidades, oportunidades para el desarrollo del turismo en la zona central del Golfo San Jorge. A partir de los relevamientos esperamos caracterizar el sistema turístico local, delinear circuitos y actividades potenciales, reconocer actores clave y proponer marcos de vinculación tecnológica. De este modo aspiramos a consolidar una propuesta de turismo científico co-construida, con enfoque territorial y sostenible, orientada a generar insumos para la planificación estratégica y la toma de decisiones”, explica Abbondio.

Esta propuesta no solo incluiría al conglomerado Comodoro – Rada Tilly, sino también a Sarmiento y al Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral.

17 SEP 2025 - 16:52

Hace algunos años, ante la aparición de numerosos cetáceos en la costa del Golfo San Jorge, entre Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, un grupo de científicos del CONICET en el Centro Nacional Patagónico y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco comenzó estudios exhaustivos para comprender el fenómeno.

Se logró determinar que se trataba de ballenas sei, una especie en peligro de extinción, pero con una población creciente.

“Además de realizar barridos sistemáticos del área, incorporamos el uso de drones y empezamos a ver que todas las ballenas eran morfológicamente muy similares. Realizamos estudios de genética para corroborar de qué animal se trataba y confirmamos que la especie más abundante era la ballena sei”, cuenta Mariano Coscarella, investigador del CONICET.

Comenzó una segunda parte para conocer los movimientos de las ballenas, de dónde llegaban, durante qué época se quedaban y cuál era el motivo de su estancia en aguas chubutenses. “Fuimos anexando más información, hicimos estimaciones de abundancia con transectos aéreos, incorporamos rastreadores satelitales y nos encontramos con que, básicamente, vienen a comer bogavante (un crustáceo similar a la langosta)”.

Los científicos realizaron una serie de vuelos entre noviembre de 2021 y mayo de 2024 y notaron que, en temporada baja y para una zona de unos 5 mil kilómetros cuadrados, había unos 700 animales. Pero cuando realizaron la estimación de abundancia en temporada alta (entre abril y junio) dio como resultado unas 2.700 ballenas, un número muy importante.

“Empezamos a evaluar las posibilidades de generar un producto que ingrese al circuito turístico de naturaleza costera de Chubut. Contamos con el apoyo de los municipios de Rada Tilly y Comodoro Rivadavia, y del Ministerio de Turismo; recibimos financiación privada de muchas instituciones y comenzamos a buscar si había gente interesada desarrollar este producto”, agrega Coscarella.

Cuatro prestadores locales que tenían intención de dar paseos náuticos, en principio, para pesca y caza submarina, fueron contactados por los científicos, quienes les contaron del proyecto y los convencieron de orientar sus emprendimientos hacia el avistaje de ballenas.

“Los incorporamos al proyecto de investigación y empezaron a invertir en la compra de equipamiento, en tiempo para llevarnos a hacer las investigaciones, en botes y en todos los procesos administrativos para llegar a tener el producto visualizado”, indica el investigador del CESIMAR.

Si bien en Chubut hay prestadores turísticos con mucha experiencia en avistajes de ballenas, se trabajó con empresarios locales para poder dar un impulso a la diversificación de la economía de Comodoro, dependiente casi exclusivamente de la industria petrolera.

El proyecto avanzó y a comienzos de este año los científicos realizaron aproximaciones experimentales para desarrollar las guías de conducta y conocer cuál es la forma en que menos se perturba el comportamiento de estas ballenas, que es muy diferente al de la ya conocida ballena franca austral.

Si bien los prestadores ya se encuentran habilitados por la Provincia del Chubut para realizar paseos náuticos, aún falta cumplir con ciertos requisitos para que se pueda comenzar a realizar el avistaje de ballenas: “Las normas y los registros para realizarlos todavía no están en vigencia. Nuestra idea es que se lleve adelante con una visión de desarrollo sostenible y para ello necesitamos realizar la evaluación de impacto ambiental que requiere la legislación de la provincia”, señala Coscarella.

Teniendo en cuenta que la temporada alta de ballena sei se da en los meses en que no hay ballenas francas en el Golfo Nuevo (junio a diciembre), a partir de esta iniciativa Chubut podría explotar el turismo ballenero a lo largo de todo el año.

Debido a los fuertes vientos imperantes en la región, el clima de Comodoro no suele ser tan amigable para la navegación como el de Puerto Madryn. El avistaje podría realizarse uno de cada tres días, por lo cual debe generarse un circuito turístico con servicios anexos que puedan ofrecerse al visitante para cuando deba esperar dos días para poder salir a navegar.

Federico Abbondio, integrante del Instituto de Diversidad y Evolución Austral obtuvo una beca cofinanciada con la Provincia del Chubut para relevar y diagramar cuáles serían los atractivos complementarios lo suficientemente flexibles para los visitantes cuando no puedan navegar.

“Se busca identificar capacidades, oportunidades para el desarrollo del turismo en la zona central del Golfo San Jorge. A partir de los relevamientos esperamos caracterizar el sistema turístico local, delinear circuitos y actividades potenciales, reconocer actores clave y proponer marcos de vinculación tecnológica. De este modo aspiramos a consolidar una propuesta de turismo científico co-construida, con enfoque territorial y sostenible, orientada a generar insumos para la planificación estratégica y la toma de decisiones”, explica Abbondio.

Esta propuesta no solo incluiría al conglomerado Comodoro – Rada Tilly, sino también a Sarmiento y al Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral.