Consagrada como la escritora viva más leída de la literatura en español, Isabel Allende Llona llegó hasta la Casa Central para recibir una Medalla Rectoral, reconocimiento que la Universidad de Chile le concedió por su extensa trayectoria y su aporte a la literatura que incluye 28 libros, traducidos a más de 40 idiomas.
“En tiempos en que la libertad de expresión y la palabra auténtica conllevan cada vez más riesgos, a la vez que paradójicamente la tecnología nos ofrece más canales de comunicación que nunca, el hablar y contar libre de Isabel Allende, acompañado de una humanidad inagotable, es lo que hoy queremos relevar especialmente”, afirmó la Rectora Devés para abrir la ceremonia.
“Su escritura, donde las mujeres nunca dejamos de ser protagonistas y donde la imaginación y la creatividad vuelven trascendente lo cotidiano, es un antídoto frente a la tentación de guardar silencio para evitar posibles agravios. Con humor, ternura y una mirada crítica, sus libros son ejemplo de expresión valiente”, agregó.La escritora fue presentada por la directora del Departamento de Literatura @filosofiauchile, Carolina Brncic.
Conferencia magistral
Tras recibir la distinción, Isabel Allende dictó una conferencia magistral en la que abordó los temas que trata en su literatura: el porqué de la escritura, el feminismo y la equidad, la identidad local y la memoria, tanto la mágica como la nacional.
En el encuentro, la autora, también premio nacional de literatura 2010, señaló que escribe porque si no se le “seca el alma y me muero, porque la materia prima es infinita y gratis, el aire está lleno de historias”. “Cada persona tiene una vida que yo quiero conocer y contar y porque nada me da más placer que hilvanar palabras”, expresó la también integrante de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.
Abundó: "Cuando empieza un libro, “visualizo miles de piezas de un rompecabezas tiradas por allí de un rompecabezas y mi desafío es colocarlas en su sitio preciso, trabajo a ciegas, con paciencia, sin conocer el diseño, que solo podrá ver en la última página cuando los personajes me lo revelen”.
“Armar una historia es un proceso misterioso, orgánico, distintivo, al escribir entrada a la dimensión de los sueños, la intuición, las premoniciones. Paso la mayor parte de mi vida sola y en silencio, como un monje en su celda, en la soledad, recuerdo, escucho voces, tengo visiones”, comentó.
En su juventud, ofició como periodista en la icónica revista local “Paula”, en la que, confesó, aprendió que “la lectura no es un fin en sí mismo, es un medio de comunicación y nunca” lo olvidó, por lo que aclaró luego: “No escribo para mí, escribo para mis lectores”.
Allende profundizó su destino fue “digno de novela” y, en ese camino, ha sido siempre “extranjera” y una “eterna desterrada”, parafraseando a su compatriota premio nobel de literatura 1971 Pablo Neruda (1904-1973).
Sobre su obra más leída, “La casa de los espíritus” de 1982, resaltó que refleja la historia política y social de Chile, país que “nunca se nombra en la novela”.“Es el protagonista. En esos años había en América Latina Gobiernos represivos, golpes militares y guerras no declaradas contra los pobres y contra las poblaciones indígenas, con el apoyo de la CIA en el contexto de la Guerra Fría”, apuntó.
Esta novela la escribió en Venezuela durante su autoexilio provocado por el golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende, quien era su tío, y posterior dictadura encabezada por Augusto Pinochet (1973-1990).
Allende también exhortó que “ya era hora” que la Universidad de Chile tuviera una rectora mujer, en alusión a Rosa Devés, quien aseveró que “es un honor y también una inmensa alegría” recibir a la escritora.
Consagrada como la escritora viva más leída de la literatura en español, Isabel Allende Llona llegó hasta la Casa Central para recibir una Medalla Rectoral, reconocimiento que la Universidad de Chile le concedió por su extensa trayectoria y su aporte a la literatura que incluye 28 libros, traducidos a más de 40 idiomas.
“En tiempos en que la libertad de expresión y la palabra auténtica conllevan cada vez más riesgos, a la vez que paradójicamente la tecnología nos ofrece más canales de comunicación que nunca, el hablar y contar libre de Isabel Allende, acompañado de una humanidad inagotable, es lo que hoy queremos relevar especialmente”, afirmó la Rectora Devés para abrir la ceremonia.
“Su escritura, donde las mujeres nunca dejamos de ser protagonistas y donde la imaginación y la creatividad vuelven trascendente lo cotidiano, es un antídoto frente a la tentación de guardar silencio para evitar posibles agravios. Con humor, ternura y una mirada crítica, sus libros son ejemplo de expresión valiente”, agregó.La escritora fue presentada por la directora del Departamento de Literatura @filosofiauchile, Carolina Brncic.
Conferencia magistral
Tras recibir la distinción, Isabel Allende dictó una conferencia magistral en la que abordó los temas que trata en su literatura: el porqué de la escritura, el feminismo y la equidad, la identidad local y la memoria, tanto la mágica como la nacional.
En el encuentro, la autora, también premio nacional de literatura 2010, señaló que escribe porque si no se le “seca el alma y me muero, porque la materia prima es infinita y gratis, el aire está lleno de historias”. “Cada persona tiene una vida que yo quiero conocer y contar y porque nada me da más placer que hilvanar palabras”, expresó la también integrante de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.
Abundó: "Cuando empieza un libro, “visualizo miles de piezas de un rompecabezas tiradas por allí de un rompecabezas y mi desafío es colocarlas en su sitio preciso, trabajo a ciegas, con paciencia, sin conocer el diseño, que solo podrá ver en la última página cuando los personajes me lo revelen”.
“Armar una historia es un proceso misterioso, orgánico, distintivo, al escribir entrada a la dimensión de los sueños, la intuición, las premoniciones. Paso la mayor parte de mi vida sola y en silencio, como un monje en su celda, en la soledad, recuerdo, escucho voces, tengo visiones”, comentó.
En su juventud, ofició como periodista en la icónica revista local “Paula”, en la que, confesó, aprendió que “la lectura no es un fin en sí mismo, es un medio de comunicación y nunca” lo olvidó, por lo que aclaró luego: “No escribo para mí, escribo para mis lectores”.
Allende profundizó su destino fue “digno de novela” y, en ese camino, ha sido siempre “extranjera” y una “eterna desterrada”, parafraseando a su compatriota premio nobel de literatura 1971 Pablo Neruda (1904-1973).
Sobre su obra más leída, “La casa de los espíritus” de 1982, resaltó que refleja la historia política y social de Chile, país que “nunca se nombra en la novela”.“Es el protagonista. En esos años había en América Latina Gobiernos represivos, golpes militares y guerras no declaradas contra los pobres y contra las poblaciones indígenas, con el apoyo de la CIA en el contexto de la Guerra Fría”, apuntó.
Esta novela la escribió en Venezuela durante su autoexilio provocado por el golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende, quien era su tío, y posterior dictadura encabezada por Augusto Pinochet (1973-1990).
Allende también exhortó que “ya era hora” que la Universidad de Chile tuviera una rectora mujer, en alusión a Rosa Devés, quien aseveró que “es un honor y también una inmensa alegría” recibir a la escritora.