“Ahora la ciencia está mucho más presente en los medios y eso hace que la gente la viva como algo más cotidiano, con una respuesta de la sociedad más permeable al trabajo científico”, dijo a Télam Ileana Lotersztain, autora junto a Silvana Fucito del texto “Química hasta en la sopa”, de ediciones Iamiqué.<br /><br />Con ilustraciones de Pablo Picyk, el libro que divulga "Cuánta química se esconde en el colchón" o "Por qué lloramos cuando cortamos cebolla", fue "una idea de Silvana, licenciada en Química que trabajaba en el Instituto Lenoir y hacía charlas en el ciclo de `puertas abiertas` que se llamaban `Química hasta en la sopa`", historió Ileana.<br /><br />Inspirada en una apuesta de que la química está presente en las cosas de todos los días, cuando Fucito acercó la charla a las editoras para ver si les interesaba publicarla como libro, les "encantó".<br /><br />"Ahora es raro no ver contenidos científicos en diarios e incluso la radio tiene columnistas de ciencia, justamente tratando de mostrar el lado más cotidiano, en vez del más alejado del laboratorio, algo que antes era impensado", opinó.<br /><br />La bióloga graduada en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, contó que “lamentablemente, Silvana falleció en un accidente y no lo pudo terminar de escribir, entonces nosotros retomamos el trabajo”.<br /><br />Para Iamiqué -que publicó “Guía turística del sistema solar”, “¡Achís!“ y “9 meses bajo la lupa“, entre otros títulos-, el libro presentado ayer en la Sala Sarmiento de la Feria del Libro es el primer título de la colección “Sopa de ciencias“, que incluirá “Matemática hasta en la sopa”, “Biología…”, y otros.<br /><br />“Trabajamos con el estilo como les aparece a los chicos la necesidad de conocer: si trabajamos el concepto de que el eje de la Tierra está inclinado y eso determina el cambio de estaciones, un chico no se va a preguntar porqué está inclinado el eje sino por qué hace calor en verano; entonces, para contestar eso, hay que contar que la Tierra está inclinada“, ejemplificó.<br /><br />En tanto, en el visitado stand de Siglo XXI donde se exhibe la colección "Ciencia que ladra", el vendedor Cristian Pereyra dijo a Télam que observa que "la gente se interesa mucho por esta colección que ya lleva unos años y ha ganado muchos adeptos, lo que se refleja en la cantidad de títulos que se van editando por año".<br /><br />Las mesas de Siglo XXI donde se exhibe la colección permanecen continuamente rodeadas de personas de toda edad, revisando la variedad de temas que desafían al lector a adentrarse en las intrincadas ramas de la ciencia.<br /><br />Desde la tapa trazada con dibujos, los títulos que se dejan “tomar” por el lector son “La ciencia del color -historias y pasiones en torno a los pigmentos", de Ana von Rebeur, o “El mejor amigo de la ciencia - historias con perros y científicos", de Martín De Ambrosio.<br /><br />También “Plantas, bacterias, hongos, mi mujer, el cocinero y su amante”, de Luis Wall, y el multi editado -ya por la quinta saga- “Matemática, ¿estás ahí?”, de Adrián Paenza.<br /><br />“Los libros de Paenza, los primeros de esta colección, se vendieron en grandes cantidades y escaló a programa de televisión porque la gente lo busca”, estimó Pereyra.<br /><br />Este fenómeno significa “que la gente se está interesando un poco más por la ciencia, con libros de precios accesibles que, al ser de divulgación como `El remedio de la abuela`, trabajan temas de sentido común y cercanos a la gente, por eso tienen buena llegada”, opinó el vendedor.<br /><br />Mientras tanto, chicos y grandes juegan a ser científicos en un taller dirigido por el Portal Experimentar, donde gestan con procedimientos químicos la fórmula del "súpermoko", que luego Gustavo Vasen, coordinador del grupo, les propondrá llevarse a sus casas.<br /><br />Para aprender la fórmula "del moko perfecto”, los visitantes podrán recalar en ese espacio mañana de 18 a 19 y el próximo sábado de 16 a 17 y de 18 a 19, en tanto Omar Pignataro preguntará mañana a las 16.30: "¿Usted conoce el colesterol bueno?”.<br /><br />
“Ahora la ciencia está mucho más presente en los medios y eso hace que la gente la viva como algo más cotidiano, con una respuesta de la sociedad más permeable al trabajo científico”, dijo a Télam Ileana Lotersztain, autora junto a Silvana Fucito del texto “Química hasta en la sopa”, de ediciones Iamiqué.<br /><br />Con ilustraciones de Pablo Picyk, el libro que divulga "Cuánta química se esconde en el colchón" o "Por qué lloramos cuando cortamos cebolla", fue "una idea de Silvana, licenciada en Química que trabajaba en el Instituto Lenoir y hacía charlas en el ciclo de `puertas abiertas` que se llamaban `Química hasta en la sopa`", historió Ileana.<br /><br />Inspirada en una apuesta de que la química está presente en las cosas de todos los días, cuando Fucito acercó la charla a las editoras para ver si les interesaba publicarla como libro, les "encantó".<br /><br />"Ahora es raro no ver contenidos científicos en diarios e incluso la radio tiene columnistas de ciencia, justamente tratando de mostrar el lado más cotidiano, en vez del más alejado del laboratorio, algo que antes era impensado", opinó.<br /><br />La bióloga graduada en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, contó que “lamentablemente, Silvana falleció en un accidente y no lo pudo terminar de escribir, entonces nosotros retomamos el trabajo”.<br /><br />Para Iamiqué -que publicó “Guía turística del sistema solar”, “¡Achís!“ y “9 meses bajo la lupa“, entre otros títulos-, el libro presentado ayer en la Sala Sarmiento de la Feria del Libro es el primer título de la colección “Sopa de ciencias“, que incluirá “Matemática hasta en la sopa”, “Biología…”, y otros.<br /><br />“Trabajamos con el estilo como les aparece a los chicos la necesidad de conocer: si trabajamos el concepto de que el eje de la Tierra está inclinado y eso determina el cambio de estaciones, un chico no se va a preguntar porqué está inclinado el eje sino por qué hace calor en verano; entonces, para contestar eso, hay que contar que la Tierra está inclinada“, ejemplificó.<br /><br />En tanto, en el visitado stand de Siglo XXI donde se exhibe la colección "Ciencia que ladra", el vendedor Cristian Pereyra dijo a Télam que observa que "la gente se interesa mucho por esta colección que ya lleva unos años y ha ganado muchos adeptos, lo que se refleja en la cantidad de títulos que se van editando por año".<br /><br />Las mesas de Siglo XXI donde se exhibe la colección permanecen continuamente rodeadas de personas de toda edad, revisando la variedad de temas que desafían al lector a adentrarse en las intrincadas ramas de la ciencia.<br /><br />Desde la tapa trazada con dibujos, los títulos que se dejan “tomar” por el lector son “La ciencia del color -historias y pasiones en torno a los pigmentos", de Ana von Rebeur, o “El mejor amigo de la ciencia - historias con perros y científicos", de Martín De Ambrosio.<br /><br />También “Plantas, bacterias, hongos, mi mujer, el cocinero y su amante”, de Luis Wall, y el multi editado -ya por la quinta saga- “Matemática, ¿estás ahí?”, de Adrián Paenza.<br /><br />“Los libros de Paenza, los primeros de esta colección, se vendieron en grandes cantidades y escaló a programa de televisión porque la gente lo busca”, estimó Pereyra.<br /><br />Este fenómeno significa “que la gente se está interesando un poco más por la ciencia, con libros de precios accesibles que, al ser de divulgación como `El remedio de la abuela`, trabajan temas de sentido común y cercanos a la gente, por eso tienen buena llegada”, opinó el vendedor.<br /><br />Mientras tanto, chicos y grandes juegan a ser científicos en un taller dirigido por el Portal Experimentar, donde gestan con procedimientos químicos la fórmula del "súpermoko", que luego Gustavo Vasen, coordinador del grupo, les propondrá llevarse a sus casas.<br /><br />Para aprender la fórmula "del moko perfecto”, los visitantes podrán recalar en ese espacio mañana de 18 a 19 y el próximo sábado de 16 a 17 y de 18 a 19, en tanto Omar Pignataro preguntará mañana a las 16.30: "¿Usted conoce el colesterol bueno?”.<br /><br />