Fue una noche peronista. No tanto por las consignas, ni por la tradicional liturgia, ni por la Marcha, que esta vez se mantuvieron al margen. Sólo se habló de peronismo desde el escenario, mientras una multitudinaria y respetuosa platea escuchó apasionada.
El paso de Felipe Pigna por Trelew dejó a todos más que satisfechos. El popular historiador se sentó frente a unas 500 personas que colmaron las plateas y los palcos del histórico Teatro Verdi, a hablar nada más y nada menos que de peronismo, sin esquivar las semblanzas de Juan Domingo Perón y la inigualable figura de Evita.
Moderado por el historiador local Javier Prado, que también es un profundo conocedor del fenómeno “peronismo”, Pigna fue hilando de manera didáctica una tras otra las pequeñas historias que conformaron la épica gesta del 17 de octubre de 1945.
Reafirmando la idea de que aquel día no fue sólo un fenómeno porteño, sino apenas la eclosión en la gran urbe de una gran huelga general nacida los días anteriores en los quebrachales y minas del norte, en los ingenios tucumanos o en los viñedos mendocinos, Pigna fue recorriendo con su particular forma de contar –sencilla, didáctica y a veces irónica-, cómo se fue gestando ese movimiento popular que reclamó la liberación de su líder, y de qué manera se fueron desarrollando los acontecimientos que dieron lugar al fenómeno político que cambió para siempre la historia argentina.
Con una imagen de Evita junto a varios niños a su espalda, que ilustra la tapa de su último libro, Pigna le dedicó buena parte de su charla a lo que él considera una figura clave esencial del peronismo, a “la mujer más amada y más odiada de la Argentina”.
“Es interesante abundar en un debate o abrir algunas puntas sobre cómo tratar el personaje desde el punto de vista más político, no tanto como su faceta más conocida, como personaje folclórico o el apéndice de Perón”, dice Pigna de ella.
Y destaca los tres años que van del ‘44 al ’47, en donde aquella mujer que acompañaba a Perón y era una mujer sin demasiados contactos con la vida política, se convierte en un verdadero “cuadro” político, imprescindible para la construcción del peronismo.
El papel del sindicalista de la carne Cipriano Reyes (uno de los “hacedores” del 17 de Octubre); la campaña previa a las elecciones del ’46, punto máximo de los clichés antiperonistas (como los “negros haciendo asados con los parquet”); el “papel payasesco” del embajador yanki Spruille Braden junto a los opositores; y el recuerdo de los sindicalistas (Vandor) y militares (Lonardi) que años más tarde imaginaron ambiciosa e ingenuamente un “peronismo sin Perón”, la charla de Pigna en Trelew casi no dejó rincones peronistas por tocar.
Inclusive, los coqueteos del General con el fascismo italiano y algunos otros pensamientos totalitarios europeos, que sin embargo no tuvieron ni el nacimiento ni el desarrollo en sectores populares, “como sí tuvo el peronismo”, aclaró Pigna.
Hubo un espacio para algunas preguntas de historiadores, de varios “compañeros” y hasta de una adolescente que le preguntó algo que Pigna ya había contado en detalle al principio de la noche: “El 17 de Octubre no tuvo el aspecto de otras revoluciones ocurridas en el mundo, pero se plantó sobre cambios revolucionarios que la convierten en una verdadera revolución. El peronismo es el movimiento político más importante del siglo XX, transformó la realidad social argentina en lo más importante, que es lo redistributivo.” #
Fue una noche peronista. No tanto por las consignas, ni por la tradicional liturgia, ni por la Marcha, que esta vez se mantuvieron al margen. Sólo se habló de peronismo desde el escenario, mientras una multitudinaria y respetuosa platea escuchó apasionada.
El paso de Felipe Pigna por Trelew dejó a todos más que satisfechos. El popular historiador se sentó frente a unas 500 personas que colmaron las plateas y los palcos del histórico Teatro Verdi, a hablar nada más y nada menos que de peronismo, sin esquivar las semblanzas de Juan Domingo Perón y la inigualable figura de Evita.
Moderado por el historiador local Javier Prado, que también es un profundo conocedor del fenómeno “peronismo”, Pigna fue hilando de manera didáctica una tras otra las pequeñas historias que conformaron la épica gesta del 17 de octubre de 1945.
Reafirmando la idea de que aquel día no fue sólo un fenómeno porteño, sino apenas la eclosión en la gran urbe de una gran huelga general nacida los días anteriores en los quebrachales y minas del norte, en los ingenios tucumanos o en los viñedos mendocinos, Pigna fue recorriendo con su particular forma de contar –sencilla, didáctica y a veces irónica-, cómo se fue gestando ese movimiento popular que reclamó la liberación de su líder, y de qué manera se fueron desarrollando los acontecimientos que dieron lugar al fenómeno político que cambió para siempre la historia argentina.
Con una imagen de Evita junto a varios niños a su espalda, que ilustra la tapa de su último libro, Pigna le dedicó buena parte de su charla a lo que él considera una figura clave esencial del peronismo, a “la mujer más amada y más odiada de la Argentina”.
“Es interesante abundar en un debate o abrir algunas puntas sobre cómo tratar el personaje desde el punto de vista más político, no tanto como su faceta más conocida, como personaje folclórico o el apéndice de Perón”, dice Pigna de ella.
Y destaca los tres años que van del ‘44 al ’47, en donde aquella mujer que acompañaba a Perón y era una mujer sin demasiados contactos con la vida política, se convierte en un verdadero “cuadro” político, imprescindible para la construcción del peronismo.
El papel del sindicalista de la carne Cipriano Reyes (uno de los “hacedores” del 17 de Octubre); la campaña previa a las elecciones del ’46, punto máximo de los clichés antiperonistas (como los “negros haciendo asados con los parquet”); el “papel payasesco” del embajador yanki Spruille Braden junto a los opositores; y el recuerdo de los sindicalistas (Vandor) y militares (Lonardi) que años más tarde imaginaron ambiciosa e ingenuamente un “peronismo sin Perón”, la charla de Pigna en Trelew casi no dejó rincones peronistas por tocar.
Inclusive, los coqueteos del General con el fascismo italiano y algunos otros pensamientos totalitarios europeos, que sin embargo no tuvieron ni el nacimiento ni el desarrollo en sectores populares, “como sí tuvo el peronismo”, aclaró Pigna.
Hubo un espacio para algunas preguntas de historiadores, de varios “compañeros” y hasta de una adolescente que le preguntó algo que Pigna ya había contado en detalle al principio de la noche: “El 17 de Octubre no tuvo el aspecto de otras revoluciones ocurridas en el mundo, pero se plantó sobre cambios revolucionarios que la convierten en una verdadera revolución. El peronismo es el movimiento político más importante del siglo XX, transformó la realidad social argentina en lo más importante, que es lo redistributivo.” #