Ya lo había advertido Mario Barletta, el jefe del comité nacional: "Hay intentos de otras fuerzas políticas, como el PRO, de seducir radicales". A Barletta el olfato no le falló. La designación de Mauricio Macri (y aceptación) de Silvana Giúdici para ocupar una oficina en el Gobierno porteño se convirtió en otro escándalo para la UCR.
Giúdici, que ya fue exsecretaria de Gobierno de Aníbal Ibarra y extitular del Programa del Bicentenario deJorge Telerman en la Ciudad, ahora fue nombrada subsecretaria coordinadora de Planes Estratégicos.
"Este no es un lugar de gestión, es un lugar institucional formulado para articular ideas distintas. No pueden decir que me estoy sumando al gobierno de Macri", justificó la exdiputada radical en declaraciones a Radio Continental. "Algunos me acompañarán, otros me criticarán. El radicalismo tiene que ser un factor de unidad y no un factor de división de la oposición", agregó.
"El puesto es un lugar de articulación con la sociedad civil para planes a largo plazo", aclaró, aunque también reconoció que aceptar el cargo fue una "decisión polémica".
"He conversado esta decisión con sectores del radicalismo que me acompañan hace año. El partido viene reclamando diálogo", expresó Giúdici al minimizar los cuestionamientos. "Son saludables las adhesiones y los rechazos. Confronté electoralmente con Macri y también acompañé muchas decisiones",manifestó la espadachín legislativa Nº 1 de la oposición contra la Ley de Medios, devenida en directora de una ONG sin fueros parlamentarios.
Giúdici, que no quiere sacar los pies de la UCR, aseguró que recibió "muchos dirigentes del partido a nivel nacional" para darle aliento y aseguró que su decisión no implica entregar la afiliación partidaria.
"De esta manera el radicalismo demuestra ser coherente con el pedido al diálogo que se le hace al Gobierno. Hay que generar una propuesta electoral", exhortó la ahora funcionaria PRO.
Pero el coqueteo de Macri con los radicales porteños tendrá su costo. En política los pases de bando se pagan con el carnet. El borocotismo así lo demostró en la Cámara de Diputados, aunque aquí sería un borocotismo pre-electoral. Otro ejemplo fue la alianza entreNéstor Kirchner y Julio Cobospara ganar en 2007, que dejó al mendocino en un rincón del partido y sin afiliación.
"No me llama la atención en absoluto", dijo el expresidente de la UCR capitalina Carlos Más Vélez, quien deslizó que Giúdici "dilataba" la aceptación a la espera del sillón opositor en el AFSCA de Martín Sabattella. "Tenía la expectativa de entrar", evaluó Más Vélez en las últimas horas.
Rubén Gabriele, actual presidente del radicalismo porteño, fue un paso más allá y ya le envió un mensaje a la secretaria PRO-radical."Para acceder a un cargo de designación política tiene que tener autorización de los órganos partidarios y ella no la ha tenido, lo que ubica su actitud en contradicción con lo que indica la Carta Orgánica partidaria. El Tribunal de Disciplina tomará una decisión".
Lo que había dicho Barletta en julio de 2012 era exacto. Lo que no vaticinó en ese momento que el efecto seducción del perfume PRO. "Se toman los pases de un espacio a otro como en el fútbol. No hay una base de sustentación programática, común, ideológica con el PRO, no creo que tenga que ver con los radicales".
Fuente: Ámbito Financiero.
Ya lo había advertido Mario Barletta, el jefe del comité nacional: "Hay intentos de otras fuerzas políticas, como el PRO, de seducir radicales". A Barletta el olfato no le falló. La designación de Mauricio Macri (y aceptación) de Silvana Giúdici para ocupar una oficina en el Gobierno porteño se convirtió en otro escándalo para la UCR.
Giúdici, que ya fue exsecretaria de Gobierno de Aníbal Ibarra y extitular del Programa del Bicentenario deJorge Telerman en la Ciudad, ahora fue nombrada subsecretaria coordinadora de Planes Estratégicos.
"Este no es un lugar de gestión, es un lugar institucional formulado para articular ideas distintas. No pueden decir que me estoy sumando al gobierno de Macri", justificó la exdiputada radical en declaraciones a Radio Continental. "Algunos me acompañarán, otros me criticarán. El radicalismo tiene que ser un factor de unidad y no un factor de división de la oposición", agregó.
"El puesto es un lugar de articulación con la sociedad civil para planes a largo plazo", aclaró, aunque también reconoció que aceptar el cargo fue una "decisión polémica".
"He conversado esta decisión con sectores del radicalismo que me acompañan hace año. El partido viene reclamando diálogo", expresó Giúdici al minimizar los cuestionamientos. "Son saludables las adhesiones y los rechazos. Confronté electoralmente con Macri y también acompañé muchas decisiones",manifestó la espadachín legislativa Nº 1 de la oposición contra la Ley de Medios, devenida en directora de una ONG sin fueros parlamentarios.
Giúdici, que no quiere sacar los pies de la UCR, aseguró que recibió "muchos dirigentes del partido a nivel nacional" para darle aliento y aseguró que su decisión no implica entregar la afiliación partidaria.
"De esta manera el radicalismo demuestra ser coherente con el pedido al diálogo que se le hace al Gobierno. Hay que generar una propuesta electoral", exhortó la ahora funcionaria PRO.
Pero el coqueteo de Macri con los radicales porteños tendrá su costo. En política los pases de bando se pagan con el carnet. El borocotismo así lo demostró en la Cámara de Diputados, aunque aquí sería un borocotismo pre-electoral. Otro ejemplo fue la alianza entreNéstor Kirchner y Julio Cobospara ganar en 2007, que dejó al mendocino en un rincón del partido y sin afiliación.
"No me llama la atención en absoluto", dijo el expresidente de la UCR capitalina Carlos Más Vélez, quien deslizó que Giúdici "dilataba" la aceptación a la espera del sillón opositor en el AFSCA de Martín Sabattella. "Tenía la expectativa de entrar", evaluó Más Vélez en las últimas horas.
Rubén Gabriele, actual presidente del radicalismo porteño, fue un paso más allá y ya le envió un mensaje a la secretaria PRO-radical."Para acceder a un cargo de designación política tiene que tener autorización de los órganos partidarios y ella no la ha tenido, lo que ubica su actitud en contradicción con lo que indica la Carta Orgánica partidaria. El Tribunal de Disciplina tomará una decisión".
Lo que había dicho Barletta en julio de 2012 era exacto. Lo que no vaticinó en ese momento que el efecto seducción del perfume PRO. "Se toman los pases de un espacio a otro como en el fútbol. No hay una base de sustentación programática, común, ideológica con el PRO, no creo que tenga que ver con los radicales".
Fuente: Ámbito Financiero.