“Para los empleados es doloroso y vergonzante”
Cinco testimonios de los trabajadores del Superior.
Alicia Rossi es secretaria de la Sala Civil. Estaba la mañana que Panizzi saludó en el despacho de Pasutti, y “como pensó que no le había respondido, volvió y de manera brusca le repitió ´Buen día´”. La empleada contó que “en los últimos tiempos la relación era muy tensa, lo sabían todos”. Cuando los ministros iban a los acuerdos “volvían muy contrariados y sorprendidos por la cosas que pasaban y Pasutti me lo comentó en varias ocasiones”.
La denuncia por el uso de viáticos y vehículos “generó mucha rispidez” ya que “fue muy fuerte para la Sala Civil recibir esas acusaciones; la situación se tornó difícil entre ellos”. Y cuando se creó la Oficina de la Mujer y se designó a María Arrigone “hubo enojo y gran molestia, no fue un acuerdo pacífico y las cosas se complicaron”. Rossi admitió que “era muy fuerte” el rumor de que ese cargo estaba pensado para Mariana Ripa.
La secretaria advirtió que hoy mismo los empleados perciben la tensión entre los jueces. “Sin dudas, porque es una situación muy dolorosa para todos los que trabajamos en el Poder Judicial por la manera en que se habla. Es hasta vergonzante y sobre todo que estén sospechadas personas que uno aprecia”. Pasutti y Daniel Caneo –dijo- tuvieron problemas de salud por el stress del escándalo. Sobre el final, Alicia destacó el buen trato de Panizzi.
Juan Carlos Ronan trabajó en Sarmiento al mismo tiempo que Panizzi era juez allí. Se hizo famoso en este juicio político por un insulto. “Yo evitaba ir a su Juzgado pero a veces debía dejar escritos de Fiscalía en mesa de entrada”, recordó. Un día, ante varios testigos, el entonces juez lo vio esperando y le espetó un “que hacés, sorete”. Según el testigo, “dicho con fibra. Y mi reacción fue de vergüenza”.
Ya antes Ronan había tenido incidentes con el ministro, pese a que al principio su relación fue muy buena. Panizzi tuvo problemas con el fiscal Ricardo Fores, de quien Ronan era prosecretario. “No sé por qué pero me involucró y empecé a sufrir esa enemistad entre ellos”.
El testigo explicó largamente su mala relación con el enjuiciado, aunque esos episodios no son los que se juzgan. “La verdad es que ahora no me importa si sigue como ministro o no; me estoy divirtiendo y como dice Maradona, ahora que se lo fumen ellos y van a ver quién es”.
La contadora Gladys Albania es responsable del trámite para la compra de vehículos en el STJ. No aportó datos reveladores pero ante la insistencia de Risso dijo que el exjefe de Compras –que renunció en febrero- pidió un presupuesto por un Citröen de alta gama, supuestamente para Panizzi, sin pedir permiso a su jefa. “A mí nunca nadie, y menos el ministro, me pidió un coche en especial. Me enteré de ese presupuesto cuando el responsable de Compras renunció”.
Leticia Vicente fue relatora de Panizzi, en reemplazo de Arrigone. “Yo estaba a prueba, él supo que estaba embarazada, me felicitó y me dijo que no había ningún problema que siguiera en la Sala Penal”. Según la testigo, “su actitud fue sin inconvenientes, correcto y muy respetuoso y cordial. Nunca vi violencia”.
Alicia Rossi es secretaria de la Sala Civil. Estaba la mañana que Panizzi saludó en el despacho de Pasutti, y “como pensó que no le había respondido, volvió y de manera brusca le repitió ´Buen día´”. La empleada contó que “en los últimos tiempos la relación era muy tensa, lo sabían todos”. Cuando los ministros iban a los acuerdos “volvían muy contrariados y sorprendidos por la cosas que pasaban y Pasutti me lo comentó en varias ocasiones”.
La denuncia por el uso de viáticos y vehículos “generó mucha rispidez” ya que “fue muy fuerte para la Sala Civil recibir esas acusaciones; la situación se tornó difícil entre ellos”. Y cuando se creó la Oficina de la Mujer y se designó a María Arrigone “hubo enojo y gran molestia, no fue un acuerdo pacífico y las cosas se complicaron”. Rossi admitió que “era muy fuerte” el rumor de que ese cargo estaba pensado para Mariana Ripa.
La secretaria advirtió que hoy mismo los empleados perciben la tensión entre los jueces. “Sin dudas, porque es una situación muy dolorosa para todos los que trabajamos en el Poder Judicial por la manera en que se habla. Es hasta vergonzante y sobre todo que estén sospechadas personas que uno aprecia”. Pasutti y Daniel Caneo –dijo- tuvieron problemas de salud por el stress del escándalo. Sobre el final, Alicia destacó el buen trato de Panizzi.
Juan Carlos Ronan trabajó en Sarmiento al mismo tiempo que Panizzi era juez allí. Se hizo famoso en este juicio político por un insulto. “Yo evitaba ir a su Juzgado pero a veces debía dejar escritos de Fiscalía en mesa de entrada”, recordó. Un día, ante varios testigos, el entonces juez lo vio esperando y le espetó un “que hacés, sorete”. Según el testigo, “dicho con fibra. Y mi reacción fue de vergüenza”.
Ya antes Ronan había tenido incidentes con el ministro, pese a que al principio su relación fue muy buena. Panizzi tuvo problemas con el fiscal Ricardo Fores, de quien Ronan era prosecretario. “No sé por qué pero me involucró y empecé a sufrir esa enemistad entre ellos”.
El testigo explicó largamente su mala relación con el enjuiciado, aunque esos episodios no son los que se juzgan. “La verdad es que ahora no me importa si sigue como ministro o no; me estoy divirtiendo y como dice Maradona, ahora que se lo fumen ellos y van a ver quién es”.
La contadora Gladys Albania es responsable del trámite para la compra de vehículos en el STJ. No aportó datos reveladores pero ante la insistencia de Risso dijo que el exjefe de Compras –que renunció en febrero- pidió un presupuesto por un Citröen de alta gama, supuestamente para Panizzi, sin pedir permiso a su jefa. “A mí nunca nadie, y menos el ministro, me pidió un coche en especial. Me enteré de ese presupuesto cuando el responsable de Compras renunció”.
Leticia Vicente fue relatora de Panizzi, en reemplazo de Arrigone. “Yo estaba a prueba, él supo que estaba embarazada, me felicitó y me dijo que no había ningún problema que siguiera en la Sala Penal”. Según la testigo, “su actitud fue sin inconvenientes, correcto y muy respetuoso y cordial. Nunca vi violencia”.