Racing amargó a Germinal en el Argentino B

El partido terminó 2 a 1 a favor de los trelewenses, que ya estaban eliminados de la competencia. Ahora los capitalinos están obligados a ganar en Comodoro.

16 FEB 2014 - 22:53 | Actualizado

Hubo un mismo sistema táctico: tres en el fondo, cuatro en el medio, un enganche y dos delanteros y hubo dos clásicos. Uno el que jugó Racing y otro el que asumió Germinal. Y hubo sorpresas. El equipo eliminado tempranamente de la Zona 15 del Torneo Argentino B derrotó, con absoluta justicia, a un desconocido candidato a acceder de ronda y que ayer podría haber quedado en el segundo lugar (y en una inmejorable posición) de la tabla de posiciones, en el eventual caso que ganara.

Quizás, esa realidad, confundió a los protagonistas del partido. Es que el candidato a ganar el juego, léase Germinal, pareció impreciso, con bajos rendimientos individuales y superado en varios pasajes del cotejo. Es más, si Racing hubiera tenido una mayor contundencia a la hora de pisar el área rival, la diferencia -sobre todo en el primer tiempo, pudo haber sido mayor.

El equipo de Jaime Giordanella, recuperó un poco la memoria en la segunda mitad, cuando arrinconó a la “Academia” contra su arco y alcanzó la igualdad, pero no le alcanzó para merecer la victoria. Los “Albirrojos”, con algunos picos de alto rendimiento, aprovecharon las ventajas que otorgó el local y facturó por dos para llevarse el clásico más importante del fútbol doméstico, aunque sea por un torneo federal. Es que los clásicos no se merecen, se ganan.

Esas ansias de vencer aparecieron en los primeros cuarenta y cinco minutos y menguaron en los segundos.

La primera mitad

Aprovechando el viento a su favor, Racing manejó el territorio y también la pelota. Su medio campo apretó con firmeza y dureza y cada vez que recuperaba el balón, salió con rapidez vía sus delanteros, preferentemente por Dercky que fue un problema indisoluble para un desconocido Odriozola. A ello, le sumó la molestia permanente que significa, siempre, “Petete” Mansilla y la velocidad que le imprimieron Griffiths y Francezón por las bandas. Tanto lo maniató la visita al “Verde”, que se pudieron contabilizar seis jugadas claras de gol para Racing contra ninguna del local.

Y tanto fueron los dirigidos por Samso, que en una confusa jugada y tras un centro, Gustavo Caamaño la empujó a la red a tres minutos del final de la etapa.

El tanto de Caamaño, injustamente silbado e insultado por la parcialidad local, dejó un saldo de justicia por lo hecho por uno y otro equipo y también preocupación en las huestes germinalistas, no sólo por el resultado adverso, sino por el rendimiento del equipo, muy lejos de lo que había evidenciado durante todo el campeonato.

Segundo tiempo

Con esa escueta diferencia, la segunda mitad mostró otras caras. Giordanella movió el banco. Sacó a Cugura y metió a Santibáñez para darle más vértigo. Achicó los espacios y apuró a Racing y en una formidable jugada de Hernández, Mauricio Hoyos estampó el empate desde el área chica. Allí se vio lo mejor de Germinal, que ubicó en el campo a Blas Sosa y atacó incesantemente con un Edgar Galeano, que si bien está físicamente limitado, su talento y su capacidad para armar jugadas sigue vigente. Claro está, el adelantamiento del “Verdiblanco”, dejó grietas en el fondo que fueron aprovechadas en cada réplica que la “Academia” hizo; en particular desde el ingreso de Damián París. Precisamente una jugada del ex Independiente y Germinal por la izquierda, sobrevino el segundo tanto del visitante, cuando el ex Defensores de la Ribera, Michael Griffiths, definió cruzado ante el achique de López y del enorme hueco defensivo por la franja izquierda.

Germinal tuvo que volver a empezar. Creció la figura del uruguayo Pellejero, la siguió pidiendo el “Cholga” Galeano y Hernández mantuvo su agresividad. Sin embargo, fue poco claro a la hora de definir y terminó chocando con un seguro Cottet y un jugador de otra categoría como lo es Gustavo Caamaño. No obstante ello, tuvo el empate en los pies de Sosa, cuando un tiro libre de éste dio en el travesaño, luego que el arquero racinguista la tocara con sus dedos.

Después, se repitió en centros cruzados y en lateralizar el juego, pero sin profundidad y a exponerse a las contras visitantes, como aquella de París, que tras un slalom por el sector izquierdo, se la tiró a las manos al “Oreja” López, teniendo tiempo para seguir y estando acompañado, incluso, por Armando Mansilla.

Esas dos últimas jugadas, que le dieron emoción al clásico, fueron en los últimos minutos. El tiro libre de Blas Sosa a los 42 y la de París a los 44. De nada sirvieron los cinco minutos de descuento que otorgó el bahiense Gustavo Altuna, duramente criticado por Guillermo Samso con posterioridad del partido, calificándolo de localista; juicio que a nuestro parecer no fue tan así. Si lo hubiera sido, Germinal no perdía y ayer cayó derrotado por primera vez como local en su estadio en lo que va de la Zona 15 del Torneo Argentino B 2013-2014.

El final favorable a la “Academia” no sorprendió a nadie y obligó a la masa seguidora “verdolaga” a arengar que el próximo domingo, en Comodoro Rivadavia, tienen que ganar “cueste lo que cueste”, en un partido para nada fácil, ni para los dirigidos por Jaime Giordanella ni para los orientados por Rogger Morales.

El resultado de ayer fue el peor escenario que le pudo haber tocado a Germinal. Haber sido derrotado no sólo por un equipo eliminado, sino por Racing, el conjunto más antagónico que posee la institución capitalina en toda su historia en el balompié local y en donde existieron duelos memorables.

A ello, se suma la victoria de Boca de Río Gallegos, que lo supera en la tabla de posiciones y la derrota de Huracán de Comodoro, que obliga al equipo petrolero a ganar su duelo con los rawsenses para no tener ningún tipo de sobresaltos en la última fecha.

Sin embargo, hay buenas para Germinal. Una, que peor que ayer no puede jugar. Lo demostró una y mil veces que se recupera con conjuntos con más poderío como contra el Deportivo Madryn.

No depende de nadie

Otra es que depende de sí mismo. Si le gana a Huracán clasifica a la segunda fase, ya sea como segundo o tercero del grupo. Y también tiene un técnico con experiencia, ganador y con la suficiente astucia como para no dejarse caer por un mal resultado, cuando éstos son parte de las reglas de este juego tan maravilloso e impredecible que es el fútbol, como lo es Jaime Segundo Giordanella, viejo batallador de partidos del duro ascenso metropolitano y de certámenes regionales, donde se deja hasta la última gota de sudor en cada cruce, en cada centro y en cada toque.

La mala tarde de los de Rawson servirá como experiencia que los partidos clásicos se tienen que jugar con los dientes apretados y sin importar la tabla de posiciones ni los rivales, calcen los puntos que calcen.

Los clásicos, como contra Racing (o viceversa) no se merecen. Los clásicos se ganan, con actitud (virtud que no le falta ni a Gemrinal ni a Racing por lo visto ayer), y también con buen juego, que es lo que, en definitiva, marca la diferencia entre los que siguen y los que se quedan en las puertas de la clasificación soñada. Un objetivo planteado desde el inicio de la temporada por el “ALbiverde” y que por ahora cuenta con chances concretas.

Una victoria ante Huracán en Comodoro Rivadavia no es una quimera. Sólo es cuestión de proponérselo, pues el único fracaso consistirá si Germinal deja de intentar hacer las cosas.

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16 FEB 2014 - 22:53

Hubo un mismo sistema táctico: tres en el fondo, cuatro en el medio, un enganche y dos delanteros y hubo dos clásicos. Uno el que jugó Racing y otro el que asumió Germinal. Y hubo sorpresas. El equipo eliminado tempranamente de la Zona 15 del Torneo Argentino B derrotó, con absoluta justicia, a un desconocido candidato a acceder de ronda y que ayer podría haber quedado en el segundo lugar (y en una inmejorable posición) de la tabla de posiciones, en el eventual caso que ganara.

Quizás, esa realidad, confundió a los protagonistas del partido. Es que el candidato a ganar el juego, léase Germinal, pareció impreciso, con bajos rendimientos individuales y superado en varios pasajes del cotejo. Es más, si Racing hubiera tenido una mayor contundencia a la hora de pisar el área rival, la diferencia -sobre todo en el primer tiempo, pudo haber sido mayor.

El equipo de Jaime Giordanella, recuperó un poco la memoria en la segunda mitad, cuando arrinconó a la “Academia” contra su arco y alcanzó la igualdad, pero no le alcanzó para merecer la victoria. Los “Albirrojos”, con algunos picos de alto rendimiento, aprovecharon las ventajas que otorgó el local y facturó por dos para llevarse el clásico más importante del fútbol doméstico, aunque sea por un torneo federal. Es que los clásicos no se merecen, se ganan.

Esas ansias de vencer aparecieron en los primeros cuarenta y cinco minutos y menguaron en los segundos.

La primera mitad

Aprovechando el viento a su favor, Racing manejó el territorio y también la pelota. Su medio campo apretó con firmeza y dureza y cada vez que recuperaba el balón, salió con rapidez vía sus delanteros, preferentemente por Dercky que fue un problema indisoluble para un desconocido Odriozola. A ello, le sumó la molestia permanente que significa, siempre, “Petete” Mansilla y la velocidad que le imprimieron Griffiths y Francezón por las bandas. Tanto lo maniató la visita al “Verde”, que se pudieron contabilizar seis jugadas claras de gol para Racing contra ninguna del local.

Y tanto fueron los dirigidos por Samso, que en una confusa jugada y tras un centro, Gustavo Caamaño la empujó a la red a tres minutos del final de la etapa.

El tanto de Caamaño, injustamente silbado e insultado por la parcialidad local, dejó un saldo de justicia por lo hecho por uno y otro equipo y también preocupación en las huestes germinalistas, no sólo por el resultado adverso, sino por el rendimiento del equipo, muy lejos de lo que había evidenciado durante todo el campeonato.

Segundo tiempo

Con esa escueta diferencia, la segunda mitad mostró otras caras. Giordanella movió el banco. Sacó a Cugura y metió a Santibáñez para darle más vértigo. Achicó los espacios y apuró a Racing y en una formidable jugada de Hernández, Mauricio Hoyos estampó el empate desde el área chica. Allí se vio lo mejor de Germinal, que ubicó en el campo a Blas Sosa y atacó incesantemente con un Edgar Galeano, que si bien está físicamente limitado, su talento y su capacidad para armar jugadas sigue vigente. Claro está, el adelantamiento del “Verdiblanco”, dejó grietas en el fondo que fueron aprovechadas en cada réplica que la “Academia” hizo; en particular desde el ingreso de Damián París. Precisamente una jugada del ex Independiente y Germinal por la izquierda, sobrevino el segundo tanto del visitante, cuando el ex Defensores de la Ribera, Michael Griffiths, definió cruzado ante el achique de López y del enorme hueco defensivo por la franja izquierda.

Germinal tuvo que volver a empezar. Creció la figura del uruguayo Pellejero, la siguió pidiendo el “Cholga” Galeano y Hernández mantuvo su agresividad. Sin embargo, fue poco claro a la hora de definir y terminó chocando con un seguro Cottet y un jugador de otra categoría como lo es Gustavo Caamaño. No obstante ello, tuvo el empate en los pies de Sosa, cuando un tiro libre de éste dio en el travesaño, luego que el arquero racinguista la tocara con sus dedos.

Después, se repitió en centros cruzados y en lateralizar el juego, pero sin profundidad y a exponerse a las contras visitantes, como aquella de París, que tras un slalom por el sector izquierdo, se la tiró a las manos al “Oreja” López, teniendo tiempo para seguir y estando acompañado, incluso, por Armando Mansilla.

Esas dos últimas jugadas, que le dieron emoción al clásico, fueron en los últimos minutos. El tiro libre de Blas Sosa a los 42 y la de París a los 44. De nada sirvieron los cinco minutos de descuento que otorgó el bahiense Gustavo Altuna, duramente criticado por Guillermo Samso con posterioridad del partido, calificándolo de localista; juicio que a nuestro parecer no fue tan así. Si lo hubiera sido, Germinal no perdía y ayer cayó derrotado por primera vez como local en su estadio en lo que va de la Zona 15 del Torneo Argentino B 2013-2014.

El final favorable a la “Academia” no sorprendió a nadie y obligó a la masa seguidora “verdolaga” a arengar que el próximo domingo, en Comodoro Rivadavia, tienen que ganar “cueste lo que cueste”, en un partido para nada fácil, ni para los dirigidos por Jaime Giordanella ni para los orientados por Rogger Morales.

El resultado de ayer fue el peor escenario que le pudo haber tocado a Germinal. Haber sido derrotado no sólo por un equipo eliminado, sino por Racing, el conjunto más antagónico que posee la institución capitalina en toda su historia en el balompié local y en donde existieron duelos memorables.

A ello, se suma la victoria de Boca de Río Gallegos, que lo supera en la tabla de posiciones y la derrota de Huracán de Comodoro, que obliga al equipo petrolero a ganar su duelo con los rawsenses para no tener ningún tipo de sobresaltos en la última fecha.

Sin embargo, hay buenas para Germinal. Una, que peor que ayer no puede jugar. Lo demostró una y mil veces que se recupera con conjuntos con más poderío como contra el Deportivo Madryn.

No depende de nadie

Otra es que depende de sí mismo. Si le gana a Huracán clasifica a la segunda fase, ya sea como segundo o tercero del grupo. Y también tiene un técnico con experiencia, ganador y con la suficiente astucia como para no dejarse caer por un mal resultado, cuando éstos son parte de las reglas de este juego tan maravilloso e impredecible que es el fútbol, como lo es Jaime Segundo Giordanella, viejo batallador de partidos del duro ascenso metropolitano y de certámenes regionales, donde se deja hasta la última gota de sudor en cada cruce, en cada centro y en cada toque.

La mala tarde de los de Rawson servirá como experiencia que los partidos clásicos se tienen que jugar con los dientes apretados y sin importar la tabla de posiciones ni los rivales, calcen los puntos que calcen.

Los clásicos, como contra Racing (o viceversa) no se merecen. Los clásicos se ganan, con actitud (virtud que no le falta ni a Gemrinal ni a Racing por lo visto ayer), y también con buen juego, que es lo que, en definitiva, marca la diferencia entre los que siguen y los que se quedan en las puertas de la clasificación soñada. Un objetivo planteado desde el inicio de la temporada por el “ALbiverde” y que por ahora cuenta con chances concretas.

Una victoria ante Huracán en Comodoro Rivadavia no es una quimera. Sólo es cuestión de proponérselo, pues el único fracaso consistirá si Germinal deja de intentar hacer las cosas.


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