Leonela Aguirre fue asesinada el 17 de Marzo de 2010. Hoy tendría 14 años y para su familia el dolor no cesa. “Es como si hubiera ocurrido ayer, que estuviéramos pasando por esto, nunca nos vamos a olvidar esta fecha y lo que le pasó a Leonela”, dice Margarita Aguirre, su tía.
No hubo actos públicos “porque la gente no nos acompaña, siempre somos la mismas familias que llevamos el dolor”.
Por el crimen fue imputado un menor de edad, quien por su carácter inimputable no fue detenido y hace casi un año se encuentra dado de alta de los tratamientos que la justicia había dispuesto. La familia de la chica insiste en que no fue el único partícipe y lamenta el cierre de la causa. “No hay nada más, el fiscal Daniel Báez dio por cerrada la causa, nos dijo que no había más nada que hacer, que todo quedaba así, así que lo único que podemos hacer es pegar folletos o hablar con los medios para reclamar justicia”, dice la tía de Leonela.
“Yo sé”
“Yo sé que hay un culpable a pesar de que culparon al menor de edad, sé que hay más personas involucradas pero no investigaron más, no hicieron más nada, no buscaron las cosas que faltan de mi sobrina, el guardapolvos, la mochila, un zapatito”.
Según Margarita, “desde un principio dije que no fue el menor, sé que hay más gente involucrada, él no pudo haberlo hecho solo, Leonela era grande, gordita, pesada, el pibe que yo vi cuando fue a juicio no era como para que él la alzara solo y la tirara solo adentro del contenedor”.
El recuerdo
Leonela tenía 10 años cuando desapareció la tarde del 16 de marzo de 2010. La niña había salido de la Escuela Nº 124 rumbo a su casa, a tres cuadras de distancia. Nunca llegó. Tras el aviso de sus padres a las autoridades se inició un rastrillaje que duró hasta bien entrada la madrugada del 17 de marzo.
Con las primeras luces del nuevo día y a escasos 200 metros de su domicilio y de la escuela, Leonela apareció dentro de un contenedor, con signos de una muerte violenta.
La investigación judicial estuvo centrada en principio en el entorno de la menor y posteriormente el testimonio de una mujer señaló a un vecino del lugar como el posible autor.
El hombre señalado pasó más de dos meses detenido, acusado de ser el autor del crimen, pero estudios forenses sobre huellas encontradas en una bolsa y en un cable de computadora dirigieron la mirada judicial sobre un menor, quien pasó a ser desde ese momento el responsable del hecho. Por su edad nunca fue preso.
“A mí me llamó una persona que dijo que el menor no había sido, porque no pudo haber hecho eso, que intentaran investigar por otro lado” dijo Margarita, quien contó que la familia vive con una herida abierta. “Estamos todos acá, acompañando a mi hermano Juan y a Margot (los padres de Leonela), ellos están destrozados, les han destrozado la vida”.
La tía recordó a su sobrina como una nena “muy alegre, siempre le gustaba el folclore y lo bailaba, se había anotado para ir a canto, ese día fue a ensayar, era su primer día de canto, la mamá la dejó en la escuela; siempre andaba con nosotros en bicicleta, pero siempre cerca de la casa. No salía con nadie”.
En cuanto a si en algún momento tuvieron contacto con el menor señalado como autor del crimen o con algún familiar, contó que “el padre cuando supo que culpaban al hijo fue a Fiscalía, justo estábamos nosotros, nos dijo que no era el hijo y la gente que estaba ahí de la bronca que teníamos lo quisimos linchar, nos tuvieron que separar. Nunca más lo vimos”.
Leonela Aguirre fue asesinada el 17 de Marzo de 2010. Hoy tendría 14 años y para su familia el dolor no cesa. “Es como si hubiera ocurrido ayer, que estuviéramos pasando por esto, nunca nos vamos a olvidar esta fecha y lo que le pasó a Leonela”, dice Margarita Aguirre, su tía.
No hubo actos públicos “porque la gente no nos acompaña, siempre somos la mismas familias que llevamos el dolor”.
Por el crimen fue imputado un menor de edad, quien por su carácter inimputable no fue detenido y hace casi un año se encuentra dado de alta de los tratamientos que la justicia había dispuesto. La familia de la chica insiste en que no fue el único partícipe y lamenta el cierre de la causa. “No hay nada más, el fiscal Daniel Báez dio por cerrada la causa, nos dijo que no había más nada que hacer, que todo quedaba así, así que lo único que podemos hacer es pegar folletos o hablar con los medios para reclamar justicia”, dice la tía de Leonela.
“Yo sé”
“Yo sé que hay un culpable a pesar de que culparon al menor de edad, sé que hay más personas involucradas pero no investigaron más, no hicieron más nada, no buscaron las cosas que faltan de mi sobrina, el guardapolvos, la mochila, un zapatito”.
Según Margarita, “desde un principio dije que no fue el menor, sé que hay más gente involucrada, él no pudo haberlo hecho solo, Leonela era grande, gordita, pesada, el pibe que yo vi cuando fue a juicio no era como para que él la alzara solo y la tirara solo adentro del contenedor”.
El recuerdo
Leonela tenía 10 años cuando desapareció la tarde del 16 de marzo de 2010. La niña había salido de la Escuela Nº 124 rumbo a su casa, a tres cuadras de distancia. Nunca llegó. Tras el aviso de sus padres a las autoridades se inició un rastrillaje que duró hasta bien entrada la madrugada del 17 de marzo.
Con las primeras luces del nuevo día y a escasos 200 metros de su domicilio y de la escuela, Leonela apareció dentro de un contenedor, con signos de una muerte violenta.
La investigación judicial estuvo centrada en principio en el entorno de la menor y posteriormente el testimonio de una mujer señaló a un vecino del lugar como el posible autor.
El hombre señalado pasó más de dos meses detenido, acusado de ser el autor del crimen, pero estudios forenses sobre huellas encontradas en una bolsa y en un cable de computadora dirigieron la mirada judicial sobre un menor, quien pasó a ser desde ese momento el responsable del hecho. Por su edad nunca fue preso.
“A mí me llamó una persona que dijo que el menor no había sido, porque no pudo haber hecho eso, que intentaran investigar por otro lado” dijo Margarita, quien contó que la familia vive con una herida abierta. “Estamos todos acá, acompañando a mi hermano Juan y a Margot (los padres de Leonela), ellos están destrozados, les han destrozado la vida”.
La tía recordó a su sobrina como una nena “muy alegre, siempre le gustaba el folclore y lo bailaba, se había anotado para ir a canto, ese día fue a ensayar, era su primer día de canto, la mamá la dejó en la escuela; siempre andaba con nosotros en bicicleta, pero siempre cerca de la casa. No salía con nadie”.
En cuanto a si en algún momento tuvieron contacto con el menor señalado como autor del crimen o con algún familiar, contó que “el padre cuando supo que culpaban al hijo fue a Fiscalía, justo estábamos nosotros, nos dijo que no era el hijo y la gente que estaba ahí de la bronca que teníamos lo quisimos linchar, nos tuvieron que separar. Nunca más lo vimos”.