Miles de alfileres en la espalda todo el tiempo

Sandra Mercado es periodista, hace 10 años que fue diagnosticada de fibromialgia y quiere que se sepa sobre la enfermedad para poder entender de qué se trata. Hoy es una ocasión más para hablar de esta enfermedad en la que todo duele y la cual todavía sigue siendo difícil de diagnosticar.

11 MAY 2014 - 23:26 | Actualizado

Lo peor de la fibromialgia es el padecimiento y el laberinto de consultorios y tratamientos. Quienes la sufren, tienen puntos hipersensibles como el cuello, los hombros, la espalda, las caderas, los brazos y las piernas que, al ser presionados, generan un dolor extendido y persistente en las articulaciones, los músculos, los tendones y otros tejidos blandos. Los síntomas no dejan huella, pero se sufren alteraciones del sueño, rigidez matinal y depresión, períodos menstruales muy dolorosos, sensación de hormigueo o adormecimiento en las manos y los pies, además de falta de memoria o dificultad para concentrarse, momentos a los que se los llama “fibroneblina”.

Vivir con el Síndrome

Sandra Mercado (34) es periodista, trabaja en un diario de Puerto Madryn, hace 10 años que le diagnosticaron fibromialgia. Desde ese entonces busca salir adelante con la enfermedad, y sobre todo quiere que se sepa de qué se trata, para que puedan no sólo entenderla a ella, sino a todos los que padecen esta dolorosa enfermedad.

“Sentís miles de alfileres en la espalda todo el tiempo”, así se puede resumir lo que padece un fibromiálgico, dice Sandra, que recuerda su camino por diferentes especialistas a lo largo de los meses, hasta encontrar un diagnóstico certero.

“Antes de tener un diagnóstico siempre estás dando vueltas por varios médicos, porque tenes muchos síntomas. La fibromialgia es un síndrome, un conjunto de síntomas. Siempre vas al gastroenterólogo por problemas de intestinos, o al traumatólogo si te duele la espalda. Y nunca tenés un diagnóstico total, por eso es difícil de diagnosticar”, Sandra cuenta así su experiencia en primera persona, y señala que siempre es así, “al dialogar con otros fibromiálgicos la historia se repite, son meses, años, en los que tardás en saber”, dice.

El dolor como compañía

Incertidumbre, depresión, dolor, estas palabras son clave en el testimonio de Sandra, quien explica que todo pasa cuando te enterás qué tenés, cuando hay una certeza y empieza otra etapa, “es una enfermedad difícil de sobrellevar, no sólo para el que la padece sino para el entorno. Porque cuando tenés fibromialgia estás todo duro, tenso, no te responde el cuerpo de manera normal”, cuenta y agrega: “el principal síntoma es el dolor, vos podés tener dolor en una pierna, en un brazo, en la cabeza, en un ojo, en donde sea. Siempre es dolor, la fibromialgia es dolor y por eso es tan difícil”, afirma.

El dolor que no para

“No podés tomar a cada rato algo, y llega un momento que los calmantes no hacen efecto. Otro síntoma es el insomnio, yo hace 10 años que tengo insomnio, entonces imaginate cómo te levantás al otro día, si dormís mal o poco, con un día previo de dolor.

La mañana es un caos, una sensación de que no te podés mover, no podés levantarte”, cuenta Sandra sobre su rutina y agrega que generalmente los problemas asociados son el dolor de espalda, problemas en los intestinos, y la vejiga.

Estos como síntomas que poseen todos, y otros que van variando dependiendo la persona.

La fibromialgia produce un déficit de serotonina, que es la que regula el dolor en el cuerpo y los estados de ánimo, ese faltante en las personas diagnosticadas hace que posean tanto dolor y tengan tendencia a deprimirse. Entre los 20 y 40 años, mayormente se diagnostica y también es en su mayoría es diagnosticado en mujeres. La variedad de síntomas y dolores todos juntos, es lo que hace que tarde en llegar el diagnóstico correcto.

Enfermedad sin cura

No es una enfermedad que tenga cura, y hace pocos años que hay tratamientos que están siendo probados. Afloja o se acentúa dependiendo de estados de ánimo, “el estrés obviamente te lo acentúa, y como está comprobado que los síntomas del cuerpo son emocionales, cuando uno llega al médico dice “me duele todo” y traducido es “algo me está pasando”. Generalmente se da por un trauma, un hecho de tu vida que haga que lo despierte.

A veces lo podés sobrellevar, y a veces no. Muchas veces terminan diciéndote, es tu trabajo lo que te está generando malestar, dejalo, si es tu relación de pareja, también hacelo, lo que te haga mal tenés que ir alejándote porque, te repito, es dolor, algo te duele siempre y mucho”, subrayó.

El trabajo y el dolor

Si bien las causas de la fibromialgia son desconocidas, ciertos factores pueden estar relacionados con este trastorno.

Los acontecimientos estresantes o traumáticos, lesiones recurrentes, malestares o dolencias y ciertas enfermedades pueden abrirle la puerta para quienes tengan predisposición genética.

Así, Sandra señala que “la incomprensión de los que te duelen es difícil también, porque muchas veces estás con cara, estás con el llanto a flor de piel, o de mal humor, irritable. A veces estás mal dormido, y eso hace que las relaciones sean difíciles, porque si no saben lo que tenés, no pueden entenderte”, afirmó.

“En mi caso el trabajo me hace bien, uno va manejando todo como puede. Yo conozco muchas fibromiálgicas que no quieren que se sepa, que tienen licencias psicológicas.

Pero lo que sí molesta en el trabajo, son síntomas que dificultan, como pueden ser las lagunas que se nos hacen, olvidos, o dislexia por ejemplo”, cuenta Sandra y agrega que “muchas veces mis compañeros me han visto llorar, peor porque el mismo dolor, que se endurezcan las manos y no poder escribir, es algo para un periodista que te hace dar mucha rabia, porque en el momento no podés continuar con tu trabajo”, dijo.

Saber y comprender

Sandra cuenta que hay muchas fibromiálgicas que no quieren que se sepa que tienen la enfermedad, en cambio para ella “es algo que tiene que contarse, y por eso lo hago porque para los que no saben lo que es, puedan empezar a entenderlo, para aquellos que no saben lo que tienen puedan tenerlo en cuenta y para aquellos que están al lado de un fibromiálgico que entiendan que uno no hace todo por cualquier cosa, sino que está padeciendo la enfermedad”, remarcó Sandra, quien afirmó que “por más que expliques lo que es, la gente no lo conoce, se olvida y a los tres días te dice “ay qué cara que tenés”, sabiendo que ya le explicaste porqué era.

Entonces como no se conoce, no se entiende”, Sandra siente que es hora de poder hablar de esta enfermedad. De entender, de saber y comprender. Por eso quiso compartir su experiencia, para que deje de ser algo desconocido.

11 MAY 2014 - 23:26

Lo peor de la fibromialgia es el padecimiento y el laberinto de consultorios y tratamientos. Quienes la sufren, tienen puntos hipersensibles como el cuello, los hombros, la espalda, las caderas, los brazos y las piernas que, al ser presionados, generan un dolor extendido y persistente en las articulaciones, los músculos, los tendones y otros tejidos blandos. Los síntomas no dejan huella, pero se sufren alteraciones del sueño, rigidez matinal y depresión, períodos menstruales muy dolorosos, sensación de hormigueo o adormecimiento en las manos y los pies, además de falta de memoria o dificultad para concentrarse, momentos a los que se los llama “fibroneblina”.

Vivir con el Síndrome

Sandra Mercado (34) es periodista, trabaja en un diario de Puerto Madryn, hace 10 años que le diagnosticaron fibromialgia. Desde ese entonces busca salir adelante con la enfermedad, y sobre todo quiere que se sepa de qué se trata, para que puedan no sólo entenderla a ella, sino a todos los que padecen esta dolorosa enfermedad.

“Sentís miles de alfileres en la espalda todo el tiempo”, así se puede resumir lo que padece un fibromiálgico, dice Sandra, que recuerda su camino por diferentes especialistas a lo largo de los meses, hasta encontrar un diagnóstico certero.

“Antes de tener un diagnóstico siempre estás dando vueltas por varios médicos, porque tenes muchos síntomas. La fibromialgia es un síndrome, un conjunto de síntomas. Siempre vas al gastroenterólogo por problemas de intestinos, o al traumatólogo si te duele la espalda. Y nunca tenés un diagnóstico total, por eso es difícil de diagnosticar”, Sandra cuenta así su experiencia en primera persona, y señala que siempre es así, “al dialogar con otros fibromiálgicos la historia se repite, son meses, años, en los que tardás en saber”, dice.

El dolor como compañía

Incertidumbre, depresión, dolor, estas palabras son clave en el testimonio de Sandra, quien explica que todo pasa cuando te enterás qué tenés, cuando hay una certeza y empieza otra etapa, “es una enfermedad difícil de sobrellevar, no sólo para el que la padece sino para el entorno. Porque cuando tenés fibromialgia estás todo duro, tenso, no te responde el cuerpo de manera normal”, cuenta y agrega: “el principal síntoma es el dolor, vos podés tener dolor en una pierna, en un brazo, en la cabeza, en un ojo, en donde sea. Siempre es dolor, la fibromialgia es dolor y por eso es tan difícil”, afirma.

El dolor que no para

“No podés tomar a cada rato algo, y llega un momento que los calmantes no hacen efecto. Otro síntoma es el insomnio, yo hace 10 años que tengo insomnio, entonces imaginate cómo te levantás al otro día, si dormís mal o poco, con un día previo de dolor.

La mañana es un caos, una sensación de que no te podés mover, no podés levantarte”, cuenta Sandra sobre su rutina y agrega que generalmente los problemas asociados son el dolor de espalda, problemas en los intestinos, y la vejiga.

Estos como síntomas que poseen todos, y otros que van variando dependiendo la persona.

La fibromialgia produce un déficit de serotonina, que es la que regula el dolor en el cuerpo y los estados de ánimo, ese faltante en las personas diagnosticadas hace que posean tanto dolor y tengan tendencia a deprimirse. Entre los 20 y 40 años, mayormente se diagnostica y también es en su mayoría es diagnosticado en mujeres. La variedad de síntomas y dolores todos juntos, es lo que hace que tarde en llegar el diagnóstico correcto.

Enfermedad sin cura

No es una enfermedad que tenga cura, y hace pocos años que hay tratamientos que están siendo probados. Afloja o se acentúa dependiendo de estados de ánimo, “el estrés obviamente te lo acentúa, y como está comprobado que los síntomas del cuerpo son emocionales, cuando uno llega al médico dice “me duele todo” y traducido es “algo me está pasando”. Generalmente se da por un trauma, un hecho de tu vida que haga que lo despierte.

A veces lo podés sobrellevar, y a veces no. Muchas veces terminan diciéndote, es tu trabajo lo que te está generando malestar, dejalo, si es tu relación de pareja, también hacelo, lo que te haga mal tenés que ir alejándote porque, te repito, es dolor, algo te duele siempre y mucho”, subrayó.

El trabajo y el dolor

Si bien las causas de la fibromialgia son desconocidas, ciertos factores pueden estar relacionados con este trastorno.

Los acontecimientos estresantes o traumáticos, lesiones recurrentes, malestares o dolencias y ciertas enfermedades pueden abrirle la puerta para quienes tengan predisposición genética.

Así, Sandra señala que “la incomprensión de los que te duelen es difícil también, porque muchas veces estás con cara, estás con el llanto a flor de piel, o de mal humor, irritable. A veces estás mal dormido, y eso hace que las relaciones sean difíciles, porque si no saben lo que tenés, no pueden entenderte”, afirmó.

“En mi caso el trabajo me hace bien, uno va manejando todo como puede. Yo conozco muchas fibromiálgicas que no quieren que se sepa, que tienen licencias psicológicas.

Pero lo que sí molesta en el trabajo, son síntomas que dificultan, como pueden ser las lagunas que se nos hacen, olvidos, o dislexia por ejemplo”, cuenta Sandra y agrega que “muchas veces mis compañeros me han visto llorar, peor porque el mismo dolor, que se endurezcan las manos y no poder escribir, es algo para un periodista que te hace dar mucha rabia, porque en el momento no podés continuar con tu trabajo”, dijo.

Saber y comprender

Sandra cuenta que hay muchas fibromiálgicas que no quieren que se sepa que tienen la enfermedad, en cambio para ella “es algo que tiene que contarse, y por eso lo hago porque para los que no saben lo que es, puedan empezar a entenderlo, para aquellos que no saben lo que tienen puedan tenerlo en cuenta y para aquellos que están al lado de un fibromiálgico que entiendan que uno no hace todo por cualquier cosa, sino que está padeciendo la enfermedad”, remarcó Sandra, quien afirmó que “por más que expliques lo que es, la gente no lo conoce, se olvida y a los tres días te dice “ay qué cara que tenés”, sabiendo que ya le explicaste porqué era.

Entonces como no se conoce, no se entiende”, Sandra siente que es hora de poder hablar de esta enfermedad. De entender, de saber y comprender. Por eso quiso compartir su experiencia, para que deje de ser algo desconocido.