A los riesgos habituales de la travesía, como ser víctima del crimen organizado y la trata de personas, a las caravanas de migrantes que parten cada año desde Centroamérica hacia Estados Unidos se les sumó el coronavirus y el cierre de fronteras, aunque "ni la pandemia, ni sus consecuencias detienen el desplazamiento forzado", afirmó a Télam Angelita Caredda, directora de Norte de Centroamérica y México para el Consejo Noruego para Refugiados.