Una mujer de 95 años, quien el pasado lunes fue trasladada a un centro asistencial de la ciudad de Añatuya, Santiago del Estero, falleció mientras era tratada en una clínica del medio, y tras firmar el acta de defunción los profesionales hicieron entrega del cuerpo a sus familiares para el traslado y su posterior inhumación. Pero en el velorio los aguardaba una sorpresa.