Fernando Lugo, a dos años de su destitución

El ex presidente paraguayo afirmó que la matanza de 11 campesinos y seis policías en Curuguaty fue "un escenario montado" y parte de "una gran conspiración para justificar" su destitución por el Congreso, y aclaró que no es de izquierda ni quiere serlo.

23 JUN 2014 - 20:19 | Actualizado

"Yo no soy de izquierda ni quiero serlo; no soy ficha de la izquierda pero tampoco de la derecha, yo fui fichado por la Democracia Cristiana", sostuvo Lugo en una entrevista publicada hoy por la agencia de noticias EFE.

"Los de izquierda decían que era de derecha y los de derecha decían que era un ultraizquierdista ideologizado vendido a (el fallecido ex presidente venezolano Hugo) Chávez, pero nadie puede negar que mi opción siempre ha sido por los más pobres", explicó.

Lugo subrayó que tuvo diferencias de opinión con Chávez, aunque también "una cuestión psicoafectiva muy fuerte" porque "él era un hombre muy religioso también, con sus luces y sombras".

El actual senador, que fue obispo católico en el departamento San Pedro, escenario de habituales conflictos entre campesinos y terratenientes, llegó al gobierno en 2008, apoyado por movimientos sociales en una inédita alianza con el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).

De ese modo, Lugo rompió la hegemonía del Partido Colorado, que había gobernado ininterrumpidamente durante los 61 años previos.

El 15 de junio de 2012, en Curuguaty, a unos 250 kilómetros al este de Asunción, efectivos policiales intentaron desalojar una hacienda cuya propiedad se disputaban el estado y el hoy fallecido senador Blas Riquelme, y que había sido invadida por campesinos.

Se produjo un enfrentamiento armado que causó la muerte de 11 campesinos y seis policías y fue utilizado por el Congreso como motivo para destituir a Lugo en un juicio político inusualmente rápido, que concluyó apenas siete días después.

"Eso fue un montaje que sirvió de disparador para poder justificar ese juicio político exprés", dijo Lugo y recordó que hubo otras amenazas previas de juicio político contra él.

"Primero se decía que los campesinos habían emboscado a los policías, algo fuera de toda lógica y racionalidad", señaló el ex presidente y agregó: "¿Cómo puede ser que máximo 30 campesinos puedan emboscar a 245 policías? Creo que eso no goza de mucha credibilidad".

Hablando de sí mismo en tercera persona, advirtió que "políticamente Lugo no está muerto".

"El proyecto que llevamos adelante es con liderazgo colectivo; si el Frente Guasú hace las cosas bien, tiene un futuro promisorio", sostuvo Lugo y añadió que apoyará cualquier "proyecto claro" para la Presidencia en 2018, "con tal de que haga políticas claras en favor del país".

23 JUN 2014 - 20:19

"Yo no soy de izquierda ni quiero serlo; no soy ficha de la izquierda pero tampoco de la derecha, yo fui fichado por la Democracia Cristiana", sostuvo Lugo en una entrevista publicada hoy por la agencia de noticias EFE.

"Los de izquierda decían que era de derecha y los de derecha decían que era un ultraizquierdista ideologizado vendido a (el fallecido ex presidente venezolano Hugo) Chávez, pero nadie puede negar que mi opción siempre ha sido por los más pobres", explicó.

Lugo subrayó que tuvo diferencias de opinión con Chávez, aunque también "una cuestión psicoafectiva muy fuerte" porque "él era un hombre muy religioso también, con sus luces y sombras".

El actual senador, que fue obispo católico en el departamento San Pedro, escenario de habituales conflictos entre campesinos y terratenientes, llegó al gobierno en 2008, apoyado por movimientos sociales en una inédita alianza con el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).

De ese modo, Lugo rompió la hegemonía del Partido Colorado, que había gobernado ininterrumpidamente durante los 61 años previos.

El 15 de junio de 2012, en Curuguaty, a unos 250 kilómetros al este de Asunción, efectivos policiales intentaron desalojar una hacienda cuya propiedad se disputaban el estado y el hoy fallecido senador Blas Riquelme, y que había sido invadida por campesinos.

Se produjo un enfrentamiento armado que causó la muerte de 11 campesinos y seis policías y fue utilizado por el Congreso como motivo para destituir a Lugo en un juicio político inusualmente rápido, que concluyó apenas siete días después.

"Eso fue un montaje que sirvió de disparador para poder justificar ese juicio político exprés", dijo Lugo y recordó que hubo otras amenazas previas de juicio político contra él.

"Primero se decía que los campesinos habían emboscado a los policías, algo fuera de toda lógica y racionalidad", señaló el ex presidente y agregó: "¿Cómo puede ser que máximo 30 campesinos puedan emboscar a 245 policías? Creo que eso no goza de mucha credibilidad".

Hablando de sí mismo en tercera persona, advirtió que "políticamente Lugo no está muerto".

"El proyecto que llevamos adelante es con liderazgo colectivo; si el Frente Guasú hace las cosas bien, tiene un futuro promisorio", sostuvo Lugo y añadió que apoyará cualquier "proyecto claro" para la Presidencia en 2018, "con tal de que haga políticas claras en favor del país".


NOTICIAS RELACIONADAS