Putin cancela proyecto energético en Europa y propone alianza a Turquía

De visita por Ankara, el presidente ruso sorprendió al cancelar su mayor proyecto para transportar gas a Europa, que pretendía evitar el convulsionado territorio de Ucrania, y propuso crear en Turquía una estación de distribución de gas para proveer a los países del sur europeo.

02 DIC 2014 - 13:00 | Actualizado

"Si Europa no quiere realizar (el gasoducto), entonces no será realizado. La actitud de la Comisión Europea no fue constructiva y creó obstáculos en la implementación de este proyecto. Entonces redireccionaremos nuestros recursos energéticos a otras partes del mundo", sentenció el mandatario ruso.

"Creemos que esto va en contra de los intereses europeos, pero depende de ellos, es su decisión", agregó en una conferencia de prensa que ofreció en Ankara junto con su par turco, Recep Tayyip Erdogan, reproducida por el canal de noticias Russia Today.

El proyecto cancelado es South Stream, un gasoducto que iba a circunvalar Ucrania, un país que en los últimos años quedó en el medio de la llamada guerra del gas entre Moscú y Bruselas, e iba a garantizar un aumento del suministro del gas ruso al Viejo Continente.

Pese al rechazo explícito de los líderes de la Unión Europea (UE), varios países comunitarios, como Italia, Austria, Croacia, Eslovenia y Hungría, participaban del proyecto de South Stream, gestionado por el gigante energético ruso, Gazprom.

Con un costo de unos 16.000 millones de euros, el proyecto nació en 2012 como rival de Nabucco, otro gasoducto que, bajo la dirección de la petrolera austríaca OMV, iba a transportar gas desde el mar Caspio, a través de Turquía, a Europa sin pasar por Rusia. Esa iniciativa, sin embargo, también está paralizada.

En medio de un tironeo público entre Moscú y Bruselas, Bulgaria anunció en junio pasado la suspensión de las obras de construcción del South Stream, que comenzó a regir el mes pasado. La Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE le había advertido a Sofía que el proyecto impulsado por Moscú socavaba normas europeas sobre energía y adjudicación de contratos públicos.

Según Putin, la cancelación del proyecto le costará unos 400 millones de euros anuales a Bulgaria, en concepto de los ingresos que habría recibido por el paso de los 63.000 millones de metros cúbicos de gas natural que Moscú tenía planeado sumar a los que ya envía a Europa.

Suspender el proyecto "no beneficia a su economía, pero la decisión es suya. Si Bulgaria fuera un país soberano, deberían pedir a la UE que cubriera los perjuicios de esta decisión", aseguró Putin en la conferencia de prensa.

"Para nosotros no tendría sentido construir el gasoducto hasta la frontera búlgara y dejarlo ahí", continuó el mandatario ruso, justificando su decisión.

Luego del anuncio, el CEO de Gazprom, Alexei Miller, que viajó con la comitiva de Putin a Ankara, agregó que enterrado el proyecto que atravesaría Bulgaria, el nuevo plan es construir un gasoducto que transporte la misma cantidad de gas natural a través del Mar Negro a Turquía.

Gazprom y la empresa turca Botas firmaron un memorando de entendimiento para convertir ese plan en una realidad en los próximos años.

"Un total de 14.000 millones de metros cúbicos serán suministrados a Turquía, mientras que el resto será enviado a una estación de distribución en la frontera turca-griega" para proveer a los países del sur de Europa, explicó Miller a un grupo de periodistas, según la agencia de noticias rusa Sputnik.

Este nuevo proyecto podría combinarse con el Transadriático, un gasoducto proyectado para llevar el gas del mar Caspio y Asia Central -sobre todo de Azerbaiyán y Turkmenistán- a través de Turquía, Grecia y varios países balcánicos a Italia.

De concretarse este trazado, el gasoducto proyectado de la UE, Nabucco, perdería su razón de ser.

Al margen de esta nueva batalla en la llamada guerra del gas, en el plano bilateral, Putin propuso a su par turco, Erdogan, una alianza estratégica en el área energética, similar a la que tiene con su principal consumidor en la región, Alemania.

Putin anunció que está dispuesto a ampliar las exportaciones de gas a Ankara y reducir en 6% el precio a partir del primero de enero de 2015, al mismo tiempo que ratificó que a partir de 2016 la empresa estatal rusa Rosatom comenzará a construir la primera central atómica turca en la provincia sureña de Mersin.

Este último proyecto tendrá un costo de más de 20.000 millones de euros y tiene previsto comenzar a funcionar en 2020.

02 DIC 2014 - 13:00

"Si Europa no quiere realizar (el gasoducto), entonces no será realizado. La actitud de la Comisión Europea no fue constructiva y creó obstáculos en la implementación de este proyecto. Entonces redireccionaremos nuestros recursos energéticos a otras partes del mundo", sentenció el mandatario ruso.

"Creemos que esto va en contra de los intereses europeos, pero depende de ellos, es su decisión", agregó en una conferencia de prensa que ofreció en Ankara junto con su par turco, Recep Tayyip Erdogan, reproducida por el canal de noticias Russia Today.

El proyecto cancelado es South Stream, un gasoducto que iba a circunvalar Ucrania, un país que en los últimos años quedó en el medio de la llamada guerra del gas entre Moscú y Bruselas, e iba a garantizar un aumento del suministro del gas ruso al Viejo Continente.

Pese al rechazo explícito de los líderes de la Unión Europea (UE), varios países comunitarios, como Italia, Austria, Croacia, Eslovenia y Hungría, participaban del proyecto de South Stream, gestionado por el gigante energético ruso, Gazprom.

Con un costo de unos 16.000 millones de euros, el proyecto nació en 2012 como rival de Nabucco, otro gasoducto que, bajo la dirección de la petrolera austríaca OMV, iba a transportar gas desde el mar Caspio, a través de Turquía, a Europa sin pasar por Rusia. Esa iniciativa, sin embargo, también está paralizada.

En medio de un tironeo público entre Moscú y Bruselas, Bulgaria anunció en junio pasado la suspensión de las obras de construcción del South Stream, que comenzó a regir el mes pasado. La Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE le había advertido a Sofía que el proyecto impulsado por Moscú socavaba normas europeas sobre energía y adjudicación de contratos públicos.

Según Putin, la cancelación del proyecto le costará unos 400 millones de euros anuales a Bulgaria, en concepto de los ingresos que habría recibido por el paso de los 63.000 millones de metros cúbicos de gas natural que Moscú tenía planeado sumar a los que ya envía a Europa.

Suspender el proyecto "no beneficia a su economía, pero la decisión es suya. Si Bulgaria fuera un país soberano, deberían pedir a la UE que cubriera los perjuicios de esta decisión", aseguró Putin en la conferencia de prensa.

"Para nosotros no tendría sentido construir el gasoducto hasta la frontera búlgara y dejarlo ahí", continuó el mandatario ruso, justificando su decisión.

Luego del anuncio, el CEO de Gazprom, Alexei Miller, que viajó con la comitiva de Putin a Ankara, agregó que enterrado el proyecto que atravesaría Bulgaria, el nuevo plan es construir un gasoducto que transporte la misma cantidad de gas natural a través del Mar Negro a Turquía.

Gazprom y la empresa turca Botas firmaron un memorando de entendimiento para convertir ese plan en una realidad en los próximos años.

"Un total de 14.000 millones de metros cúbicos serán suministrados a Turquía, mientras que el resto será enviado a una estación de distribución en la frontera turca-griega" para proveer a los países del sur de Europa, explicó Miller a un grupo de periodistas, según la agencia de noticias rusa Sputnik.

Este nuevo proyecto podría combinarse con el Transadriático, un gasoducto proyectado para llevar el gas del mar Caspio y Asia Central -sobre todo de Azerbaiyán y Turkmenistán- a través de Turquía, Grecia y varios países balcánicos a Italia.

De concretarse este trazado, el gasoducto proyectado de la UE, Nabucco, perdería su razón de ser.

Al margen de esta nueva batalla en la llamada guerra del gas, en el plano bilateral, Putin propuso a su par turco, Erdogan, una alianza estratégica en el área energética, similar a la que tiene con su principal consumidor en la región, Alemania.

Putin anunció que está dispuesto a ampliar las exportaciones de gas a Ankara y reducir en 6% el precio a partir del primero de enero de 2015, al mismo tiempo que ratificó que a partir de 2016 la empresa estatal rusa Rosatom comenzará a construir la primera central atómica turca en la provincia sureña de Mersin.

Este último proyecto tendrá un costo de más de 20.000 millones de euros y tiene previsto comenzar a funcionar en 2020.


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