El congresista Kenji Fujimori declaró que "sólo la historia juzgará" el autogolpe dado por su padre, el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), hace hoy 23 años de esa medida que ordenó el cierre del Congreso y la intervención del Poder Judicial de Perú, entre otras entidades públicas.
A través de su cuenta en Twitter, el legislador escribió que "el 5 de abril (de 1992) fue medida extrema excepcional e irrepetible dictada desde el infierno que era el Perú".
El hijo menor del sentenciado ex mandatario agregó, en otro mensaje, que "el 5 de abril no es fecha para celebrar pero tampoco para manoseo (uso) político" y sugirió que si el actual presidente, Ollanta Humala, tuviera la oposición que tenía su padre entonces, haría algo similar.
De otro lado, el abogado Carlos Rivera escribió, también en Twitter, que "el golpe de Estado del 5/04 fue una pieza clave para desarrollar el plan criminal de corrupción y sustracción sistemática de dinero público", según informa un despacho de la agencia EFE.
Rivera defendió a las víctimas de abusos de los derechos humanos en los casos por los que el ex mandatario fue condenado a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, además de las seis condenas por cargos de corrupción con penas menores.
El legislador Virgilio Acuña, portavoz del partido Solidaridad Nacional, dijo a la agencia estatal Andina, su esperanza en que "nunca más se repitan este tipo de hechos dictatoriales que terminan en actos de corrupción e impunidad".
En tanto, el congresista Alberto Beingolea, de la alianza Partido Popular Cristiano-Alianza por el Progreso, manifestó que "no hay ninguna excusa que pueda hacer válido el rompimiento del sistema democrático, del pacto que hemos hecho en la sociedad peruana de respetarnos unos a otros, y porque el ejercicio del poder se realiza según las reglas de la democracia".
"Esperamos que haya tenido su última versión aquel 5 de abril y recordar que los principales gestores de aquel atropello contra la democracia hoy están encarcelados, tiene que ser la principal reflexión del Perú para que se alejen de cualquier pensamiento de esta naturaleza", indicó Beingolea en declaraciones a Andina.
A través de un comunicado, Amnistía Internacional se pronunció ayer a favor de recordar el "autogolpe" de Fujimori para que "no se vuelvan a repetir regímenes dictatoriales ni violaciones a los derechos humanos".
La organización civil señaló que la suspensión de ciertos derechos, la no independencia ni separación de los poderes públicos, así como la corrupción y la impunidad socavaron la institucionalidad democrática del país.
Fujimori (1990-2000) disolvió el Congreso de entonces e intervino el Poder Judicial para emprender una reforma del Estado que facilitó el control total sobre el aparato público e introdujo la reelección presidencial inmediata en la Constitución de 1993.
Organizaciones civiles, de defensa de los derechos humanos, y juveniles anunciaron hoy una manifestación de protesta contra el autogolpe de Fujimori, que busca recordar a la población los abusos cometidos en esa época que marcó la antesala a los escándalos de corrupción que causaron la renuncia del ex mandatario en 2000.
El congresista Kenji Fujimori declaró que "sólo la historia juzgará" el autogolpe dado por su padre, el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), hace hoy 23 años de esa medida que ordenó el cierre del Congreso y la intervención del Poder Judicial de Perú, entre otras entidades públicas.
A través de su cuenta en Twitter, el legislador escribió que "el 5 de abril (de 1992) fue medida extrema excepcional e irrepetible dictada desde el infierno que era el Perú".
El hijo menor del sentenciado ex mandatario agregó, en otro mensaje, que "el 5 de abril no es fecha para celebrar pero tampoco para manoseo (uso) político" y sugirió que si el actual presidente, Ollanta Humala, tuviera la oposición que tenía su padre entonces, haría algo similar.
De otro lado, el abogado Carlos Rivera escribió, también en Twitter, que "el golpe de Estado del 5/04 fue una pieza clave para desarrollar el plan criminal de corrupción y sustracción sistemática de dinero público", según informa un despacho de la agencia EFE.
Rivera defendió a las víctimas de abusos de los derechos humanos en los casos por los que el ex mandatario fue condenado a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, además de las seis condenas por cargos de corrupción con penas menores.
El legislador Virgilio Acuña, portavoz del partido Solidaridad Nacional, dijo a la agencia estatal Andina, su esperanza en que "nunca más se repitan este tipo de hechos dictatoriales que terminan en actos de corrupción e impunidad".
En tanto, el congresista Alberto Beingolea, de la alianza Partido Popular Cristiano-Alianza por el Progreso, manifestó que "no hay ninguna excusa que pueda hacer válido el rompimiento del sistema democrático, del pacto que hemos hecho en la sociedad peruana de respetarnos unos a otros, y porque el ejercicio del poder se realiza según las reglas de la democracia".
"Esperamos que haya tenido su última versión aquel 5 de abril y recordar que los principales gestores de aquel atropello contra la democracia hoy están encarcelados, tiene que ser la principal reflexión del Perú para que se alejen de cualquier pensamiento de esta naturaleza", indicó Beingolea en declaraciones a Andina.
A través de un comunicado, Amnistía Internacional se pronunció ayer a favor de recordar el "autogolpe" de Fujimori para que "no se vuelvan a repetir regímenes dictatoriales ni violaciones a los derechos humanos".
La organización civil señaló que la suspensión de ciertos derechos, la no independencia ni separación de los poderes públicos, así como la corrupción y la impunidad socavaron la institucionalidad democrática del país.
Fujimori (1990-2000) disolvió el Congreso de entonces e intervino el Poder Judicial para emprender una reforma del Estado que facilitó el control total sobre el aparato público e introdujo la reelección presidencial inmediata en la Constitución de 1993.
Organizaciones civiles, de defensa de los derechos humanos, y juveniles anunciaron hoy una manifestación de protesta contra el autogolpe de Fujimori, que busca recordar a la población los abusos cometidos en esa época que marcó la antesala a los escándalos de corrupción que causaron la renuncia del ex mandatario en 2000.