Caso Antillanca: apareció un nuevo testigo que podría provocar la reapertura de la causa

Se trata de un amigo del hermano de Jorgelina Domínguez, la principal testigo que declaró en el juicio contra los policías condenados a perpetua. Dice que Abel, el hermano de Jorgelina, le contó sobre presiones de funcionarios judiciales para que la joven sindicara a determinados policías.

Habló. El nuevo testigo habló acompañado de su abogado de confianza, Martín Castro y ante Jornada.
02 NOV 2015 - 21:22 | Actualizado

Un testigo le reveló a Jornada que después del asesinato de Julián Antillanca, vio cómo una funcionaria judicial y un abogado vinculado al caso le ofrecían dinero a la testigo clave, Jorgelina Domínguez.

Víctor González contó que siente cierto temor por dar a conocer una serie de datos que involucran a funcionarios y demás letrados locales con una testigo crucial en el caso que se ventiló dos veces en juicio respecto del asesinato del adolescente en 2010.

“En su momento tuve algo de conocimiento del caso Antillanca por los medios. Nunca fue de mi interés ya que no sigo esos casos. Sí sé que cuando yo vivía con Abel Domínguez que era un amigo (fallecido), él convivía también con su hermana Jorgelina. Ahí yo vi cómo le pasaban datos, de qué era lo que tenía que decir y a quién tenía que marcar. Yo escuché que a ella le han dicho que iba a estar muy bien, que no la iban a abandonar y que le prometían un bienestar para ella y para sus hijos. Y que lo que ella tenía que grabarse era la fotografía que le mostraban ellos cada vez que iban”, disparó.

“Cuando yo me mudé en los meses de junio a vivir con los Domínguez, a los meses de estar viviendo ahí comenzó a aparecer gente, empezaron a aparecer personas que eran de tribunales, a hacerle preguntas, a comentar, a mostrarle fotos. Yo a ella la conocía de hace muchos años. No es que la conocía de ahí. Con su hermano fuimos amigos toda la vida y a Jorgelina la conozco de chiquita”, explicó.

“Abel me comentó que la habían ido a ver para que le sirva de testigo, siendo que ella nunca había estado, y que le habían ofrecido un dinero y que le estaban mostrando fotos. Le pedían que se grabe bien las caras, todas estas personas que iban a verla”, detalló.

En cuanto al porqué habla ahora y si no fue citado a tribunales, advirtió: “Jamás me citaron a declarar. No me amenazó nadie ni nada”.

Respecto de si lo une algún vínculo de amistad con los policías condenados, indicó que no. Y sobre sus motivos para hablar ante su abogado de confianza, Martín Castro, y ante la opinión pública, reveló: “Una vez hice un comentario a una persona sobre esto, a alguien de la Policía. Fue en la puerta de un boliche, ya que en ese entonces yo hacía seguridad nocturna. Después fueron y me preguntaron si yo había dicho esto mismo ante tal policía”.

“Hablando con un policía me comentó que había varios de ellos involucrados. Le conté de cómo venía todo esto, porque para mí era una chanchada lo que hizo Jorgelina (Domínguez), y fue un comentario en un boliche”.

Sobre quién lo contactó, respondió que la familia Solís, siendo uno de los condenados, Martín Solís, exefectivo de la Seccional Cuarta, zona donde sucedió la muerte de Antillanca, el 6 de septiembre de 2010.

“Imagínese que yo no salgo a hablar para meterme en un brete por decir algo que no es. Yo sé muy bien lo que hizo Jorgelina y es lo que vengo a decir. Lo que vi y lo que escuché. Hace poco hablé con ella y le conté que me había contactado gente interesada en el caso. Le dije que había hablado con familiares de uno de los detenidos y le dije esto que iba a hablar. Ella me dijo que podíamos juntarnos a charlar con su abogada. Pero no le di explicaciones y no me fui a reunir”.

Consultado por si siente temor luego de hablar con Jornada, respondió que “un poco de temor siento, sólo porque sé por dónde se mueve esta gente, por el ambiente. No es un ambiente bueno, yo estuve en el pasado en ese ambiente y sé que no es bueno”, refirió González.

Por último, afirmó que no siente miedo pleno por decir la verdad. “Eso debe quedar para quienes saben que actuaron mal, no para mí”, finalizó.

La testigo

Jorgelina Domínguez declaró que conoció a Julián Antillanca la noche en que lo mataron al sur de Trelew. Según declaró la joven, esa noche volvió caminando a su casa y cuando vio un patrullero se escondió detrás de un árbol.

Luego dijo que vio pasar un patrullero y luego bajar del mismo a policías que bajaron del móvil policial a la víctima y que al cuerpo lo arrojaron al suelo.

La principal testigo de la Fiscalía fue clave para la resolución de los jueces de la segunda condena a los policías. Cabe señalar que un tribunal en 2012 los absolvió a todos.

Segundo juicio y condena

Pero este año un tribunal presidido por el juez Adrián Barrios los condenó. Barrios es el juez que ante este diario, admitió que sintió la presión social a la hora de fallar por la prisión perpetua de los policías.

Los familiares de los condenados le reprocharon luego de esa frase “haberse dejado llevar por la presión social y le endilgaron cobardía a él y al resto de los jueces: Darío Arguiano y Marcelo Nieto Di Biasse, los vocales”.

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Habló. El nuevo testigo habló acompañado de su abogado de confianza, Martín Castro y ante Jornada.
02 NOV 2015 - 21:22

Un testigo le reveló a Jornada que después del asesinato de Julián Antillanca, vio cómo una funcionaria judicial y un abogado vinculado al caso le ofrecían dinero a la testigo clave, Jorgelina Domínguez.

Víctor González contó que siente cierto temor por dar a conocer una serie de datos que involucran a funcionarios y demás letrados locales con una testigo crucial en el caso que se ventiló dos veces en juicio respecto del asesinato del adolescente en 2010.

“En su momento tuve algo de conocimiento del caso Antillanca por los medios. Nunca fue de mi interés ya que no sigo esos casos. Sí sé que cuando yo vivía con Abel Domínguez que era un amigo (fallecido), él convivía también con su hermana Jorgelina. Ahí yo vi cómo le pasaban datos, de qué era lo que tenía que decir y a quién tenía que marcar. Yo escuché que a ella le han dicho que iba a estar muy bien, que no la iban a abandonar y que le prometían un bienestar para ella y para sus hijos. Y que lo que ella tenía que grabarse era la fotografía que le mostraban ellos cada vez que iban”, disparó.

“Cuando yo me mudé en los meses de junio a vivir con los Domínguez, a los meses de estar viviendo ahí comenzó a aparecer gente, empezaron a aparecer personas que eran de tribunales, a hacerle preguntas, a comentar, a mostrarle fotos. Yo a ella la conocía de hace muchos años. No es que la conocía de ahí. Con su hermano fuimos amigos toda la vida y a Jorgelina la conozco de chiquita”, explicó.

“Abel me comentó que la habían ido a ver para que le sirva de testigo, siendo que ella nunca había estado, y que le habían ofrecido un dinero y que le estaban mostrando fotos. Le pedían que se grabe bien las caras, todas estas personas que iban a verla”, detalló.

En cuanto al porqué habla ahora y si no fue citado a tribunales, advirtió: “Jamás me citaron a declarar. No me amenazó nadie ni nada”.

Respecto de si lo une algún vínculo de amistad con los policías condenados, indicó que no. Y sobre sus motivos para hablar ante su abogado de confianza, Martín Castro, y ante la opinión pública, reveló: “Una vez hice un comentario a una persona sobre esto, a alguien de la Policía. Fue en la puerta de un boliche, ya que en ese entonces yo hacía seguridad nocturna. Después fueron y me preguntaron si yo había dicho esto mismo ante tal policía”.

“Hablando con un policía me comentó que había varios de ellos involucrados. Le conté de cómo venía todo esto, porque para mí era una chanchada lo que hizo Jorgelina (Domínguez), y fue un comentario en un boliche”.

Sobre quién lo contactó, respondió que la familia Solís, siendo uno de los condenados, Martín Solís, exefectivo de la Seccional Cuarta, zona donde sucedió la muerte de Antillanca, el 6 de septiembre de 2010.

“Imagínese que yo no salgo a hablar para meterme en un brete por decir algo que no es. Yo sé muy bien lo que hizo Jorgelina y es lo que vengo a decir. Lo que vi y lo que escuché. Hace poco hablé con ella y le conté que me había contactado gente interesada en el caso. Le dije que había hablado con familiares de uno de los detenidos y le dije esto que iba a hablar. Ella me dijo que podíamos juntarnos a charlar con su abogada. Pero no le di explicaciones y no me fui a reunir”.

Consultado por si siente temor luego de hablar con Jornada, respondió que “un poco de temor siento, sólo porque sé por dónde se mueve esta gente, por el ambiente. No es un ambiente bueno, yo estuve en el pasado en ese ambiente y sé que no es bueno”, refirió González.

Por último, afirmó que no siente miedo pleno por decir la verdad. “Eso debe quedar para quienes saben que actuaron mal, no para mí”, finalizó.

La testigo

Jorgelina Domínguez declaró que conoció a Julián Antillanca la noche en que lo mataron al sur de Trelew. Según declaró la joven, esa noche volvió caminando a su casa y cuando vio un patrullero se escondió detrás de un árbol.

Luego dijo que vio pasar un patrullero y luego bajar del mismo a policías que bajaron del móvil policial a la víctima y que al cuerpo lo arrojaron al suelo.

La principal testigo de la Fiscalía fue clave para la resolución de los jueces de la segunda condena a los policías. Cabe señalar que un tribunal en 2012 los absolvió a todos.

Segundo juicio y condena

Pero este año un tribunal presidido por el juez Adrián Barrios los condenó. Barrios es el juez que ante este diario, admitió que sintió la presión social a la hora de fallar por la prisión perpetua de los policías.

Los familiares de los condenados le reprocharon luego de esa frase “haberse dejado llevar por la presión social y le endilgaron cobardía a él y al resto de los jueces: Darío Arguiano y Marcelo Nieto Di Biasse, los vocales”.


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