Una mujer policía denunció al comisario de José de San Martín

Una oficial ayudante lo acusa de "violencia laboral". La denunciante estudia para docente en el Instituto 809 de Esquel y asegura que su superior trata de impedir que termine sus estudios.

10 MAR 2016 - 22:25 | Actualizado

La oficial ayudante Mónica Daniela Fernández denunció violencia laboral en la Comisaría de José de San Martín, que conduce el comisario Cristian Cedrón. Fernández estudia para docente en el Instituto 809 de Esquel. Está en el cuarto y último año.

Cuando llegó Cedrón a conducir la dependencia, la mujer le presentó notas solicitándole permiso para continuar con el estudio, lo que aparentaba tener autorizado. Pero tras las vacaciones de invierno de 2015, la situación se complicó cuando Fernández labró una contravención porque dos perros de dueños distintos habían matado animales, según denunció un poblador. Ella explicó que hizo una contravención porque el hecho no fue cometido por los dueños sino por los canes. El jefe de la Comisaría se comunicó con la Fiscalía de Esquel, que le pidió imputar a los dueños de los perros porque se estaba ante un caso judicial.

Ese cambio en el procedimiento la llevó a consultar por su cuenta en Fiscalía. Una funcionaria le dijo que era una contravención y le sugirió que el hecho judicial abierto se tendría que archivar, y dejar el acta contravencional como válida. No obstante Cedrón mantenía su postura de imputar a los responsables de los canes.

Tras esa divergencia, a Fernández se le cortó el permiso para estudiar en Esquel. Incluso se ordenó cambio de horario para sus servicios en la Comisaría, asignándole la tarde, cuando su idea era trabajar a la mañana y por la tarde estudiar. Esa decisión -comentó la mujer- fue acompañada por el retiro del saludo del jefe.

Detalles

Ella siguió concurriendo al Instituto 809, incluso a prácticas. Como nunca tuvo la intención de dejar la fuerza, se presentaba en la dependencia por la noche. Pero Cedrón habría pedido al personal que no la incluyan en el parte diario como presente en el trabajo. A la fecha -dijo Fernández- le mantienen el horario de 13.30 a 22, que abarca el lapso de sus estudios en Esquel, aunque sigue yendo a clases, aún faltando a la Comisaría.

Su jefe comenzó a suspenderla con varios días de arresto, lo que a fin de mes le resta en el sueldo. Lo necesita porque mantiene a su hijo. Las desavenencias vienen de julio de 2015. Hace dos semanas Fernández fue notificada de una nueva suspensión que data de septiembre. Nombró abogada y en diciembre denunció “violencia laboral” en la Secretaría de Trabajo. Recalcó que hacía dos meses que no era notificada de suspensiones, pero volvieron las sanciones.

En José de San Martín le adjudican tareas propias de un policía ingresante. Intentó dialogar con Cedrón para acordar pero no fue posible. Desde la Unidad Regional le plantearon como alternativa un traslado. Fernández dijo que habría otras denuncias similares de otros policías al jefe.

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10 MAR 2016 - 22:25

La oficial ayudante Mónica Daniela Fernández denunció violencia laboral en la Comisaría de José de San Martín, que conduce el comisario Cristian Cedrón. Fernández estudia para docente en el Instituto 809 de Esquel. Está en el cuarto y último año.

Cuando llegó Cedrón a conducir la dependencia, la mujer le presentó notas solicitándole permiso para continuar con el estudio, lo que aparentaba tener autorizado. Pero tras las vacaciones de invierno de 2015, la situación se complicó cuando Fernández labró una contravención porque dos perros de dueños distintos habían matado animales, según denunció un poblador. Ella explicó que hizo una contravención porque el hecho no fue cometido por los dueños sino por los canes. El jefe de la Comisaría se comunicó con la Fiscalía de Esquel, que le pidió imputar a los dueños de los perros porque se estaba ante un caso judicial.

Ese cambio en el procedimiento la llevó a consultar por su cuenta en Fiscalía. Una funcionaria le dijo que era una contravención y le sugirió que el hecho judicial abierto se tendría que archivar, y dejar el acta contravencional como válida. No obstante Cedrón mantenía su postura de imputar a los responsables de los canes.

Tras esa divergencia, a Fernández se le cortó el permiso para estudiar en Esquel. Incluso se ordenó cambio de horario para sus servicios en la Comisaría, asignándole la tarde, cuando su idea era trabajar a la mañana y por la tarde estudiar. Esa decisión -comentó la mujer- fue acompañada por el retiro del saludo del jefe.

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Ella siguió concurriendo al Instituto 809, incluso a prácticas. Como nunca tuvo la intención de dejar la fuerza, se presentaba en la dependencia por la noche. Pero Cedrón habría pedido al personal que no la incluyan en el parte diario como presente en el trabajo. A la fecha -dijo Fernández- le mantienen el horario de 13.30 a 22, que abarca el lapso de sus estudios en Esquel, aunque sigue yendo a clases, aún faltando a la Comisaría.

Su jefe comenzó a suspenderla con varios días de arresto, lo que a fin de mes le resta en el sueldo. Lo necesita porque mantiene a su hijo. Las desavenencias vienen de julio de 2015. Hace dos semanas Fernández fue notificada de una nueva suspensión que data de septiembre. Nombró abogada y en diciembre denunció “violencia laboral” en la Secretaría de Trabajo. Recalcó que hacía dos meses que no era notificada de suspensiones, pero volvieron las sanciones.

En José de San Martín le adjudican tareas propias de un policía ingresante. Intentó dialogar con Cedrón para acordar pero no fue posible. Desde la Unidad Regional le plantearon como alternativa un traslado. Fernández dijo que habría otras denuncias similares de otros policías al jefe.


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