Nuevos combates entre Armenia y Azerbaiyán por Nagorno Karabaj

Azerbaiyán puso a su Ejército en alerta máxima y amenazó con atacar la capital del enclave pro armenio de Nagorno Karabaj, luego de que nuevos combates con tropas de Armenia dejaran hoy al menos 13 muertos en el tercer día de la mayor ola de violencia en años por ese territorio en disputa.

04 ABR 2016 - 17:01 | Actualizado

A contramano de los llamados a la calma en la región hechos por Rusia y Occidente, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, echó hoy más leña al fuego al afirmar que la volátil región controlada por Armenia volverá algún día a se de Azerbaiyán, de la cual Turquía es un firme aliado.

Sobre el terreno, cinco armenios que combatían como "voluntarios" murieron cuando el colectivo en el que viajaban fue alcanzado por un proyectil, informó el Ministerio de Defensa armenio, con lo que se elevó a casi medio centenar las víctimas fatales desde el inicio de la actual escalada, el viernes último.

Más temprano, las autoridades de la separatista Nagorno Karabaj -que afirma ser independiente pero está apoyada por Armenia- dijeron que tres civiles y otros dos soldados, murieron en un feroz bombardeo en la localidad de Talysh.

Desde su capital, Bakú, el gobierno de Azerbaiyán dijo que tres de sus soldados murieron anoche cuando fuerzas armenias dispararon contra sus posiciones con morteros y lanzagranadas.

En Ereván, capital de Armenia, el presidente del país, Serge Sargsian, dijo hoy que un "alto el fuego sólo sería posible si los Ejércitos de ambas partes retornan a sus posiciones" previas al desencadenamiento de las actuales hostilidades.

Sus comentarios llegaron un día después de que Azerbaiyán anunciara una tregua unilateral que no detuvo los combates.

De hecho, en un brusco giro, el Ministerio de Defensa azerbaiyano dijo que sus Fuerzas Armadas lanzarán ataques "demoledores" contra la capital del enclave, Stepanakert (Jankendi para Azerbaiyán), si el Ejército de Armenia no deja de bombardear sus posiciones dentro del volátil territorio del Cáucaso Sur.

"El ministro de Defensa, Zakir Gasanov, ha ordenado a todas las unidades, incluido los destacamentos de artillería, que estén preparados para asestar demoledores ataques con armamento pesado contra Jankendi y otras ciudades azerbaiyanas ocupadas", señaló el Ministerio en un comunicado.

El Ejército azerbaiyano lanzará ataques contra Stepanakert y otras localidades "ocupadas" "si en un plazo breve de tiempo el enemigo no cesa sus bombardeos contra las áreas pobladas", dijo el Ministerio en un comunicado, informó la agencia de noticias EFE.

El conflicto estalló en 1988, cuando la entonces región autónoma azerbaiyana de Nagorno Karabaj, de población mayoritariamente armenia, pidió su incorporación en la República Soviética de Armenia, lo que desembocó en repentinos brotes de violencia étnica y, finalmente, en una guerra.

El enfrentamiento terminó en 1994 con una tregua inconclusa, y aunque la región fue arrebatada a Azerbaiyán por rebeldes armenios, la llamada República de Nagorno Karabaj, que tiene el control de facto, no es reconocida por la comunidad internacional, por considerar que el territorio es azerbaiyano.

Azerbaiyán afirma haber capturado varias posiciones estratégicas dentro del enclave, en lo que serían los primeros cambios de hecho a la línea de frente desde el cese del fuego de 1994.

La retórica belicista de ambas partes, sumada al recrudecimiento de los combates en este auténtico polvorín caucásico, levantó todas las alarmas en Rusia, Estados Unidos y Francia, los encargados de supervisar el alto el fuego en vigor desde 1994.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, conminaron hoy a ambos bandos "al cese inmediato de las acciones militares", llamado al que se sumó la OTAN.

Lavrov viajará el próximo miércoles a Bakú para mantener urgentes consultas con sus colegas azerbaiyano e iraní, cuyo país tiene frontera con ambos bandos en conflicto y ha mantenido tradicionalmente unas buenas relaciones con la cristiana Armenia.

El Grupo de Minsk de la OSCE, que coordina las negociaciones de paz entre armenios y azerbaiyanos, se reunirá mañana en Viena, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, viajará próximamente a la zona.

Según la Cancillería rusa, Kerry y Lavrov también "condenaron los intentos de ciertos actores externos de instigar la confrontación en torno al Karabaj".

Aunque Lavrov aseguró que Rusia no acusa a ningún país "de provocar la actual escalada de tensión, tampoco a Turquía", todas las miradas apuntaron inmediatamente al presidente Erdogan.

Tras asegurar el fin de semana que su país apoyará "hasta el final" a Azerbaiyán, por lo que Ereván lo acusó de alentar los agresivos planes militares de Bakú, el mandatario turco pronosticó hoy que Nagorno Karabaj "volverá en un futuro a su auténtico redil y será de nuevo azerbaiyano".

"Turquía estuvo junto a Azerbaiyán desde el principio del conflicto y lo seguirá estando", insistió Erdogan, cuyo país no tiene relaciones diplomáticas con Armenia, entre otras cosas por la negativa de Ankara a reconocer como genocidio la matanza de 1,5 millones de armenios hace 100 años por el Imperio Otomano.

Unas 30.000 personas murieron en la guerra de Nagorno-Karabaj, que terminó con la toma del territorio por parte de separatistas armenios apoyados por Ereván, aunque los enemigos nunca firmaron un tratado de paz que reemplace a la tregua, por lo que siguen técnicamente en guerra.

Azerbaiyán, un país rico en petróleo y gas y cuyo gasto en Defensa supera todo el presupuesto estatal de Armenia, ha amenazado repetidas veces con recuperar la región por la fuerza si las negociaciones no dan resultado.

Las escaramuzas y choques esporádicos a lo largo de la línea de frente no son infrecuentes, pero el actual brote es una escalada mucho más seria que según muchos analistas podría degenerar en una guerra abierta.

04 ABR 2016 - 17:01

A contramano de los llamados a la calma en la región hechos por Rusia y Occidente, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, echó hoy más leña al fuego al afirmar que la volátil región controlada por Armenia volverá algún día a se de Azerbaiyán, de la cual Turquía es un firme aliado.

Sobre el terreno, cinco armenios que combatían como "voluntarios" murieron cuando el colectivo en el que viajaban fue alcanzado por un proyectil, informó el Ministerio de Defensa armenio, con lo que se elevó a casi medio centenar las víctimas fatales desde el inicio de la actual escalada, el viernes último.

Más temprano, las autoridades de la separatista Nagorno Karabaj -que afirma ser independiente pero está apoyada por Armenia- dijeron que tres civiles y otros dos soldados, murieron en un feroz bombardeo en la localidad de Talysh.

Desde su capital, Bakú, el gobierno de Azerbaiyán dijo que tres de sus soldados murieron anoche cuando fuerzas armenias dispararon contra sus posiciones con morteros y lanzagranadas.

En Ereván, capital de Armenia, el presidente del país, Serge Sargsian, dijo hoy que un "alto el fuego sólo sería posible si los Ejércitos de ambas partes retornan a sus posiciones" previas al desencadenamiento de las actuales hostilidades.

Sus comentarios llegaron un día después de que Azerbaiyán anunciara una tregua unilateral que no detuvo los combates.

De hecho, en un brusco giro, el Ministerio de Defensa azerbaiyano dijo que sus Fuerzas Armadas lanzarán ataques "demoledores" contra la capital del enclave, Stepanakert (Jankendi para Azerbaiyán), si el Ejército de Armenia no deja de bombardear sus posiciones dentro del volátil territorio del Cáucaso Sur.

"El ministro de Defensa, Zakir Gasanov, ha ordenado a todas las unidades, incluido los destacamentos de artillería, que estén preparados para asestar demoledores ataques con armamento pesado contra Jankendi y otras ciudades azerbaiyanas ocupadas", señaló el Ministerio en un comunicado.

El Ejército azerbaiyano lanzará ataques contra Stepanakert y otras localidades "ocupadas" "si en un plazo breve de tiempo el enemigo no cesa sus bombardeos contra las áreas pobladas", dijo el Ministerio en un comunicado, informó la agencia de noticias EFE.

El conflicto estalló en 1988, cuando la entonces región autónoma azerbaiyana de Nagorno Karabaj, de población mayoritariamente armenia, pidió su incorporación en la República Soviética de Armenia, lo que desembocó en repentinos brotes de violencia étnica y, finalmente, en una guerra.

El enfrentamiento terminó en 1994 con una tregua inconclusa, y aunque la región fue arrebatada a Azerbaiyán por rebeldes armenios, la llamada República de Nagorno Karabaj, que tiene el control de facto, no es reconocida por la comunidad internacional, por considerar que el territorio es azerbaiyano.

Azerbaiyán afirma haber capturado varias posiciones estratégicas dentro del enclave, en lo que serían los primeros cambios de hecho a la línea de frente desde el cese del fuego de 1994.

La retórica belicista de ambas partes, sumada al recrudecimiento de los combates en este auténtico polvorín caucásico, levantó todas las alarmas en Rusia, Estados Unidos y Francia, los encargados de supervisar el alto el fuego en vigor desde 1994.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, conminaron hoy a ambos bandos "al cese inmediato de las acciones militares", llamado al que se sumó la OTAN.

Lavrov viajará el próximo miércoles a Bakú para mantener urgentes consultas con sus colegas azerbaiyano e iraní, cuyo país tiene frontera con ambos bandos en conflicto y ha mantenido tradicionalmente unas buenas relaciones con la cristiana Armenia.

El Grupo de Minsk de la OSCE, que coordina las negociaciones de paz entre armenios y azerbaiyanos, se reunirá mañana en Viena, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, viajará próximamente a la zona.

Según la Cancillería rusa, Kerry y Lavrov también "condenaron los intentos de ciertos actores externos de instigar la confrontación en torno al Karabaj".

Aunque Lavrov aseguró que Rusia no acusa a ningún país "de provocar la actual escalada de tensión, tampoco a Turquía", todas las miradas apuntaron inmediatamente al presidente Erdogan.

Tras asegurar el fin de semana que su país apoyará "hasta el final" a Azerbaiyán, por lo que Ereván lo acusó de alentar los agresivos planes militares de Bakú, el mandatario turco pronosticó hoy que Nagorno Karabaj "volverá en un futuro a su auténtico redil y será de nuevo azerbaiyano".

"Turquía estuvo junto a Azerbaiyán desde el principio del conflicto y lo seguirá estando", insistió Erdogan, cuyo país no tiene relaciones diplomáticas con Armenia, entre otras cosas por la negativa de Ankara a reconocer como genocidio la matanza de 1,5 millones de armenios hace 100 años por el Imperio Otomano.

Unas 30.000 personas murieron en la guerra de Nagorno-Karabaj, que terminó con la toma del territorio por parte de separatistas armenios apoyados por Ereván, aunque los enemigos nunca firmaron un tratado de paz que reemplace a la tregua, por lo que siguen técnicamente en guerra.

Azerbaiyán, un país rico en petróleo y gas y cuyo gasto en Defensa supera todo el presupuesto estatal de Armenia, ha amenazado repetidas veces con recuperar la región por la fuerza si las negociaciones no dan resultado.

Las escaramuzas y choques esporádicos a lo largo de la línea de frente no son infrecuentes, pero el actual brote es una escalada mucho más seria que según muchos analistas podría degenerar en una guerra abierta.


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