“El zorro” Bastida: figura de la reconstrucción del Strongest tras una tragedia aérea en Bolivia
Hace casi medio siglo, un plantel entero del conjunto boliviano The Strongest fallecía en un accidente aéreo similar al del Chapecoense. Esa tragedia trocó la vida de Luis Bastida. Estando en Boca fue enviado al club aurinegro para convertirse en una leyenda futbolística. Nada fue igual, para nadie.
El fútbol tiene episodios extraordinarios. Para bien o para mal. Emocionantes, conmovedores, pasionales y dolorosos. El fallecimiento de casi un plantel completo del club brasileño Chapecoense a raiz de un accidente aéreo en Colombia no escapa a esos ejemplos. Pero no es el único. Hubo otros, tan dramáticos como el del pasado martes y también en Sudamérica. Hace 47 años, uno de ellos, trocó la vida de uno de los íconos deportivos más importantes que tiene el fútbol local: Luis Fernando Bastida, “El zorro”, apodo que supo ganarse por su astucia y talento en Bolivia, Perú y Paraguay, pero más que nada en el país del Altiplano donde aún hoy es genio y figura, tanto que se convirtió en seleccionado en vísperas del Mundial de 1978, cuando Bolivia disputó un repechaje con Hungría para clasificar a la fase final que se jugó en Argentina.
Luis Bastida jugaba en la Tercera y eventualmente en la Reserva de Boca. Había hecho el servicio militar; pero el 26 de septiembre de 1969, se produjo la llamada “Tragedia de Viloco”.
En esa localidad de Bolivia una aeronave Douglas DC-6B de Lloyd Aéreo Boliviano que realizaba el vuelo Santa Cruz de la Sierra - La Paz se estrelló en la zona montañosa y de difícil acceso denominada La Cancha. Se mató el plantel completo de The Strongest, más pasajeros comunes, cuerpo técnico, directivos y personal aéreo. Fueron 74. El club quedó despedazado con riesgo de desaparecer y apareció la solidaridad. La Conmebol ayudó con dinero y se hicieron partidos de beneficio tanto en Brasil como Argentina. Pero, Alberto J. Armando, titular de Boca fue más allá y prestó dos jugadores: Víctor Hugo Romero y Luis Fernando Bastida. “Romerito”, un potencial crack que nunca explotó no duró mucho, pero “El Zorro” se convirtió en genio y figura; tanto que se cansó de ganar campeonatos con los atigrados y junto a Rolando “El Perro” Vargas (se había salvado del accidente al no viajar), fueron las figuras de la reconstrucción de uno de los equipos más populares de Bolivia.
Hoy, a los 68 años, la memoria de Bastida no sufre averías y recuerda que “yo fui en el 70, a poco de la tragedia de Viloco. Todo era dolor y no sólo para el pueblo strongista, sino para el boliviano. Fue clave Rafael Mendoza Castellón, un dirigente del club que condujo al club a la resurección y nosotros colaboramos algo”.
El Strongest volvió a ser el más fuerte como lo dice su nombre y ese accidente que devoró a un plantel completo nos dio el ímpetu necesario para seguir y resurgir como una de las instituciones más importantes del continente y tal como alguna vez dijo “El perro” Vargas, el Strongest que yo viví fue un milagro que nació del corazón de todos”.
“Hubo casos que la gente no quería viajar con nosotros en avión, como una vez de Sucre a La Paz”, recuerda Luis Bastida, pero ese destino que se hizo tragedia, lo trajo a Bolivia para escribir varias páginas maravillosas de una institución centenaria que marcó con dolor y con pasión el fútbol boliviano.#
Las tragedias aéreas que sacudieron al balompie
Entre las tragedias aéreas que involucraron a planteles de fútbol, hay algunas que son íconos: la de Superga, la de Munich, Green Cross y Alianza Lima, fueron algunas de las antecesoras del dolor del pueblo futbolístico.
La “tragedia de Superga” fue un accidente aéreo sucedido a las 17:05 del 4 de mayo de 1949 cuando el avión Fiat G.212 de Italian Airlines, en el que viajaba todo el equipo de fútbol Torino FC, se estrelló contra el muro de contención en la parte posterior de la Basílica de Superga, que se encuentra en la colina de Turín. Se registraron 31 víctimas mortales, incluyendo 18 jugadores del mítico equipo turinés, empleados del club, periodistas y la tripulación del avión.
Munich
El “desastre aéreo de Munich” tuvo lugar en la propia ciudad alemana de Munich, el 6 de febrero de 1958, cuando el Airspeed Ambassador que realizaba el vuelo 609 de la British European Airways se estrelló en el aeropuerto de Munich-Riem, donde viajaba la plantilla al completo del Manchester United inglés. Murieron 23 personas entre futbolistas, periodistas, cuerpo técnico y personal aéreo.
Green Cross
La tragedia de Green Cross se refiere a un accidente aéreo ocurrido el 3 de abril de 1961 a las 23:57 horas cuando una aeronave Douglas DC-3, que llevaba a bordo a parte del plantel, entrenador y kinesiólogo del equipo de fútbol chileno Green Cross, además de 3 árbitros, se estrelló contra la ladera noreste del cerro Las Ánimas en el cordón montañoso del Nevado de Longaví, Provincia de Linares. Fallecieron 24 personas.
Alianza Lima
La tragedia aérea del Club Alianza Lima fue un accidente que aconteció el 8 de diciembre de 1987 y dejó como saldo 43 muertes de personas asociadas con el Club Alianza Lima, cuando un avión Fokker de la Marina de Guerra del Perú se precipitó al mar cuando se encontraba a escasos kilómetros del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez a la altura de la localidad chalaca de Ventanilla.
El único sobreviviente de ese avión fue el piloto Edilberto Villar Molina.
El fútbol tiene episodios extraordinarios. Para bien o para mal. Emocionantes, conmovedores, pasionales y dolorosos. El fallecimiento de casi un plantel completo del club brasileño Chapecoense a raiz de un accidente aéreo en Colombia no escapa a esos ejemplos. Pero no es el único. Hubo otros, tan dramáticos como el del pasado martes y también en Sudamérica. Hace 47 años, uno de ellos, trocó la vida de uno de los íconos deportivos más importantes que tiene el fútbol local: Luis Fernando Bastida, “El zorro”, apodo que supo ganarse por su astucia y talento en Bolivia, Perú y Paraguay, pero más que nada en el país del Altiplano donde aún hoy es genio y figura, tanto que se convirtió en seleccionado en vísperas del Mundial de 1978, cuando Bolivia disputó un repechaje con Hungría para clasificar a la fase final que se jugó en Argentina.
Luis Bastida jugaba en la Tercera y eventualmente en la Reserva de Boca. Había hecho el servicio militar; pero el 26 de septiembre de 1969, se produjo la llamada “Tragedia de Viloco”.
En esa localidad de Bolivia una aeronave Douglas DC-6B de Lloyd Aéreo Boliviano que realizaba el vuelo Santa Cruz de la Sierra - La Paz se estrelló en la zona montañosa y de difícil acceso denominada La Cancha. Se mató el plantel completo de The Strongest, más pasajeros comunes, cuerpo técnico, directivos y personal aéreo. Fueron 74. El club quedó despedazado con riesgo de desaparecer y apareció la solidaridad. La Conmebol ayudó con dinero y se hicieron partidos de beneficio tanto en Brasil como Argentina. Pero, Alberto J. Armando, titular de Boca fue más allá y prestó dos jugadores: Víctor Hugo Romero y Luis Fernando Bastida. “Romerito”, un potencial crack que nunca explotó no duró mucho, pero “El Zorro” se convirtió en genio y figura; tanto que se cansó de ganar campeonatos con los atigrados y junto a Rolando “El Perro” Vargas (se había salvado del accidente al no viajar), fueron las figuras de la reconstrucción de uno de los equipos más populares de Bolivia.
Hoy, a los 68 años, la memoria de Bastida no sufre averías y recuerda que “yo fui en el 70, a poco de la tragedia de Viloco. Todo era dolor y no sólo para el pueblo strongista, sino para el boliviano. Fue clave Rafael Mendoza Castellón, un dirigente del club que condujo al club a la resurección y nosotros colaboramos algo”.
El Strongest volvió a ser el más fuerte como lo dice su nombre y ese accidente que devoró a un plantel completo nos dio el ímpetu necesario para seguir y resurgir como una de las instituciones más importantes del continente y tal como alguna vez dijo “El perro” Vargas, el Strongest que yo viví fue un milagro que nació del corazón de todos”.
“Hubo casos que la gente no quería viajar con nosotros en avión, como una vez de Sucre a La Paz”, recuerda Luis Bastida, pero ese destino que se hizo tragedia, lo trajo a Bolivia para escribir varias páginas maravillosas de una institución centenaria que marcó con dolor y con pasión el fútbol boliviano.#
Las tragedias aéreas que sacudieron al balompie
Entre las tragedias aéreas que involucraron a planteles de fútbol, hay algunas que son íconos: la de Superga, la de Munich, Green Cross y Alianza Lima, fueron algunas de las antecesoras del dolor del pueblo futbolístico.
La “tragedia de Superga” fue un accidente aéreo sucedido a las 17:05 del 4 de mayo de 1949 cuando el avión Fiat G.212 de Italian Airlines, en el que viajaba todo el equipo de fútbol Torino FC, se estrelló contra el muro de contención en la parte posterior de la Basílica de Superga, que se encuentra en la colina de Turín. Se registraron 31 víctimas mortales, incluyendo 18 jugadores del mítico equipo turinés, empleados del club, periodistas y la tripulación del avión.
Munich
El “desastre aéreo de Munich” tuvo lugar en la propia ciudad alemana de Munich, el 6 de febrero de 1958, cuando el Airspeed Ambassador que realizaba el vuelo 609 de la British European Airways se estrelló en el aeropuerto de Munich-Riem, donde viajaba la plantilla al completo del Manchester United inglés. Murieron 23 personas entre futbolistas, periodistas, cuerpo técnico y personal aéreo.
Green Cross
La tragedia de Green Cross se refiere a un accidente aéreo ocurrido el 3 de abril de 1961 a las 23:57 horas cuando una aeronave Douglas DC-3, que llevaba a bordo a parte del plantel, entrenador y kinesiólogo del equipo de fútbol chileno Green Cross, además de 3 árbitros, se estrelló contra la ladera noreste del cerro Las Ánimas en el cordón montañoso del Nevado de Longaví, Provincia de Linares. Fallecieron 24 personas.
Alianza Lima
La tragedia aérea del Club Alianza Lima fue un accidente que aconteció el 8 de diciembre de 1987 y dejó como saldo 43 muertes de personas asociadas con el Club Alianza Lima, cuando un avión Fokker de la Marina de Guerra del Perú se precipitó al mar cuando se encontraba a escasos kilómetros del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez a la altura de la localidad chalaca de Ventanilla.
El único sobreviviente de ese avión fue el piloto Edilberto Villar Molina.