Agustina y Martina Torres, hermanas de sangre nacional

La primera consiguió por primera vez junto a la Selección Argentina de Beach Handball la medalla dorada en el Panamericano de Paraguay, y se prepara para jugar el Mundial y los Juegos Olímpicos de la Juventud. La segunda, a punto de trasladarse a Buenos Aires para sumarse a Lanús, concentró con la Selección U16 en el CENARD. La familia atraviesa el momento más emocionante de sus vidas.

Martina con la de básquet, Agustina con la de handball. Son hermanas y representan a la Selección Argentina.
07 MAR 2017 - 21:26 | Actualizado

La familia Torres esconde dos tesoros. Uno se llama Agustina, y el otro se llama Martina. Vienen de vivir una semana muy especial. Agus, de 17 años, hizo historia con la Selección Argentina Juvenil de Beach Handball al ganar por primera vez la medalla de oro en el Panamericano de Paraguay. Martu, de 14 años con destino celeste y blanco, integró la concentración de la Selección Argentina U16 de básquet en el CENARD al tiempo que participaba de un Campus en Lanús. Junto a sus padres, Ricky y Viviana, la familia Torres dialogó con Jornada.

-¿Cómo viviste tu experiencia con la Selección de Beach Handball?

Agustina: Fui el año pasado al Panamericano en Venezuela, los padres habían ido dos o tres, no como este año, se ve que se pusieron las pilas, y a comparación del año pasado nos fue mucho mejor. Previo a los Panamericanos, tuvimos un Campus con vista a los Juegos Olímpicos de la Juventud, estuvimos diez días en el CENARD concentrando y eso creo nos ayudó a que hayamos obtenido el título. Nos terminamos de entender y corregir cosas que nos faltaban.

-Fue una medalla de oro histórica.

A: Sí, fue el primer oro para Argentina en Beach. Aparte le ganamos a Brasil, que también fue histórico. Le ganamos dos veces, en el todos contra todos y en la final.

-¿Pudiste tener el protagonismo que deseabas?

A: Sí, jugué todos los partidos. Creo que me habrán sacado 1 o 2 minutos por partido. Y metí varios goles; contra Venezuela y Uruguay hice 9 o 13. Y en la final creo que hice 11 goles.

-¿Tenías alguna compañera de la Patagonia?

A: Hay una chica de Río Negro, de Viedma, y dos chicas de Neuquén.

-Son campeonas, ¿cómo sigue a partir de ahora?

A: El primer objetivo del Panamericano era estar entre los cuatro mejores así teníamos una plaza para el Mundial, y después que lo conseguimos tratamos de quedar lo más alto. Ahora, a entrenar para el Mundial, en el invierno.

Tras colgarse la presea dorada en Paraguay, Agustina se prepara para lo mejor. El seleccionado juvenil de Beach se prepara para el Mundial de la categría que se jugará en República de Mauricio, y en 2018 competirán en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires.

Con Agustina en Paraguay y Martina en Buenos Aires, ambas representando a Argentina, los padres tuvieron que dividirse las tareas.

-¿Tuvieron que repartirse para acompañarlas?

Madre: Ya habíamos dicho que si Agustina quedaba en la Selección de Beach iba a ir el papá, porque yo acompañé a Martina cuando fue a la Selección de handball. Después surgió lo de Martina, ella me dijo que había un campus en Lanús y que quería ir, así que como no había clases, fuimos.

Tanto Agustina como Martina son chicas polideportivas. Agus practicó natación, básquet y handball, aunque ella misma reconoce que “para el básquet era malísima”. Martina también practicó handball y básquet, no obstante su particularidad es que se destaca en los dos, habiendo representado a la Selección Argentina juvenil en ambos deportes. Sin embargo Martu prefiere el básquet.

-¿Cómo te fue en la concentración?

Martina: Muy bien. Fueron 27 chicas, en categorías U16 y U17. Durante los cinco días a veces nos repartíamos, nos separábamos por categorías y entrenábamos todas juntas. La mayoría de las U16 han tenido experiencia porque ya han jugado Sudamericanos y vienen con un proceso hace dos años.

-¿Cómo llegaron a esta convocatoria?

Padre: En realidad Martina, según lo que dicen los entrenadores, la vienen viendo y tiene proyección. Tuvo una actuación destacada a fines del año pasado en el hexagonal final de clubes U14. Tuvo un torneo muy bueno, y ahí, al verla entre las mejores del país, se dieron cuenta de que tenía capacidad y que se merecía un lugar para empezar el proceso de selección. Está dando la ventaja de la edad, porque este año el Sudamericano es U16 y ella tiene 14.

-Pero el porte físico ella lo tiene…

P: Sí, si no creciera más, con la talla que tiene hoy podría jugar de perimetral.

Martina se desempeña en la posición de alero. “Juego de 2 o de 3”, dice ella. Su gran dilema fue tener que haber escogido entre la Selección de handball y la de básquet. Su padre valoró el esfuerzo hecho desde un lugar tan alejado como lo es Chubut, sobre todo para Agustina, quien debió entrenarse para una superficie de beach handball, con arena, y eso requiere otro tipo de preparación. Agustina no solo se ganó la titularidad, sino que lo hizo gracias a un trabajo personal.

Padre: Agus ha logrado todo esto matándose en el gimnasio, sola. Las chicas de Buenos Aires entrenan Beach, por eso que ella se haya ganado un lugar ahí es todo mérito de ella.

-¿Cómo llegaste por primera vez a la selección de Beach?

Agustina: Beach handball, acá, no existe. No hay clubes, ni acá ni en Buenos Aires. Fue en diciembre del 2015; hubo una convocatoria abierta de Beach en Viedma, y estaban convocados los chicos que participaban en el “Pro Hand”, que se hace para conocer talentos del handball indoor. Me llegó un email y yo fui por ir, nunca había entrenado y sabía las reglas básicas. Por ser zurda quizás tuve ventajas porque hay pocas. Ahí aprendí un montón. Me volví a Trelew pensando que había aprendido y nada más, no tenía ni idea de que me iban a llamar. Un mes después ya me habían llamado.

Padre: En ese momento, el mérito fue haber estado. Hicieron un torneo y a Agustina la pusieron con unas chicas de Patagones. Ella se destacó en lo individual y al equipo también le fue bien. Al mismo tiempo, Martina jugaba las finales de básquet también en Patagones, así que metimos un combo.

Madre: Apenas terminaba el partido de Martina, nos íbamos a mirar a Agustina. Íbamos y veníamos.

Padre: La entrenadora de Beach la vio a Martina y la quiso hacer jugar. Le dije que no porque al otro día tenía que jugar finales de básquet. Lo importante fue estar y que hicieran deporte, que ellas estén ocupadas en eso, que es lo más lindo que les puede pasar.

La disciplina en la que se desempeña Agustina no es fácil de ejercer en Argentina. El Beach Handball necesita superficies de arena, y en nuestro país a veces el clima nos aleja de las playas.

Agustina: Las chicas de Buenos Aires entrenaban en el Parque Sarmiento. Era ir todos los fines de semana, colgar la red, sacar las piedritas. Ahora con el campus pudieron inaugurar en el CENARD una buena cancha.

-Tuvieron poco tiempo para conocerse entre tus compañeras.

A: Claro. Ellas de Buenos Aires tienen ventaja porque entrenan seguido. Cuando voy yo me cuesta dos o tres entrenamientos volver al ritmo y poder entenderlas. Por suerte hubo concentraciones seguidas y torneos como para sentirme bien.

-¿Pero cuando ibas sentías que estabas a la altura de las demás?

A: Hubo concentraciones en Necochea, Viedma y Mar del Plata. Cuando llegué a Viedma me costó 3 días adaptarme. Fue un fin de semana así que el primer día fue un bajón para mí. Después hicieron una concentración en Mar del Plata, donde iban sacando chicas, y otra en el CENARD, donde fuimos 10.

-¿Qué sentiste cuando empezaste el Sudamericano?

A: Estaba tranquila porque ya había vivido el de Venezuela y sentía que había aprendido un montón. Confiaba en mí misma y eso me ayudó. Aparte hicimos un grupo muy lindo con chicas que nos conocíamos hace muchos años gracias al handball indoor. Llevarnos bien y entendernos entre nosotras adentro de la cancha nos ayudó mucho para ser campeonas. Cuando nos salía algo mal, iban y nos levantaban, eso nos hacía ser especiales. La entrenadora dijo que nunca había tenido un grupo tan unido y que por eso llegamos tan lejos.

Mientras Agustina jugaba en Paraguay, Martina participaba de un campus de básquet en Lanús, club en el que se encuentra uno de los entrenadores de la Selección Argentina femenina. Allí, desde el club se comunicaron con Ricky y Viviana para invitarla a cambiarse de ciudad a fin de formar parte del equipo. Era una decisión difícil: Martu, con 14 años, debía decidir si quedarse en Trelew o mudarse a Buenos Aires para estar más cerca de la Selección. Por supuesto, la decisión era aún más difícil para los padres.

Padre: Es complicado. Es una decisión de ella. Es algo que preveíamos pero no tan rápido, ya estábamos con el año armado acá.

-¿Ya tomaron la decisión?

Padre: Acabamos de confirmarlo hace un ratito (se emociona). Se va a Lanús. Es lo que ella quiere.

Martina: Yo lo veía un poco más adelante, pero tengo la oportunidad ahora. No es solo por decir que sí; yo quiero jugar allá y progresar como jugadora. No es lo mismo jugar acá con el nivel que estoy teniendo, que allá. Se deja todo acá pero se hacen amigos allá, en el club y en la escuela.

Martina se formó como bsquetbolista en el club Racing de Trelew. Ahora se irá a Lanús. Vivirá en Berazategui, en una casa de familia, junto a otra chica de Río Colorado, y continuará su ciclo lectivo en un Colegio privado. Allá seguirá creciendo como jugadora.

Fueron demasiadas emociones en muy poco tiempo. Pero son una familia unida y fuerte. Agustina y Martina revivieron lazos y momentos de la infancia. Se llevan bien, como buenas hermanas. “Ahora que Martina se va, creo que el vínculo se unió más”, dijo Agustina. Hacen deporte desde pequeñas. “Al handball jugamos juntas en el CEF –cuenta Agustina–, y la verdad, a mí no me gustaba jugar con Martina. ('A mí sí pero a ella no', agregó Martu). Yo sentía que era mi hermana, entonces le podía decir lo que quería, la trataba como mi hermana, y no, adentro de la cancha era mi compañera”.

Agustina y Martina Torres son un orgullo para el deporte trelewense. Tanto el beach handball como el básquet tendrán futuro siempre que ellas estén dentro de una cancha. “No hubiéramos logrado esto si no fuera por nuestros padres, siempre nos apoyan en todo”, aseguró Agustina. Porque como dijo Juan Pablo II: “El futuro depende, en gran parte, de la familia”.

Enterate de las noticias de DEPORTES a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
Martina con la de básquet, Agustina con la de handball. Son hermanas y representan a la Selección Argentina.
07 MAR 2017 - 21:26

La familia Torres esconde dos tesoros. Uno se llama Agustina, y el otro se llama Martina. Vienen de vivir una semana muy especial. Agus, de 17 años, hizo historia con la Selección Argentina Juvenil de Beach Handball al ganar por primera vez la medalla de oro en el Panamericano de Paraguay. Martu, de 14 años con destino celeste y blanco, integró la concentración de la Selección Argentina U16 de básquet en el CENARD al tiempo que participaba de un Campus en Lanús. Junto a sus padres, Ricky y Viviana, la familia Torres dialogó con Jornada.

-¿Cómo viviste tu experiencia con la Selección de Beach Handball?

Agustina: Fui el año pasado al Panamericano en Venezuela, los padres habían ido dos o tres, no como este año, se ve que se pusieron las pilas, y a comparación del año pasado nos fue mucho mejor. Previo a los Panamericanos, tuvimos un Campus con vista a los Juegos Olímpicos de la Juventud, estuvimos diez días en el CENARD concentrando y eso creo nos ayudó a que hayamos obtenido el título. Nos terminamos de entender y corregir cosas que nos faltaban.

-Fue una medalla de oro histórica.

A: Sí, fue el primer oro para Argentina en Beach. Aparte le ganamos a Brasil, que también fue histórico. Le ganamos dos veces, en el todos contra todos y en la final.

-¿Pudiste tener el protagonismo que deseabas?

A: Sí, jugué todos los partidos. Creo que me habrán sacado 1 o 2 minutos por partido. Y metí varios goles; contra Venezuela y Uruguay hice 9 o 13. Y en la final creo que hice 11 goles.

-¿Tenías alguna compañera de la Patagonia?

A: Hay una chica de Río Negro, de Viedma, y dos chicas de Neuquén.

-Son campeonas, ¿cómo sigue a partir de ahora?

A: El primer objetivo del Panamericano era estar entre los cuatro mejores así teníamos una plaza para el Mundial, y después que lo conseguimos tratamos de quedar lo más alto. Ahora, a entrenar para el Mundial, en el invierno.

Tras colgarse la presea dorada en Paraguay, Agustina se prepara para lo mejor. El seleccionado juvenil de Beach se prepara para el Mundial de la categría que se jugará en República de Mauricio, y en 2018 competirán en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires.

Con Agustina en Paraguay y Martina en Buenos Aires, ambas representando a Argentina, los padres tuvieron que dividirse las tareas.

-¿Tuvieron que repartirse para acompañarlas?

Madre: Ya habíamos dicho que si Agustina quedaba en la Selección de Beach iba a ir el papá, porque yo acompañé a Martina cuando fue a la Selección de handball. Después surgió lo de Martina, ella me dijo que había un campus en Lanús y que quería ir, así que como no había clases, fuimos.

Tanto Agustina como Martina son chicas polideportivas. Agus practicó natación, básquet y handball, aunque ella misma reconoce que “para el básquet era malísima”. Martina también practicó handball y básquet, no obstante su particularidad es que se destaca en los dos, habiendo representado a la Selección Argentina juvenil en ambos deportes. Sin embargo Martu prefiere el básquet.

-¿Cómo te fue en la concentración?

Martina: Muy bien. Fueron 27 chicas, en categorías U16 y U17. Durante los cinco días a veces nos repartíamos, nos separábamos por categorías y entrenábamos todas juntas. La mayoría de las U16 han tenido experiencia porque ya han jugado Sudamericanos y vienen con un proceso hace dos años.

-¿Cómo llegaron a esta convocatoria?

Padre: En realidad Martina, según lo que dicen los entrenadores, la vienen viendo y tiene proyección. Tuvo una actuación destacada a fines del año pasado en el hexagonal final de clubes U14. Tuvo un torneo muy bueno, y ahí, al verla entre las mejores del país, se dieron cuenta de que tenía capacidad y que se merecía un lugar para empezar el proceso de selección. Está dando la ventaja de la edad, porque este año el Sudamericano es U16 y ella tiene 14.

-Pero el porte físico ella lo tiene…

P: Sí, si no creciera más, con la talla que tiene hoy podría jugar de perimetral.

Martina se desempeña en la posición de alero. “Juego de 2 o de 3”, dice ella. Su gran dilema fue tener que haber escogido entre la Selección de handball y la de básquet. Su padre valoró el esfuerzo hecho desde un lugar tan alejado como lo es Chubut, sobre todo para Agustina, quien debió entrenarse para una superficie de beach handball, con arena, y eso requiere otro tipo de preparación. Agustina no solo se ganó la titularidad, sino que lo hizo gracias a un trabajo personal.

Padre: Agus ha logrado todo esto matándose en el gimnasio, sola. Las chicas de Buenos Aires entrenan Beach, por eso que ella se haya ganado un lugar ahí es todo mérito de ella.

-¿Cómo llegaste por primera vez a la selección de Beach?

Agustina: Beach handball, acá, no existe. No hay clubes, ni acá ni en Buenos Aires. Fue en diciembre del 2015; hubo una convocatoria abierta de Beach en Viedma, y estaban convocados los chicos que participaban en el “Pro Hand”, que se hace para conocer talentos del handball indoor. Me llegó un email y yo fui por ir, nunca había entrenado y sabía las reglas básicas. Por ser zurda quizás tuve ventajas porque hay pocas. Ahí aprendí un montón. Me volví a Trelew pensando que había aprendido y nada más, no tenía ni idea de que me iban a llamar. Un mes después ya me habían llamado.

Padre: En ese momento, el mérito fue haber estado. Hicieron un torneo y a Agustina la pusieron con unas chicas de Patagones. Ella se destacó en lo individual y al equipo también le fue bien. Al mismo tiempo, Martina jugaba las finales de básquet también en Patagones, así que metimos un combo.

Madre: Apenas terminaba el partido de Martina, nos íbamos a mirar a Agustina. Íbamos y veníamos.

Padre: La entrenadora de Beach la vio a Martina y la quiso hacer jugar. Le dije que no porque al otro día tenía que jugar finales de básquet. Lo importante fue estar y que hicieran deporte, que ellas estén ocupadas en eso, que es lo más lindo que les puede pasar.

La disciplina en la que se desempeña Agustina no es fácil de ejercer en Argentina. El Beach Handball necesita superficies de arena, y en nuestro país a veces el clima nos aleja de las playas.

Agustina: Las chicas de Buenos Aires entrenaban en el Parque Sarmiento. Era ir todos los fines de semana, colgar la red, sacar las piedritas. Ahora con el campus pudieron inaugurar en el CENARD una buena cancha.

-Tuvieron poco tiempo para conocerse entre tus compañeras.

A: Claro. Ellas de Buenos Aires tienen ventaja porque entrenan seguido. Cuando voy yo me cuesta dos o tres entrenamientos volver al ritmo y poder entenderlas. Por suerte hubo concentraciones seguidas y torneos como para sentirme bien.

-¿Pero cuando ibas sentías que estabas a la altura de las demás?

A: Hubo concentraciones en Necochea, Viedma y Mar del Plata. Cuando llegué a Viedma me costó 3 días adaptarme. Fue un fin de semana así que el primer día fue un bajón para mí. Después hicieron una concentración en Mar del Plata, donde iban sacando chicas, y otra en el CENARD, donde fuimos 10.

-¿Qué sentiste cuando empezaste el Sudamericano?

A: Estaba tranquila porque ya había vivido el de Venezuela y sentía que había aprendido un montón. Confiaba en mí misma y eso me ayudó. Aparte hicimos un grupo muy lindo con chicas que nos conocíamos hace muchos años gracias al handball indoor. Llevarnos bien y entendernos entre nosotras adentro de la cancha nos ayudó mucho para ser campeonas. Cuando nos salía algo mal, iban y nos levantaban, eso nos hacía ser especiales. La entrenadora dijo que nunca había tenido un grupo tan unido y que por eso llegamos tan lejos.

Mientras Agustina jugaba en Paraguay, Martina participaba de un campus de básquet en Lanús, club en el que se encuentra uno de los entrenadores de la Selección Argentina femenina. Allí, desde el club se comunicaron con Ricky y Viviana para invitarla a cambiarse de ciudad a fin de formar parte del equipo. Era una decisión difícil: Martu, con 14 años, debía decidir si quedarse en Trelew o mudarse a Buenos Aires para estar más cerca de la Selección. Por supuesto, la decisión era aún más difícil para los padres.

Padre: Es complicado. Es una decisión de ella. Es algo que preveíamos pero no tan rápido, ya estábamos con el año armado acá.

-¿Ya tomaron la decisión?

Padre: Acabamos de confirmarlo hace un ratito (se emociona). Se va a Lanús. Es lo que ella quiere.

Martina: Yo lo veía un poco más adelante, pero tengo la oportunidad ahora. No es solo por decir que sí; yo quiero jugar allá y progresar como jugadora. No es lo mismo jugar acá con el nivel que estoy teniendo, que allá. Se deja todo acá pero se hacen amigos allá, en el club y en la escuela.

Martina se formó como bsquetbolista en el club Racing de Trelew. Ahora se irá a Lanús. Vivirá en Berazategui, en una casa de familia, junto a otra chica de Río Colorado, y continuará su ciclo lectivo en un Colegio privado. Allá seguirá creciendo como jugadora.

Fueron demasiadas emociones en muy poco tiempo. Pero son una familia unida y fuerte. Agustina y Martina revivieron lazos y momentos de la infancia. Se llevan bien, como buenas hermanas. “Ahora que Martina se va, creo que el vínculo se unió más”, dijo Agustina. Hacen deporte desde pequeñas. “Al handball jugamos juntas en el CEF –cuenta Agustina–, y la verdad, a mí no me gustaba jugar con Martina. ('A mí sí pero a ella no', agregó Martu). Yo sentía que era mi hermana, entonces le podía decir lo que quería, la trataba como mi hermana, y no, adentro de la cancha era mi compañera”.

Agustina y Martina Torres son un orgullo para el deporte trelewense. Tanto el beach handball como el básquet tendrán futuro siempre que ellas estén dentro de una cancha. “No hubiéramos logrado esto si no fuera por nuestros padres, siempre nos apoyan en todo”, aseguró Agustina. Porque como dijo Juan Pablo II: “El futuro depende, en gran parte, de la familia”.


NOTICIAS RELACIONADAS
DEPORTES
Agus campeona en Paraguay
12 NOV 2017 - 20:39
DEPORTES
Agustina Torres, la princesa del beach
25 JUL 2017 - 21:33