Una serie intensa que pide un extra

Huracán de Comodoro Rivadavia zafó de un flojo primer tiempo y pudo empardar un partido que por momentos sufrió. Jeremías Asencio fue el salvador, con un gol marcado en los últimos quince minutos. Elordi marcó para Sol de Mayo. El miércoles se jugará la revancha en Viedma.

Gabriel Bustos maniobra ante la mirada de Diego Galván. El “Globo” afrontará la vuelta sin haber perdido.
25 NOV 2017 - 21:32 | Actualizado

Que el mediocampo haya sido una estación de tránsito en el arranque, fue todo un mensaje. Huracán intentó apretar a Sol de Mayo y a la vuelta, este devolvió gentilezas. Presión y obligación de decidir rápido en medio de un ritmo abrumador.
La visita hizo primera con un centro de Tunessi que Galván no pudo cabecear en el área. A los 10’ facturó el perdón: a la salida de un corner, anticipó de cabeza Elordi, se movió el travesaño y el propio defensor desde el suelo, la clavó arriba.
El 0-1 fue un golpe de efecto que obligó a Huracán al replanteo. Inconcientemente se adelantó, le disputó espacios a un rival enfocado y con esfuerzo, intentó meter la pelota en zona de ataque. Sol de Mayo no se inmutó, apeló al oficio para sacarse de encima cualquier mochila y al esfuerzo de sus volantes corredores. Y ante la rapidez de Tunessi para armar las contras afloraron problemas poco habituales en la defensa de Huracán.
El Globo además sufría a la hora de administrar la pelota sin contar el esfuerzo adicional en obtenerla. Asencio no pudo zafar de la marca, Romero repitió la fórmula del pelotazo y desde afuera, no hubo demasiada puntería. Benites en dos ocasiones probó sin fortuna pero alimentando la ilusión de un empate que se veía lejano, difícil.
Parecía que Sol era más profundo a la hora de avanzar con la velocidad de Reyes y la pesca peligrosa de Galván.
Huracán estuvo ahí de gritarlo con una entrada de Mauro Benites que Astutti ahogó en un cruel mano a mano. El operativo apriete funcionó aún a riesgo de exponerse a una contra. Y en este pasaje, el equipo chubutense mereció un guiño de la suerte. El mismo que no tuvo el paraguayo Romero en otra entrada imperfecta y con poco ángulo. Ni Barroca con otra boleta que se fue ancha por la última línea.
Viedma se rearmó después del temporal. Leyó los tiempos, dobló marcas y metió al local en confusión, expuesto por su propia necesidad. Respiró con el ingreso de Olivera y se resguardó criteriosamente.
Sin embargo el 1-1 terminó gritándose fuerte. Tras centro de Barroca, la cambió Vivas al área chica donde Jeremías Asencio hizo su aporte goleador, de cabeza y ganándole al manotazo del arquero. El final fue pura tensión porque Huracán jugó todas sus fichas y Sol de Mayo lo cerró temprano entendiendo el negocio. Quedó la incomprensible agresión de Calfú que le costó una roja, una floja tarde defensiva y la expectativa de que en Viedma, se pondrá a defender el invicto para meterse en semifinales. No será fácil, tampoco es imposible.#

 

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Gabriel Bustos maniobra ante la mirada de Diego Galván. El “Globo” afrontará la vuelta sin haber perdido.
25 NOV 2017 - 21:32

Que el mediocampo haya sido una estación de tránsito en el arranque, fue todo un mensaje. Huracán intentó apretar a Sol de Mayo y a la vuelta, este devolvió gentilezas. Presión y obligación de decidir rápido en medio de un ritmo abrumador.
La visita hizo primera con un centro de Tunessi que Galván no pudo cabecear en el área. A los 10’ facturó el perdón: a la salida de un corner, anticipó de cabeza Elordi, se movió el travesaño y el propio defensor desde el suelo, la clavó arriba.
El 0-1 fue un golpe de efecto que obligó a Huracán al replanteo. Inconcientemente se adelantó, le disputó espacios a un rival enfocado y con esfuerzo, intentó meter la pelota en zona de ataque. Sol de Mayo no se inmutó, apeló al oficio para sacarse de encima cualquier mochila y al esfuerzo de sus volantes corredores. Y ante la rapidez de Tunessi para armar las contras afloraron problemas poco habituales en la defensa de Huracán.
El Globo además sufría a la hora de administrar la pelota sin contar el esfuerzo adicional en obtenerla. Asencio no pudo zafar de la marca, Romero repitió la fórmula del pelotazo y desde afuera, no hubo demasiada puntería. Benites en dos ocasiones probó sin fortuna pero alimentando la ilusión de un empate que se veía lejano, difícil.
Parecía que Sol era más profundo a la hora de avanzar con la velocidad de Reyes y la pesca peligrosa de Galván.
Huracán estuvo ahí de gritarlo con una entrada de Mauro Benites que Astutti ahogó en un cruel mano a mano. El operativo apriete funcionó aún a riesgo de exponerse a una contra. Y en este pasaje, el equipo chubutense mereció un guiño de la suerte. El mismo que no tuvo el paraguayo Romero en otra entrada imperfecta y con poco ángulo. Ni Barroca con otra boleta que se fue ancha por la última línea.
Viedma se rearmó después del temporal. Leyó los tiempos, dobló marcas y metió al local en confusión, expuesto por su propia necesidad. Respiró con el ingreso de Olivera y se resguardó criteriosamente.
Sin embargo el 1-1 terminó gritándose fuerte. Tras centro de Barroca, la cambió Vivas al área chica donde Jeremías Asencio hizo su aporte goleador, de cabeza y ganándole al manotazo del arquero. El final fue pura tensión porque Huracán jugó todas sus fichas y Sol de Mayo lo cerró temprano entendiendo el negocio. Quedó la incomprensible agresión de Calfú que le costó una roja, una floja tarde defensiva y la expectativa de que en Viedma, se pondrá a defender el invicto para meterse en semifinales. No será fácil, tampoco es imposible.#

 


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