Los sirios votan en elecciones municipales después de siete años

Los sirios votaban este domingo para elegir a las autoridades municipales en las gobernaciones bajo control del gobierno, en las primeras elecciones municipales que se celebran en Siria desde el inicio de la guerra en 2011.

16 SEP 2018 - 12:02 | Actualizado

 


   Los colegios electoras abrieron el domingo a las 7:00 (4:00 GMT 1:00 de la Argentina) y cerrarán a las 19:00 (16:00 GMT y 13:00 de la Argentina), en las zonas controladas por el régimen de Bashar Al Asad, es decir dos tercios del país.

   "Más de 40.000 candidatos compiten por 18.478 escaños en todas las provincias", indicó la agencia de prensa oficial siria SANA.

   Las últimas elecciones municipales se organizaron en diciembre de 2011, al inicio de la guerra que asola el país desde hace más de siete años y que dejó más de 360.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.

   En la capital Damasco, que quedó siempre bajo control del gobierno, las paredes están cubiertas de carteles electorales, la mayoría con candidatos salientes que aspiran a un nuevo mandato.

   Mohammad Kabadi, funcionario de 42 años, votará a un candidato de su barrio. "Sé exactamente a quién voy a votar, es joven, activo y su victoria aportará buenas cosas a los habitantes", explica.

   La mayoría de los candidatos están afiliados al partido del presidente Asad, el Baath, lo que provoca escepticismo entre algunos habitantes.


   - "¿Para qué votar?" 
 
   "¿Para qué votar? Seamos honestos, ¿va a cambiar algo?", se queja Human, un sirio de 38 años que trabaja en el barrio de Mazze.

   "Todo el mundo sabe que los resultados son conocidos de antemano para un partido cuyos miembros ganarán en un proceso que se parece más a una nominación que a una elección", añade.

   La televisión estatal mostró imágenes de ciudadanos ejerciendo su derecho de voto en Damasco y en las ciudades costeras de Latakia y Tartus (oeste), bastiones tradicionales del régimen.

   Los nuevos consejeros municipales tendrán más responsabilidades que sus predecesores, sobre todo en materia de reconstrucción y desarrollo urbano, una de las prioridades para el presidente sirio.

   El conflicto en Siria comenzó en marzo de 2011 con la represión del régimen contra las manifestaciones que reclamaban reformas democráticas, en la estela de la Primavera Árabe.

   Luego varios grupos opositores tomaron las armas y después el conflicto se hizo más complejo con la participación de países extranjeros y de organizaciones yihadistas, como el grupo Estado Islámico (EI).

   El presidente Asad, que tuvo dificultades en los primeros años, reconquistó grandes partes del territorio gracias a la intervención militar, desde 2015, de su aliado ruso.

   La principal región aún libre de su control se encuentra en la provincia de Idlib (noroeste), donde la población vive con el miedo a una ofensiva inminente de las tropas gubernamentales apoyadas por Rusia.

   Además de las municipales, el régimen organizó, desde el inicio de la guerra, elecciones legislativas en 2016 en las partes del país que controlaba.

   La última presidencial tuvo lugar en 2014. Bashar Al Asad, que sucedió en 2000 a su padre Hafez Al Asad, fue reelegido para un mandato de siete años.

 

 

16 SEP 2018 - 12:02

 


   Los colegios electoras abrieron el domingo a las 7:00 (4:00 GMT 1:00 de la Argentina) y cerrarán a las 19:00 (16:00 GMT y 13:00 de la Argentina), en las zonas controladas por el régimen de Bashar Al Asad, es decir dos tercios del país.

   "Más de 40.000 candidatos compiten por 18.478 escaños en todas las provincias", indicó la agencia de prensa oficial siria SANA.

   Las últimas elecciones municipales se organizaron en diciembre de 2011, al inicio de la guerra que asola el país desde hace más de siete años y que dejó más de 360.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.

   En la capital Damasco, que quedó siempre bajo control del gobierno, las paredes están cubiertas de carteles electorales, la mayoría con candidatos salientes que aspiran a un nuevo mandato.

   Mohammad Kabadi, funcionario de 42 años, votará a un candidato de su barrio. "Sé exactamente a quién voy a votar, es joven, activo y su victoria aportará buenas cosas a los habitantes", explica.

   La mayoría de los candidatos están afiliados al partido del presidente Asad, el Baath, lo que provoca escepticismo entre algunos habitantes.


   - "¿Para qué votar?" 
 
   "¿Para qué votar? Seamos honestos, ¿va a cambiar algo?", se queja Human, un sirio de 38 años que trabaja en el barrio de Mazze.

   "Todo el mundo sabe que los resultados son conocidos de antemano para un partido cuyos miembros ganarán en un proceso que se parece más a una nominación que a una elección", añade.

   La televisión estatal mostró imágenes de ciudadanos ejerciendo su derecho de voto en Damasco y en las ciudades costeras de Latakia y Tartus (oeste), bastiones tradicionales del régimen.

   Los nuevos consejeros municipales tendrán más responsabilidades que sus predecesores, sobre todo en materia de reconstrucción y desarrollo urbano, una de las prioridades para el presidente sirio.

   El conflicto en Siria comenzó en marzo de 2011 con la represión del régimen contra las manifestaciones que reclamaban reformas democráticas, en la estela de la Primavera Árabe.

   Luego varios grupos opositores tomaron las armas y después el conflicto se hizo más complejo con la participación de países extranjeros y de organizaciones yihadistas, como el grupo Estado Islámico (EI).

   El presidente Asad, que tuvo dificultades en los primeros años, reconquistó grandes partes del territorio gracias a la intervención militar, desde 2015, de su aliado ruso.

   La principal región aún libre de su control se encuentra en la provincia de Idlib (noroeste), donde la población vive con el miedo a una ofensiva inminente de las tropas gubernamentales apoyadas por Rusia.

   Además de las municipales, el régimen organizó, desde el inicio de la guerra, elecciones legislativas en 2016 en las partes del país que controlaba.

   La última presidencial tuvo lugar en 2014. Bashar Al Asad, que sucedió en 2000 a su padre Hafez Al Asad, fue reelegido para un mandato de siete años.

 

 


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