Diseñaron una cereza electrónica para optimizar la producción frutícola

Un sensor electrónico permitirá registrar cuáles son los puntos en los que se dañan las cerezas durante el proceso de empaque, dado que la fruta se comercializa a diferentes mercados.

08 MAR 2019 - 17:57 | Actualizado

 


   El 85% de la cereza que se produce en la Argentina se exporta a Europa, Estados Unidos, Hong Kong, Singapur y China, país sumado recientemente a la lista de destinos.

   Como es habitual que, durante la etapa de empaque y traslado, sucedan situaciones que disminuyen el valor comercial de las frutas, especialistas en el cultivo de cerezas de la Agencia de Extensión Rural Los Antiguos, en Santa Cruz, junto con investigadores del Laboratorio de Agroelectrónica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) avanzan en el desarrollo del dispositivo.

   Se trata de un sensor electrónico que permitirá registrar los golpes que provocan daños en las frutas, durante el trabajo en las plantas de empaque al que denominan "cereza electrónica".

   Al ser un producto muy delicado, en algunos casos las cerezas no llegan con calidad óptima a los mercados más alejados y a consumidores cada vez más exigentes.

   Para reducir al máximo el daño que sufre la cereza durante las etapas de empaque y traslado final, Andrés Moltoni –referente del Laboratorio de Agroelectrónica del INTA– y su equipo trabajan en el desarrollo de un sensor.

   "Durante el empaque, los frutos reciben golpes que luego se traducen en depresiones llamadas ´pitting´, como esos golpes disminuyen el valor comercial de la cereza, a solicitud de la Agencia del INTA en Los Antiguos, nos enfocamos en el desarrollo de sensor que nos muestre cuáles son los momentos en los que se generan los mayores impactos", expresó Moltoni.

   Uno de los principales desafíos que enfrentó Moltoni y su equipo en el laboratorio, fue el diseño de un dispositivo electrónico cuyo tamaño y peso sea similar al calibre y peso de las principales variedades de cereza que se producen en la Argentina.

   "Obtuvimos un sensor que permite registrar los impactos y movimientos que se producen durante todo el proceso, un microcontrolador y un transmisor inalámbrico que descarga la información en tiempo real y a medida que la cereza electrónica ingresa a los diferentes sectores de la línea de producción", explicó Nicolás Clemares, especialista del Laboratorio de Agroelectrónica del INTA.

   Además del tamaño reducido, el dispositivo electrónico debe poder cumplir con el requisito de estanqueidad, debido a que en la mayor parte del proceso las cerezas se encuentran sumergidas en agua.
 

 

08 MAR 2019 - 17:57

 


   El 85% de la cereza que se produce en la Argentina se exporta a Europa, Estados Unidos, Hong Kong, Singapur y China, país sumado recientemente a la lista de destinos.

   Como es habitual que, durante la etapa de empaque y traslado, sucedan situaciones que disminuyen el valor comercial de las frutas, especialistas en el cultivo de cerezas de la Agencia de Extensión Rural Los Antiguos, en Santa Cruz, junto con investigadores del Laboratorio de Agroelectrónica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) avanzan en el desarrollo del dispositivo.

   Se trata de un sensor electrónico que permitirá registrar los golpes que provocan daños en las frutas, durante el trabajo en las plantas de empaque al que denominan "cereza electrónica".

   Al ser un producto muy delicado, en algunos casos las cerezas no llegan con calidad óptima a los mercados más alejados y a consumidores cada vez más exigentes.

   Para reducir al máximo el daño que sufre la cereza durante las etapas de empaque y traslado final, Andrés Moltoni –referente del Laboratorio de Agroelectrónica del INTA– y su equipo trabajan en el desarrollo de un sensor.

   "Durante el empaque, los frutos reciben golpes que luego se traducen en depresiones llamadas ´pitting´, como esos golpes disminuyen el valor comercial de la cereza, a solicitud de la Agencia del INTA en Los Antiguos, nos enfocamos en el desarrollo de sensor que nos muestre cuáles son los momentos en los que se generan los mayores impactos", expresó Moltoni.

   Uno de los principales desafíos que enfrentó Moltoni y su equipo en el laboratorio, fue el diseño de un dispositivo electrónico cuyo tamaño y peso sea similar al calibre y peso de las principales variedades de cereza que se producen en la Argentina.

   "Obtuvimos un sensor que permite registrar los impactos y movimientos que se producen durante todo el proceso, un microcontrolador y un transmisor inalámbrico que descarga la información en tiempo real y a medida que la cereza electrónica ingresa a los diferentes sectores de la línea de producción", explicó Nicolás Clemares, especialista del Laboratorio de Agroelectrónica del INTA.

   Además del tamaño reducido, el dispositivo electrónico debe poder cumplir con el requisito de estanqueidad, debido a que en la mayor parte del proceso las cerezas se encuentran sumergidas en agua.
 

 


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