El Bolsón: preocupa situación de adolescentes involucrados en hechos de delincuencia

Es realmente un problema”, reconoció ayer el juez de paz de El Bolsón, Marcelo Muscillo, sobre la problemática de los adolescentes incursos en hechos de delincuencia, que en los últimos días han alarmado a la sociedad por su reiteración y grado de violencia, en algunos casos.

“Lo peor que podeos hacer es minimizarlos” dijo Muscillo, Juez de Paz de El Bolsón.
13 JUN 2019 - 21:11 | Actualizado

“Lo peor que podemos hacer es minimizarlos –agregó-. Claramente hay que hacer algo y es función del trabajo en conjunto de todos los organismos del Estado, de nada sirven los esfuerzos aislados y terminan siendo una garantía de fracaso”.

“Cada situación requiere poner una pata en cada lado –graficó-, no vale una sola respuesta pensando solo en los autores de los delitos, menores de edad, que nos están exigiendo algo como comunidad; ni en las víctimas, a las que no podemos obviarlas en su centralidad”.

Desde su óptica, “cualquier mirada que olvide alguno de estos dos extremos, es errada. Garantismo exacerbado es olvidar que hay una víctima sufriendo y que tenemos que dar una respuesta; o el ‘manodurismo’ que olvida que del otro lado también hay un ser humano”.

Tras recordar que “la edad de punibilidad para las contravenciones son los 18 años, mientras que el Código Penal se aplica antes”, Muscillo aseveró que “es un error grosero pensar que el Estado es el sistema judicial y que este es el sistema penal”.

“El sistema penal está limitado a castigar, no soluciona problemas –explicó-, se localiza en que todos veamos que una persona que comete un delito va presa”. Por su lado, el sistema judicial “ofrece muchas otras herramientas para resolver conflictos, como las mediaciones”.

Sin embargo, catalogó que “es la cloaca de la sociedad. Lo que llega a los jueces es todo lo que no funcionó; lo que se resuelve judicialmente es el descarte de cada comunidad, eso somos nosotros y tenemos que asumirlo. Las respuestas que damos desde la justicia son una porquería frente a los problemas”, valoró.

Pidió enseguida “pensar en la integralidad de la respuesta estatal, ya que también involucra al hospital, al sistema educativo, los servicios de protección social o la ayuda para la formación laboral”, entre otras.

Insistió con que la coyuntura de menores involucrados en delitos “es la tipología que venimos observando en todo el país” y que “la respuesta educativa es fundamental, principalmente cuando es más corta la edad del imputado, muchas veces aún en formación. La respuesta de la cárcel es limitada y son personas que van a seguir estando en la sociedad. Muchas veces, se ingresa al delito por falta de otras alternativas. Ante ello, hay que proporcionarles facilidades para conseguir trabajo”.

Con todo, remarcó que “todas estas herramientas no están en las fiscalías. Siempre llegamos tarde y hay que volver a generar oportunidades para que tengan una inserción colectiva distinta. No hay soluciones mágicas”, subrayó.

Se remitió además a “ciertas situaciones de adicciones y violencia familiar que no tienen solución, más allá de todo el andamiaje de instituciones funcionando”, al tiempo que reconoció “a los grupos de ayuda mutua, a las iglesias, que hacen una tarea impresionante, aunque todo eso no alcanza para la magnitud del problema. Muchas veces, cuando me llegan, me veo como tratando de parar las cataratas del Iguazú con una cucharita”, comparó.

A su criterio, “estas dificultades van a estar igual, más allá de que me manden otras 25 personas, más computadores o más policías. Con más recursos tampoco lo solucionamos, sería engañar a la gente. Tenemos un montón de defectos y tenemos que asumirlos, identificarlos para mejorar con una mirada social, es mucho más complejo de lo que se piensa”, concluyó.#

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
“Lo peor que podeos hacer es minimizarlos” dijo Muscillo, Juez de Paz de El Bolsón.
13 JUN 2019 - 21:11

“Lo peor que podemos hacer es minimizarlos –agregó-. Claramente hay que hacer algo y es función del trabajo en conjunto de todos los organismos del Estado, de nada sirven los esfuerzos aislados y terminan siendo una garantía de fracaso”.

“Cada situación requiere poner una pata en cada lado –graficó-, no vale una sola respuesta pensando solo en los autores de los delitos, menores de edad, que nos están exigiendo algo como comunidad; ni en las víctimas, a las que no podemos obviarlas en su centralidad”.

Desde su óptica, “cualquier mirada que olvide alguno de estos dos extremos, es errada. Garantismo exacerbado es olvidar que hay una víctima sufriendo y que tenemos que dar una respuesta; o el ‘manodurismo’ que olvida que del otro lado también hay un ser humano”.

Tras recordar que “la edad de punibilidad para las contravenciones son los 18 años, mientras que el Código Penal se aplica antes”, Muscillo aseveró que “es un error grosero pensar que el Estado es el sistema judicial y que este es el sistema penal”.

“El sistema penal está limitado a castigar, no soluciona problemas –explicó-, se localiza en que todos veamos que una persona que comete un delito va presa”. Por su lado, el sistema judicial “ofrece muchas otras herramientas para resolver conflictos, como las mediaciones”.

Sin embargo, catalogó que “es la cloaca de la sociedad. Lo que llega a los jueces es todo lo que no funcionó; lo que se resuelve judicialmente es el descarte de cada comunidad, eso somos nosotros y tenemos que asumirlo. Las respuestas que damos desde la justicia son una porquería frente a los problemas”, valoró.

Pidió enseguida “pensar en la integralidad de la respuesta estatal, ya que también involucra al hospital, al sistema educativo, los servicios de protección social o la ayuda para la formación laboral”, entre otras.

Insistió con que la coyuntura de menores involucrados en delitos “es la tipología que venimos observando en todo el país” y que “la respuesta educativa es fundamental, principalmente cuando es más corta la edad del imputado, muchas veces aún en formación. La respuesta de la cárcel es limitada y son personas que van a seguir estando en la sociedad. Muchas veces, se ingresa al delito por falta de otras alternativas. Ante ello, hay que proporcionarles facilidades para conseguir trabajo”.

Con todo, remarcó que “todas estas herramientas no están en las fiscalías. Siempre llegamos tarde y hay que volver a generar oportunidades para que tengan una inserción colectiva distinta. No hay soluciones mágicas”, subrayó.

Se remitió además a “ciertas situaciones de adicciones y violencia familiar que no tienen solución, más allá de todo el andamiaje de instituciones funcionando”, al tiempo que reconoció “a los grupos de ayuda mutua, a las iglesias, que hacen una tarea impresionante, aunque todo eso no alcanza para la magnitud del problema. Muchas veces, cuando me llegan, me veo como tratando de parar las cataratas del Iguazú con una cucharita”, comparó.

A su criterio, “estas dificultades van a estar igual, más allá de que me manden otras 25 personas, más computadores o más policías. Con más recursos tampoco lo solucionamos, sería engañar a la gente. Tenemos un montón de defectos y tenemos que asumirlos, identificarlos para mejorar con una mirada social, es mucho más complejo de lo que se piensa”, concluyó.#


NOTICIAS RELACIONADAS