La señal HBO estrenó este lunes 1ª de julio el documental“The Inventor: Out for Blood in Silicon Valley” (Desangrando a Silicon Valley), que examina el auge y la caída de Elizabeth Holmes y su compañía multimillonaria de tecnología de la salud, Theranos.
A través del engaño, Holmes se convirtió en un gran éxito y dio esperanza a muchos pacientes en Estados Unidos. Era una brillante expositora y sabía manejar a los medios, además de ser una mujer inteligente y atractiva, fue capaz de convencer al público, a los funcionarios del gobierno y a los titanes corporativos por igual, sobre su dispositivo “revolucionario” de análisis de sangre.
Mediante imágenes nunca antes vistas y gráficos en 3D creados recientemente, el director Alex Gibney lleva a los espectadores detrás de cómo Holmes fue un fraude desde el principio. El documental demuestra los resultados de las pruebas falsificadas de Theranos, habla con los inversionistas estafados y cómo sus acuerdos de no divulgación impidieron que los empleados fueran veraces.
Sin parpadear
Era extraño, peroElizabeth Holmes nunca parpadeaba cuando aparecía en cámara.Sus ojos grandes y azules revelaron siempre una imagen casi robótica y el hecho de vestir de negro la hacía ver como una persona fuera de lo común.
Y, en realidad, esta estudiante de medicina lo era, pues aunque a primera vista parecía una joven introvertida y casi lejana,fue capaz de ganarse la atención de gente muy poderosa, conformar una empresa avaluada en casi 10.000 millones de dólaresy ser la artífice de una de las mentiras más grandes de la industria farmacéutica en Estados Unidos.
Holmes tuvo la idea de crear un dispositivo con la capacidad de poder procesar 200 pruebas de laboratorio a través de una simple muestra de sangre que se extraía de un dedo del paciente.Ella intentaba hacer posible lo imposible, y comenzó a trabajar en una pequeña caja negra a la que denominó The Edison y que prometía usar tecnología y un poco de suerte para cumplir el objetivo.
Medios de comunicación, magnates como Rupert Murdoch (el dueño de Fox) y hasta políticos como Henry Kissinger la ayudaron a consolidar su compañía Theranos, que se erigió como el templo de una mujer emprendedora que logró un espacio importante en ese ecosistema de innovación conocido como Silicon Valley.
El ro de "Sunny"
Holmes y su socio de negocios Sunny Balwani continuaban haciendo afirmaciones grandilocuentes —e incluso llegaron al punto de hacer demostraciones falsas ante sus inversionistas—, aun cuando su propio personal e ingenieros les repetían que su visión no se podía llevar a cabo. Para ellos no era una mentira, sino simplemente que la tecnología tenía que ponerse al día con su sueño. Reinventaron una mentira como una visión.
Peroel documental consigue, poco a poco, pasar del sueño increíble a la pesadilla de la improvisación, la autoconfianza desmedida y la corrupción más corrosiva y peligrosa.
El realizador Alex Gibney, ganador del Óscar por 'Taxi to the Dark Side' y que causó revuelo en el 2015 por 'Going Clear: Scientology and the Prison of Belief', en el que criticaba duramente a la cienciología, sintió que había una nueva historia que llevar a la pequeña pantalla.
“Me atrajo esa delicada línea de la verdad y la mentira”, dijo el realizadoren una entrevista reciente. “Creo que Rupert Murdoch invirtió unos 125 millones de dólares en Theranos. Además, ninguno de los inversionistas miró el estado financiero de la compañía, o alguna auditoría, eso fue asombroso para mí; al igual que la credulidad de los periodistas, dado el poder de la historia que ella les vendió y que era una narradora convincente”.
La revista Fortune le dio una portada a la gestora del “milagro científico”, otros la compararon con su ídolo Steve Jobsy hasta tuvo tiempo para aparecer en encuentros con personas de la talla de los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton.
Holmes hablaba con autoridad del sueño de que la gente tuviera opciones más eficaces para afrontar o prevenir enfermedades; pero cuando le preguntaban sobre la tecnología que usaba para crear su máquina de diagnósticos, era evasiva (un elemento que en el documental adquiere un interesante protagonismo), aduciendo que el secreto comercial y la competencia no le permitían dar más detalles.
“Creo que la historia de Theranos refleja la necesidad de ser precavidos.A lo largo del camino, si alguien hubiera hecho preguntas muy básicas, quizá la situación no habría llegado tan lejos”,dice Gibney.
La realidad era que The Edison fallaba muchas veces, sus resultados no eran confiables y la tecnología usada podía ser peligrosa durante el proceso, pero Holmes era testaruda y prefirió tomar como principio la peligrosa frase: fíngelo hasta que lo logres.
La señal HBO estrenó este lunes 1ª de julio el documental“The Inventor: Out for Blood in Silicon Valley” (Desangrando a Silicon Valley), que examina el auge y la caída de Elizabeth Holmes y su compañía multimillonaria de tecnología de la salud, Theranos.
A través del engaño, Holmes se convirtió en un gran éxito y dio esperanza a muchos pacientes en Estados Unidos. Era una brillante expositora y sabía manejar a los medios, además de ser una mujer inteligente y atractiva, fue capaz de convencer al público, a los funcionarios del gobierno y a los titanes corporativos por igual, sobre su dispositivo “revolucionario” de análisis de sangre.
Mediante imágenes nunca antes vistas y gráficos en 3D creados recientemente, el director Alex Gibney lleva a los espectadores detrás de cómo Holmes fue un fraude desde el principio. El documental demuestra los resultados de las pruebas falsificadas de Theranos, habla con los inversionistas estafados y cómo sus acuerdos de no divulgación impidieron que los empleados fueran veraces.
Sin parpadear
Era extraño, peroElizabeth Holmes nunca parpadeaba cuando aparecía en cámara.Sus ojos grandes y azules revelaron siempre una imagen casi robótica y el hecho de vestir de negro la hacía ver como una persona fuera de lo común.
Y, en realidad, esta estudiante de medicina lo era, pues aunque a primera vista parecía una joven introvertida y casi lejana,fue capaz de ganarse la atención de gente muy poderosa, conformar una empresa avaluada en casi 10.000 millones de dólaresy ser la artífice de una de las mentiras más grandes de la industria farmacéutica en Estados Unidos.
Holmes tuvo la idea de crear un dispositivo con la capacidad de poder procesar 200 pruebas de laboratorio a través de una simple muestra de sangre que se extraía de un dedo del paciente.Ella intentaba hacer posible lo imposible, y comenzó a trabajar en una pequeña caja negra a la que denominó The Edison y que prometía usar tecnología y un poco de suerte para cumplir el objetivo.
Medios de comunicación, magnates como Rupert Murdoch (el dueño de Fox) y hasta políticos como Henry Kissinger la ayudaron a consolidar su compañía Theranos, que se erigió como el templo de una mujer emprendedora que logró un espacio importante en ese ecosistema de innovación conocido como Silicon Valley.
El ro de "Sunny"
Holmes y su socio de negocios Sunny Balwani continuaban haciendo afirmaciones grandilocuentes —e incluso llegaron al punto de hacer demostraciones falsas ante sus inversionistas—, aun cuando su propio personal e ingenieros les repetían que su visión no se podía llevar a cabo. Para ellos no era una mentira, sino simplemente que la tecnología tenía que ponerse al día con su sueño. Reinventaron una mentira como una visión.
Peroel documental consigue, poco a poco, pasar del sueño increíble a la pesadilla de la improvisación, la autoconfianza desmedida y la corrupción más corrosiva y peligrosa.
El realizador Alex Gibney, ganador del Óscar por 'Taxi to the Dark Side' y que causó revuelo en el 2015 por 'Going Clear: Scientology and the Prison of Belief', en el que criticaba duramente a la cienciología, sintió que había una nueva historia que llevar a la pequeña pantalla.
“Me atrajo esa delicada línea de la verdad y la mentira”, dijo el realizadoren una entrevista reciente. “Creo que Rupert Murdoch invirtió unos 125 millones de dólares en Theranos. Además, ninguno de los inversionistas miró el estado financiero de la compañía, o alguna auditoría, eso fue asombroso para mí; al igual que la credulidad de los periodistas, dado el poder de la historia que ella les vendió y que era una narradora convincente”.
La revista Fortune le dio una portada a la gestora del “milagro científico”, otros la compararon con su ídolo Steve Jobsy hasta tuvo tiempo para aparecer en encuentros con personas de la talla de los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton.
Holmes hablaba con autoridad del sueño de que la gente tuviera opciones más eficaces para afrontar o prevenir enfermedades; pero cuando le preguntaban sobre la tecnología que usaba para crear su máquina de diagnósticos, era evasiva (un elemento que en el documental adquiere un interesante protagonismo), aduciendo que el secreto comercial y la competencia no le permitían dar más detalles.
“Creo que la historia de Theranos refleja la necesidad de ser precavidos.A lo largo del camino, si alguien hubiera hecho preguntas muy básicas, quizá la situación no habría llegado tan lejos”,dice Gibney.
La realidad era que The Edison fallaba muchas veces, sus resultados no eran confiables y la tecnología usada podía ser peligrosa durante el proceso, pero Holmes era testaruda y prefirió tomar como principio la peligrosa frase: fíngelo hasta que lo logres.