José María Sáez, un hombre apasionado

Murió ayer a los 85 años.

03 SEP 2011 - 22:11 | Actualizado

Ganó y perdió. Peleó cada iniciativa. Desde los hechos y desde las palabras. De acuerdo o no con sus metodologías, está claro que dejó esta tierra un hombre con convicciones. Un caudillo en la política y una hacedor en lo social y deportivo. A los 85 años y tras 40 días de internación dejó de existir ayer en Trelew José María Sáez. Arraigado a la comunidad de Trelew, pero conocido en toda la provincia. Su figura también trascendió los límites de Chubut. <br /><br />Abrazó con pasión cada uno de los pasos que dio a lo largo de su vida. Tal vez por eso, nunca pasó inadvertido. Discutidor y verborrágico por naturaleza, jamás bajó los brazos en cada uno de los desafíos que emprendió. Como dirigente deportivo o como empresario periodístico. Pero sobre todo como político. Abrazó su militancia en la Unión Cívica Radical durante la mayor parte de su vida. Eso le valió alegrías y amarguras. Amigos y enemigos. Pero jamás renunció a ponerle el pecho al partido, dentro del cual ejerció varios cargos electivos y ejecutivos.<br /><br />Afiliado a la Unión Cívica Radical desde el año 1962, Sáez fue cofundador del Movimiento de Renovación y Cambio de la provincia de Chubut, presidente del Comité Provincial de la UCR durante dos períodos, desde 1963 hasta 1965, y desde 1983 hasta 1985. También se desempeñó como delegado del Comité Nacional y secretario de la Mesa Directiva. <br /><br />Fue concejal en Trelew en 1963. Entre 1964 y 1966, se desempeñó como Secretario Legislativo en la Honorable Legislatura provincial. En 1983 y con el regreso de la democracia, fue uno de los artífices del sorpresivo triunfo de Atilio Oscar Viglione en la provincia. Viglione fue su amigo. Y también compartieron emprendimientos empresarios como el del diario El Chubut, que hoy conducen dos de sus tres hijos. Sáez fue el hombre fuerte, el sostén del gobierno de Viglione durante varios años. Fue ministro de Bienestar Social, pero en realidad, se convirtió en el pilar político donde la administración radical se apoyaba para llevar adelante su plan de gobierno.<br /><br />Fueron tres años (entre 1983 y 1986) en que la figura política de Sáez fue creciendo al compás de la toma de decisiones importantes que siempre, apuntaron a fortalecer el gobierno de su amigo. Tal vez, de su vida pública fue lo que más disfrutó en el ámbito político ya que siempre quiso hacer cosas por su provincia. Y en esos años, en los que condujo un ministerio socialmente sensible, Sáez se destacó de manera peculiar hasta que por situaciones de neto corte interno, debió abandonar su cargo.<br /><br />Pero eso no fue un obstáculo para llevar adelante su obstinada militancia partidaria. Volvió a dirigir el diario y como él mismo lo dijo en la editorial de su regreso “sin rencores” y con el único afán de aportar al sostenimiento del gobierno de Viglione y de apostar fuertemente al crecimiento del diario no sólo en la ciudad de Trelew sino también en toda la provincia. Comenzó allí otro importante ciclo periodístico empresarial (hay que recordar que dio sus primeros pasos en ese área en el Canal 3 de Trelew) pero que jamás lo alejaría de su pasión por la política y la participación social.<br /><br />Sáez estaba seguro cuando daba algún paso. No titubeaba aunque la empresa fuera difícil. La participación partidaria lo tuvo como referente en varias elecciones internas, en las que dio una lucha sin cuartel. Allí fue ganador y perdedor. Y jamás se quejó respecto a los resultados adversos. Respetó a rajatablas el juego de la democracia y eso le hizo ganar respeto entre aliados y adversarios. Como dirigente, supo también tender lazos de diálogo con representantes de otros partidos, quienes respetaban su trayectoria y además sabían a quién tenían enfrente: José María Sáez nunca jugó de espaldas, por el contrario. Aunque ello le haya provocado algunos dolores de cabeza.<br /><br />Su extensa trayectoria política, tuvo su coronación en 1995 cuando juró como senador nacional. Ejerció ese mandato electivo hasta 2001. Su nominación resultó unánime entre sus correligionarios. No hubo internas partidarias y la Legislatura aprobó su designación en un trámite rutinario, sin oposición. Fue el cargo máximo que ocupó en su larga trayectoria política. Un cargo que disfrutó y que abrazó con las mismas convicciones con que hizo todo en su vida.<br /><br />En esas convicciones estaban también vivientes sus deseos de participación en la sociedad. Por eso se convirtió en un activo dirigente deportivo. Como no podía ser de otra manera fue presidente de la Liga de Fútbol del Valle del Chubut, impulsando desde ese cargo el desarrollo pleno del deporte más popular de la Argentina.<br /><br />Ayer dejó este mundo. Hacía varios años que luchaba contra imponderables de su salud, pero así y todo nunca dio un paso al costado. Ni en lo político ni en lo social. Era un hombre de permanente consulta de dirigentes de la Unión Cívica Radical, tanto cuando al partido le tocó ser gobierno como cuando pasó a ser oposición. Se lo solía ver en confiterías de hoteles del centro de Trelew, siempre en compañía de amigos o de políticos que iban en busca de su palabra, de su consejo.<br /><br />Aunque parecía retirado de toda actividad, Sáez nunca se iba de ningún lado. Tuvo, en los últimos años de su vida, la misma pasión para abrazar las cosas que tuvo en su juventud. Seguía tratando de construir su historia sin pasar inadvertido. Y sin duda lo logró. Por su carácter. Por su forma de ser. Directa. Sin vueltas. Cueste lo que cueste. En las buenas y en las malas. En las mejores y en las peores.<br /><br />Se podía estar en desacuerdo con algunas de sus metodologías, pero una cosa era cierta: jamás renunciaba a lo que creía. Y siempre lo hizo, sea cual fuere el costo personal. <br /><br />Sus restos son velados en la Sala del Servicio Solidario de Sepelios de la Cooperativa Eléctrica de Trelew, ubicada en 25 de Mayo 1.035. Y serán inhumados hoy en el Panteón de la familia en el cementerio de la ciudad. Conocida la noticia de su fallecimiento, fue incesante el desfile de dirigentes políticos y sociales. Y también de vecinos de la ciudad.<br /><br />Casado con Lidia Ostermann, quien falleció en 1993, lo sobreviven sus tres hijos: Elsa, Lidia y José María, los dos últimos a cargo de su última gran pasión que fue el diario. Y sus nietos Natalia y Sofía Villalón, Joaquín, Marcos y Florencia Segui, y María Victoria Sáez Keiran. Fue hijo de Don Juan Saéz y Angelita González y tuvo tres hermanos: Raquel, y Oscar y Juan Carlos, estos últimos ya fallecidos.<br /><br />Grupo Jornada le rinde este pequeño pero sincero homenaje póstumo y hace llegar a sus hijos, nietos, familiares y amigos su acompañamiento en el dolor. En la seguridad que su paso por la vida no ha sido en vano.#

03 SEP 2011 - 22:11

Ganó y perdió. Peleó cada iniciativa. Desde los hechos y desde las palabras. De acuerdo o no con sus metodologías, está claro que dejó esta tierra un hombre con convicciones. Un caudillo en la política y una hacedor en lo social y deportivo. A los 85 años y tras 40 días de internación dejó de existir ayer en Trelew José María Sáez. Arraigado a la comunidad de Trelew, pero conocido en toda la provincia. Su figura también trascendió los límites de Chubut. <br /><br />Abrazó con pasión cada uno de los pasos que dio a lo largo de su vida. Tal vez por eso, nunca pasó inadvertido. Discutidor y verborrágico por naturaleza, jamás bajó los brazos en cada uno de los desafíos que emprendió. Como dirigente deportivo o como empresario periodístico. Pero sobre todo como político. Abrazó su militancia en la Unión Cívica Radical durante la mayor parte de su vida. Eso le valió alegrías y amarguras. Amigos y enemigos. Pero jamás renunció a ponerle el pecho al partido, dentro del cual ejerció varios cargos electivos y ejecutivos.<br /><br />Afiliado a la Unión Cívica Radical desde el año 1962, Sáez fue cofundador del Movimiento de Renovación y Cambio de la provincia de Chubut, presidente del Comité Provincial de la UCR durante dos períodos, desde 1963 hasta 1965, y desde 1983 hasta 1985. También se desempeñó como delegado del Comité Nacional y secretario de la Mesa Directiva. <br /><br />Fue concejal en Trelew en 1963. Entre 1964 y 1966, se desempeñó como Secretario Legislativo en la Honorable Legislatura provincial. En 1983 y con el regreso de la democracia, fue uno de los artífices del sorpresivo triunfo de Atilio Oscar Viglione en la provincia. Viglione fue su amigo. Y también compartieron emprendimientos empresarios como el del diario El Chubut, que hoy conducen dos de sus tres hijos. Sáez fue el hombre fuerte, el sostén del gobierno de Viglione durante varios años. Fue ministro de Bienestar Social, pero en realidad, se convirtió en el pilar político donde la administración radical se apoyaba para llevar adelante su plan de gobierno.<br /><br />Fueron tres años (entre 1983 y 1986) en que la figura política de Sáez fue creciendo al compás de la toma de decisiones importantes que siempre, apuntaron a fortalecer el gobierno de su amigo. Tal vez, de su vida pública fue lo que más disfrutó en el ámbito político ya que siempre quiso hacer cosas por su provincia. Y en esos años, en los que condujo un ministerio socialmente sensible, Sáez se destacó de manera peculiar hasta que por situaciones de neto corte interno, debió abandonar su cargo.<br /><br />Pero eso no fue un obstáculo para llevar adelante su obstinada militancia partidaria. Volvió a dirigir el diario y como él mismo lo dijo en la editorial de su regreso “sin rencores” y con el único afán de aportar al sostenimiento del gobierno de Viglione y de apostar fuertemente al crecimiento del diario no sólo en la ciudad de Trelew sino también en toda la provincia. Comenzó allí otro importante ciclo periodístico empresarial (hay que recordar que dio sus primeros pasos en ese área en el Canal 3 de Trelew) pero que jamás lo alejaría de su pasión por la política y la participación social.<br /><br />Sáez estaba seguro cuando daba algún paso. No titubeaba aunque la empresa fuera difícil. La participación partidaria lo tuvo como referente en varias elecciones internas, en las que dio una lucha sin cuartel. Allí fue ganador y perdedor. Y jamás se quejó respecto a los resultados adversos. Respetó a rajatablas el juego de la democracia y eso le hizo ganar respeto entre aliados y adversarios. Como dirigente, supo también tender lazos de diálogo con representantes de otros partidos, quienes respetaban su trayectoria y además sabían a quién tenían enfrente: José María Sáez nunca jugó de espaldas, por el contrario. Aunque ello le haya provocado algunos dolores de cabeza.<br /><br />Su extensa trayectoria política, tuvo su coronación en 1995 cuando juró como senador nacional. Ejerció ese mandato electivo hasta 2001. Su nominación resultó unánime entre sus correligionarios. No hubo internas partidarias y la Legislatura aprobó su designación en un trámite rutinario, sin oposición. Fue el cargo máximo que ocupó en su larga trayectoria política. Un cargo que disfrutó y que abrazó con las mismas convicciones con que hizo todo en su vida.<br /><br />En esas convicciones estaban también vivientes sus deseos de participación en la sociedad. Por eso se convirtió en un activo dirigente deportivo. Como no podía ser de otra manera fue presidente de la Liga de Fútbol del Valle del Chubut, impulsando desde ese cargo el desarrollo pleno del deporte más popular de la Argentina.<br /><br />Ayer dejó este mundo. Hacía varios años que luchaba contra imponderables de su salud, pero así y todo nunca dio un paso al costado. Ni en lo político ni en lo social. Era un hombre de permanente consulta de dirigentes de la Unión Cívica Radical, tanto cuando al partido le tocó ser gobierno como cuando pasó a ser oposición. Se lo solía ver en confiterías de hoteles del centro de Trelew, siempre en compañía de amigos o de políticos que iban en busca de su palabra, de su consejo.<br /><br />Aunque parecía retirado de toda actividad, Sáez nunca se iba de ningún lado. Tuvo, en los últimos años de su vida, la misma pasión para abrazar las cosas que tuvo en su juventud. Seguía tratando de construir su historia sin pasar inadvertido. Y sin duda lo logró. Por su carácter. Por su forma de ser. Directa. Sin vueltas. Cueste lo que cueste. En las buenas y en las malas. En las mejores y en las peores.<br /><br />Se podía estar en desacuerdo con algunas de sus metodologías, pero una cosa era cierta: jamás renunciaba a lo que creía. Y siempre lo hizo, sea cual fuere el costo personal. <br /><br />Sus restos son velados en la Sala del Servicio Solidario de Sepelios de la Cooperativa Eléctrica de Trelew, ubicada en 25 de Mayo 1.035. Y serán inhumados hoy en el Panteón de la familia en el cementerio de la ciudad. Conocida la noticia de su fallecimiento, fue incesante el desfile de dirigentes políticos y sociales. Y también de vecinos de la ciudad.<br /><br />Casado con Lidia Ostermann, quien falleció en 1993, lo sobreviven sus tres hijos: Elsa, Lidia y José María, los dos últimos a cargo de su última gran pasión que fue el diario. Y sus nietos Natalia y Sofía Villalón, Joaquín, Marcos y Florencia Segui, y María Victoria Sáez Keiran. Fue hijo de Don Juan Saéz y Angelita González y tuvo tres hermanos: Raquel, y Oscar y Juan Carlos, estos últimos ya fallecidos.<br /><br />Grupo Jornada le rinde este pequeño pero sincero homenaje póstumo y hace llegar a sus hijos, nietos, familiares y amigos su acompañamiento en el dolor. En la seguridad que su paso por la vida no ha sido en vano.#