A un año de la tragedia del Cerro Cocinero

Leonardo Palomba, Facundo García y Leonardo Smirnoff llegaron el 23 de agosto al parque Nacional Los Alerces para practicar lo que más los apasionaba: el montañismo. Su aventura se convertiría en tragedia al quedar sepultados por una avalancha.

24 SEP 2011 - 22:43 | Actualizado

El próximo 2 de octubre se cumplirá un año del hallazgo del tercer cuerpo de los andinistas que perdieron la vida en cerro Cocinero, jurisdicción del Parque Nacional Los Alerces, atrapados por una avalancha de nieve. La causa fue cerrada por la Justicia Federal, y en este informe recreamos los hechos de la tragedia.

Más de un mes duró aquella búsqueda en la montaña a 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar, con la participación de profesionales especializados en rescate en montañas, con preparación en distintas fuerzas y clubes dedicados a las actividades del esquí y conocedores en la supervivencia en situaciones adversas como el frío y la nieve.

Leonardo Palomba (28), Facundo García (32) y Leonardo Smirnoff (28), eran tres jóvenes marplatenses que decidieron venir al sur a practicar una actividad que les atrapaba como el montañismo. Llegaron a la Intendencia del Parque Nacional Los Alerces y el 23 de agosto cumplimentaron las exigencias para la excursión a la montaña, ya que su objetivo era acampar en el refugio del Cocinero.

La búsqueda

Iniciaron la esperada aventura, desafiando las condiciones climáticas propias del invierno en la Patagonia, pero al cabo de algunos días se perdió la comunicación, circunstancia que movilizó al intendente del Parque, guardaparque Ricardo Pereyra y el personal de esa jurisdicción nacional, comenzando el día 27 las tareas de búsqueda.

La nieve abundante en el cerro fue el primer obstáculo que encontraron los especialistas convocados para la tarea, en principio de los clubes Andino de Bariloche y de Esquel y personal adiestrado del CAM La Hoya, además de integrantes del Regimiento y de Gendarmería de Esquel.

Era una tarea que tendría varios condicionamientos, desde la temperatura a las dificultades para avanzar a la altura. Pasaban los días, se sumaban instituciones con hombres preparados para el rescate en la alta montaña, pero no había indicios de los jóvenes andinistas, y la noticia era que el área había sido arrasada por una avalancha de nieve, que incluso había destruido el refugio donde esperaban estuvieran amparados.

Sin posibilidades de vida

Con las malas novedades, el 21 de septiembre de 2010, con condiciones climáticas adversas - fuertes nevadas y vientos de gran intensidad - que dificultaban el trabajo de los rescatistas, el intendente del Parque Nacional Los Alerces, Ricardo Pereyra, admitía en declaraciones a Jornada que “seguimos con las mismas fuerzas trabajando en el cerro, aunque no como al comienzo que salimos sin tener en cuenta los potenciales riesgos, sino que ahora cuidamos en primer lugar la seguridad de los rescatistas”.

También advertía que las experiencias y estudios de ese tipo de casos de perdidos en avalanchas, dicen que a las pocas horas de sucedido el episodio, ya hay pocas posibilidades de rescatar a una persona con vida, y con el correr de las mismas se diluyen mucho más.

Entonces, transcurridos más de 20 días de la desaparición de los tres andinistas marplatenses, las tareas ya no eran de rescate sino de búsqueda.

Era incesante el movimiento de personas en la base de la Central de Incendios en el Parque Los Alerces, y los ofrecimientos de colaboración. El Gobierno Provincial se hizo presente con el vicegobernador Mario Vargas; el subsecretario de Información Pública, Rubén Fernández, y el director de Defensa Civil, Evaristo Melo, incluso se procuró la asistencia a los familiares que arribaron al lugar para seguir de cerca los acontecimientos. Y también colaboró la Municipalidad de Trevelin.

Sin descanso

Diversas herramientas fueron utilizadas en la búsqueda en la montaña, desde detectores de metales a perros adiestrados para ese tipo de tareas, hasta que en la segunda semana de búsqueda los rescatistas encontraron en un radio donde se habían abierto bateas, un arnés, cordines y mosquetones que estimaban habían formado parte de uno de los equipos de los jóvenes montañistas, y que se encontraban a seis metros de profundidad, muy cerca de los cimientos del refugio que fuera arrasado por una avalancha, de cuya estructura también se hallaron restos.

Con la urgencia del caso, se montó una carpa globa al pie del cerro, para facilitar el repliegue de los rescatistas que iban rotando, cuando las condiciones climáticas no permitían las operaciones de los helicópteros de Gendarmería y el Ejército.

Entre 60 y 70 personas diariamente subían a realizar las excavaciones de bateas en procura de indicios de los desaparecidos. Integraban los grupos efectivos especializados de la Escuela Militar de Montaña y del Regimiento III de Esquel del Ejército Argentino; gugardaparques y brigadistas de los Parques Nacionales Los Alerces y Nahuel Huapi, y un grupo de rescatistas pertenecientes a Gendarmería Nacional y clubes de esquí de Esquel y Bariloche.

En el Centro de Operaciones de Villa Futalaufquen trabajaban los asistentes logísticos del Parque Nacional Los Alerces y Defensa Civil del Chubut, dedicados a los aspectos de seguridad, comunicaciones, movilidad, contención, abastecimiento, alojamiento y cocina. El trabajo incansable sólo tenía un objetivo lograr encontrar a los tres andinistas. #

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24 SEP 2011 - 22:43

El próximo 2 de octubre se cumplirá un año del hallazgo del tercer cuerpo de los andinistas que perdieron la vida en cerro Cocinero, jurisdicción del Parque Nacional Los Alerces, atrapados por una avalancha de nieve. La causa fue cerrada por la Justicia Federal, y en este informe recreamos los hechos de la tragedia.

Más de un mes duró aquella búsqueda en la montaña a 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar, con la participación de profesionales especializados en rescate en montañas, con preparación en distintas fuerzas y clubes dedicados a las actividades del esquí y conocedores en la supervivencia en situaciones adversas como el frío y la nieve.

Leonardo Palomba (28), Facundo García (32) y Leonardo Smirnoff (28), eran tres jóvenes marplatenses que decidieron venir al sur a practicar una actividad que les atrapaba como el montañismo. Llegaron a la Intendencia del Parque Nacional Los Alerces y el 23 de agosto cumplimentaron las exigencias para la excursión a la montaña, ya que su objetivo era acampar en el refugio del Cocinero.

La búsqueda

Iniciaron la esperada aventura, desafiando las condiciones climáticas propias del invierno en la Patagonia, pero al cabo de algunos días se perdió la comunicación, circunstancia que movilizó al intendente del Parque, guardaparque Ricardo Pereyra y el personal de esa jurisdicción nacional, comenzando el día 27 las tareas de búsqueda.

La nieve abundante en el cerro fue el primer obstáculo que encontraron los especialistas convocados para la tarea, en principio de los clubes Andino de Bariloche y de Esquel y personal adiestrado del CAM La Hoya, además de integrantes del Regimiento y de Gendarmería de Esquel.

Era una tarea que tendría varios condicionamientos, desde la temperatura a las dificultades para avanzar a la altura. Pasaban los días, se sumaban instituciones con hombres preparados para el rescate en la alta montaña, pero no había indicios de los jóvenes andinistas, y la noticia era que el área había sido arrasada por una avalancha de nieve, que incluso había destruido el refugio donde esperaban estuvieran amparados.

Sin posibilidades de vida

Con las malas novedades, el 21 de septiembre de 2010, con condiciones climáticas adversas - fuertes nevadas y vientos de gran intensidad - que dificultaban el trabajo de los rescatistas, el intendente del Parque Nacional Los Alerces, Ricardo Pereyra, admitía en declaraciones a Jornada que “seguimos con las mismas fuerzas trabajando en el cerro, aunque no como al comienzo que salimos sin tener en cuenta los potenciales riesgos, sino que ahora cuidamos en primer lugar la seguridad de los rescatistas”.

También advertía que las experiencias y estudios de ese tipo de casos de perdidos en avalanchas, dicen que a las pocas horas de sucedido el episodio, ya hay pocas posibilidades de rescatar a una persona con vida, y con el correr de las mismas se diluyen mucho más.

Entonces, transcurridos más de 20 días de la desaparición de los tres andinistas marplatenses, las tareas ya no eran de rescate sino de búsqueda.

Era incesante el movimiento de personas en la base de la Central de Incendios en el Parque Los Alerces, y los ofrecimientos de colaboración. El Gobierno Provincial se hizo presente con el vicegobernador Mario Vargas; el subsecretario de Información Pública, Rubén Fernández, y el director de Defensa Civil, Evaristo Melo, incluso se procuró la asistencia a los familiares que arribaron al lugar para seguir de cerca los acontecimientos. Y también colaboró la Municipalidad de Trevelin.

Sin descanso

Diversas herramientas fueron utilizadas en la búsqueda en la montaña, desde detectores de metales a perros adiestrados para ese tipo de tareas, hasta que en la segunda semana de búsqueda los rescatistas encontraron en un radio donde se habían abierto bateas, un arnés, cordines y mosquetones que estimaban habían formado parte de uno de los equipos de los jóvenes montañistas, y que se encontraban a seis metros de profundidad, muy cerca de los cimientos del refugio que fuera arrasado por una avalancha, de cuya estructura también se hallaron restos.

Con la urgencia del caso, se montó una carpa globa al pie del cerro, para facilitar el repliegue de los rescatistas que iban rotando, cuando las condiciones climáticas no permitían las operaciones de los helicópteros de Gendarmería y el Ejército.

Entre 60 y 70 personas diariamente subían a realizar las excavaciones de bateas en procura de indicios de los desaparecidos. Integraban los grupos efectivos especializados de la Escuela Militar de Montaña y del Regimiento III de Esquel del Ejército Argentino; gugardaparques y brigadistas de los Parques Nacionales Los Alerces y Nahuel Huapi, y un grupo de rescatistas pertenecientes a Gendarmería Nacional y clubes de esquí de Esquel y Bariloche.

En el Centro de Operaciones de Villa Futalaufquen trabajaban los asistentes logísticos del Parque Nacional Los Alerces y Defensa Civil del Chubut, dedicados a los aspectos de seguridad, comunicaciones, movilidad, contención, abastecimiento, alojamiento y cocina. El trabajo incansable sólo tenía un objetivo lograr encontrar a los tres andinistas. #