Ayuda para trans: el testimonio de Valeria Del Mar Beltrán

La directora de Equidad, Género y Mujer de Chubut advirtió que el 80% de las personas trans no tienen estudios y explicó cómo es la asistencia en Chubut durante la cuarentena.

24 MAY 2020 - 20:48 | Actualizado

Por Lorena Leeming / @loreleeming

La crisis no da tregua. La pandemia tampoco. Y más en el caso de quienes han sufrido históricamente el olvido, el destrato y la discriminación: las personas trans. Es un número minúsculo respecto a la población total de Chubut: son 300 las registradas. Un 80% no tiene estudio y su única manera de sustento es trabajar en la noche, toman frío, se enferman y la mayoría no supera los 40 años de edad. Es la triste realidad que aborda con eficiencia Valeria del Mar Beltrán, la primera mujer trans en ser Directora de Equidad, Género y Mujer en la Provincia. Habló del trabajo de asistencia que realiza desde su área, contó parte de su historia personal y admitió que la situación por el COVID19 agravó la situación de vida en casos que ya venían desde hace mucho antes, pasándola muy mal.

Valeria no le teme a las palabras, no interpone barreras para hablar de su vida personal y agradece a su madre tantas veces como sea necesario al contar su experiencia desde la niñez hasta el día de hoy que tiene 56 años; fue ella, el eje que la sostuvo para llegar al ser humano que es hoy: una mujer plena, respetuosa, feliz y empática.

En los años 90 Valeria del Mar era taxista, trabajó en el transporte público de pasajeros y fue empresaria. Además, estudió locución y por más de 10 años trabajó en radio. Hacía un programa que se llamaba “Medianoche con Vale”. Además se brindó desde lo que más sabe hacer: ser solidaria desde una organización junto Ana María Vargas con quien comenzó su inserción en lo social asistiendo a más de 300 familias. “Seguí con la militancia hasta que llegó a la posibilidad gracias al gobernador y la ministra Otarola que vieron mi historial y lo que hice durante años. Estoy agradecida. También al equipo que me apuntala y me enseña cada día”.

Los cambios

Admitió Valeria Beltrán que la sociedad ha cambiado “para bien” en comparación a años anteriores. “Viví la dictadura militar. Tengo 56 años. Las personas del Colectivo LGTTBI (Lesbianas, Gays, Transgénero, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales) no podían salir de sus casas. Si lo hacían, debían tapar su sexualidad. Hoy por hoy, tenemos Ley de Matrimonio Igualitario, Ley de Cambio de Género. Los chicos que están en esta nueva era floreciendo son una belleza. La persona es quien quiere ser”, deslizó ante Jornada.

Habló de la importancia de la contención familiar en la etapa de infancia de niños y niñas trans. “Si como padres largan a la calle a su hijo/a por ser de un género distinto al que percibe, a los 12 o 13 años:¿Qué queda para la sociedad?. Esa persona termina en la calle drogándose o prostituyéndose, tomando alcohol”, comparó.

La mamá de Valeria del Mar tuvo mucho que ver en su historia familiar y en su crecimiento como persona. “Mi mamá se separó de mi papá y optó por mí. Mi papá era de las Fuerzas Armadas, ella dijo que quería apoyarme. El mismo sistema médico determinaba que era una enfermedad tener una orientación sexual distinta. La OMS reconoció que no es enfermedad sino decisión de la persona. Tuve el apoyo incondicional de mi mamá. Me dijo que Dios me iba a dar una oportunidad. En esos años la opción era trabajar en la prostitución, doy gracias a Dios y a mi madre que nunca lo tuve que hacer. Hice shows y espectáculos. Cursé la escuela primaria, secundaria, estudié 3 años de Abogacía y estudié locución. En la democracia empezamos con los primeros pasos de defender nuestros derechos. Costó mucho. Pero fueron muchos años de muchas compañeras que perdieron sus vidas”.

Y aquí un número que genera angustia. “El promedio de vida de las personas trans es de 35 o 40. Mueren por enfermedades, por no tener acceso a la Salud, por no tener trabajo. Ahí se ve por qué algunas llegan y otras no. Quiero luchar porque todas podamos ser Valeria del Mar, Nadia Zúñiga, Daniela Andrade o muchas que hoy estamos trabajando. Que puedan ser profesionales. Y tener una vida digna. Una persona trans, gay, sufre, ríe, llora, se enamora. Antes, el amor era la mujer y el hombre. El amor no tiene sexo. Podes amar a quien sea”.

Cupo laboral

La lucha por el cupo laboral del colectivo de personas transgénero parece ser infinita. Pero en Chubut las respuestas están llegando. La Ley ya está aprobada y por unanimidad. Los municipios deben adherir. “La pandemia nos frenó muchísimo pero está en vigencia el Registro Único de Aspirantes. Las personas tienen que anotarse. Saldrá una página del sistema. El gobernador dijo que a su criterio debería ser más alto el cupo que el 0,5% que se establece actualmente. Es positivo que seamos más quienes tengamos posibilidades de un cupo laboral. Es una buena noticia”.

Pandemia

Nadie puede evadir la realidad: un mundo paralizado por los efectos de la pandemia por Coronavirus. Es otro golpe más para el colectivo trans, como si la subsistencia en una sociedad que recién está velando por su calidad de vida, les hubiese sido fácil. “La situación es difícil. Es complicada. Muchas personas del colectivo lamentablemente trabajan de estar en una esquina. Ahora no pueden. Alquilan y se les complica porque no tienen un ingreso diario. Estamos asistiendo por parte del Ministerio a todas las localidades y ciudades. Hace 15 días estuvimos con la ministra en Comodoro Rivadavia asistiendo a compañeras del colectivo. Son casos que dan pena. Viven situaciones extremas. Nos pasó un caso de una compañera que no tenía leña para calefaccionar”, relató con evidente tristeza en su voz.

No tener acceso a la educación por razones ligadas a la discriminación y falta de empatía tuvo un efecto durísimo en personas trans que no pudieron escolarizarse, formarse en instituciones. “Hay un 80% que no tienen estudio, tienen que trabajar en la noche, tomar frío, se enferman y ahí tenemos que asistir. Gracias a Dios estamos trabajando junto con municipios, con áreas de la mujer, en lugares donde tenemos Equidad y Género. Ahora estamos entrando en el invierno y se agrava la falta de comunicación y comida”, deslizó.

Valeria del Mar transmite tranquilidad todo tiempo. Hasta en el más crudo de sus relatos mantiene una sonrisa y templanza. Lejos está del resentimiento, lejos está del odio de terceros que ha marcado para mal la vida de muchos de sus compañeros y compañeras. Y tantas veces, a ella también. Pero transformó el dolor en amor. Tiene en forma indeble una actitud esperanzadora respecto a que el mundo, cambiará. Y para bien.

Hizo referencia a la asistencia que se le brinda a las personas que sufren en este tiempo. Que necesitan ayuda. “Recibimos aportes de Nación y lo articulamos con Provincia. A su vez, con los municipios. Cambió el sistema, es duro decirlo pero hay que rescatar que el pueblo argentino es solidario. Esta pandemia dio el lado positivo”, reveló.

La funcionaria no sólo ve lo mal que la pasan personas que dependen de su área específicamente. No deja de lado el panorama general. “Yo estoy en Equidad y Violencia de Género. Pero hay madres solas, con hijos. Hay mucha gente que se queda sin trabajo y sin hogar, que no pueden pagar alquileres”.

Y puntualizó que hay chicas trans que ya tenían tarjetas obtenidas a través del Estado. “Se reempadronaron. Quienes contaban con su tarjeta Alimentar ahora se sumó otro subsidio. Estamos intentando que esa ayuda llegue para todos quienes integran el colectivo LGTTBI. Se sumó $2000 que es un extra por esta situación de la pandemia”.

El dato que aportó Valeria del Mar no es menor. La población de personas trans registradas en Chubut no llega siquiera al 1% del total de habitantes de la provincia. Y en su mayoría no cuentan con escolarización ni trabajo. Ni salud ni vivienda. “En total serán en Chubut unas 300 personas trans. La ciudad que tiene más es Comodoro Rivadavia, Rawson , Trelew y Esquel, localidades más pequeñas también pero muy pocas”

Y agregó: “No soy exacta en el número porque hay muchas chicas que no se dan a conocer”, afirmó con un gesto que denotó “obviedad”: no se dan a conocer porque le temen a la discriminación.

Mensaje

El mensaje de Valeria del Mar Beltrán estremece. Mira un punto fijo, piensa y habla. “Lo fundamental es que tenemos que tener fuerza para pasar esta situación. Que tratemos de mirar con los ojos y sentir con el corazón. Que no pensemos que uno es diferente por elegir su sexualidad , por optar de vivir de determinada forma. Uno puede ser mas o menos gordito, mas o menos alto, pero el amor es universal. Pensar en la persona. Todos necesitamos y brindamos amor".

"La discriminación tiene que quedar en el pasado. Yo agradezco a mi equipo técnico que son maravillosas. También, todos quienes trabajan en las delegaciones. Agradecida a la sociedad y a la gente. Mi mamá me dijo que si yo respetaba, a la larga me iban a respetar. Capaz se hace más difícil llegar pero se llega. Mi mamá está en el cielo pero está orgullosa por el lugar al que llegué. En la vida nada es imposible. Hay que decretarse llegar”.

Mirá el informe de JornadaPLAY

24 MAY 2020 - 20:48

Por Lorena Leeming / @loreleeming

La crisis no da tregua. La pandemia tampoco. Y más en el caso de quienes han sufrido históricamente el olvido, el destrato y la discriminación: las personas trans. Es un número minúsculo respecto a la población total de Chubut: son 300 las registradas. Un 80% no tiene estudio y su única manera de sustento es trabajar en la noche, toman frío, se enferman y la mayoría no supera los 40 años de edad. Es la triste realidad que aborda con eficiencia Valeria del Mar Beltrán, la primera mujer trans en ser Directora de Equidad, Género y Mujer en la Provincia. Habló del trabajo de asistencia que realiza desde su área, contó parte de su historia personal y admitió que la situación por el COVID19 agravó la situación de vida en casos que ya venían desde hace mucho antes, pasándola muy mal.

Valeria no le teme a las palabras, no interpone barreras para hablar de su vida personal y agradece a su madre tantas veces como sea necesario al contar su experiencia desde la niñez hasta el día de hoy que tiene 56 años; fue ella, el eje que la sostuvo para llegar al ser humano que es hoy: una mujer plena, respetuosa, feliz y empática.

En los años 90 Valeria del Mar era taxista, trabajó en el transporte público de pasajeros y fue empresaria. Además, estudió locución y por más de 10 años trabajó en radio. Hacía un programa que se llamaba “Medianoche con Vale”. Además se brindó desde lo que más sabe hacer: ser solidaria desde una organización junto Ana María Vargas con quien comenzó su inserción en lo social asistiendo a más de 300 familias. “Seguí con la militancia hasta que llegó a la posibilidad gracias al gobernador y la ministra Otarola que vieron mi historial y lo que hice durante años. Estoy agradecida. También al equipo que me apuntala y me enseña cada día”.

Los cambios

Admitió Valeria Beltrán que la sociedad ha cambiado “para bien” en comparación a años anteriores. “Viví la dictadura militar. Tengo 56 años. Las personas del Colectivo LGTTBI (Lesbianas, Gays, Transgénero, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales) no podían salir de sus casas. Si lo hacían, debían tapar su sexualidad. Hoy por hoy, tenemos Ley de Matrimonio Igualitario, Ley de Cambio de Género. Los chicos que están en esta nueva era floreciendo son una belleza. La persona es quien quiere ser”, deslizó ante Jornada.

Habló de la importancia de la contención familiar en la etapa de infancia de niños y niñas trans. “Si como padres largan a la calle a su hijo/a por ser de un género distinto al que percibe, a los 12 o 13 años:¿Qué queda para la sociedad?. Esa persona termina en la calle drogándose o prostituyéndose, tomando alcohol”, comparó.

La mamá de Valeria del Mar tuvo mucho que ver en su historia familiar y en su crecimiento como persona. “Mi mamá se separó de mi papá y optó por mí. Mi papá era de las Fuerzas Armadas, ella dijo que quería apoyarme. El mismo sistema médico determinaba que era una enfermedad tener una orientación sexual distinta. La OMS reconoció que no es enfermedad sino decisión de la persona. Tuve el apoyo incondicional de mi mamá. Me dijo que Dios me iba a dar una oportunidad. En esos años la opción era trabajar en la prostitución, doy gracias a Dios y a mi madre que nunca lo tuve que hacer. Hice shows y espectáculos. Cursé la escuela primaria, secundaria, estudié 3 años de Abogacía y estudié locución. En la democracia empezamos con los primeros pasos de defender nuestros derechos. Costó mucho. Pero fueron muchos años de muchas compañeras que perdieron sus vidas”.

Y aquí un número que genera angustia. “El promedio de vida de las personas trans es de 35 o 40. Mueren por enfermedades, por no tener acceso a la Salud, por no tener trabajo. Ahí se ve por qué algunas llegan y otras no. Quiero luchar porque todas podamos ser Valeria del Mar, Nadia Zúñiga, Daniela Andrade o muchas que hoy estamos trabajando. Que puedan ser profesionales. Y tener una vida digna. Una persona trans, gay, sufre, ríe, llora, se enamora. Antes, el amor era la mujer y el hombre. El amor no tiene sexo. Podes amar a quien sea”.

Cupo laboral

La lucha por el cupo laboral del colectivo de personas transgénero parece ser infinita. Pero en Chubut las respuestas están llegando. La Ley ya está aprobada y por unanimidad. Los municipios deben adherir. “La pandemia nos frenó muchísimo pero está en vigencia el Registro Único de Aspirantes. Las personas tienen que anotarse. Saldrá una página del sistema. El gobernador dijo que a su criterio debería ser más alto el cupo que el 0,5% que se establece actualmente. Es positivo que seamos más quienes tengamos posibilidades de un cupo laboral. Es una buena noticia”.

Pandemia

Nadie puede evadir la realidad: un mundo paralizado por los efectos de la pandemia por Coronavirus. Es otro golpe más para el colectivo trans, como si la subsistencia en una sociedad que recién está velando por su calidad de vida, les hubiese sido fácil. “La situación es difícil. Es complicada. Muchas personas del colectivo lamentablemente trabajan de estar en una esquina. Ahora no pueden. Alquilan y se les complica porque no tienen un ingreso diario. Estamos asistiendo por parte del Ministerio a todas las localidades y ciudades. Hace 15 días estuvimos con la ministra en Comodoro Rivadavia asistiendo a compañeras del colectivo. Son casos que dan pena. Viven situaciones extremas. Nos pasó un caso de una compañera que no tenía leña para calefaccionar”, relató con evidente tristeza en su voz.

No tener acceso a la educación por razones ligadas a la discriminación y falta de empatía tuvo un efecto durísimo en personas trans que no pudieron escolarizarse, formarse en instituciones. “Hay un 80% que no tienen estudio, tienen que trabajar en la noche, tomar frío, se enferman y ahí tenemos que asistir. Gracias a Dios estamos trabajando junto con municipios, con áreas de la mujer, en lugares donde tenemos Equidad y Género. Ahora estamos entrando en el invierno y se agrava la falta de comunicación y comida”, deslizó.

Valeria del Mar transmite tranquilidad todo tiempo. Hasta en el más crudo de sus relatos mantiene una sonrisa y templanza. Lejos está del resentimiento, lejos está del odio de terceros que ha marcado para mal la vida de muchos de sus compañeros y compañeras. Y tantas veces, a ella también. Pero transformó el dolor en amor. Tiene en forma indeble una actitud esperanzadora respecto a que el mundo, cambiará. Y para bien.

Hizo referencia a la asistencia que se le brinda a las personas que sufren en este tiempo. Que necesitan ayuda. “Recibimos aportes de Nación y lo articulamos con Provincia. A su vez, con los municipios. Cambió el sistema, es duro decirlo pero hay que rescatar que el pueblo argentino es solidario. Esta pandemia dio el lado positivo”, reveló.

La funcionaria no sólo ve lo mal que la pasan personas que dependen de su área específicamente. No deja de lado el panorama general. “Yo estoy en Equidad y Violencia de Género. Pero hay madres solas, con hijos. Hay mucha gente que se queda sin trabajo y sin hogar, que no pueden pagar alquileres”.

Y puntualizó que hay chicas trans que ya tenían tarjetas obtenidas a través del Estado. “Se reempadronaron. Quienes contaban con su tarjeta Alimentar ahora se sumó otro subsidio. Estamos intentando que esa ayuda llegue para todos quienes integran el colectivo LGTTBI. Se sumó $2000 que es un extra por esta situación de la pandemia”.

El dato que aportó Valeria del Mar no es menor. La población de personas trans registradas en Chubut no llega siquiera al 1% del total de habitantes de la provincia. Y en su mayoría no cuentan con escolarización ni trabajo. Ni salud ni vivienda. “En total serán en Chubut unas 300 personas trans. La ciudad que tiene más es Comodoro Rivadavia, Rawson , Trelew y Esquel, localidades más pequeñas también pero muy pocas”

Y agregó: “No soy exacta en el número porque hay muchas chicas que no se dan a conocer”, afirmó con un gesto que denotó “obviedad”: no se dan a conocer porque le temen a la discriminación.

Mensaje

El mensaje de Valeria del Mar Beltrán estremece. Mira un punto fijo, piensa y habla. “Lo fundamental es que tenemos que tener fuerza para pasar esta situación. Que tratemos de mirar con los ojos y sentir con el corazón. Que no pensemos que uno es diferente por elegir su sexualidad , por optar de vivir de determinada forma. Uno puede ser mas o menos gordito, mas o menos alto, pero el amor es universal. Pensar en la persona. Todos necesitamos y brindamos amor".

"La discriminación tiene que quedar en el pasado. Yo agradezco a mi equipo técnico que son maravillosas. También, todos quienes trabajan en las delegaciones. Agradecida a la sociedad y a la gente. Mi mamá me dijo que si yo respetaba, a la larga me iban a respetar. Capaz se hace más difícil llegar pero se llega. Mi mamá está en el cielo pero está orgullosa por el lugar al que llegué. En la vida nada es imposible. Hay que decretarse llegar”.

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