Arbe combina sus rutinas con changas de albañil

El atleta habla desde Esquel. Los Juegos Olímpicos de Tokio eran el principal objetivo de Joaquín Arbe este año.

Arbe con su bebé en la pista.
30 JUN 2020 - 20:31 | Actualizado

El 2020 asomaba con la posibilidad de coronar su carrera deportiva en la cita más importante del mundo, pero la suspensión de las competencias a causa de la pandemia obligó a postergar también su sueño. Desde Esquel, el atleta de 29 años dialogó con Jornada. En una vida minimizada por el rigor de la cuarentena, Arbe combina sus rutinas de entrenamiento con changas de albañilería. Paralelamente, construye su casa, el hogar para su familia.

“Con respecto al entrenamiento, hemos estado haciendo bastante poco, solamente para mantenernos”, contó Arbe. “No tenemos competencia hasta octubre o noviembre. Como no hay nada para correr, estamos haciendo un solo turno por día. A veces un día no salgo y después hago un fondo más largo. Lo importante es ir haciendo algo”.

Esquel se mantiene sin casos positivos de COVID-19. Es por eso que los ciudadanos gozan a menudo de salidas recreativas. Sin embargo, la rutina del atleta está ligada al calendario de las competencias.

“Aprovechamos que acá ya se puede salir a correr. No apuntamos a nada todavía porque está todo cancelado. Hay que esperar unos meses más a ver si se soluciona el tema de las competencias y arrancaremos a entrenar de nuevo a doble turno, tomando todas las precauciones y recaudos para llegar bien a las competencias que se planteen”, explicó Joaquín.

Antes de que comenzaran a suspenderse las competencias a raíz de la pandemia, Arbe se encontraba en Cachi, una localidad de Salta que se encuentra a 2.531 metros sobre el nivel del mar, un escenario escogido por algunos de los principales atletas nacionales de alto rendimiento para sus entrenamientos. Allí, Arbe preparaba su 2020, el que probablemente pudiera haber sido el mejor año de su carrera deportiva, con los Juegos Olímpicos de Tokio en el horizonte.

“Cuando se empezó a suspender todo, yo estaba en Cachi (Salta) preparando el Mundial. Se suspendió el Mundial, se suspendieron los Grand Prix Sudamericanos, se suspendió el Ibero en España. Sabía que lo más lógico, por todo lo que estaba pasando, era que se suspendieran también los Juegos Olímpicos. En un principio me bajoneé un poco, porque podía existir la posibilidad de que se cancelen y que tuviera que esperar cuatro años más y volver a hacer las marcas. Pero cuando supimos que se suspendió solo por un año, se hizo más llevadero y las marcas siguen sirviendo. Creo que dentro de todo el problema global que causó la pandemia, atrasar un Juego Olímpico un año no es nada. Ahora estoy tranquilo, tenemos tiempo para prepararlo y el año que viene vamos a apuntar a los Juegos”.

El atleta nacido en Esquel obtuvo la clasificación a los Juegos Olímpicos tras realizar la segunda mejor marca en la historia del atletismo nacional en el Maratón de Buenos Aires. Su tiempo fue de 2:11:04, 26 segundos debajo del límite exigido por la Federación Internacional de Atletismo.

Es difícil imaginar cómo será el panorama mundial cuando acabe la pandemia. Los Juegos Olímpicos de Tokio, en el 2021, serán diferentes a otras ediciones. Arbe es optimista y asegura que para entonces “ya todo va a estar controlado”.

Él es un atleta que vive no solo del atletismo, sino también de la albañilería. Cuando las pistas están cerradas, el trabajo es su otra vía de escape.

“En Esquel tuvimos solo un mes de cuarentena estricta. Después habilitaron el trabajo de albañiles y carpinteros. De esa forma ya pude empezar a trabajar. Arranqué con un par de changas de albañil y de esa manera hacía algunos pesos para seguir con mi casa. Estuve un mes completo sin hacer nada, hasta que conseguí la cinta, y ya tenía el permiso para poder circular. Podía trabajar un poco y correr otro poco en la cinta”.

Con el invierno avecinándose y mientras Chubut atraviesa la cuarentena, Joaquín Arbe se dedica a construir su hogar. “Estoy con la ampliación de la cocina. Arriba hice las dos piezas para los nenes. Hay que hacer la instalación del bañito de arriba, poner la luz y caloramas en las piezas. La cuarentena me vino bien para avanzar con la casa”.

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Arbe con su bebé en la pista.
30 JUN 2020 - 20:31

El 2020 asomaba con la posibilidad de coronar su carrera deportiva en la cita más importante del mundo, pero la suspensión de las competencias a causa de la pandemia obligó a postergar también su sueño. Desde Esquel, el atleta de 29 años dialogó con Jornada. En una vida minimizada por el rigor de la cuarentena, Arbe combina sus rutinas de entrenamiento con changas de albañilería. Paralelamente, construye su casa, el hogar para su familia.

“Con respecto al entrenamiento, hemos estado haciendo bastante poco, solamente para mantenernos”, contó Arbe. “No tenemos competencia hasta octubre o noviembre. Como no hay nada para correr, estamos haciendo un solo turno por día. A veces un día no salgo y después hago un fondo más largo. Lo importante es ir haciendo algo”.

Esquel se mantiene sin casos positivos de COVID-19. Es por eso que los ciudadanos gozan a menudo de salidas recreativas. Sin embargo, la rutina del atleta está ligada al calendario de las competencias.

“Aprovechamos que acá ya se puede salir a correr. No apuntamos a nada todavía porque está todo cancelado. Hay que esperar unos meses más a ver si se soluciona el tema de las competencias y arrancaremos a entrenar de nuevo a doble turno, tomando todas las precauciones y recaudos para llegar bien a las competencias que se planteen”, explicó Joaquín.

Antes de que comenzaran a suspenderse las competencias a raíz de la pandemia, Arbe se encontraba en Cachi, una localidad de Salta que se encuentra a 2.531 metros sobre el nivel del mar, un escenario escogido por algunos de los principales atletas nacionales de alto rendimiento para sus entrenamientos. Allí, Arbe preparaba su 2020, el que probablemente pudiera haber sido el mejor año de su carrera deportiva, con los Juegos Olímpicos de Tokio en el horizonte.

“Cuando se empezó a suspender todo, yo estaba en Cachi (Salta) preparando el Mundial. Se suspendió el Mundial, se suspendieron los Grand Prix Sudamericanos, se suspendió el Ibero en España. Sabía que lo más lógico, por todo lo que estaba pasando, era que se suspendieran también los Juegos Olímpicos. En un principio me bajoneé un poco, porque podía existir la posibilidad de que se cancelen y que tuviera que esperar cuatro años más y volver a hacer las marcas. Pero cuando supimos que se suspendió solo por un año, se hizo más llevadero y las marcas siguen sirviendo. Creo que dentro de todo el problema global que causó la pandemia, atrasar un Juego Olímpico un año no es nada. Ahora estoy tranquilo, tenemos tiempo para prepararlo y el año que viene vamos a apuntar a los Juegos”.

El atleta nacido en Esquel obtuvo la clasificación a los Juegos Olímpicos tras realizar la segunda mejor marca en la historia del atletismo nacional en el Maratón de Buenos Aires. Su tiempo fue de 2:11:04, 26 segundos debajo del límite exigido por la Federación Internacional de Atletismo.

Es difícil imaginar cómo será el panorama mundial cuando acabe la pandemia. Los Juegos Olímpicos de Tokio, en el 2021, serán diferentes a otras ediciones. Arbe es optimista y asegura que para entonces “ya todo va a estar controlado”.

Él es un atleta que vive no solo del atletismo, sino también de la albañilería. Cuando las pistas están cerradas, el trabajo es su otra vía de escape.

“En Esquel tuvimos solo un mes de cuarentena estricta. Después habilitaron el trabajo de albañiles y carpinteros. De esa forma ya pude empezar a trabajar. Arranqué con un par de changas de albañil y de esa manera hacía algunos pesos para seguir con mi casa. Estuve un mes completo sin hacer nada, hasta que conseguí la cinta, y ya tenía el permiso para poder circular. Podía trabajar un poco y correr otro poco en la cinta”.

Con el invierno avecinándose y mientras Chubut atraviesa la cuarentena, Joaquín Arbe se dedica a construir su hogar. “Estoy con la ampliación de la cocina. Arriba hice las dos piezas para los nenes. Hay que hacer la instalación del bañito de arriba, poner la luz y caloramas en las piezas. La cuarentena me vino bien para avanzar con la casa”.


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