Habló la empleada judicial cesanteada: “No soy vaga y pasé de ser empleada ejemplar a ñoqui”

Tras un sumario administrativo, Gisela Clavio fue despedida de los Juzgados Laborales de Trelew por una decisión de Superior Tribunal de Justicia. Ella dice que se ausentó de su trabajo porque no tenía con quien dejar a su hija y que un juez laboral le dijo: “Primero está el trabajo y después la familia”. Mirá la entrevista completa que le concedió a Cadena Tiempo.

31 MAR 2021 - 11:16 | Actualizado

El lunes pasado, el Superior Tribunal de Justicia de Chubut (STJ) confirmó que había dejado cesante a una empleada del Poder Judicial por sus reiteradas inasistencias, luego de un sumario administrativo iniciado el año pasado. Sin identificarla pero utilizando el apelativo de “noqui”, el Superior informó que la Superintendencia Administrativa del cuerpo había cesanteado a una agente que prestaba servicios en los Juzgados Laborales de la Circunscripción Judicial III de Trelew, “tras haber acreditado la existencia de faltas administrativas graves, violatorias del Reglamento Interno General (RIG)”, señaló el parte oficial.

La denuncia había sido elevada al STJ por los jueces laborales de Trelew Adrián Duret, Paulo König y María José Castro Blanco, quienes aseguraron que la agente en cuestión había registrado un total de 80 inasistencias sobre 129 días laborales en el período que va de agosto 2019 y febrero 2020; que entre abril de 2020 y julio del mismo año, no registró asistencia alguna en el sistema reloj digital; y que en agosto de 2020 registró 10 inasistencias sobre 11 días hábiles.

Este miércoles, la empleada despedida del Poder Judicial salió por primera vez a defenderse de las acusaciones que le costaron su puesto y dio la cara en una entrevista exclusiva con Cadena Tiempo y Jornada. Gisela Clavio dijo estar “dolida por la palabra ‘ñoqui’”, aseguró que nunca antes había tenido una sanción en su trabajo y se mostró agradecida del apoyo recibido por sus compañeros de trabajo.

“Ahora queda una última instancia administrativa y a eso le sigue el juicio que voy a iniciar. No soy un ñoqui, no soy una vaga, y pasé de ser la empleada ejemplar a un ‘ñoqui’”, dijo Clavio en la entrevista con Cadena Tiempo.

“Siempre ayudaba, no es que me quedaba jugando a los jueguitos del celular. No pueden decir nada de mi desempeño, no hubo un llamado de atención antes, directamente me iniciaron un sumario. Me siento culpable de tener una hija”, agregó.

Clavio contó que “ayer (por el martes) me presenté a trabajar. Me había llegado la notificación de la cesantía el día lunes por correo a mi celular. Lo que se dice ahí es cruel. Las inasistencias están justificadas; si bien es real lo de los días que dicen que yo no fui a trabajar, en ningún lado dice que ese momento mi hija tenía de un año y once meses, una niña que iba al jardín para que yo pudiera ir a trabajar. Mi vida familiar está organizada en base a ese jardín. Yo la dejaba, me iba a trabajar y la iba a buscar a las 13:30. Pero el jardín cerró el 15 de marzo por el decreto nacional de aislamiento. Nos quedamos sin lugar físico para dejar a la niña. Mi pareja es trabajador esencial y no paró de trabajar en toda la pandemia. Él trabaja en comunicaciones y por el decreto nacional no podía haber nadie incomunicado, por lo cual viajó trabajando por toda la provincia”, señaló Clavio.

Sobre sus inasistencias, Clavio recordó que “es una información extraña porque a mí me convocaban a trabajar cada quince días en grupo de trabajaos del Covid, en el período de mayo a junio. Nunca me hicieron ir a las guardias mínimas. Yo informé que no tenía con quien dejar a mi hija. En el mes de julio yo me comunico con el prosecretario jefe y le dije que en el contexto de que los sueldos no se regularizaban y el jardín no iba a abrir, decidimos empezar la búsqueda de una niñera. Cuando la nena cumplió dos años contraté una niñera y vuelvo a trabajar el 18 de agosto. Cuando vuelvo es que me informan que me iban a iniciar un sumario”.

“Dolida”

Clavio asegura estar “dolida por la palabra ñoqui. Tuve que cerrar mis redes sociales porque los comentarios son muy crueles. Yo entré al Poder Judicial por un concurso hace once años. Soy una hormiga, me maté rindiendo concursos para llegar a la categoría que tengo. Estaba a punto de ascender y me iban a entrevistar para la máxima categoría sin ser abogada. Hasta me llamaron de otro juzgado para trabajar. No tengo contactos de gente con poder, nadie puede decir nada de mi trabajo, ayudaba a todos”.

Sobre el papel del Sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitrajuch), que el año pasado realizó una movilización pero ahora no se ha expresado sobre su cesantía, Clavio dijo que “me desafilié del Sitrajuch y me volví a afiliar cuando me iniciaron el sumario. El año pasado me suspendieron 45 días. Yo tendría que haber estado acogida el inciso K hasta el viernes –una parte del DNU presidencial sobre el asilamiento obligatorio-, que se derogó el artículo, pero de igual forma decidí volver a trabajar”.

En tanto,sobre sus jefes, los tres jueces laborales de Trelew, tuvo conceptos duros: “Los jueces me dijeron cosas horribles. Que mi hija era mi problema, que primero estaba el trabajo y no la familia. Y que yo y mi pareja ganábamos buenos sueldos como para contratar una niñera. Mi mamá tiene la muñeca quebrada en 43 partes; mi suegra tiene setenta y pico de años; mi papá tienen EPOC. ¿A quién le iba a dejar a mi nena?”

En cambio, destaca a sus compañeros trabajo: “Siempre me defendieron. Entre todo esto, además, perdimos una compañera que también la obligaban a ir a trabajar con antecedentes de cáncer. También tuvimos un informe psicológico de una magíster en salud mental, en el cual se analizó a nueve empleados sobre la violencia, el hostigamiento y las amenazas que sufrimos ahí adentro y presentaron sintomatologías.”

“Para mí, todo esto que me pasó es un mensaje a mis compañeros para que sepan que le va a pasar al que no va a trabajar.”

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31 MAR 2021 - 11:16

El lunes pasado, el Superior Tribunal de Justicia de Chubut (STJ) confirmó que había dejado cesante a una empleada del Poder Judicial por sus reiteradas inasistencias, luego de un sumario administrativo iniciado el año pasado. Sin identificarla pero utilizando el apelativo de “noqui”, el Superior informó que la Superintendencia Administrativa del cuerpo había cesanteado a una agente que prestaba servicios en los Juzgados Laborales de la Circunscripción Judicial III de Trelew, “tras haber acreditado la existencia de faltas administrativas graves, violatorias del Reglamento Interno General (RIG)”, señaló el parte oficial.

La denuncia había sido elevada al STJ por los jueces laborales de Trelew Adrián Duret, Paulo König y María José Castro Blanco, quienes aseguraron que la agente en cuestión había registrado un total de 80 inasistencias sobre 129 días laborales en el período que va de agosto 2019 y febrero 2020; que entre abril de 2020 y julio del mismo año, no registró asistencia alguna en el sistema reloj digital; y que en agosto de 2020 registró 10 inasistencias sobre 11 días hábiles.

Este miércoles, la empleada despedida del Poder Judicial salió por primera vez a defenderse de las acusaciones que le costaron su puesto y dio la cara en una entrevista exclusiva con Cadena Tiempo y Jornada. Gisela Clavio dijo estar “dolida por la palabra ‘ñoqui’”, aseguró que nunca antes había tenido una sanción en su trabajo y se mostró agradecida del apoyo recibido por sus compañeros de trabajo.

“Ahora queda una última instancia administrativa y a eso le sigue el juicio que voy a iniciar. No soy un ñoqui, no soy una vaga, y pasé de ser la empleada ejemplar a un ‘ñoqui’”, dijo Clavio en la entrevista con Cadena Tiempo.

“Siempre ayudaba, no es que me quedaba jugando a los jueguitos del celular. No pueden decir nada de mi desempeño, no hubo un llamado de atención antes, directamente me iniciaron un sumario. Me siento culpable de tener una hija”, agregó.

Clavio contó que “ayer (por el martes) me presenté a trabajar. Me había llegado la notificación de la cesantía el día lunes por correo a mi celular. Lo que se dice ahí es cruel. Las inasistencias están justificadas; si bien es real lo de los días que dicen que yo no fui a trabajar, en ningún lado dice que ese momento mi hija tenía de un año y once meses, una niña que iba al jardín para que yo pudiera ir a trabajar. Mi vida familiar está organizada en base a ese jardín. Yo la dejaba, me iba a trabajar y la iba a buscar a las 13:30. Pero el jardín cerró el 15 de marzo por el decreto nacional de aislamiento. Nos quedamos sin lugar físico para dejar a la niña. Mi pareja es trabajador esencial y no paró de trabajar en toda la pandemia. Él trabaja en comunicaciones y por el decreto nacional no podía haber nadie incomunicado, por lo cual viajó trabajando por toda la provincia”, señaló Clavio.

Sobre sus inasistencias, Clavio recordó que “es una información extraña porque a mí me convocaban a trabajar cada quince días en grupo de trabajaos del Covid, en el período de mayo a junio. Nunca me hicieron ir a las guardias mínimas. Yo informé que no tenía con quien dejar a mi hija. En el mes de julio yo me comunico con el prosecretario jefe y le dije que en el contexto de que los sueldos no se regularizaban y el jardín no iba a abrir, decidimos empezar la búsqueda de una niñera. Cuando la nena cumplió dos años contraté una niñera y vuelvo a trabajar el 18 de agosto. Cuando vuelvo es que me informan que me iban a iniciar un sumario”.

“Dolida”

Clavio asegura estar “dolida por la palabra ñoqui. Tuve que cerrar mis redes sociales porque los comentarios son muy crueles. Yo entré al Poder Judicial por un concurso hace once años. Soy una hormiga, me maté rindiendo concursos para llegar a la categoría que tengo. Estaba a punto de ascender y me iban a entrevistar para la máxima categoría sin ser abogada. Hasta me llamaron de otro juzgado para trabajar. No tengo contactos de gente con poder, nadie puede decir nada de mi trabajo, ayudaba a todos”.

Sobre el papel del Sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitrajuch), que el año pasado realizó una movilización pero ahora no se ha expresado sobre su cesantía, Clavio dijo que “me desafilié del Sitrajuch y me volví a afiliar cuando me iniciaron el sumario. El año pasado me suspendieron 45 días. Yo tendría que haber estado acogida el inciso K hasta el viernes –una parte del DNU presidencial sobre el asilamiento obligatorio-, que se derogó el artículo, pero de igual forma decidí volver a trabajar”.

En tanto,sobre sus jefes, los tres jueces laborales de Trelew, tuvo conceptos duros: “Los jueces me dijeron cosas horribles. Que mi hija era mi problema, que primero estaba el trabajo y no la familia. Y que yo y mi pareja ganábamos buenos sueldos como para contratar una niñera. Mi mamá tiene la muñeca quebrada en 43 partes; mi suegra tiene setenta y pico de años; mi papá tienen EPOC. ¿A quién le iba a dejar a mi nena?”

En cambio, destaca a sus compañeros trabajo: “Siempre me defendieron. Entre todo esto, además, perdimos una compañera que también la obligaban a ir a trabajar con antecedentes de cáncer. También tuvimos un informe psicológico de una magíster en salud mental, en el cual se analizó a nueve empleados sobre la violencia, el hostigamiento y las amenazas que sufrimos ahí adentro y presentaron sintomatologías.”

“Para mí, todo esto que me pasó es un mensaje a mis compañeros para que sepan que le va a pasar al que no va a trabajar.”


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