Eliana, Nazareno y Maira, el trío de mendocinos que se anima a contar su historia de poliamor

Los dos primeros conformaban una pareja convencional hasta que conocieron a la tercera. Después de un tiempo descubrieron que se amaban y que sólo se sentían completos como trío. Así, se asumieron como una relación poliamorosa que comparten en esta nota. ( Video y fotos).

17 AGO 2021 - 19:41 | Actualizado

Todo cambió el día que Maira Fernández comenzó a trabajar en un call center manejado por Eliana Cuchietti y Nazareno Fernández ,quienes llevaban adelante una relación que combinaba, sin conflictos, el amor y el trabajo.

Maira estableció de inmediato un vínculo amistoso con la pareja. Un vínculo que excedía lo laboral. A fines en todo, parecía que las 10 horas que compartían juntos no bastaran. Había siempre una salida que los divertía, una charla, una comida juntos. Pero notaron -con esa incomodidad propia de no saber lo que sucede- que era todo era mejor cuando lo compartían entre los tres. Sí: todo. Sí: entre los tres.

Nazareno, hoy de 41 años, rememora: “Empezó todo como una relación laboral, luego de amistad, y ahora, de amor”. “Empezamos a ver ques entíamos cosas que no entendíamos”, apunta Maira, hoy de 23. “Los tres nos juntábamos sin problemas, pero si yo me juntaba sola con Eli, extrañábamos al otro. Algo estaba pasando”, amplía. Eliana, a su turno, completa la idea: “Si éramos sólo dos, en cualquier cosa que hiciéramos nos hacía falta el otro. Eso fue llevando a plantear cómo seguíamos adelante”.

Ese seguir adelante terminó en lo que hoy explican de este modo: “Tenemos una relación de poliamor y de tres. No mantenemos una relación abierta, no somos swingers. Somos un trío y nos amamos”.

El primer paso

Claro que, ahora, lo pueden decir fácil y sin tapujos. Dialogan con Los Andes desde su casa y parecen completamente integrados, incluso a la hora de contar su experiencia.

Después de cuatro años de relación de noviazgo, ahora conviven en el mismo hogar. Para opinar, mantienen su postura divergente para ciertas cosas, y en otras hablan en perfectaconsonancia,como funciona un trío-justamente-en la música:cada uno en su instrumento, pero en pos de una armoníaen la que cual no puede faltar siquiera un sonido.La melodía, claro, podrá resultar extraña a los oídos ajenos o no. Y, sin embargo, hoy en día no les importa demasiado y dan la cara, hablan alto, sin tapujos.

Al principio, cuando todos advirtieron que entre elloshabía atracción física y amorosa, faltaba saber quién se animaba a expresarlo primero. Y aunqueninguna de las dos había tenido antes una relación homosexual, fueron ellas las que lo hicieron, y de un modo particular:con un beso en la boca, con sabor a vino, frente a los ojos de él.

“Habíamos organizado una juntada en nuestra casa y decidimos no salir a bailar”, rememora Eliana. “Era una cena después de pasar todo el día juntos. Con May, en un momento,nos propusimos hacerle una broma para Naza, diciéndole que íbamos a ser novias entre nosotras porque ya no nos gustaban los hombres. Cenamos, le ofrecí vino a él. Él dijo que no y ella sí aceptó. Y ahí nos dimos un beso.Quedó todo explicado”, cuenta.

Nazareno dice queno podía creer lo que veía. “Como hombrees una fantasía normal, estaba en medio de dos mujeres hermosas, pero no creí que ahora estaba por empezar a formar parte de una relación de tres”, reconoce.

Lo plantearon en ese mismo momento, cuentan, dejando de lado las dudas. “Fue todo natural y sin problemas ya desde esa primera vez. Pasó lo que estábamos sintiendo: nos queríamos los tres, nos protegíamos”, cuenta Maira. “Era lo que le estaba faltando a la relación, porque antes ya habíamos notado que sólo dos nos sentíamos incompletos”.

La intimidad

Claro que una relación de pareja incluye no sólo la compañía, los afectos, los diálogos sin horarios y la contención.También incluye la intimidad. Y, en este caso,lo sexual es lo que más curiosidad provoca en los demás, tal como ellos reconocen.A la hora de definirlo, Nazareno se inclina por decir:“Es descubrir algo nuevo cada día”.Eliana, en cambio, dice que estan intenso lo que se siente que “no hay palabra que lo defina, es único”.“Coincidocon lo que dice mi novia”, acota Maira.

Claro que el costadoromántico y eróticopuede resultar pleno, pero tiene sus exigencias prácticas que los llevó a algunos desafíos. Como duermen juntos -y algo más– tuvieron que pensar en cambiar la cama.“Tuvimos que comprar una cama más grande, porque con la otra se nos hacía imposible”,reconoce entre risas Maira. Y agrega: “Teníamos una de dos plazas y murió,se rompieron todos los resortes.Para colmo, cuando compramos la nueva, era tan grande que no entraba por la puerta”.

Asumirse como trío, y ya no como pareja, por supuesto, los tranquilizó en los sentimientos afectivos, pero tuvieron que trabajar un poco más elreconocimiento social. Primero, ante ellos mismos: “Nos ayudó mucho ver una serie que está en Netflix, y se llamaTú, yo y ella, la recomiendo”, explica Nazareno. “No teníamos parámetros para lo nuestro, era todo un proceso deautodescubrirnos.Esa serie nos dio los parámetros”, reconoce Eliana.

Entenderse y ser entendidos

Una vez asumido todo, Nazareno dice quecasi no tuvo conflictoscuando hizo saber de su nueva relación a su padre. “Él siempre acepta lo que yo hago”, se ríe. Pero también tiene tres hijas (“cada una de distinta madre, no es hombre de una sola mujer”, bromean Maira y Eliana), y las dos mayores saben de la relación, aunque la más pequeña aún no.

Distinto fue lo que vivieron Eliana y Maira. “Hoy en día podemos compartir todo, peroen un primer momento, decírselo a mis padres me costó un poco, porque sabía que era un paradigma distinto. Pero una vez que se los dije, lo aceptaron”, explica Eli.

Maira tuvo que lidiar con dos problemas. Primero,la corta edad.“Era muy chica y empecé diciéndole a mi papá que tenía una relación Naza.Era un problema, y le costó aceptarlo”,explica, resaltando que se llevan 18 años con su novio y en ese entonces ella tenía apenas 19.“Cuando lo aceptó, después llegó la hora de contar lo otro.Mi mamá se había dado cuenta y se lo vio a venir, así que se lo dije con ella. Él hizo un proceso y ahora me pregunta más por ellos que por mí”, asegura.

Afectos, compañía e intimidad se suman, en cualquier relación, a otras cosas menos agradables. Ysi en una pareja una discusión es complicada, entre tres, acaso, podría pensarse que la cuestión se hace más difícil. Pero en el poliamor que viven estos mendocinos, parece, es todo lo contrario. “Nos dimos cuenta de que en una discusión es mejor acudir a un tercer punto de vista. Fue divertido entender eso”, explica Maira. Y Nazareno es contundente:“El desempate ayuda un montón”.

Por lo pronto, elpoliamorllegó a sus vidas, parece, una vez y para siempre. Primero, los tres comparten amor, hogar y trabajo (un local de artículos electrónicos en la galería Caracol). Y, segundo, porque después de casi cinco años, de convivir desde junio de 2020 y de asumirse ante todos como trío, llegó la hora de un ritual, aunque sea meramente festivo (la poligamia no está aceptada en nuestro código penal).“Queremos hacer una fiesta de compromisoentre septiembre y octubre, aunque nuestro aniversario es en junio”, adelanta Maira.

Mientras tanto, la más chica del trío dice:“Ahora tengo todo”.Nazareno, el mayor, apunta: “Es muy intensa la energía que sentimosal ser tres”. Y Eliana, la del medio, cierra: “Siendo tres estamoscompletos”.

Eliana, Nazareno y Maira ya están pensando en tener hijos

Como Eliana, Nazareno y Maira se consideran, prácticamente, una “pareja de tres”, que tiene un vínculo similar a la de otras parejas convencionales o matrimonios,no resulta por ello extraño preguntarles si piensan también en tener hijos en común.

Al hacerles la pregunta, se miran entre los tres de reojo. Se nota que ya han hablado del tema.

“Sí, nos gustaría ser papás.Lo tenemos ya planeado y diagramado (risas)… pero todavía es muy pronto”, dice Nazareno.

¿Y cuál es ese plan? Lo explican Mayra y Eliana: “Hemos hablado y queremosquedar las dos embarazadas al mismo tiempo. Nos gustaría mucho. Pero, por supuesto, no siempre se puede conseguir, así que, si queda alguna embarazada de las dos antes, no hay problemas. Y ya veremos”.

(Los Andes)

17 AGO 2021 - 19:41

Todo cambió el día que Maira Fernández comenzó a trabajar en un call center manejado por Eliana Cuchietti y Nazareno Fernández ,quienes llevaban adelante una relación que combinaba, sin conflictos, el amor y el trabajo.

Maira estableció de inmediato un vínculo amistoso con la pareja. Un vínculo que excedía lo laboral. A fines en todo, parecía que las 10 horas que compartían juntos no bastaran. Había siempre una salida que los divertía, una charla, una comida juntos. Pero notaron -con esa incomodidad propia de no saber lo que sucede- que era todo era mejor cuando lo compartían entre los tres. Sí: todo. Sí: entre los tres.

Nazareno, hoy de 41 años, rememora: “Empezó todo como una relación laboral, luego de amistad, y ahora, de amor”. “Empezamos a ver ques entíamos cosas que no entendíamos”, apunta Maira, hoy de 23. “Los tres nos juntábamos sin problemas, pero si yo me juntaba sola con Eli, extrañábamos al otro. Algo estaba pasando”, amplía. Eliana, a su turno, completa la idea: “Si éramos sólo dos, en cualquier cosa que hiciéramos nos hacía falta el otro. Eso fue llevando a plantear cómo seguíamos adelante”.

Ese seguir adelante terminó en lo que hoy explican de este modo: “Tenemos una relación de poliamor y de tres. No mantenemos una relación abierta, no somos swingers. Somos un trío y nos amamos”.

El primer paso

Claro que, ahora, lo pueden decir fácil y sin tapujos. Dialogan con Los Andes desde su casa y parecen completamente integrados, incluso a la hora de contar su experiencia.

Después de cuatro años de relación de noviazgo, ahora conviven en el mismo hogar. Para opinar, mantienen su postura divergente para ciertas cosas, y en otras hablan en perfectaconsonancia,como funciona un trío-justamente-en la música:cada uno en su instrumento, pero en pos de una armoníaen la que cual no puede faltar siquiera un sonido.La melodía, claro, podrá resultar extraña a los oídos ajenos o no. Y, sin embargo, hoy en día no les importa demasiado y dan la cara, hablan alto, sin tapujos.

Al principio, cuando todos advirtieron que entre elloshabía atracción física y amorosa, faltaba saber quién se animaba a expresarlo primero. Y aunqueninguna de las dos había tenido antes una relación homosexual, fueron ellas las que lo hicieron, y de un modo particular:con un beso en la boca, con sabor a vino, frente a los ojos de él.

“Habíamos organizado una juntada en nuestra casa y decidimos no salir a bailar”, rememora Eliana. “Era una cena después de pasar todo el día juntos. Con May, en un momento,nos propusimos hacerle una broma para Naza, diciéndole que íbamos a ser novias entre nosotras porque ya no nos gustaban los hombres. Cenamos, le ofrecí vino a él. Él dijo que no y ella sí aceptó. Y ahí nos dimos un beso.Quedó todo explicado”, cuenta.

Nazareno dice queno podía creer lo que veía. “Como hombrees una fantasía normal, estaba en medio de dos mujeres hermosas, pero no creí que ahora estaba por empezar a formar parte de una relación de tres”, reconoce.

Lo plantearon en ese mismo momento, cuentan, dejando de lado las dudas. “Fue todo natural y sin problemas ya desde esa primera vez. Pasó lo que estábamos sintiendo: nos queríamos los tres, nos protegíamos”, cuenta Maira. “Era lo que le estaba faltando a la relación, porque antes ya habíamos notado que sólo dos nos sentíamos incompletos”.

La intimidad

Claro que una relación de pareja incluye no sólo la compañía, los afectos, los diálogos sin horarios y la contención.También incluye la intimidad. Y, en este caso,lo sexual es lo que más curiosidad provoca en los demás, tal como ellos reconocen.A la hora de definirlo, Nazareno se inclina por decir:“Es descubrir algo nuevo cada día”.Eliana, en cambio, dice que estan intenso lo que se siente que “no hay palabra que lo defina, es único”.“Coincidocon lo que dice mi novia”, acota Maira.

Claro que el costadoromántico y eróticopuede resultar pleno, pero tiene sus exigencias prácticas que los llevó a algunos desafíos. Como duermen juntos -y algo más– tuvieron que pensar en cambiar la cama.“Tuvimos que comprar una cama más grande, porque con la otra se nos hacía imposible”,reconoce entre risas Maira. Y agrega: “Teníamos una de dos plazas y murió,se rompieron todos los resortes.Para colmo, cuando compramos la nueva, era tan grande que no entraba por la puerta”.

Asumirse como trío, y ya no como pareja, por supuesto, los tranquilizó en los sentimientos afectivos, pero tuvieron que trabajar un poco más elreconocimiento social. Primero, ante ellos mismos: “Nos ayudó mucho ver una serie que está en Netflix, y se llamaTú, yo y ella, la recomiendo”, explica Nazareno. “No teníamos parámetros para lo nuestro, era todo un proceso deautodescubrirnos.Esa serie nos dio los parámetros”, reconoce Eliana.

Entenderse y ser entendidos

Una vez asumido todo, Nazareno dice quecasi no tuvo conflictoscuando hizo saber de su nueva relación a su padre. “Él siempre acepta lo que yo hago”, se ríe. Pero también tiene tres hijas (“cada una de distinta madre, no es hombre de una sola mujer”, bromean Maira y Eliana), y las dos mayores saben de la relación, aunque la más pequeña aún no.

Distinto fue lo que vivieron Eliana y Maira. “Hoy en día podemos compartir todo, peroen un primer momento, decírselo a mis padres me costó un poco, porque sabía que era un paradigma distinto. Pero una vez que se los dije, lo aceptaron”, explica Eli.

Maira tuvo que lidiar con dos problemas. Primero,la corta edad.“Era muy chica y empecé diciéndole a mi papá que tenía una relación Naza.Era un problema, y le costó aceptarlo”,explica, resaltando que se llevan 18 años con su novio y en ese entonces ella tenía apenas 19.“Cuando lo aceptó, después llegó la hora de contar lo otro.Mi mamá se había dado cuenta y se lo vio a venir, así que se lo dije con ella. Él hizo un proceso y ahora me pregunta más por ellos que por mí”, asegura.

Afectos, compañía e intimidad se suman, en cualquier relación, a otras cosas menos agradables. Ysi en una pareja una discusión es complicada, entre tres, acaso, podría pensarse que la cuestión se hace más difícil. Pero en el poliamor que viven estos mendocinos, parece, es todo lo contrario. “Nos dimos cuenta de que en una discusión es mejor acudir a un tercer punto de vista. Fue divertido entender eso”, explica Maira. Y Nazareno es contundente:“El desempate ayuda un montón”.

Por lo pronto, elpoliamorllegó a sus vidas, parece, una vez y para siempre. Primero, los tres comparten amor, hogar y trabajo (un local de artículos electrónicos en la galería Caracol). Y, segundo, porque después de casi cinco años, de convivir desde junio de 2020 y de asumirse ante todos como trío, llegó la hora de un ritual, aunque sea meramente festivo (la poligamia no está aceptada en nuestro código penal).“Queremos hacer una fiesta de compromisoentre septiembre y octubre, aunque nuestro aniversario es en junio”, adelanta Maira.

Mientras tanto, la más chica del trío dice:“Ahora tengo todo”.Nazareno, el mayor, apunta: “Es muy intensa la energía que sentimosal ser tres”. Y Eliana, la del medio, cierra: “Siendo tres estamoscompletos”.

Eliana, Nazareno y Maira ya están pensando en tener hijos

Como Eliana, Nazareno y Maira se consideran, prácticamente, una “pareja de tres”, que tiene un vínculo similar a la de otras parejas convencionales o matrimonios,no resulta por ello extraño preguntarles si piensan también en tener hijos en común.

Al hacerles la pregunta, se miran entre los tres de reojo. Se nota que ya han hablado del tema.

“Sí, nos gustaría ser papás.Lo tenemos ya planeado y diagramado (risas)… pero todavía es muy pronto”, dice Nazareno.

¿Y cuál es ese plan? Lo explican Mayra y Eliana: “Hemos hablado y queremosquedar las dos embarazadas al mismo tiempo. Nos gustaría mucho. Pero, por supuesto, no siempre se puede conseguir, así que, si queda alguna embarazada de las dos antes, no hay problemas. Y ya veremos”.

(Los Andes)


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