En un pequeño homenaje por videollamada con Télam, estas jóvenes describieron a la víctima como una "niña líder del grupo" y una "buena amiga".
"Éramos inseparables. Todas estudiábamos juntas y Cande era única. Ella era la que se hacía sentir más en los proyectos de la escuela y el teatro. Le encantaban los títeres y bailar tango", recordó Nicol, una de las amigas.
Mientras que Agustina señaló que Candela era "muy celosa y querendona" y añadió: "Siempre estaba lista para ir a los scouts y éramos muy unidas."
Nicol, Agustina y Lucía fueron compañeras de Candela desde tercer grado en la Escuela 28 del barrio Cartero Bruno Ramírez de Hurlingham.
Las amigas contaron que en el grupo armaron un "lindo recuerdo" con un "sol grande" en honor al segundo nombre de Candela.
"Siempre la vamos extrañar como lo que era ella: un sol", coincidieron las chicas.
"Seguiremos pidiendo justicia porque ella no se merecía lo que le pasó. Era una niña y nada tenía que ver con lo que pasaba. Hoy que somos grandes tenemos conciencia y sabemos que tiene que haber más culpables", remarcó Nicol con un gesto de tristeza en su rostro aunque con entereza en cada momento que se refirió a su gran amiga.
Es que para Nicol, "dos solos (por Hugo Bermúdez y Leonardo Jara, ambos condenados a prisión perpetua en el primer juicio) no pudieron hacer todo lo que le hicieron" a Candela.
"Le robaron la niñez, su juventud y todo lo que le gustaba de la vida, como el tango, la murga, los títeres y estar en los grupos de la Iglesia como scout", añadió Lucía.
En un pequeño homenaje por videollamada con Télam, estas jóvenes describieron a la víctima como una "niña líder del grupo" y una "buena amiga".
"Éramos inseparables. Todas estudiábamos juntas y Cande era única. Ella era la que se hacía sentir más en los proyectos de la escuela y el teatro. Le encantaban los títeres y bailar tango", recordó Nicol, una de las amigas.
Mientras que Agustina señaló que Candela era "muy celosa y querendona" y añadió: "Siempre estaba lista para ir a los scouts y éramos muy unidas."
Nicol, Agustina y Lucía fueron compañeras de Candela desde tercer grado en la Escuela 28 del barrio Cartero Bruno Ramírez de Hurlingham.
Las amigas contaron que en el grupo armaron un "lindo recuerdo" con un "sol grande" en honor al segundo nombre de Candela.
"Siempre la vamos extrañar como lo que era ella: un sol", coincidieron las chicas.
"Seguiremos pidiendo justicia porque ella no se merecía lo que le pasó. Era una niña y nada tenía que ver con lo que pasaba. Hoy que somos grandes tenemos conciencia y sabemos que tiene que haber más culpables", remarcó Nicol con un gesto de tristeza en su rostro aunque con entereza en cada momento que se refirió a su gran amiga.
Es que para Nicol, "dos solos (por Hugo Bermúdez y Leonardo Jara, ambos condenados a prisión perpetua en el primer juicio) no pudieron hacer todo lo que le hicieron" a Candela.
"Le robaron la niñez, su juventud y todo lo que le gustaba de la vida, como el tango, la murga, los títeres y estar en los grupos de la Iglesia como scout", añadió Lucía.