Malena y Matías, un amor de hermanos que va más allá de la muerte

Eran inseparables. En 2016, él adoptó una trágica decisión. Ella, a través de su familia, el fútbol y el cuidado de una niña, le da batalla al dolor y recuerda a su hermano. "Quisiera creer que él me ve desde donde está", dice Malena.

Malena junto a Matías, su hermano.
10 ABR 2022 - 16:17 | Actualizado 26 MAY 2022 - 12:48

Por Francisco Caputo / Redacción Jornada

La delantera Malena Ñanculeo convirtió uno de los siete goles de la holgada victoria por 7-1 de Atlas a La Ribera, en el torneo femenino de la Liga del Valle. Atlas es un equipo de Trelew con gran cantidad de jugadores y jugadoras de Paso de Indios, localidad enclavada en el corazón geográfico de Chubut.

En cada tanto que consigue, a “Male” le es imposible no evocar a Matías, hermano suyo que partió antes de tiempo.

Hace casi seis años, “Maty”, tal como se lo conocía, tomó una drástica decisión a los 20 años. Pese al dolor irreparable, Malena, se las ingenió para hacer encajar las piezas de un rompecabezas inenarrable.

Oriunda de Paso de Indios, vive en Trelew donde asiste de modo permanente a “Jose”, una niña que precisa asistencia cotidiana para desarrollar su vida.

“Quisiera creer que desde el lugar que está, mi hermano me ve haciendo goles o ayudando a ´Jose´. Ojalá que así sea. Era una hermosa persona, lo extraño muchísimo. Me duele en el alma que no esté”, dice una emocionada Malena.

La infancia feliz

En su pueblo de origen, Malena y Matías forjaron una relación inquebrantable. Ambos desarrollaron amor por el fútbol. “Le agradezco a Dios por prestarme a Maty porque era el mejor hermano del mundo”, sentencia. “Era escorpiano, súper enojón. Pero era también muy alegre. Amaba al fútbol, como yo. Era 5 y jugaba muy bien”, agrega conmovida la joven de 25 años.

“Nos llevábamos un año de diferencia, él era el primogénito. Antes de que llegaran mis hermanas ´Faty´y Maite, éramos solo Maty y yo . Hicimos prácticamente todo juntos hasta que le empezaron a gustar las chicas decía yo. Nos decían que de pequeños parecíamos mellizos”, describe “Male”.

“Tuvimos una hermosa infancia, jugábamos siempre juntos con los vecinos del barrio. Se me viene a la mente la vez que en Paso de Indios nevó alrededor de 1 metro y teníamos un perrito blanco. Sin darnos cuenta de las consecuencias de esa nevada nosotros éramos felices jugando”, expresa.

Las sonrisas

“En ese tiempo, no había gas en el pueblo. Con mi hermano juntábamos la leña durante el invierno para calefaccionarnos; íbamos a hacer los mandados juntos, íbamos juntos a la Primaria. Prácticamente hacíamos todo juntos; nuestros padres Patricio y Patricia nos festejaban en un solo cumpleaños a los dos”, ilustra.

“A mis 14 años, nos fuimos a estudiar con Matías a Gobernador Costa, con la idea de estar un año. Luego nos volvimos. Cuando estábamos ya en los dos últimos años de la secundaria él se fue a trabajar al Ejército en Sarmiento”, narra.

“Recuerdo un momento cuando él llego del Ejército a casa de sorpresa. Mi mamá estaba entrenando en la cancha de 11 y yo estaba en la escuela secundaria justo en el recreo. Lo veo aparecer”, remarca.“La cancha y la secundaria quedan cerquita así que lo vi. Él fue corriendo hasta donde estaban mis papas y mi mamá al verlo se lanzó a correr a abrazarlo. Me quedó con ese lindo momento”, recalca.

La trágica decisión

El destino seguía su curso. Sin descuidar el fútbol, Malena se trasladó a Trelew a estudiar Enfermería. “Hace siete años me vine”, narra. Pero en 2016, se produjo el trágico hecho.

“Tenía 19 yo. El día que supimos yo estaba trabajando en Trelew. Fue un 16 de mayo cuando me llama mi mamá diciendo esta triste noticia. Yo estaba cuidando a dos niños en ese momento y justo dormían”, enuncia, como si fuera hoy.

“Se me heló el cuerpo. No sabía que hacer. Llamé a la mamá de los niños y le pedí que por favor viniera que había pasado algo re feo”, añade.

“Me fui corriendo a dónde mi tío y él ya había recibido el llamado;la verdad estaba desorientada no caía en la realidad, no podía creerlo y no estaba en mi mente jamás que él hiciera eso”, pronuncia.

“En dos horas y media estábamos allí. Se empezaron a acercar a saludarme y yo iba lentamente entrando a la sala velatoria. Estaba desorientada y sin respuesta para quienes me saludaban estaba en shock”, resalta.

El dolor

“Una vez que entré y mí a mis padres, se me vino el mundo abajo. No podía creer lo que estaba pasando. No me sentía nada bien yo. No podía ni hablar. La verdad, no hay explicación, era algo que no se esperaba. Él tenía un niño, Mateo, una pareja”, dice.

“Lo extrañamos muchísimo. Su sonrisa era la más grande que había, no la voy a olvidar; tenía esos dientes perfectos y esa enorme nariz. Lo extrañamos horrores”, rememora.

“Maty vino un par de veces a mis sueños pero ya no ha vuelto quizás debo dejarlo descansar como han dicho”, comenta. “Pero quisiera verlo, lo único que nos quedó de él es alguna que otra ropa, su celu (sic), sus fotos, su hijito Mateo que es un ser hermoso. Y un vídeo donde se logra escuchar su voz; después todo se fue con él, parte de nuestra alma se fue con él”, afirma.

“Creo que el pueblo debiera de fijarse en los jóvenes que allí viven para brindarle ayuda, trabajo o que puedan irse a estudiar . No digo que todo está mal allí existe una asociación de padres llamada Apueys, que nos brindan ayudas y becas y eso es muy importante”, explica.

“Mi hijo me salvó”

Como soportar tamaño dolor es algo que solo puede narrarlo quien lo padece. “Cuando falleció mi hermano, decidí cambiar la carrera. Me encantaba Enfermería pero en ese tiempo iba demasiadas horas, desde las 14 hasta las 22”, rememora. “No me sentía bien estaba muy triste, no tenía ganas de nada prácticamente. Fue un golpe muy duro para nosotros la perdida de mi hermano”, sentencia.

“Ese mismo año hice un curso de acompañante terapéutica y conocí hermosas personas que me dieron muchísimo cariño y me apoyaron, como mis amigas Vanesa y Verónica que estuvieron siempre apoyándome”, indica. A la par, hallaba en el fútbol y en el futsal, otro que deporte que practica, más vías de evasión a tanta tristeza. En futsal, fue convocada a la selección de Trelew, por ejemplo. Juega en la actualidad en Fútbol Club Paso de Indios, que compite en la Liga Kiñewen.

Y en 2018, Malena comenzó a estudiar el Profesorado de Educación Especial con Orientación en Discapacidad Intelectual. “Nos anotamos con Vero en el ISFD número 801”, rememora.

Pero la pena se mantenía. Y Malena se acercaba a un punto de quiebre. Pero hace cinco conoció a su pareja actual Efraín, con quien tuvo a Tiziano, su hijo.

“Mi hijo Tiziano que llegó en el momento justo donde me salvó la vida, me dio motivos para seguir”, puntualiza. “Me levanto todas las mañanas para darle un mejor futuro; tiene 3 años, es el ser más lindo que tengo”, resalta.

“Mi pareja Efraín, el papá de mi niño es mi compañero en todo esto, me ayuda me apoya en mis proyectos; también tiene una historia muy dura en su vida el perdió a su mamá cuando era chico. Es una persona increíble, muy buena y gran compañero”, recalca.
Malena, junto a su esposo Efraín y su hijo Tiziano, en el equipo de futsal de Paso de Indios.


Esto resultó indispensable durante la pandemia de Covid 19, donde el padre de Malena estuvo grave por el citado virus. “En un futuro, me gustaría tener mi club y hacer como mi papá, que enseña a jugar a los más chicos y es el DT de Atlas y de Fútbol Club Paso de Indios. Y también me gustaría volver a hacer radio en la radio que él tiene en el pueblo, la FM 88.1”, expresa.

“Jose”

Rodeada de afecto, Malena comenzó a encontrar paz. Su nueva vocación fue clave. Antes de dar a luz a Tiziano, se encargó de cuidar a Emanuel. Posteriormente, apareció una persona que le cambió la vida: Josefina.

“Hace aproximadamente dos años una compañera me recomendó a una familia la cual me realizó una entrevista y desde el primer día me dijeron que querían que fuera yo quien acompañara su hija. Les agradezco a ellos, a Soledad y Federico. A la par, sigo estudiando el Profesorado que te dije. Estoy en cuarto año”, manifiesta con alegría.

“Mi trabajo consiste en acompañar a ´Jose´ a la escuela y brindarle los apoyos que ella necesite y ayudarla a que sea más independiente que pueda tener una buena trayectoria educativa y estar para lo que ella necesite. También soy su niñera”, narra. “Para algunas cosas, necesita mi ayuda. Pero hemos avanzado muchísmo”, añade “Male”.

“Ella tiene 8 años y está en tercer grado. Hace escolaridad completa, en una escuela especial, la 503, y en una común, la 138. Sus compañeros y compañeras son muy buenos con ella. Y ella es super sociable. Es la más grande del grupo en cuanto a altura y tiene mucha fuerza”, indica.

Malena, junto a "Jose".

“En la Escuela 138, sí estoy todo el tiempo con ella, aunque también tiene una MAI (NdR: maestra integradora). que es muy adorable muy profesional y su docente Lorena que es una genia. Siento admiración por su trabajo que la favorecen muchísimo a José para que pueda tener una educación feliz y que la pasé lo más lindo posible”, afirma.

Josefina, para Malena, es pura luz. “Es una niña increíble. Me ha enseñado muchísimo y el vínculo que tenemos es hermoso. ´Amo Mame´, me dice Creo que uno o dos años más deberá cambiar de auxiliar ya que nuestro vínculo es muy afectivo y quizás ya no pueda ayudarla más adelante y requiera de otra persona otra figura”, considera.

“Me encanta trabajar con ´Jose´. Ella es muy obediente conmigo es muy compañera le gusta bailar y escuchar música así que en las mañanas escuchamos música y miramos a ´Pepe Argento´ (NdR: “Casados con hijos”), que le encanta. Y bailamos zumba. Nos alistamos para ir a la escuela mientras escuchamos música”, grafica. “Me hace muy feliz ayudarla y estar con ella”, relata emocionada.

Para finalizar, Malena vuelve al principio. Expresa un deseo, donde su hermano es actor protagónico . “Quisiera volver a cuando éramos chiquitos y jugábamos juntos, que felices fuimos y no nos dimos cuenta. Un beso al cielo hermano, y cundo ya sea viejita y le toque partir voy a anhelar tanto encontrarte y abrazarte fuerte, Maty”, concluye.

Saludos y agradecimientos

“Quiero dar un cálido saludo a todas las personas que mencioné en la nota. Le quiero enviar un saludo muy enorme a mi familia de Paso de Indios, a mis padres, hermanas, mis abuelos mis tíos y primos que son quienes están siempre son de oro de fierro y nunca nos dejan solos son la familia Ortea y mi abuela Cora”, enumeró.


El equipo de Atlas.

“También quiero destacar el acompañamiento que tuve en estos años de la Feria Solidaria Trelew ellas son unas genias ayudan al otro brindan de su tiempo y el trabajo que realizan es muy lindo. Estuve con ellas aproximadamente 3 años el año pasado deje de asistir por mi trabajo, el fútbol y mis estudios pero es un lugar al que deseo volver. Ayudan a los estudiantes del interior”, ilustra.

“No me quiero despedir sin mencionar a Fernando Ortea (NdR: presidente de Atlas) y su señora Alejandra, mis tíos de parte de mi mamá, que es la presidenta del club Paso de Indios, la base de Atlas. Ellos aparte de brindarnos la posibilidad de ser parte de la Liga del valle y representar a Atlas me brindaron ayuda y abrieron las puertas de su casa cuando sentía que mi mundo se venía abajo con la perdida de mi hermano”, remata.

“En la universidad del Chubut quiero destacar que al momento de volver luego de que mi hermano falleciera, recibí mucha contención por parte de la rectora que en ese momento estaba allí. Fue muy amable muy atenta, incluso cuando nació mi bebé ella fue a visitarme; si ella Lee esta nota va a saber que hablo de ella le agradezco infinitamente”, indica.

“También estuvo la psicóloga Verónica Vila. una mujer ejemplar extraordinaria hoy no está con nosotros pero ella me ayudó muchísimo a seguir adelante”, dice.

"No me quiero olvidar de mis compañeras de equipo de fútbol y de futsal, ni tampoco del cuerpo técnico de ambos equipos. Son de fierro. Y destaco a Atlas, por entre otras cosas, realizar torneos de verano en homenaje a mi hermano", indica.

Urgente pedido

Malena hizo un pedido especial. Solicitó una ayuda para poder viajar. Muchos jugadores y jugadoras de Atlas viven en Pasos de Indios, a 340kilómetros de Trelew. "Hoy nos encantaría de corazón conseguir una movilidad se nos dificulta muchísimo viajar. Aspiramos algún día al título, a jugar una final. Queremos mostrar nuestro potencial. Hay mucho talento", enfatiza.

"Pero nuestro mayor objetivo como club es conseguir una movilidad nos urge eso , lo necesitamos muchísimo. Es todo muy a pulmón lo que estamos haciendo. Necesitamos que nos ayuden, nos escuchen", agrega.

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Malena junto a Matías, su hermano.
10 ABR 2022 - 16:17

Por Francisco Caputo / Redacción Jornada

La delantera Malena Ñanculeo convirtió uno de los siete goles de la holgada victoria por 7-1 de Atlas a La Ribera, en el torneo femenino de la Liga del Valle. Atlas es un equipo de Trelew con gran cantidad de jugadores y jugadoras de Paso de Indios, localidad enclavada en el corazón geográfico de Chubut.

En cada tanto que consigue, a “Male” le es imposible no evocar a Matías, hermano suyo que partió antes de tiempo.

Hace casi seis años, “Maty”, tal como se lo conocía, tomó una drástica decisión a los 20 años. Pese al dolor irreparable, Malena, se las ingenió para hacer encajar las piezas de un rompecabezas inenarrable.

Oriunda de Paso de Indios, vive en Trelew donde asiste de modo permanente a “Jose”, una niña que precisa asistencia cotidiana para desarrollar su vida.

“Quisiera creer que desde el lugar que está, mi hermano me ve haciendo goles o ayudando a ´Jose´. Ojalá que así sea. Era una hermosa persona, lo extraño muchísimo. Me duele en el alma que no esté”, dice una emocionada Malena.

La infancia feliz

En su pueblo de origen, Malena y Matías forjaron una relación inquebrantable. Ambos desarrollaron amor por el fútbol. “Le agradezco a Dios por prestarme a Maty porque era el mejor hermano del mundo”, sentencia. “Era escorpiano, súper enojón. Pero era también muy alegre. Amaba al fútbol, como yo. Era 5 y jugaba muy bien”, agrega conmovida la joven de 25 años.

“Nos llevábamos un año de diferencia, él era el primogénito. Antes de que llegaran mis hermanas ´Faty´y Maite, éramos solo Maty y yo . Hicimos prácticamente todo juntos hasta que le empezaron a gustar las chicas decía yo. Nos decían que de pequeños parecíamos mellizos”, describe “Male”.

“Tuvimos una hermosa infancia, jugábamos siempre juntos con los vecinos del barrio. Se me viene a la mente la vez que en Paso de Indios nevó alrededor de 1 metro y teníamos un perrito blanco. Sin darnos cuenta de las consecuencias de esa nevada nosotros éramos felices jugando”, expresa.

Las sonrisas

“En ese tiempo, no había gas en el pueblo. Con mi hermano juntábamos la leña durante el invierno para calefaccionarnos; íbamos a hacer los mandados juntos, íbamos juntos a la Primaria. Prácticamente hacíamos todo juntos; nuestros padres Patricio y Patricia nos festejaban en un solo cumpleaños a los dos”, ilustra.

“A mis 14 años, nos fuimos a estudiar con Matías a Gobernador Costa, con la idea de estar un año. Luego nos volvimos. Cuando estábamos ya en los dos últimos años de la secundaria él se fue a trabajar al Ejército en Sarmiento”, narra.

“Recuerdo un momento cuando él llego del Ejército a casa de sorpresa. Mi mamá estaba entrenando en la cancha de 11 y yo estaba en la escuela secundaria justo en el recreo. Lo veo aparecer”, remarca.“La cancha y la secundaria quedan cerquita así que lo vi. Él fue corriendo hasta donde estaban mis papas y mi mamá al verlo se lanzó a correr a abrazarlo. Me quedó con ese lindo momento”, recalca.

La trágica decisión

El destino seguía su curso. Sin descuidar el fútbol, Malena se trasladó a Trelew a estudiar Enfermería. “Hace siete años me vine”, narra. Pero en 2016, se produjo el trágico hecho.

“Tenía 19 yo. El día que supimos yo estaba trabajando en Trelew. Fue un 16 de mayo cuando me llama mi mamá diciendo esta triste noticia. Yo estaba cuidando a dos niños en ese momento y justo dormían”, enuncia, como si fuera hoy.

“Se me heló el cuerpo. No sabía que hacer. Llamé a la mamá de los niños y le pedí que por favor viniera que había pasado algo re feo”, añade.

“Me fui corriendo a dónde mi tío y él ya había recibido el llamado;la verdad estaba desorientada no caía en la realidad, no podía creerlo y no estaba en mi mente jamás que él hiciera eso”, pronuncia.

“En dos horas y media estábamos allí. Se empezaron a acercar a saludarme y yo iba lentamente entrando a la sala velatoria. Estaba desorientada y sin respuesta para quienes me saludaban estaba en shock”, resalta.

El dolor

“Una vez que entré y mí a mis padres, se me vino el mundo abajo. No podía creer lo que estaba pasando. No me sentía nada bien yo. No podía ni hablar. La verdad, no hay explicación, era algo que no se esperaba. Él tenía un niño, Mateo, una pareja”, dice.

“Lo extrañamos muchísimo. Su sonrisa era la más grande que había, no la voy a olvidar; tenía esos dientes perfectos y esa enorme nariz. Lo extrañamos horrores”, rememora.

“Maty vino un par de veces a mis sueños pero ya no ha vuelto quizás debo dejarlo descansar como han dicho”, comenta. “Pero quisiera verlo, lo único que nos quedó de él es alguna que otra ropa, su celu (sic), sus fotos, su hijito Mateo que es un ser hermoso. Y un vídeo donde se logra escuchar su voz; después todo se fue con él, parte de nuestra alma se fue con él”, afirma.

“Creo que el pueblo debiera de fijarse en los jóvenes que allí viven para brindarle ayuda, trabajo o que puedan irse a estudiar . No digo que todo está mal allí existe una asociación de padres llamada Apueys, que nos brindan ayudas y becas y eso es muy importante”, explica.

“Mi hijo me salvó”

Como soportar tamaño dolor es algo que solo puede narrarlo quien lo padece. “Cuando falleció mi hermano, decidí cambiar la carrera. Me encantaba Enfermería pero en ese tiempo iba demasiadas horas, desde las 14 hasta las 22”, rememora. “No me sentía bien estaba muy triste, no tenía ganas de nada prácticamente. Fue un golpe muy duro para nosotros la perdida de mi hermano”, sentencia.

“Ese mismo año hice un curso de acompañante terapéutica y conocí hermosas personas que me dieron muchísimo cariño y me apoyaron, como mis amigas Vanesa y Verónica que estuvieron siempre apoyándome”, indica. A la par, hallaba en el fútbol y en el futsal, otro que deporte que practica, más vías de evasión a tanta tristeza. En futsal, fue convocada a la selección de Trelew, por ejemplo. Juega en la actualidad en Fútbol Club Paso de Indios, que compite en la Liga Kiñewen.

Y en 2018, Malena comenzó a estudiar el Profesorado de Educación Especial con Orientación en Discapacidad Intelectual. “Nos anotamos con Vero en el ISFD número 801”, rememora.

Pero la pena se mantenía. Y Malena se acercaba a un punto de quiebre. Pero hace cinco conoció a su pareja actual Efraín, con quien tuvo a Tiziano, su hijo.

“Mi hijo Tiziano que llegó en el momento justo donde me salvó la vida, me dio motivos para seguir”, puntualiza. “Me levanto todas las mañanas para darle un mejor futuro; tiene 3 años, es el ser más lindo que tengo”, resalta.

“Mi pareja Efraín, el papá de mi niño es mi compañero en todo esto, me ayuda me apoya en mis proyectos; también tiene una historia muy dura en su vida el perdió a su mamá cuando era chico. Es una persona increíble, muy buena y gran compañero”, recalca.
Malena, junto a su esposo Efraín y su hijo Tiziano, en el equipo de futsal de Paso de Indios.


Esto resultó indispensable durante la pandemia de Covid 19, donde el padre de Malena estuvo grave por el citado virus. “En un futuro, me gustaría tener mi club y hacer como mi papá, que enseña a jugar a los más chicos y es el DT de Atlas y de Fútbol Club Paso de Indios. Y también me gustaría volver a hacer radio en la radio que él tiene en el pueblo, la FM 88.1”, expresa.

“Jose”

Rodeada de afecto, Malena comenzó a encontrar paz. Su nueva vocación fue clave. Antes de dar a luz a Tiziano, se encargó de cuidar a Emanuel. Posteriormente, apareció una persona que le cambió la vida: Josefina.

“Hace aproximadamente dos años una compañera me recomendó a una familia la cual me realizó una entrevista y desde el primer día me dijeron que querían que fuera yo quien acompañara su hija. Les agradezco a ellos, a Soledad y Federico. A la par, sigo estudiando el Profesorado que te dije. Estoy en cuarto año”, manifiesta con alegría.

“Mi trabajo consiste en acompañar a ´Jose´ a la escuela y brindarle los apoyos que ella necesite y ayudarla a que sea más independiente que pueda tener una buena trayectoria educativa y estar para lo que ella necesite. También soy su niñera”, narra. “Para algunas cosas, necesita mi ayuda. Pero hemos avanzado muchísmo”, añade “Male”.

“Ella tiene 8 años y está en tercer grado. Hace escolaridad completa, en una escuela especial, la 503, y en una común, la 138. Sus compañeros y compañeras son muy buenos con ella. Y ella es super sociable. Es la más grande del grupo en cuanto a altura y tiene mucha fuerza”, indica.

Malena, junto a "Jose".

“En la Escuela 138, sí estoy todo el tiempo con ella, aunque también tiene una MAI (NdR: maestra integradora). que es muy adorable muy profesional y su docente Lorena que es una genia. Siento admiración por su trabajo que la favorecen muchísimo a José para que pueda tener una educación feliz y que la pasé lo más lindo posible”, afirma.

Josefina, para Malena, es pura luz. “Es una niña increíble. Me ha enseñado muchísimo y el vínculo que tenemos es hermoso. ´Amo Mame´, me dice Creo que uno o dos años más deberá cambiar de auxiliar ya que nuestro vínculo es muy afectivo y quizás ya no pueda ayudarla más adelante y requiera de otra persona otra figura”, considera.

“Me encanta trabajar con ´Jose´. Ella es muy obediente conmigo es muy compañera le gusta bailar y escuchar música así que en las mañanas escuchamos música y miramos a ´Pepe Argento´ (NdR: “Casados con hijos”), que le encanta. Y bailamos zumba. Nos alistamos para ir a la escuela mientras escuchamos música”, grafica. “Me hace muy feliz ayudarla y estar con ella”, relata emocionada.

Para finalizar, Malena vuelve al principio. Expresa un deseo, donde su hermano es actor protagónico . “Quisiera volver a cuando éramos chiquitos y jugábamos juntos, que felices fuimos y no nos dimos cuenta. Un beso al cielo hermano, y cundo ya sea viejita y le toque partir voy a anhelar tanto encontrarte y abrazarte fuerte, Maty”, concluye.

Saludos y agradecimientos

“Quiero dar un cálido saludo a todas las personas que mencioné en la nota. Le quiero enviar un saludo muy enorme a mi familia de Paso de Indios, a mis padres, hermanas, mis abuelos mis tíos y primos que son quienes están siempre son de oro de fierro y nunca nos dejan solos son la familia Ortea y mi abuela Cora”, enumeró.


El equipo de Atlas.

“También quiero destacar el acompañamiento que tuve en estos años de la Feria Solidaria Trelew ellas son unas genias ayudan al otro brindan de su tiempo y el trabajo que realizan es muy lindo. Estuve con ellas aproximadamente 3 años el año pasado deje de asistir por mi trabajo, el fútbol y mis estudios pero es un lugar al que deseo volver. Ayudan a los estudiantes del interior”, ilustra.

“No me quiero despedir sin mencionar a Fernando Ortea (NdR: presidente de Atlas) y su señora Alejandra, mis tíos de parte de mi mamá, que es la presidenta del club Paso de Indios, la base de Atlas. Ellos aparte de brindarnos la posibilidad de ser parte de la Liga del valle y representar a Atlas me brindaron ayuda y abrieron las puertas de su casa cuando sentía que mi mundo se venía abajo con la perdida de mi hermano”, remata.

“En la universidad del Chubut quiero destacar que al momento de volver luego de que mi hermano falleciera, recibí mucha contención por parte de la rectora que en ese momento estaba allí. Fue muy amable muy atenta, incluso cuando nació mi bebé ella fue a visitarme; si ella Lee esta nota va a saber que hablo de ella le agradezco infinitamente”, indica.

“También estuvo la psicóloga Verónica Vila. una mujer ejemplar extraordinaria hoy no está con nosotros pero ella me ayudó muchísimo a seguir adelante”, dice.

"No me quiero olvidar de mis compañeras de equipo de fútbol y de futsal, ni tampoco del cuerpo técnico de ambos equipos. Son de fierro. Y destaco a Atlas, por entre otras cosas, realizar torneos de verano en homenaje a mi hermano", indica.

Urgente pedido

Malena hizo un pedido especial. Solicitó una ayuda para poder viajar. Muchos jugadores y jugadoras de Atlas viven en Pasos de Indios, a 340kilómetros de Trelew. "Hoy nos encantaría de corazón conseguir una movilidad se nos dificulta muchísimo viajar. Aspiramos algún día al título, a jugar una final. Queremos mostrar nuestro potencial. Hay mucho talento", enfatiza.

"Pero nuestro mayor objetivo como club es conseguir una movilidad nos urge eso , lo necesitamos muchísimo. Es todo muy a pulmón lo que estamos haciendo. Necesitamos que nos ayuden, nos escuchen", agrega.


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