Incendios forestales: debaten la operatividad en la cordillera del avión hidrante de Santiago del Estero

La provincia del norte es la primera en el país en adquirir un avión hidrante Boeing 737 fireliner de 15 mil litros de capacidad. El ministro santiagueño de Producción, Recursos Naturales y Tierra, Miguel Mandrille, dijo que “es importante no solo para nuestra provincia, sino también para el resto de las provincias argentinas y países vecinos que lo necesiten.

19 MAY 2022 - 18:07 | Actualizado 19 MAY 2022 - 18:17

Un incendio forestal “se comienza y se termina a pala”, es el dicho más repetido entre los brigadistas de mayor experiencia en la cordillera en referencia a que “más allá de todos los recursos y herramientas disponibles, siempre es fundamental el trabajo de los combatientes en terreno”.

Por estos días, la noticia de que Santiago del Estero es la primera provincia del país en comprar un avión hidrante Boeing 737 fireliner de 15 mil litros, puso en debate en la Patagonia la oportunidad de ser utilizado también en el combate de los fuegos que cada temporada estival castigan a nuestros bosques.

El propio ministro santiagueño de Producción, Recursos Naturales y Tierra, Miguel Mandrille, dijo que “es importante no solo para nuestra provincia, sino también para el resto de las provincias argentinas y países vecinos que lo necesiten”, al tiempo que subrayó: “Desde México al sur, no hay otra aeronave como esta. Evaluamos todos los aviones cisterna grandes y elegimos el 737 porque es el más capaz y el más rápido”.

Su tiempo estimado de entrega es de alrededor de 12 meses. La aeronave estará basada en el aeropuerto de Río Hondo, donde habrá una toma rápida de agua, pero también podrá operar en otros aeródromos como los de Quimilí y Monte Quemado.

Por la compra, se pagaron unos 15 millones de dólares a la firma Coulson Aviation (USA), que en 2017 adquirió seis Boeing 737-300 a Southwest Airlines para convertirlos en hidrantes. De igual modo, el avión está en condiciones de transportar hasta 72 pasajeros. Uno similar fue vendido a Nueva Gales del Sur (Australia), donde el Estado es el dueño pero es operado y mantenido por Coulson Aviation, filial de un grupo canadiense fundado en 1960.

Tecnologías

Sin embargo, “a pesar de todos los recursos y las nuevas tecnologías, incluso a los países más desarrollados también se les queman los bosques. En EE.UU., cuando estaba haciendo capacitaciones, trabajé en un incendio donde había 32 aviones y no se podía controlar”, reflejó días atrás Felipe Ivandic (El Bolsón), considerado ““el padre de las brigadas forestales del país”.

Advirtió enseguida que “es muy probable que en nuestra región los incendios sean cada vez peores, debido a la presión humana que hay sobre el bosque. El fuego es una herramienta y la vamos a necesitar siempre. Ahora, cómo lo manejamos, es un dilema”.

Logística

En coincidencia, acerca de la posibilidad de utilizar el mega avión hidrante en la cordillera, uno de los expertos con mayor antigüedad y experiencia en el oeste chubutense explicó que “son aeronaves muy grandes que requieren de mucha logística. En la zona, solamente el aeropuerto de San Carlos de Bariloche estaría en condiciones de brindarla. Además, otro problema sería su reabastecimiento, ya que todos los lagos tienen orientación norte/sur y los vientos corren de oeste a este”.

Agregó que “son todas condiciones a tener en cuenta al momento de su uso”, toda vez que la recarga puede concretarse durante el amerizaje mediante dos sondas retráctiles montadas tras el rediente de la quilla, operación que debe hacerse en movimiento mientras el avión navega sobre la superficie del agua a unos 60/70 nudos.

No obstante, adelantó que “habría que hacer algunas pruebas para observar su adaptabilidad a la región, teniendo en cuenta la recurrencia de cañadones profundos, laderas boscosas y altas cumbres”. Sumó que “los pilotos van a requerir mucha experiencia y horas de vuelo en el área andina para ser efectivos. Seguramente van a ser capacitados en Estados Unidos o en Canadá, pero una práctica de seis meses muchas veces no basta, el resto hay que hacerlo enfrentando un incendio de las características propias de la Patagonia”.

“Quizás las primeras temporadas se van limitar a tirar agua desde mucha altura y no sería positivo. Además, en esta región el trabajo de los aviones hidrantes siempre está condicionado por cuestiones horarias, tanto por escenarios ambientales como por la propia geografía de la montaña. Son numerosos factores a tener en cuenta. Tal vez para el norte del país tenga mayor utilidad”, recalcó.

Recarga

Otra de las cuestiones que puso en duda están referidas a la recarga de 15 mil litros de agua entre tiro y tiro: “Si no hay posibilidad de hacerlo en una superficie lacustre cercana al incendio (ya que necesitaría un amplio espacio), implica que debería retornar al aeropuerto base para utilizar un sistema de abastecimiento en tierra con el uso de bombas”.

Desde su óptica, “con solo imaginar un incendio de magnitud en Corcovado o en la Comarca Andina, se perdería un tiempo valiosísimo entre las descargas del Boeing y sería mucho más práctico seguir utilizando los pequeños aviones hidrantes air tractor de siempre, de 2500 litros y que no tardan más de 10 o 20 minutos en volver a cargar agua a su aeródromo base”.

Otro factor que puso en debate está referido “al costo de la hora de vuelo de una aeronave de esas características, que seguramente será varias veces superior a los aviones contratados en cada temporada, a los que se agrega la eficacia de los helicópteros con balde que repiten los tiros en contados minutos y además sirven para trasladar a los brigadistas hasta lugares de difícil acceso”.

Con todo, valoró que “en el caso de un fuego de proporciones, como ya nos ha pasado, todas las herramientas disponibles son valiosas. Si se puede conseguir el concurso de un Boeing, bienvenido sea. Habrá que probarlo y después evaluaremos su resultado”.

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19 MAY 2022 - 18:07

Un incendio forestal “se comienza y se termina a pala”, es el dicho más repetido entre los brigadistas de mayor experiencia en la cordillera en referencia a que “más allá de todos los recursos y herramientas disponibles, siempre es fundamental el trabajo de los combatientes en terreno”.

Por estos días, la noticia de que Santiago del Estero es la primera provincia del país en comprar un avión hidrante Boeing 737 fireliner de 15 mil litros, puso en debate en la Patagonia la oportunidad de ser utilizado también en el combate de los fuegos que cada temporada estival castigan a nuestros bosques.

El propio ministro santiagueño de Producción, Recursos Naturales y Tierra, Miguel Mandrille, dijo que “es importante no solo para nuestra provincia, sino también para el resto de las provincias argentinas y países vecinos que lo necesiten”, al tiempo que subrayó: “Desde México al sur, no hay otra aeronave como esta. Evaluamos todos los aviones cisterna grandes y elegimos el 737 porque es el más capaz y el más rápido”.

Su tiempo estimado de entrega es de alrededor de 12 meses. La aeronave estará basada en el aeropuerto de Río Hondo, donde habrá una toma rápida de agua, pero también podrá operar en otros aeródromos como los de Quimilí y Monte Quemado.

Por la compra, se pagaron unos 15 millones de dólares a la firma Coulson Aviation (USA), que en 2017 adquirió seis Boeing 737-300 a Southwest Airlines para convertirlos en hidrantes. De igual modo, el avión está en condiciones de transportar hasta 72 pasajeros. Uno similar fue vendido a Nueva Gales del Sur (Australia), donde el Estado es el dueño pero es operado y mantenido por Coulson Aviation, filial de un grupo canadiense fundado en 1960.

Tecnologías

Sin embargo, “a pesar de todos los recursos y las nuevas tecnologías, incluso a los países más desarrollados también se les queman los bosques. En EE.UU., cuando estaba haciendo capacitaciones, trabajé en un incendio donde había 32 aviones y no se podía controlar”, reflejó días atrás Felipe Ivandic (El Bolsón), considerado ““el padre de las brigadas forestales del país”.

Advirtió enseguida que “es muy probable que en nuestra región los incendios sean cada vez peores, debido a la presión humana que hay sobre el bosque. El fuego es una herramienta y la vamos a necesitar siempre. Ahora, cómo lo manejamos, es un dilema”.

Logística

En coincidencia, acerca de la posibilidad de utilizar el mega avión hidrante en la cordillera, uno de los expertos con mayor antigüedad y experiencia en el oeste chubutense explicó que “son aeronaves muy grandes que requieren de mucha logística. En la zona, solamente el aeropuerto de San Carlos de Bariloche estaría en condiciones de brindarla. Además, otro problema sería su reabastecimiento, ya que todos los lagos tienen orientación norte/sur y los vientos corren de oeste a este”.

Agregó que “son todas condiciones a tener en cuenta al momento de su uso”, toda vez que la recarga puede concretarse durante el amerizaje mediante dos sondas retráctiles montadas tras el rediente de la quilla, operación que debe hacerse en movimiento mientras el avión navega sobre la superficie del agua a unos 60/70 nudos.

No obstante, adelantó que “habría que hacer algunas pruebas para observar su adaptabilidad a la región, teniendo en cuenta la recurrencia de cañadones profundos, laderas boscosas y altas cumbres”. Sumó que “los pilotos van a requerir mucha experiencia y horas de vuelo en el área andina para ser efectivos. Seguramente van a ser capacitados en Estados Unidos o en Canadá, pero una práctica de seis meses muchas veces no basta, el resto hay que hacerlo enfrentando un incendio de las características propias de la Patagonia”.

“Quizás las primeras temporadas se van limitar a tirar agua desde mucha altura y no sería positivo. Además, en esta región el trabajo de los aviones hidrantes siempre está condicionado por cuestiones horarias, tanto por escenarios ambientales como por la propia geografía de la montaña. Son numerosos factores a tener en cuenta. Tal vez para el norte del país tenga mayor utilidad”, recalcó.

Recarga

Otra de las cuestiones que puso en duda están referidas a la recarga de 15 mil litros de agua entre tiro y tiro: “Si no hay posibilidad de hacerlo en una superficie lacustre cercana al incendio (ya que necesitaría un amplio espacio), implica que debería retornar al aeropuerto base para utilizar un sistema de abastecimiento en tierra con el uso de bombas”.

Desde su óptica, “con solo imaginar un incendio de magnitud en Corcovado o en la Comarca Andina, se perdería un tiempo valiosísimo entre las descargas del Boeing y sería mucho más práctico seguir utilizando los pequeños aviones hidrantes air tractor de siempre, de 2500 litros y que no tardan más de 10 o 20 minutos en volver a cargar agua a su aeródromo base”.

Otro factor que puso en debate está referido “al costo de la hora de vuelo de una aeronave de esas características, que seguramente será varias veces superior a los aviones contratados en cada temporada, a los que se agrega la eficacia de los helicópteros con balde que repiten los tiros en contados minutos y además sirven para trasladar a los brigadistas hasta lugares de difícil acceso”.

Con todo, valoró que “en el caso de un fuego de proporciones, como ya nos ha pasado, todas las herramientas disponibles son valiosas. Si se puede conseguir el concurso de un Boeing, bienvenido sea. Habrá que probarlo y después evaluaremos su resultado”.


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