"Tardamos 50 años en llegar acá, pero no nos rendimos nunca"

En el segundo día del juicio al exmarino Roberto Guillermo Bravo que se desarrolla en Miami, Eduardo Capello, sobrino de uno de los fusilados en Trelew en 1972, dio testimonio al borde de las lágrimas.

Eduardo Cappello deja la corte federal en Miami. (Foto: AP)
28 JUN 2022 - 18:13 | Actualizado 28 JUN 2022 - 18:24

Eduardo Capello se veía emocionado, con el rostro enrojecido y al borde de las lágrimas. Estaba sentado en una sala de la corte frente a Roberto Guillermo Bravo, un exmarino argentino al que ha demandado por su presunto papel en el fusilamiento de su tío y de un grupo de prisioneros políticos en una base militar de la Patagonia argentina en los años 70.

Con la voz por momentos entrecortada, Capello trató de explicar por qué a casi 50 años de la llamada “Masacre de Trelew” él y otros tres familiares de las 19 víctimas aún buscan que Bravo, el único de los acusados que aún no enfrentó a la justicia en su país, sea declarado responsable por los daños que provocó su presunto accionar en la matanza extrajudicial.

“Decididamente el asesinato de mi tío marcó un antes y un después en mi familia”, expresó Capello, que lleva el mismo nombre de su tío. “La muerte de Eduardo fue el inicio de una serie de tragedias que incluyeron la desaparición de mi padre, mi madre y mi hermano”, reportó la agencia de noticias The Associated Press (AP).

Capello dio testimonio durante el segundo día del juicio de una semana que enfrenta Bravo en Miami frente a un jurado de siete miembros que deberá revelar su veredicto al final del proceso. Bravo vive en Estados Unidos desde 1973 y es ciudadano estadounidense desde 1987. No ha podido enfrentar a la justicia argentina porque las leyes de su país impiden el enjuiciamiento en ausencia.

Bravo estaba sentado junto a sus abogados al frente, en diagonal a Capello. Lucía serio, pero tranquilo. Estaba vestido con traje gris claro, camina a rayas celestes y blancas y su cabello completamente blanco recogido en una pequeña cola de caballo.

La demanda civil fue presentada en Miami en octubre de 2020 y busca una recompensa monetaria. De acuerdo con la querella, el exmarino y otros militares “dispararon y mataron a 16 prisioneros políticos desarmados e hirieron de gravedad a otros tres” que luego desaparecieron y participaron en torturas y ejecuciones extrajudiciales que violaron leyes internacionales y de Estados Unidos.

Los cuatro demandantes son Capello, Raquel Camps, Alicia Krueguer y Marcela Santucho, todos familiares de víctimas de Trelew.

Es la primera vez que Bravo y los demandantes se encuentran cara a cara y la primera vez que el exmilitar tendrá que declarar públicamente bajo juramento. El exmarino asegura que actuó en defensa propia, que se trató de un tiroteo entre oficiales y presos, y que la justicia argentina lo declaró inocente y fue absuelto de los delitos de los que se lo acusa por leyes de amnistía. Otros tres acusados fueron condenados a prisión perpetua en Argentina en un juicio desarrollado en 2012 en Chubut: Luis Sosa, Emilio Del Real y Carlos Marandino.

"Lo que le diría a mi tío sería 'que tardamos 50 años en llegar acá, que no nos rendimos nunca y que estoy seguro de que después de este proceso el mundo será más justo'0”, dijo Cappello casi al final de su testimonio.

Fuente y foto: AP

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Eduardo Cappello deja la corte federal en Miami. (Foto: AP)
28 JUN 2022 - 18:13

Eduardo Capello se veía emocionado, con el rostro enrojecido y al borde de las lágrimas. Estaba sentado en una sala de la corte frente a Roberto Guillermo Bravo, un exmarino argentino al que ha demandado por su presunto papel en el fusilamiento de su tío y de un grupo de prisioneros políticos en una base militar de la Patagonia argentina en los años 70.

Con la voz por momentos entrecortada, Capello trató de explicar por qué a casi 50 años de la llamada “Masacre de Trelew” él y otros tres familiares de las 19 víctimas aún buscan que Bravo, el único de los acusados que aún no enfrentó a la justicia en su país, sea declarado responsable por los daños que provocó su presunto accionar en la matanza extrajudicial.

“Decididamente el asesinato de mi tío marcó un antes y un después en mi familia”, expresó Capello, que lleva el mismo nombre de su tío. “La muerte de Eduardo fue el inicio de una serie de tragedias que incluyeron la desaparición de mi padre, mi madre y mi hermano”, reportó la agencia de noticias The Associated Press (AP).

Capello dio testimonio durante el segundo día del juicio de una semana que enfrenta Bravo en Miami frente a un jurado de siete miembros que deberá revelar su veredicto al final del proceso. Bravo vive en Estados Unidos desde 1973 y es ciudadano estadounidense desde 1987. No ha podido enfrentar a la justicia argentina porque las leyes de su país impiden el enjuiciamiento en ausencia.

Bravo estaba sentado junto a sus abogados al frente, en diagonal a Capello. Lucía serio, pero tranquilo. Estaba vestido con traje gris claro, camina a rayas celestes y blancas y su cabello completamente blanco recogido en una pequeña cola de caballo.

La demanda civil fue presentada en Miami en octubre de 2020 y busca una recompensa monetaria. De acuerdo con la querella, el exmarino y otros militares “dispararon y mataron a 16 prisioneros políticos desarmados e hirieron de gravedad a otros tres” que luego desaparecieron y participaron en torturas y ejecuciones extrajudiciales que violaron leyes internacionales y de Estados Unidos.

Los cuatro demandantes son Capello, Raquel Camps, Alicia Krueguer y Marcela Santucho, todos familiares de víctimas de Trelew.

Es la primera vez que Bravo y los demandantes se encuentran cara a cara y la primera vez que el exmilitar tendrá que declarar públicamente bajo juramento. El exmarino asegura que actuó en defensa propia, que se trató de un tiroteo entre oficiales y presos, y que la justicia argentina lo declaró inocente y fue absuelto de los delitos de los que se lo acusa por leyes de amnistía. Otros tres acusados fueron condenados a prisión perpetua en Argentina en un juicio desarrollado en 2012 en Chubut: Luis Sosa, Emilio Del Real y Carlos Marandino.

"Lo que le diría a mi tío sería 'que tardamos 50 años en llegar acá, que no nos rendimos nunca y que estoy seguro de que después de este proceso el mundo será más justo'0”, dijo Cappello casi al final de su testimonio.

Fuente y foto: AP


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