La increíble historia del marinero que asesinó a una joven y después anticipó su propia muerte

Jesús Citino era adicto a las drogas. El jueves se unió a Rocío Trigo de 22 años para consumir. La mató a golpes y después llamó a un amigo: “Me mandé una macana y voy a matarme”. Y cumplió horas después. El hecho conmocionó una vez más a la ciudad santacruceña. que cuenta con antecedentes.

Rocío Belén Trigo. Tenía 22 años. Aparació boca abajo en su vivienda.
13 AGO 2022 - 21:04 | Actualizado 13 AGO 2022 - 21:06

Por Carlos Guajardo

Jesús Citino era marinero. Tenía 32 años. Era oriundo de Corrientes pero estaba en Puerto Deseado. Alli había formado pareja y tenía una hija de 10 años. Pero tenía un problema que nunca pudo resolver: su adicción a las drogas. Muchas veces pidió ayuda. Pero nunca pudo salir. El jueves se juntó en un departamento de esa ciudad de la costa de Santa Cruz con Rocío Trigo, una joven de 21 años. No está claro si era también pareja o si simplemente se juntaron para consumir. Lo cierto es que aparentemente a las 2 de la mañana del jueves le dio golpes en todo el cuerpo. Tan fuertes que le quitaron la vida. Y tan fuertes que le dejaron a Jesús marcas en sus nudillos.

Inmediatamente, llamó a un amigo: “Me mandé una macana. Y me voy a matar”, le dijo. Después aparentemente habría salido del departamento para pedir ayuda. Pero nadie lo escuchó. Y alrededor del mediodía se quitó la vida ahorcándose con la cortina del baño. Cumplió con lo que había dicho. Cuando el amigo llegó al lugar era demasiado tarde. Ya casi la medianoche del mismo jueves. Y se encontró con un cuadro macabro: su amigo en el baño y la chica, boca abajo en la cama. Ambos sin vida. Avisó a la policía y entonces comenzó a conocerse esta tremenda historia que conmovió a toda la ciudad.

Según cuentan quienes lo conocían, Jesús era un hombre muy cariñoso. Con su hija era un padre totalmente presente, según contó gente de su entorno. Aún con su problema de adicción, sobre todo a la cocaína. Siempre pidió ayuda. Pero nunca pudo salir.

Rocío Belén Trigo también consumía. Incluso, algunos contaron que también lo hacían en su familia, sus entornos más cercanos. En octubre iba a cumplir los 22 años. Trabajaba en una empresa constructora que le hacía trabajos a la minera Cerro Moro, cercana a Puerto Deseado. Era una chica que siempre estaba sonriente y nadie pudo explicar cuál era su relación con Jesús. Si era su amante o si simplemente se juntaban para consumir. El jueves pasado, Jesús no se embarcó y quedaron en verse con Rocío en un departamento cercano a la costanera de Puerto Deseado. Y allí fue donde todo se desencadenó. La justicia calificó el hecho como “femicidio seguido de suicidio”. La causa está en manos del juez Oldemar Villa. Los médicos que revisaron los cuerpos determinaron que Trigo estaba recostada boca abajo sobre una cama y tenía lesiones producidas por golpes en rostro y cuerpo, y que el hombre estaba colgado con una cortina del baño que estaba sujetada a la puerta de ese sector de la casa.

Todo lo demás todavía permanece en la nebulosa. Aún la relación entre ambos protagonistas de esta verdadera tragedia. “El era muy bueno cuando estaba sin drogarse. Pero cuando lo hacía “se perdía”. No se sabe si para estar con Rocío o simplemente para drogarse. Su trabajo en la empresa pesquera era temporario. Incluso cuando se la consultó, la empresa hasta negó que Jesús haya trabajado allí. Todo muy confuso”, dijeron fuentes ligadas al caso. Los cuerpos iban a ser entregados a las familias el viernes por la noche. Y el velatorio iba a ser acotado, sólo para los familiares. Una nueva historia de dolor y muerte en Puerto Deseado.#

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Rocío Belén Trigo. Tenía 22 años. Aparació boca abajo en su vivienda.
13 AGO 2022 - 21:04

Por Carlos Guajardo

Jesús Citino era marinero. Tenía 32 años. Era oriundo de Corrientes pero estaba en Puerto Deseado. Alli había formado pareja y tenía una hija de 10 años. Pero tenía un problema que nunca pudo resolver: su adicción a las drogas. Muchas veces pidió ayuda. Pero nunca pudo salir. El jueves se juntó en un departamento de esa ciudad de la costa de Santa Cruz con Rocío Trigo, una joven de 21 años. No está claro si era también pareja o si simplemente se juntaron para consumir. Lo cierto es que aparentemente a las 2 de la mañana del jueves le dio golpes en todo el cuerpo. Tan fuertes que le quitaron la vida. Y tan fuertes que le dejaron a Jesús marcas en sus nudillos.

Inmediatamente, llamó a un amigo: “Me mandé una macana. Y me voy a matar”, le dijo. Después aparentemente habría salido del departamento para pedir ayuda. Pero nadie lo escuchó. Y alrededor del mediodía se quitó la vida ahorcándose con la cortina del baño. Cumplió con lo que había dicho. Cuando el amigo llegó al lugar era demasiado tarde. Ya casi la medianoche del mismo jueves. Y se encontró con un cuadro macabro: su amigo en el baño y la chica, boca abajo en la cama. Ambos sin vida. Avisó a la policía y entonces comenzó a conocerse esta tremenda historia que conmovió a toda la ciudad.

Según cuentan quienes lo conocían, Jesús era un hombre muy cariñoso. Con su hija era un padre totalmente presente, según contó gente de su entorno. Aún con su problema de adicción, sobre todo a la cocaína. Siempre pidió ayuda. Pero nunca pudo salir.

Rocío Belén Trigo también consumía. Incluso, algunos contaron que también lo hacían en su familia, sus entornos más cercanos. En octubre iba a cumplir los 22 años. Trabajaba en una empresa constructora que le hacía trabajos a la minera Cerro Moro, cercana a Puerto Deseado. Era una chica que siempre estaba sonriente y nadie pudo explicar cuál era su relación con Jesús. Si era su amante o si simplemente se juntaban para consumir. El jueves pasado, Jesús no se embarcó y quedaron en verse con Rocío en un departamento cercano a la costanera de Puerto Deseado. Y allí fue donde todo se desencadenó. La justicia calificó el hecho como “femicidio seguido de suicidio”. La causa está en manos del juez Oldemar Villa. Los médicos que revisaron los cuerpos determinaron que Trigo estaba recostada boca abajo sobre una cama y tenía lesiones producidas por golpes en rostro y cuerpo, y que el hombre estaba colgado con una cortina del baño que estaba sujetada a la puerta de ese sector de la casa.

Todo lo demás todavía permanece en la nebulosa. Aún la relación entre ambos protagonistas de esta verdadera tragedia. “El era muy bueno cuando estaba sin drogarse. Pero cuando lo hacía “se perdía”. No se sabe si para estar con Rocío o simplemente para drogarse. Su trabajo en la empresa pesquera era temporario. Incluso cuando se la consultó, la empresa hasta negó que Jesús haya trabajado allí. Todo muy confuso”, dijeron fuentes ligadas al caso. Los cuerpos iban a ser entregados a las familias el viernes por la noche. Y el velatorio iba a ser acotado, sólo para los familiares. Una nueva historia de dolor y muerte en Puerto Deseado.#


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