La clave del día / Un loco suelto llamado odio

02 SEP 2022 - 21:09 | Actualizado 02 SEP 2022 - 21:11

Todo tipo de emociones suscitó el atentado perpetrado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En el remolino de desconcierto y efervescencia lo cierto es que lo sucedido en la noche del jueves no dejó a nadie indiferente sea cual fuere su pensamiento político. Tampoco nadie quedó enmudecido, porque en estos tiempos de premura expresiva pocos resistieron la tentación de hacer pública su opinión o su versión del hecho frente a este episodio sin precedentes en la historia reciente de nuestra democracia.

Los discursos antagónicos siguen ampliando la grieta, más lo hacen cuando entra en peligro la vida de un destacado exponente político, y lo que queda en juego en este escenario lamentable es la integridad misma de nuestro país que parece desangrarse siempre por la misma herida.

En las ciudades grandes de Chubut mucha gente se manifestó en las calles en apoyo a Cristina. La convocatoria fue una réplica de lo comunicado por el presidente Alberto Fernández. El mensaje fue por la paz, la tolerancia y a favor de la democracia, pero en simultáneo hubo señalamientos claros a la oposición, a la justicia y a los medios hegemónicos.

Quien empuñó el arma y apretó el gatillo fue quizás el menos condenado por una sociedad empeñada en buscar culpables. El único “loco suelto” es el odio. La bala no salió, pero lo que podría haber sido sólo nos hubiera sumido en un caos peor. Si algo nos ha enseñado nuestra historia –y bien que debiéramos aprender de ella– es que las balas y la muerte sólo traen más dolor. A ese pasado ya le hemos dicho “Nunca más”. La violencia no puede ser jamás la solución de nada. #

02 SEP 2022 - 21:09

Todo tipo de emociones suscitó el atentado perpetrado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En el remolino de desconcierto y efervescencia lo cierto es que lo sucedido en la noche del jueves no dejó a nadie indiferente sea cual fuere su pensamiento político. Tampoco nadie quedó enmudecido, porque en estos tiempos de premura expresiva pocos resistieron la tentación de hacer pública su opinión o su versión del hecho frente a este episodio sin precedentes en la historia reciente de nuestra democracia.

Los discursos antagónicos siguen ampliando la grieta, más lo hacen cuando entra en peligro la vida de un destacado exponente político, y lo que queda en juego en este escenario lamentable es la integridad misma de nuestro país que parece desangrarse siempre por la misma herida.

En las ciudades grandes de Chubut mucha gente se manifestó en las calles en apoyo a Cristina. La convocatoria fue una réplica de lo comunicado por el presidente Alberto Fernández. El mensaje fue por la paz, la tolerancia y a favor de la democracia, pero en simultáneo hubo señalamientos claros a la oposición, a la justicia y a los medios hegemónicos.

Quien empuñó el arma y apretó el gatillo fue quizás el menos condenado por una sociedad empeñada en buscar culpables. El único “loco suelto” es el odio. La bala no salió, pero lo que podría haber sido sólo nos hubiera sumido en un caos peor. Si algo nos ha enseñado nuestra historia –y bien que debiéramos aprender de ella– es que las balas y la muerte sólo traen más dolor. A ese pasado ya le hemos dicho “Nunca más”. La violencia no puede ser jamás la solución de nada. #


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