La historia del jardinero que ganó 3 millones de pesos en el casino y los cobró 10 años después

Es de Resistencia. Su caso puede ayudar el albañil de Santa Cruz que obtuvo 100 millones en una maquinita y no se lo quieren pagar porque le dijeron que “funcionaba mal”.

Hipólito Rios, el jardinero chaqueño junto a sus asesores letrados.
24 SEP 2022 - 20:03 | Actualizado 24 SEP 2022 - 20:08

Por Carlos Guajardo

Era un caluroso carnaval chaqueño. Había pasado la mitad del mes de febrero de 2012 y había calor y color de fiesta. En las casas, en las calles. No iba a ser un verano más para Hipólito Ríos quien terminó su trabajo cotidiano y decidió ir al centro de Resistencia con su esposa a probar suerte en el casino. Se dedica a la jardinería desde hace más de 40 años y todos los dolores que acumula en los últimos tiempos se los debe a esa profesión que abrazó como si se tratara de un título logrado en alguna universidad. Se puso a jugar en una maquinita del ingreso del “Casino Gala”. Una, dos, tres fichas para despuntar un poco el vicio. Pero de pronto lo inesperado. Un número interminable, ruidos, luces frente a los ojos incrédulos del hombre. Había ganado 72.351.805 créditos lo que equivalía a un premio de 3.617.590 pesos. Si, más de 3 millones de pesos en una época en la que el dólar superaba los tres pesos. Es decir: Hipólito Ríos había ganado algo asi como un millón de los “verdes”. Una fortuna. En 2012, ahora y siempre.

Pero a los pocos minutos llegó la sorpresa. Al igual que le ocurre al albañil de Luis Piedrabuena: el casino no le reconoció el premio y le dijeron que se trató de una “falla informática”. Y que esa maquinita estaba preparada solo para dar premios de hasta 50 mil pesos. No parecía que fuera asi. Comenzó entonces un derrotero judicial que terminó hace pocos meses. Es decir, más de 10 años después. El casino tuvo que pagarle (con montos actualizados) porque tuvo tres fallos en contra, en primera y segunda instancia y hasta en su recurso en el Superior Tribunal de Justicia. Por fin Hipólito, un simple y esforzado jardinero recibió lo que le correspondía porque asi lo decidió la justicia.

El hombre tiene ahora 67 años y muchos dolores a cuestas. En una charla con Jornada desde su Chaco natal recordó aquel momento: “Siempre fui jardinero. Toda mi vida. Aquella noche terminé cansado pero quise ir con mi esposa al casino a jugar unos pesitos. Estuve un rato en la maquinita hasta que pasó lo que pasó. Había ganado 3 millones de pesos pero enseguida se negaron a pagarlo. Recurrí a Lotería Chaqueña y a la justicia. Recién ahora me dieron la razón. Pero ya pasaron 10 años. Es mucho tiempo y evidentemente no soy el mismo”.

Y es verdad, no es el mismo: Hipólito Ríos tiene problemas en una de sus rodillas. Debe operarse cuanto antes. Además, sus ojos ya no son los de antes desde que un trozo de barro lo salpicó mientras trabajaba y le ingresó una bacteria. “Igual puedo ver bien”. Hace cinco meses, sufrió una neumonía bilateral (por un jarabe que le recetaron equivocadamente ya que es alérgico a la penicilina) por lo cual estuvo internado en terapia intensiva en un sanatorio donde había, al menos, 7 internados por Covid. “La pasé mal, pero “arriba” no me quisieron”. Salió caminando de la clínica, aunque no le fue igual al médico que lo atendió: al poco tiempo, falleció a causa del Coronavirus.

Recuerda que apenas ganó su esposa le sacó una foto a la máquina que después sirvió como prueba. Una foto con el celular de entonces que, por lo tanto, no tiene la misma calidad y claridad que las de hoy. Además, como la fiscalía tardó dos días en ir al casino para secuestrar la máquina, después de ganar le dio unos pesos a un hombre para que se quedara cuidándola. Y al otro día se quedó él mismo. Firme, frente a la maquinita porque alli estaba su futuro.

Enseguida comenzaron a llegar abogados ofreciendo sus servicios. Eligió uno, pero eligió mal. “Resultó ser un compañero de estudios del abogado del casino”, le confesó a Jornada. Hasta que llegaron del estudio “Legalnea”, de los doctores Eduardo Pablo Gleizes y José María González. “Ellos son buena gente, se portaron muy bien conmigo. Hicieron un gran trabajo y por eso pudimos ganar”, le dijo Hipólito a Jornada.

Arreglar el techo

El hombre que vive en el barrio Don Bosco, un humilde sector de Resistencia con calles de tierra, ya cobró parte del dinero. “Hipólito es un hombre muy humilde. Una vez en una audiencia le pidió al juez que por favor le paguen algo de plata porque quería arreglar el techo de la casa. Es que tenía muchas goteras”, contó el abogado Gleizes. El casino le ofreció en un momento un acuerdo pero que incluía un pacto de “confidencialidad” con la intención que no quede como un precedente. No lo aceptaron.

Por eso, el caso puede servirle y de mucho a Antonio Miranda, el albañil de Piedrabuena, en Santa Cruz que a principios de julio ganó cien millones de pesos en una maquinita del casino de Río Gallegos y no se lo quieren pagar. El casino adujo que “la máquina tuvo una falla”. Ahora comenzó también en este caso, una pelea legal. “Tal vez lo que pasó en Chaco nos ayude. Es un buen antecedente para nosotros. Veremos”, le dijo a Jornada Gustavo Insaurralde, abogado de Miranda. En tanto, el hombre sufrió consecuencias en su salud: se volvió hipertenso y aún no puede volver a trabajar.

En tanto, y ya con parte del dinero en su bolsillo, el hombre que lleva a su Chaco en el corazón comenzó a arreglar su casa. Es su principal objetivo. Aún con sus problemas de salud, Hipólito Ríos sigue atendiendo jardines de personas en buena posición económica que lo han bancado durante más de 40 años. “No puedo dejarlos, siempre me dieron trabajo. Pero ahora estoy enfocado en arreglar mi casa. Ya compré hierro, chapas, arena y cemento. Y también un inodoro porque el que teníamos ya estaba un poquito viejo”. #

Hipólito Rios, el jardinero chaqueño junto a sus asesores letrados.
24 SEP 2022 - 20:03

Por Carlos Guajardo

Era un caluroso carnaval chaqueño. Había pasado la mitad del mes de febrero de 2012 y había calor y color de fiesta. En las casas, en las calles. No iba a ser un verano más para Hipólito Ríos quien terminó su trabajo cotidiano y decidió ir al centro de Resistencia con su esposa a probar suerte en el casino. Se dedica a la jardinería desde hace más de 40 años y todos los dolores que acumula en los últimos tiempos se los debe a esa profesión que abrazó como si se tratara de un título logrado en alguna universidad. Se puso a jugar en una maquinita del ingreso del “Casino Gala”. Una, dos, tres fichas para despuntar un poco el vicio. Pero de pronto lo inesperado. Un número interminable, ruidos, luces frente a los ojos incrédulos del hombre. Había ganado 72.351.805 créditos lo que equivalía a un premio de 3.617.590 pesos. Si, más de 3 millones de pesos en una época en la que el dólar superaba los tres pesos. Es decir: Hipólito Ríos había ganado algo asi como un millón de los “verdes”. Una fortuna. En 2012, ahora y siempre.

Pero a los pocos minutos llegó la sorpresa. Al igual que le ocurre al albañil de Luis Piedrabuena: el casino no le reconoció el premio y le dijeron que se trató de una “falla informática”. Y que esa maquinita estaba preparada solo para dar premios de hasta 50 mil pesos. No parecía que fuera asi. Comenzó entonces un derrotero judicial que terminó hace pocos meses. Es decir, más de 10 años después. El casino tuvo que pagarle (con montos actualizados) porque tuvo tres fallos en contra, en primera y segunda instancia y hasta en su recurso en el Superior Tribunal de Justicia. Por fin Hipólito, un simple y esforzado jardinero recibió lo que le correspondía porque asi lo decidió la justicia.

El hombre tiene ahora 67 años y muchos dolores a cuestas. En una charla con Jornada desde su Chaco natal recordó aquel momento: “Siempre fui jardinero. Toda mi vida. Aquella noche terminé cansado pero quise ir con mi esposa al casino a jugar unos pesitos. Estuve un rato en la maquinita hasta que pasó lo que pasó. Había ganado 3 millones de pesos pero enseguida se negaron a pagarlo. Recurrí a Lotería Chaqueña y a la justicia. Recién ahora me dieron la razón. Pero ya pasaron 10 años. Es mucho tiempo y evidentemente no soy el mismo”.

Y es verdad, no es el mismo: Hipólito Ríos tiene problemas en una de sus rodillas. Debe operarse cuanto antes. Además, sus ojos ya no son los de antes desde que un trozo de barro lo salpicó mientras trabajaba y le ingresó una bacteria. “Igual puedo ver bien”. Hace cinco meses, sufrió una neumonía bilateral (por un jarabe que le recetaron equivocadamente ya que es alérgico a la penicilina) por lo cual estuvo internado en terapia intensiva en un sanatorio donde había, al menos, 7 internados por Covid. “La pasé mal, pero “arriba” no me quisieron”. Salió caminando de la clínica, aunque no le fue igual al médico que lo atendió: al poco tiempo, falleció a causa del Coronavirus.

Recuerda que apenas ganó su esposa le sacó una foto a la máquina que después sirvió como prueba. Una foto con el celular de entonces que, por lo tanto, no tiene la misma calidad y claridad que las de hoy. Además, como la fiscalía tardó dos días en ir al casino para secuestrar la máquina, después de ganar le dio unos pesos a un hombre para que se quedara cuidándola. Y al otro día se quedó él mismo. Firme, frente a la maquinita porque alli estaba su futuro.

Enseguida comenzaron a llegar abogados ofreciendo sus servicios. Eligió uno, pero eligió mal. “Resultó ser un compañero de estudios del abogado del casino”, le confesó a Jornada. Hasta que llegaron del estudio “Legalnea”, de los doctores Eduardo Pablo Gleizes y José María González. “Ellos son buena gente, se portaron muy bien conmigo. Hicieron un gran trabajo y por eso pudimos ganar”, le dijo Hipólito a Jornada.

Arreglar el techo

El hombre que vive en el barrio Don Bosco, un humilde sector de Resistencia con calles de tierra, ya cobró parte del dinero. “Hipólito es un hombre muy humilde. Una vez en una audiencia le pidió al juez que por favor le paguen algo de plata porque quería arreglar el techo de la casa. Es que tenía muchas goteras”, contó el abogado Gleizes. El casino le ofreció en un momento un acuerdo pero que incluía un pacto de “confidencialidad” con la intención que no quede como un precedente. No lo aceptaron.

Por eso, el caso puede servirle y de mucho a Antonio Miranda, el albañil de Piedrabuena, en Santa Cruz que a principios de julio ganó cien millones de pesos en una maquinita del casino de Río Gallegos y no se lo quieren pagar. El casino adujo que “la máquina tuvo una falla”. Ahora comenzó también en este caso, una pelea legal. “Tal vez lo que pasó en Chaco nos ayude. Es un buen antecedente para nosotros. Veremos”, le dijo a Jornada Gustavo Insaurralde, abogado de Miranda. En tanto, el hombre sufrió consecuencias en su salud: se volvió hipertenso y aún no puede volver a trabajar.

En tanto, y ya con parte del dinero en su bolsillo, el hombre que lleva a su Chaco en el corazón comenzó a arreglar su casa. Es su principal objetivo. Aún con sus problemas de salud, Hipólito Ríos sigue atendiendo jardines de personas en buena posición económica que lo han bancado durante más de 40 años. “No puedo dejarlos, siempre me dieron trabajo. Pero ahora estoy enfocado en arreglar mi casa. Ya compré hierro, chapas, arena y cemento. Y también un inodoro porque el que teníamos ya estaba un poquito viejo”. #


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