“Me costó mucho reintegrarme a la sociedad, pero pude hacerlo"

Fabián Zaldivia tiene un fuerte pasado en la delincuencia. “A los 17 años ya tenía más de 50 causas acumuladas”. Logró reinsertarse gracias a la Iglesia y da su ejemplo para que los más jóvenes elijan el camino del estudio.

Dar la cara. Fabián tuvo una adolescencia compleja pero superó todo.
25 SEP 2022 - 19:45 | Actualizado 26 SEP 2022 - 18:25

Sin pelos en la lengua, Fabián Zaldivia recordó su pasado como delincuente juvenil que logró salir de ese círculo vicioso. “Me costó mucho reintegrarme a la sociedad, pero pude hacerlo. Hoy voy a la iglesia evangélica, hago changas de albañilería. Mi vida es del trabajo a la casa con mi pareja y mis tres hijos y de ahí a la iglesia. Mi pareja trabaja hoy en el COSE”.

“Conocí a Dios estando encerrado en el COSE –recordó en Cadena Tiempo-. Cuando era adolescente, tenía a mis amigos, tomaba, me drogaba, tenía problemas con la Policía y nunca nadie me ponía un freno. Mis padres me aconsejaron y nunca me mandaron a hacer nada malo. En casa éramos 10 hermanos, mi papá trabajaba de albañil y mi mamá se encargaba de nosotros, siempre tratando de darnos lo mejor. Mis dos hermanos mayores estuvieron en el COSE. Aunque tenía la contención de mi mamá, la decisión de salir a robar la toma uno por su cuenta”.

Datos

Con 17 años fue preso por un homicidio en una riña. “Pero hasta ese momento ya tenía más de 50 causas acumuladas por robo, amenaza de muerte, todo lo que uno se puede imaginar”.

Su primer delito fue un robo con un amigo. A los 12 ya empuñaba armas. “Hay gente que tiene todo y delinque, yo cuando robaba lo hacía para ayudar a mi mamá para que se le hagan más fáciles las cosas. La mayoría de las veces actué sin hacer daño a los demás. Iba con nervios por el miedo de caer preso. Mi papá no estaba nunca en la casa y cuando quiso poner un freno a mí y mis hermanos ya era demasiado tarde. Yo a los 12 años me manejaba como una persona de 18. Me sentía mal porque sabía que le iba a sacar algo a alguien. Después de robarle me arrepentía”.

Según Zaldivia, “encontraba la felicidad en la calle y los boliches, con la droga y el alcohol. Lideraba una banda, un grupo de amigos donde el que más resaltaba era yo. Hoy la mayoría están presos o muertos. A mí me salvó la iglesia”.

“Cuando salí del COSE después de dos años nadie hizo nada para contenerme, no hicieron ningún tipo de seguimiento cuando estaba en libertad, por eso muchos chicos salen y entran de la cárcel. Estuve tres meses afuera del COSE y volví a caer preso por un robo con arma, con la diferencia de que ahí ya tenía 19 años”.

“Vivís o morís”

Terminó en la Alcaidía. “Ahí adentro vivís o morís. Vi peleas y maltrato de la Policía, asimismo cuando estás con salidas transitorias te empiezan a buscar para que te mandes una cagada y te quedes adentro. Cuando salís de la Alcaidía o el IPP te creés Superman”.

Hace 12 años que no delinque. “Tener un hijo le puso un freno a esa vida que llevaba. Mi hijo sabe lo que hice. Le digo que no haga la misma vida, le aconsejo que estudie”.

“El barrio Moreira 3, donde vivo, es un lugar olvidado por la política hasta que hay elecciones. Andan muchos chicos en la calle, los fines de semana los ves en la puerta de la escuela tomando y drogándose”, graficó además Zaldivia.

“A los jóvenes les diría que no cometan errores por querer ser más que el otro. A las instituciones les diría que la persona que sale de la cárcel debe ser acompañada. A la Policía no sé que decirle, la pasé muy mal con ellos. Antes eran más bravos que ahora”, concluyó.#

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Dar la cara. Fabián tuvo una adolescencia compleja pero superó todo.
25 SEP 2022 - 19:45

Sin pelos en la lengua, Fabián Zaldivia recordó su pasado como delincuente juvenil que logró salir de ese círculo vicioso. “Me costó mucho reintegrarme a la sociedad, pero pude hacerlo. Hoy voy a la iglesia evangélica, hago changas de albañilería. Mi vida es del trabajo a la casa con mi pareja y mis tres hijos y de ahí a la iglesia. Mi pareja trabaja hoy en el COSE”.

“Conocí a Dios estando encerrado en el COSE –recordó en Cadena Tiempo-. Cuando era adolescente, tenía a mis amigos, tomaba, me drogaba, tenía problemas con la Policía y nunca nadie me ponía un freno. Mis padres me aconsejaron y nunca me mandaron a hacer nada malo. En casa éramos 10 hermanos, mi papá trabajaba de albañil y mi mamá se encargaba de nosotros, siempre tratando de darnos lo mejor. Mis dos hermanos mayores estuvieron en el COSE. Aunque tenía la contención de mi mamá, la decisión de salir a robar la toma uno por su cuenta”.

Datos

Con 17 años fue preso por un homicidio en una riña. “Pero hasta ese momento ya tenía más de 50 causas acumuladas por robo, amenaza de muerte, todo lo que uno se puede imaginar”.

Su primer delito fue un robo con un amigo. A los 12 ya empuñaba armas. “Hay gente que tiene todo y delinque, yo cuando robaba lo hacía para ayudar a mi mamá para que se le hagan más fáciles las cosas. La mayoría de las veces actué sin hacer daño a los demás. Iba con nervios por el miedo de caer preso. Mi papá no estaba nunca en la casa y cuando quiso poner un freno a mí y mis hermanos ya era demasiado tarde. Yo a los 12 años me manejaba como una persona de 18. Me sentía mal porque sabía que le iba a sacar algo a alguien. Después de robarle me arrepentía”.

Según Zaldivia, “encontraba la felicidad en la calle y los boliches, con la droga y el alcohol. Lideraba una banda, un grupo de amigos donde el que más resaltaba era yo. Hoy la mayoría están presos o muertos. A mí me salvó la iglesia”.

“Cuando salí del COSE después de dos años nadie hizo nada para contenerme, no hicieron ningún tipo de seguimiento cuando estaba en libertad, por eso muchos chicos salen y entran de la cárcel. Estuve tres meses afuera del COSE y volví a caer preso por un robo con arma, con la diferencia de que ahí ya tenía 19 años”.

“Vivís o morís”

Terminó en la Alcaidía. “Ahí adentro vivís o morís. Vi peleas y maltrato de la Policía, asimismo cuando estás con salidas transitorias te empiezan a buscar para que te mandes una cagada y te quedes adentro. Cuando salís de la Alcaidía o el IPP te creés Superman”.

Hace 12 años que no delinque. “Tener un hijo le puso un freno a esa vida que llevaba. Mi hijo sabe lo que hice. Le digo que no haga la misma vida, le aconsejo que estudie”.

“El barrio Moreira 3, donde vivo, es un lugar olvidado por la política hasta que hay elecciones. Andan muchos chicos en la calle, los fines de semana los ves en la puerta de la escuela tomando y drogándose”, graficó además Zaldivia.

“A los jóvenes les diría que no cometan errores por querer ser más que el otro. A las instituciones les diría que la persona que sale de la cárcel debe ser acompañada. A la Policía no sé que decirle, la pasé muy mal con ellos. Antes eran más bravos que ahora”, concluyó.#


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