Editorial / Entre la campaña y la gestión

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Ricardo y Gustavo Sastre, junto al gobernador, el viernes en la ciudad de Puerto Madryn.
26 NOV 2022 - 21:03 | Actualizado 26 NOV 2022 - 22:12

Aunque todavía no se sepa a ciencia cierta cuándo y cómo se va a votar en Chubut en 2023, de acá a las elecciones para recambiar al Gobierno provincial hay todavía un espacio de tiempo importante. Sin embargo, las principales fichas del tablero ya se están jugando y, por ahora, los consensos parecen estar lejos. Cada vez más lejos, según muchos analistas que ven cómo se agitan las aguas en el peronismo y la alianza Juntos por el Cambio, que a esta altura de la soireé ni siquiera saben si van a ir bajo un mismo paraguas.

En el peronismo se empiezan a marcar cada vez más las diferencias porque la tensa calma planteada en su momento por el vicegobernador Ricardo Sastre y el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, se rompió cuando el comodorense lanzó un spot de campaña por redes sociales. Desde entonces, las declaraciones de dirigentes, a un lado y al otro de los aspirantes, profundizaron las diferencias.

El vicegobernador ratificó en los últimos días que los consensos son importantes en esta etapa del peronismo, pero también dejó en claro que para él no es una opción ser segundo en una fórmula otra vez. “Lo que nosotros no vamos a hacer es sumarnos como furgón de cola en otro turno electoral. Ya lo hicimos en 2019, porque era necesario, pero entendemos que en 2023, después de ocho años de intendencia y cuatro de vicegobernador, tenemos la posibilidad de gobernar la Provincia”.

El otro que volvió a terciar en el tema es el gobernador Mariano Arcioni, que sigue dejando en claro que si alguna vez hubo disidencias con su vice, ahora marchan juntos a la par. Arcioni tiene muy aceitados sus contactos con el Gobierno nacional, no sólo con el ministro Sergio Massa, y sostiene en privado que desde la Casa Rosada no ven con buenos ojos que Luque se haya largado tan precipitadamente y sin red.

El gobernador quiere llegar a 2023 lo más ordenado posible, porque no sólo pretende dar una mano para que el peronismo y sus aliados ganen la gobernación, sino porque pretende jugar un rol activo, no sólo el de poseedor de la “lapicera”. De hecho, Arcioni quiere avanzar en el último año de su mandato con temas claves, como por ejemplo la cuestión energética.

En relación a este punto, la semana pasada, el senador cristinista Oscar Parrilli (FdT-Neuquén) presentó un proyecto para que el Estado nacional, a través de la empresa Enarsa, se asocie con las provincias para gerenciar las empresas hidroeléctricas actualmente concesionadas, cuyos contratos empiezan a vencer pronto.

El proyecto se refiere puntualmente a seis concesiones, de las cuales cinco están en Neuquen y una en Chubut. Se trata de la generadora Hidroeléctrica Futaleufú, cuyo contrato vence exactamente el 15 de junio de 2025. Arcioni pretende dejar armado un esquema para que la Provincia, gobierne quien gobierne, pueda usufructuar la energía que hoy monopoliza el actual concesionario de Futaleufú, el grupo Aluar.

En ese sentido, Arcioni tiene previsto darle un golpe de gracia al polémico proyecto de “Renta Hídrica”, que casualmente apoyan algunos sectores del peronismo, que hace poco recibieron el apoyo de un intendente de peso: el de Comodoro Rivadavia.

Chubut no necesita una casi miserable “renta hídrica”, sino ser un jugador de peso en la generación y manejo de un recurso estratégico. Tiene con qué, aunque muchos dirigentes pretendan hacerla jugar en ligas menores.

Enfrentados

El vicegobernador Sastre tuvo que dejar esta semana un poco de lado sus encuentros políticos y se dedicó a destrabar un tema que estuvo al borde de causarle un dolor de cabeza al Gobierno provincial, como lo era la adhesión a la nueva ley de ART, sancionada por el Congreso Nacional hace cinco años.

Se trata de la denominada “Ley de ART”, que entre otros cuestionamientos incluye que, por ejemplo, que los Trabajadores no puedan reclamar cerca de su domicilio y estén obligados a un engorroso procedimiento administrativo y sin la jurisdicción de sus jueces naturales, impidiéndoles el acceso inmediato a la Justicia laboral para exigir la protección de sus derechos. Además, aseguran, atentaría contra las Obras Sociales Sindicales, que no están pasando (como siempre), por su mejor momento financiero.

Cuando los diputados de Chubut estaban por aprobarla, el vicegobernador y presidente de la Legislatura se comunicó con los presidentes de los bloques en la labor parlamentaria y pidió quitar el proyecto del Orden del Día. Afuera, el clima estaba caldeado, no sólo por el calor que hacía a esa hora sino porque algunos gremios ya habían cortado la Ruta 3 en Puerto Madryn y amenazaban con llegar hasta Rawson.

Lo curioso es que la adhesión contaba con el apoyo explícito de algunos legisladores de extracción gremial, como los petroleros Carlos Gómez y Emiliano Mongilardi. Del otro lado, el Sindicato de la Alimentación (STIA), que lidera Luis Núñez, mandó a cortar la ruta y en declaraciones radiales les pegó duro a ambos legisladores, aunque el destinatario de los azotes era Jorge “Loma” Ávila, el líder los Petroleros Privados de Chubut, que mueve los hilos de estos dos legisladores. Algunos, sin pruebas pero tampoco sin dudas, creyeron ver detrás de esta disputa entre gremios la interna de candidatos en el peronismo.

Sastre volvió a mostrar “muñeca” para atajar los problemas y consiguió posponer el tratamiento de la ley para dar lugar a todos los sectores gremiales que quieran debatirla.

Gremios “Luquistas”

En medio de esta disputa, Luque consiguió una foto que buscaba: recibió a los principales referentes gremiales de la zona sur y todos dijeron que lo apoyarán en su camino hacia la gobernación. A la cita acudieron el petrolero “Loma” Ávila; el líder de los Petroleros Jerárquicos, José Lludgar; el de la UOCRA, Raúl “Conejo” Silva; el inextinguible mercantil José “Morcilla” González; y el camionero Jorge Taboada, que una semana antes se había sacado una foto con Sastre en un acto del gremio en Puerto Madryn. Traigan candidatos que fotos sobran.

El que tampoco faltó al encuentro fue el senador Carlos Linares, a esta altura una especie de promotor político de Luque que, al parecer, se olvida que todavía sigue siendo presidente del PJ. Consensos, prescindencia, imparcialidad y ser el presidente de todo el peronismo, no parecen ser actitudes y palabras que figuren en su accionar y vocabulario.#

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Ricardo y Gustavo Sastre, junto al gobernador, el viernes en la ciudad de Puerto Madryn.
26 NOV 2022 - 21:03

Aunque todavía no se sepa a ciencia cierta cuándo y cómo se va a votar en Chubut en 2023, de acá a las elecciones para recambiar al Gobierno provincial hay todavía un espacio de tiempo importante. Sin embargo, las principales fichas del tablero ya se están jugando y, por ahora, los consensos parecen estar lejos. Cada vez más lejos, según muchos analistas que ven cómo se agitan las aguas en el peronismo y la alianza Juntos por el Cambio, que a esta altura de la soireé ni siquiera saben si van a ir bajo un mismo paraguas.

En el peronismo se empiezan a marcar cada vez más las diferencias porque la tensa calma planteada en su momento por el vicegobernador Ricardo Sastre y el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, se rompió cuando el comodorense lanzó un spot de campaña por redes sociales. Desde entonces, las declaraciones de dirigentes, a un lado y al otro de los aspirantes, profundizaron las diferencias.

El vicegobernador ratificó en los últimos días que los consensos son importantes en esta etapa del peronismo, pero también dejó en claro que para él no es una opción ser segundo en una fórmula otra vez. “Lo que nosotros no vamos a hacer es sumarnos como furgón de cola en otro turno electoral. Ya lo hicimos en 2019, porque era necesario, pero entendemos que en 2023, después de ocho años de intendencia y cuatro de vicegobernador, tenemos la posibilidad de gobernar la Provincia”.

El otro que volvió a terciar en el tema es el gobernador Mariano Arcioni, que sigue dejando en claro que si alguna vez hubo disidencias con su vice, ahora marchan juntos a la par. Arcioni tiene muy aceitados sus contactos con el Gobierno nacional, no sólo con el ministro Sergio Massa, y sostiene en privado que desde la Casa Rosada no ven con buenos ojos que Luque se haya largado tan precipitadamente y sin red.

El gobernador quiere llegar a 2023 lo más ordenado posible, porque no sólo pretende dar una mano para que el peronismo y sus aliados ganen la gobernación, sino porque pretende jugar un rol activo, no sólo el de poseedor de la “lapicera”. De hecho, Arcioni quiere avanzar en el último año de su mandato con temas claves, como por ejemplo la cuestión energética.

En relación a este punto, la semana pasada, el senador cristinista Oscar Parrilli (FdT-Neuquén) presentó un proyecto para que el Estado nacional, a través de la empresa Enarsa, se asocie con las provincias para gerenciar las empresas hidroeléctricas actualmente concesionadas, cuyos contratos empiezan a vencer pronto.

El proyecto se refiere puntualmente a seis concesiones, de las cuales cinco están en Neuquen y una en Chubut. Se trata de la generadora Hidroeléctrica Futaleufú, cuyo contrato vence exactamente el 15 de junio de 2025. Arcioni pretende dejar armado un esquema para que la Provincia, gobierne quien gobierne, pueda usufructuar la energía que hoy monopoliza el actual concesionario de Futaleufú, el grupo Aluar.

En ese sentido, Arcioni tiene previsto darle un golpe de gracia al polémico proyecto de “Renta Hídrica”, que casualmente apoyan algunos sectores del peronismo, que hace poco recibieron el apoyo de un intendente de peso: el de Comodoro Rivadavia.

Chubut no necesita una casi miserable “renta hídrica”, sino ser un jugador de peso en la generación y manejo de un recurso estratégico. Tiene con qué, aunque muchos dirigentes pretendan hacerla jugar en ligas menores.

Enfrentados

El vicegobernador Sastre tuvo que dejar esta semana un poco de lado sus encuentros políticos y se dedicó a destrabar un tema que estuvo al borde de causarle un dolor de cabeza al Gobierno provincial, como lo era la adhesión a la nueva ley de ART, sancionada por el Congreso Nacional hace cinco años.

Se trata de la denominada “Ley de ART”, que entre otros cuestionamientos incluye que, por ejemplo, que los Trabajadores no puedan reclamar cerca de su domicilio y estén obligados a un engorroso procedimiento administrativo y sin la jurisdicción de sus jueces naturales, impidiéndoles el acceso inmediato a la Justicia laboral para exigir la protección de sus derechos. Además, aseguran, atentaría contra las Obras Sociales Sindicales, que no están pasando (como siempre), por su mejor momento financiero.

Cuando los diputados de Chubut estaban por aprobarla, el vicegobernador y presidente de la Legislatura se comunicó con los presidentes de los bloques en la labor parlamentaria y pidió quitar el proyecto del Orden del Día. Afuera, el clima estaba caldeado, no sólo por el calor que hacía a esa hora sino porque algunos gremios ya habían cortado la Ruta 3 en Puerto Madryn y amenazaban con llegar hasta Rawson.

Lo curioso es que la adhesión contaba con el apoyo explícito de algunos legisladores de extracción gremial, como los petroleros Carlos Gómez y Emiliano Mongilardi. Del otro lado, el Sindicato de la Alimentación (STIA), que lidera Luis Núñez, mandó a cortar la ruta y en declaraciones radiales les pegó duro a ambos legisladores, aunque el destinatario de los azotes era Jorge “Loma” Ávila, el líder los Petroleros Privados de Chubut, que mueve los hilos de estos dos legisladores. Algunos, sin pruebas pero tampoco sin dudas, creyeron ver detrás de esta disputa entre gremios la interna de candidatos en el peronismo.

Sastre volvió a mostrar “muñeca” para atajar los problemas y consiguió posponer el tratamiento de la ley para dar lugar a todos los sectores gremiales que quieran debatirla.

Gremios “Luquistas”

En medio de esta disputa, Luque consiguió una foto que buscaba: recibió a los principales referentes gremiales de la zona sur y todos dijeron que lo apoyarán en su camino hacia la gobernación. A la cita acudieron el petrolero “Loma” Ávila; el líder de los Petroleros Jerárquicos, José Lludgar; el de la UOCRA, Raúl “Conejo” Silva; el inextinguible mercantil José “Morcilla” González; y el camionero Jorge Taboada, que una semana antes se había sacado una foto con Sastre en un acto del gremio en Puerto Madryn. Traigan candidatos que fotos sobran.

El que tampoco faltó al encuentro fue el senador Carlos Linares, a esta altura una especie de promotor político de Luque que, al parecer, se olvida que todavía sigue siendo presidente del PJ. Consensos, prescindencia, imparcialidad y ser el presidente de todo el peronismo, no parecen ser actitudes y palabras que figuren en su accionar y vocabulario.#


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