“Estamos preparados para recortar parcialmente nuestra producción a principios del año próximo”, afirmó el vice primer ministro ruso, Alexander Novak en una entrevista con el canal de televisión Rossiya-24, según consignaron las agencias de noticias Bloomberg y AFP.
Novak precisó que los volúmenes a reducir representarían entre 5% y 6% de lo que Rusia actualmente produce.
“Vamos a tratar de encontrar algún terreno en común con nuestras contrapartes para prevenirlo, pero ahora mismo, preferimos tomar el riesgo de un recorte en la producción que apegarnos a la política de vender en línea con el límite (de precio)”, agregó el funcionario del Kremlin.
Si bien Novak afirmó que, en dicho rango, el recorte sería “insignificante”, el mismo podría agregarle más presión al mercado petrolero, en momentos en donde, según los analistas, es inminente un repunte de la demanda de China de la mano del levantamiento de sus restricciones sanitarias y de movilidad.
Novak, principal negociador representante de Moscú en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) y uno de los hombres claves del presidente Vladimir Putin en el área energética, reiteró que Rusia no le venderá petróleo a los países que impongan un techo en el valor de compra y señaló que los productores de su país ya redirigieron sus exportaciones a otros mercados que no imponen límites como Asia.
El techo de US$ 60 el barril establecido por las potencias occidentales con el objetivo de reducir el financiamiento militar ruso obtenido a través de sus exportaciones abarca al crudo transportado por vía marítima y no rige para el que llega por oleoducto a Hungría, República Checa y Eslovaquia.
Respecto al enviado por mar, se prohíbe además a las empresas proveer servicios cuando la carga no cumple el tope impuesto: esto incluye a las firmas aseguradoras que contratan los buques cisterna ante la posibilidad de un accidente y que en su gran mayoría (cerca de un 90%) están radicadas en países del G7, sobre todo de Europa.
En diálogo con periodistas, Putin advirtió ayer que firmará un decreto con “medidas preventivas” ante el techo el próximo lunes o martes, aunque no precisó de que se tratarán las mismas.
Según analistas, Rusia se tomará más tiempo para analizar el impacto de la medida occidental antes de establecer disposiciones como un piso al precio de venta de sus productores.
Hasta el momento Rusia resistió a las restricciones occidentales: según datos de la industria, en noviembre su producción diaria fue de 10,9 millones de barriles, un máximo en los últimos ocho meses.
El precio de referencia del crudo de los Urales, que exporta Rusia, cotiza por debajo del precio fijado como techo, minimizando la eficacia de la medida.
Pese a ello, las exportaciones de petróleo por mar en la primera semana de su vigencia, se redujeron en un 54% a 1,6 millones de barriles diarios, de acuerdo a datos de transporte y carga recopilados por Bloomberg.
“Estamos preparados para recortar parcialmente nuestra producción a principios del año próximo”, afirmó el vice primer ministro ruso, Alexander Novak en una entrevista con el canal de televisión Rossiya-24, según consignaron las agencias de noticias Bloomberg y AFP.
Novak precisó que los volúmenes a reducir representarían entre 5% y 6% de lo que Rusia actualmente produce.
“Vamos a tratar de encontrar algún terreno en común con nuestras contrapartes para prevenirlo, pero ahora mismo, preferimos tomar el riesgo de un recorte en la producción que apegarnos a la política de vender en línea con el límite (de precio)”, agregó el funcionario del Kremlin.
Si bien Novak afirmó que, en dicho rango, el recorte sería “insignificante”, el mismo podría agregarle más presión al mercado petrolero, en momentos en donde, según los analistas, es inminente un repunte de la demanda de China de la mano del levantamiento de sus restricciones sanitarias y de movilidad.
Novak, principal negociador representante de Moscú en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) y uno de los hombres claves del presidente Vladimir Putin en el área energética, reiteró que Rusia no le venderá petróleo a los países que impongan un techo en el valor de compra y señaló que los productores de su país ya redirigieron sus exportaciones a otros mercados que no imponen límites como Asia.
El techo de US$ 60 el barril establecido por las potencias occidentales con el objetivo de reducir el financiamiento militar ruso obtenido a través de sus exportaciones abarca al crudo transportado por vía marítima y no rige para el que llega por oleoducto a Hungría, República Checa y Eslovaquia.
Respecto al enviado por mar, se prohíbe además a las empresas proveer servicios cuando la carga no cumple el tope impuesto: esto incluye a las firmas aseguradoras que contratan los buques cisterna ante la posibilidad de un accidente y que en su gran mayoría (cerca de un 90%) están radicadas en países del G7, sobre todo de Europa.
En diálogo con periodistas, Putin advirtió ayer que firmará un decreto con “medidas preventivas” ante el techo el próximo lunes o martes, aunque no precisó de que se tratarán las mismas.
Según analistas, Rusia se tomará más tiempo para analizar el impacto de la medida occidental antes de establecer disposiciones como un piso al precio de venta de sus productores.
Hasta el momento Rusia resistió a las restricciones occidentales: según datos de la industria, en noviembre su producción diaria fue de 10,9 millones de barriles, un máximo en los últimos ocho meses.
El precio de referencia del crudo de los Urales, que exporta Rusia, cotiza por debajo del precio fijado como techo, minimizando la eficacia de la medida.
Pese a ello, las exportaciones de petróleo por mar en la primera semana de su vigencia, se redujeron en un 54% a 1,6 millones de barriles diarios, de acuerdo a datos de transporte y carga recopilados por Bloomberg.