El poderoso mensaje de la selección de Messi

29 MAR 2023 - 12:06 | Actualizado 29 MAR 2023 - 12:12

Por Esteban Gallo - Periodista Diario Jornada

Hay algo muy poderoso que provoca la Selección Argentina de Lionel Messi, que atraviesa lo estrictamente deportivo para transformarse en un fenómeno social y cultural extraordinario.

Es la armonización de una serie de factores externos al deporte los que explican la formidable felicidad que los campeones del mundo les regalaron a los 40 millones de personas que habitamos el suelo argentino, y a los varios de millones más desperdigados a lo largo y ancho del planeta.


(Columna presentada en el programa radial "Mañana G" que se emite en Cadena Tiempo de lunes a viernes de 7 a 9.30hs.)

Es difícil describir con palabras el nivel de efervescencia que se generó la semana pasada en “el Monumental” y anoche en Santiago del Estero.

Los que tenemos más de 50 años y tuvimos la suerte de celebrar otros dos mundiales, sospechábamos lo que podría traer aparejado una nueva conquista, pero no imaginábamos lo hermoso que sería, ver festejar a nuestros hijos, sobrinos o nietos.

En términos de expectativas, ningún jugador argentino pudo dimensionar la alegría que le iban a regalar al pueblo argentino.

Claramente, es una cuestión de identificación. Y no se trata solamente de resultados, ni de un estilo de jugar al fútbol, sino con una manera de sentir la camiseta y con una actitud de entrega y de coraje extraordinaria.

Miren lo valiente que será Messi que no solo se sobrepuso a las peores derrotas sino también a una corriente de hostilidad de un sector del periodismo y de muchos argentinos que durante años profirieron críticas y reclamos injustos. Lo mismo cabe para Ángel Di María, otro ejemplo enorme de superación y de resiliencia.

Pero, además, fluyen los valores que se han transformado en la marca registrada de los campeones del mundo. Lo explicó muy bien “Cachito” Vigil cuando planteó que todo el mundo se fija en el resultado final pero no el recorrido. El resultado es una consecuencia. Es la consecuencia de haber cultivado y practicado valores como el esfuerzo, la convicción, la humildad.

En el mismo nivel ponemos a Lionel Scaloni. Criticado, infravalorado, menospreciado. Hoy, reconocido por su capacidad estratégica, su temperamento ganador y la gran virtud de armar un grupo compacto y poderoso.

El equipo de Scaloni realza el sentimiento de equipo de una manera espectacular. Hay un líder que manda fuera de la cancha, claramente, y hay otro líder que, conduce desde adentro, pero cada integrante del plantel cumple un papel fundamental y el equipo es lo más importante de todo. Debiéramos tomarlo como una lección de vida. Y como una gran oportunidad para consolidar una identidad que ponga a lo colectivo por encima de lo individual.

Dolina lo explica genial en Las Crónicas del Ángel Gris cuando dice: “Uno juega mejor con sus amigos. Un equipo de hombres y mujeres que se quieren y se respetan es invencible”. Eso es la Selección Argentina. Un grupo de amigos que se quieren y se respetan.

Y como el fútbol es como la vida misma hay un mensaje del equipo de Messi a todos los argentinos, que volvió a transmitirse hace una semana atrás y anoche en Santiago del Estero.

A los hombres y mujeres de este país golpeado, vapuleado y dividido le vendría muy bien entender que todos somos parte de un mismo equipo, y que, si cada uno pudiera aportar sus fortalezas y sus talentos, y jugáramos respetándonos y queriéndonos, también seriamos invencibles.

Es la gran lección que nos han dado los campeones del mundo.

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29 MAR 2023 - 12:06

Por Esteban Gallo - Periodista Diario Jornada

Hay algo muy poderoso que provoca la Selección Argentina de Lionel Messi, que atraviesa lo estrictamente deportivo para transformarse en un fenómeno social y cultural extraordinario.

Es la armonización de una serie de factores externos al deporte los que explican la formidable felicidad que los campeones del mundo les regalaron a los 40 millones de personas que habitamos el suelo argentino, y a los varios de millones más desperdigados a lo largo y ancho del planeta.


(Columna presentada en el programa radial "Mañana G" que se emite en Cadena Tiempo de lunes a viernes de 7 a 9.30hs.)

Es difícil describir con palabras el nivel de efervescencia que se generó la semana pasada en “el Monumental” y anoche en Santiago del Estero.

Los que tenemos más de 50 años y tuvimos la suerte de celebrar otros dos mundiales, sospechábamos lo que podría traer aparejado una nueva conquista, pero no imaginábamos lo hermoso que sería, ver festejar a nuestros hijos, sobrinos o nietos.

En términos de expectativas, ningún jugador argentino pudo dimensionar la alegría que le iban a regalar al pueblo argentino.

Claramente, es una cuestión de identificación. Y no se trata solamente de resultados, ni de un estilo de jugar al fútbol, sino con una manera de sentir la camiseta y con una actitud de entrega y de coraje extraordinaria.

Miren lo valiente que será Messi que no solo se sobrepuso a las peores derrotas sino también a una corriente de hostilidad de un sector del periodismo y de muchos argentinos que durante años profirieron críticas y reclamos injustos. Lo mismo cabe para Ángel Di María, otro ejemplo enorme de superación y de resiliencia.

Pero, además, fluyen los valores que se han transformado en la marca registrada de los campeones del mundo. Lo explicó muy bien “Cachito” Vigil cuando planteó que todo el mundo se fija en el resultado final pero no el recorrido. El resultado es una consecuencia. Es la consecuencia de haber cultivado y practicado valores como el esfuerzo, la convicción, la humildad.

En el mismo nivel ponemos a Lionel Scaloni. Criticado, infravalorado, menospreciado. Hoy, reconocido por su capacidad estratégica, su temperamento ganador y la gran virtud de armar un grupo compacto y poderoso.

El equipo de Scaloni realza el sentimiento de equipo de una manera espectacular. Hay un líder que manda fuera de la cancha, claramente, y hay otro líder que, conduce desde adentro, pero cada integrante del plantel cumple un papel fundamental y el equipo es lo más importante de todo. Debiéramos tomarlo como una lección de vida. Y como una gran oportunidad para consolidar una identidad que ponga a lo colectivo por encima de lo individual.

Dolina lo explica genial en Las Crónicas del Ángel Gris cuando dice: “Uno juega mejor con sus amigos. Un equipo de hombres y mujeres que se quieren y se respetan es invencible”. Eso es la Selección Argentina. Un grupo de amigos que se quieren y se respetan.

Y como el fútbol es como la vida misma hay un mensaje del equipo de Messi a todos los argentinos, que volvió a transmitirse hace una semana atrás y anoche en Santiago del Estero.

A los hombres y mujeres de este país golpeado, vapuleado y dividido le vendría muy bien entender que todos somos parte de un mismo equipo, y que, si cada uno pudiera aportar sus fortalezas y sus talentos, y jugáramos respetándonos y queriéndonos, también seriamos invencibles.

Es la gran lección que nos han dado los campeones del mundo.


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