Por Lorena Leeming / @loreleeming
A mí su historia me encanta, es muy linda. Por eso queremos darla a conocer”. Así empezó la entrevista Fernando, quien junto a Natalia son padres de Luan, el niño trans más pequeño de la Argentina que logró (a los 4 años y medio) obtener su DNI con el sexo que se autopercibe y no con el que le fue asignado al nacer (niña). Son de Remedios de Escalada (Buenos Aires) y desde allí contaron su historia. Sus rostros reflejan la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de ser felices con la decisión que en algún momento les dio (como a cualquier padre) un poco de miedo e incertidumbre pero que el amor y el acompañamiento todo lo pudo. “Lu siempre fue Lu y desde los 2 años habló muy fluido. Yo soy un nene, siempre nos dijo. Siempre se nombró en masculino”. El viernes pasado, hizo un año que obtuvo el DNI con su identidad autopercibida.
El camino de Natalia y Fernando no fue fácil. Pero tampoco hicieron que las cosas sean más pesadas. Son padres que comprenden todo y el escudo fundamental es la unión, la comprensión y el acompañamiento más allá del género o la autopercepción. Se les nota, lo transmiten. Su único objetivo es que Luan sea un nene feliz y que la sociedad no le haga atravesar momentos amargos. Fernando estuvo toda la entrevista con Jornada sonriendo y asintiendo las palabras de su pareja con la que caminaron juntos este proceso. Él siente mucho orgullo por su pequeño y lo repite todo el tiempo. “Lo hablamos mucho desde siempre. Desde que empezamos a difundirlo. Lo primero era cuidar a Lu. Si empezamos con notas y hablar y dar a conocer la historia es porque a mí me encanta, su historia es muy linda entre tantas feas que se conocen. La de él vale la pena por lo linda que es. Es importante que la gente conozca que existen las niñeces trans . Nosotros al principio estábamos perdidos. Si alguien lee esta nota le va a quedar algo de lo que decimos y si le toca en su familia pasarlo, ya lo habrá escuchado y podrá ir a informarse”, expresó.
Natalia cayó en la coincidencia que tiene Luan con Luana , la primera nena trans también en obtener su DNI. Aclaró que no tuvo el gusto de hablar con Gabriela, (la mamá de la pequeña) pero que sí está en contacto con su entorno y con referentes. “Mis palabras a las familias de niñeces es escucharlos. Despojarse de esas miradas respecto a que las voces de los niños no tienen lugar. No son cosas de chicos, hay que oírlos. No solo en el caso de la diversidad de género. Si dicen algo , es porque algo están pasando”, subrayó.
Nati y Fernando coinciden en todo. Cuando uno habla, el otro realiza una señal de aprobación. “Lu, siempre fue Lu. Desde que empezó a hablar a los 2 años siempre habló muy fuido y desde un primer momento se nombró masculino .Es todo un combo. No es solo decir que las primeras señales que dan las niñeces es no nombrarse, no reconocerse con el género que se les asignó. Era que él diga: “yo soy un chico” y demostrarlo con sus conductas , con sus intereses, con su lenguaje corporal, con las dudas que presentaba. Se identificaba como un varón . El decía que iba a ser papá. Si vas a un baño público quería ir al de los nenes. Al principio nos hacía ruido, veíamos que algo pasaba. Las primeras cosas que me extrañaban eran por ejemplo, que le hagas una colita en el pelo, ponerle de ropa un vestido y que me diga que no. Su manera de hablar. No sabíamos que existían las niñeces trans. En nuestra ignorancia pensábamos que iba a ser lesbiana. Dábamos por hecho eso. Fue un proceso. No es de un día para el otro. Fue un proceso respetuoso porque el que fue marcando los ritmos de los cambios que iba a ir dando fue él”, sostuvo Nati.
Niñeces trans
Y agregó: “ La primera vez que nos hablaron de las niñeces trans fue a través de la fundación “Transformando familias” que llegamos a raíz que nos plantó y nos dijo: yo soy un chico. ¿No ves que hablo como un chico?. Esa noche le empiezo a mostrar imágenes para que me mostrara con qué se identificaba. Ahí entendimos que él se sentía varón. Buscamos asesoramiento. Siempre buscamos asesoramiento, que nos guiaran. Ya habíamos hecho consultas con psicólogos para que nos orientaran como manejar la situación. No eso de buscar curar a mi hijo porque se autopercibe varón. Siempre fue ayuda y herramientas”, agregó.
El nombre
El tema de decidir qué nombre llevar fue otra etapa. “El nombre anterior nunca lo registró ni lo aprendió a escribir” confirmó Fernando. “Le decíamos que podía decirnos cómo se sentía: si Luli niña o Luli niño. Fue en las vacaciones que se relajó mucho y sacó a la luz lo que le pasaba. Se explayó. Le dijimos que cuando quiera elegir su nombre lo puede hacer. Me pidió un nombre de chico. Lo elegimos entre todos. Buscamos que fuera con “Lu” para que el diminutivo sea como el anterior y el papá dijo que le encantaba Luan. Y siempre buscó la aprobación de su papá , creo que por eso estuvo de acuerdo. Luego nos dimos cuenta que es parecido a Luana, que significa León , me encantó también”, sostuvo la mamá de Luan.
“El más pequeño”
“Si si. El es el más pequeño del país en obtener su DNI. Había un nene antes pero ya tenía 5 años. Lu menos. Nos preguntaron si tenemos miedo que se arrepienta. Y obviamente ante las decisiones que se vayan tomando, y ante lo desconocido, vamos aprendiendo. Tengo 42 años y nací en una sociedad totalmente distinta, todo es nuevo” afirmó Natalia con una sonrisa. Advirtieron al respecto que “nosotros somos de la generación post-dictadura. Lo primero que se nos cruzó con la palabra trans fue: ya está, no lo invitan más a un cumpleaños, lo dejan de lado nos van a odiar. Luego vas a ver que la sociedad es distinta. Nosotros fuimos tocados por la varita por el entorno que nos tocó. Cuando pasa el tiempo y ves un nene sano, querido, alegre. Cuando se dio el tema de DNI nos dio miedo, cuando cambió su imagen también, cuando quiera hormonizarse también nos dará miedo pero es natural”, resaltó.
Indicaron además que “tuvimos mucha suerte porque Lu no ha tenido comentarios. Sí a la hermana que tuvo comentarios feos para con su hermano. La escuela nos respondió bien. En el jardín muy bien. Estoy sufriendo por el tema de los baños en primaria. La cuestión es que siempre haya un docente para asegurar su integridad física. Falta capacitación. Cuando llegamos con el tema era desconocido. La ley de Identidad de Género se debería saber cómo aplicarse y nos tocó explicarla en Educación y Salud”.
El cambio llegará. La gente ya será más tolerante alguna vez o respetará al prójimo un poco más pero aún falta mucho. La resistencia y los ideales de cada persona aún navegan por grandes grietas donde muchas veces la agresión y la desaprobación hacia el otro es hiriente. “A 11 años de la ley de identidad de género aún hay gente que la desconoce. No mala predisposición pero sí tener que llevar la Ley. La reciben muy bien, la aplican pero es desconocida. Hay cosas que fueron mas simples”.
La mujer dio ejemplos simples. “Cuando tiene que ir a un otorrino u otro médico, pido por favor que se trate de un profesional joven, que lo entienda. No lo tendría que aclarar. Escuché de médicos que hay echado de sus consultorios a mamás con sus hijos. Yo ya estoy alerta a esas cosas y me voy manejando. Hay familias que dicen que los psicólogos no recomiendan a sus hijos juntarse con ellos. Estamos en 2023, no puede ser”, concluyó como reflexión.#
Por Lorena Leeming / @loreleeming
A mí su historia me encanta, es muy linda. Por eso queremos darla a conocer”. Así empezó la entrevista Fernando, quien junto a Natalia son padres de Luan, el niño trans más pequeño de la Argentina que logró (a los 4 años y medio) obtener su DNI con el sexo que se autopercibe y no con el que le fue asignado al nacer (niña). Son de Remedios de Escalada (Buenos Aires) y desde allí contaron su historia. Sus rostros reflejan la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de ser felices con la decisión que en algún momento les dio (como a cualquier padre) un poco de miedo e incertidumbre pero que el amor y el acompañamiento todo lo pudo. “Lu siempre fue Lu y desde los 2 años habló muy fluido. Yo soy un nene, siempre nos dijo. Siempre se nombró en masculino”. El viernes pasado, hizo un año que obtuvo el DNI con su identidad autopercibida.
El camino de Natalia y Fernando no fue fácil. Pero tampoco hicieron que las cosas sean más pesadas. Son padres que comprenden todo y el escudo fundamental es la unión, la comprensión y el acompañamiento más allá del género o la autopercepción. Se les nota, lo transmiten. Su único objetivo es que Luan sea un nene feliz y que la sociedad no le haga atravesar momentos amargos. Fernando estuvo toda la entrevista con Jornada sonriendo y asintiendo las palabras de su pareja con la que caminaron juntos este proceso. Él siente mucho orgullo por su pequeño y lo repite todo el tiempo. “Lo hablamos mucho desde siempre. Desde que empezamos a difundirlo. Lo primero era cuidar a Lu. Si empezamos con notas y hablar y dar a conocer la historia es porque a mí me encanta, su historia es muy linda entre tantas feas que se conocen. La de él vale la pena por lo linda que es. Es importante que la gente conozca que existen las niñeces trans . Nosotros al principio estábamos perdidos. Si alguien lee esta nota le va a quedar algo de lo que decimos y si le toca en su familia pasarlo, ya lo habrá escuchado y podrá ir a informarse”, expresó.
Natalia cayó en la coincidencia que tiene Luan con Luana , la primera nena trans también en obtener su DNI. Aclaró que no tuvo el gusto de hablar con Gabriela, (la mamá de la pequeña) pero que sí está en contacto con su entorno y con referentes. “Mis palabras a las familias de niñeces es escucharlos. Despojarse de esas miradas respecto a que las voces de los niños no tienen lugar. No son cosas de chicos, hay que oírlos. No solo en el caso de la diversidad de género. Si dicen algo , es porque algo están pasando”, subrayó.
Nati y Fernando coinciden en todo. Cuando uno habla, el otro realiza una señal de aprobación. “Lu, siempre fue Lu. Desde que empezó a hablar a los 2 años siempre habló muy fuido y desde un primer momento se nombró masculino .Es todo un combo. No es solo decir que las primeras señales que dan las niñeces es no nombrarse, no reconocerse con el género que se les asignó. Era que él diga: “yo soy un chico” y demostrarlo con sus conductas , con sus intereses, con su lenguaje corporal, con las dudas que presentaba. Se identificaba como un varón . El decía que iba a ser papá. Si vas a un baño público quería ir al de los nenes. Al principio nos hacía ruido, veíamos que algo pasaba. Las primeras cosas que me extrañaban eran por ejemplo, que le hagas una colita en el pelo, ponerle de ropa un vestido y que me diga que no. Su manera de hablar. No sabíamos que existían las niñeces trans. En nuestra ignorancia pensábamos que iba a ser lesbiana. Dábamos por hecho eso. Fue un proceso. No es de un día para el otro. Fue un proceso respetuoso porque el que fue marcando los ritmos de los cambios que iba a ir dando fue él”, sostuvo Nati.
Niñeces trans
Y agregó: “ La primera vez que nos hablaron de las niñeces trans fue a través de la fundación “Transformando familias” que llegamos a raíz que nos plantó y nos dijo: yo soy un chico. ¿No ves que hablo como un chico?. Esa noche le empiezo a mostrar imágenes para que me mostrara con qué se identificaba. Ahí entendimos que él se sentía varón. Buscamos asesoramiento. Siempre buscamos asesoramiento, que nos guiaran. Ya habíamos hecho consultas con psicólogos para que nos orientaran como manejar la situación. No eso de buscar curar a mi hijo porque se autopercibe varón. Siempre fue ayuda y herramientas”, agregó.
El nombre
El tema de decidir qué nombre llevar fue otra etapa. “El nombre anterior nunca lo registró ni lo aprendió a escribir” confirmó Fernando. “Le decíamos que podía decirnos cómo se sentía: si Luli niña o Luli niño. Fue en las vacaciones que se relajó mucho y sacó a la luz lo que le pasaba. Se explayó. Le dijimos que cuando quiera elegir su nombre lo puede hacer. Me pidió un nombre de chico. Lo elegimos entre todos. Buscamos que fuera con “Lu” para que el diminutivo sea como el anterior y el papá dijo que le encantaba Luan. Y siempre buscó la aprobación de su papá , creo que por eso estuvo de acuerdo. Luego nos dimos cuenta que es parecido a Luana, que significa León , me encantó también”, sostuvo la mamá de Luan.
“El más pequeño”
“Si si. El es el más pequeño del país en obtener su DNI. Había un nene antes pero ya tenía 5 años. Lu menos. Nos preguntaron si tenemos miedo que se arrepienta. Y obviamente ante las decisiones que se vayan tomando, y ante lo desconocido, vamos aprendiendo. Tengo 42 años y nací en una sociedad totalmente distinta, todo es nuevo” afirmó Natalia con una sonrisa. Advirtieron al respecto que “nosotros somos de la generación post-dictadura. Lo primero que se nos cruzó con la palabra trans fue: ya está, no lo invitan más a un cumpleaños, lo dejan de lado nos van a odiar. Luego vas a ver que la sociedad es distinta. Nosotros fuimos tocados por la varita por el entorno que nos tocó. Cuando pasa el tiempo y ves un nene sano, querido, alegre. Cuando se dio el tema de DNI nos dio miedo, cuando cambió su imagen también, cuando quiera hormonizarse también nos dará miedo pero es natural”, resaltó.
Indicaron además que “tuvimos mucha suerte porque Lu no ha tenido comentarios. Sí a la hermana que tuvo comentarios feos para con su hermano. La escuela nos respondió bien. En el jardín muy bien. Estoy sufriendo por el tema de los baños en primaria. La cuestión es que siempre haya un docente para asegurar su integridad física. Falta capacitación. Cuando llegamos con el tema era desconocido. La ley de Identidad de Género se debería saber cómo aplicarse y nos tocó explicarla en Educación y Salud”.
El cambio llegará. La gente ya será más tolerante alguna vez o respetará al prójimo un poco más pero aún falta mucho. La resistencia y los ideales de cada persona aún navegan por grandes grietas donde muchas veces la agresión y la desaprobación hacia el otro es hiriente. “A 11 años de la ley de identidad de género aún hay gente que la desconoce. No mala predisposición pero sí tener que llevar la Ley. La reciben muy bien, la aplican pero es desconocida. Hay cosas que fueron mas simples”.
La mujer dio ejemplos simples. “Cuando tiene que ir a un otorrino u otro médico, pido por favor que se trate de un profesional joven, que lo entienda. No lo tendría que aclarar. Escuché de médicos que hay echado de sus consultorios a mamás con sus hijos. Yo ya estoy alerta a esas cosas y me voy manejando. Hay familias que dicen que los psicólogos no recomiendan a sus hijos juntarse con ellos. Estamos en 2023, no puede ser”, concluyó como reflexión.#