Niños y niñas de cuatro y cinco años terminaron abajo de los pupitres al escuchar diparos en puerta de un jardín de infantes de Comodoro Rivadavia.
Las docentes pensaron que se trataba de un atentado y les ordenaron a todos que se arrojaran al suelo.
Las detonaciones sonaron a las 11.15 horas, cuando los alumnos estaban en las aulas de la Escuela de Nivel Inicial426 del barrio San Martín.
Fueron momentos de pánico y desesperación. "Te voy a matar, me las voy a cobrar", se escuchaba afuera en la calle.
Nadie sabía qué estaba pasando. Por un instante, los hombres atinaron a refugiarse en el jardín pero enseguida salieron corriendo. En ese momento, los patrulleros empezaban a caer con las sirenas.
Todo ocurrió en unafracción de segundo.Docentes y alumnos oyeron varias detonaciones.Los presentes quedaron petrificados.
El primero se encontraba parado sobre la calle Huergo y el otro lo increpaba, como si estuviera midiéndolo, desde la calle Los Naranjos.
Al asomarse por la ventana, testigos vieron a un hombre delgado, bajo, con remera bordó, jeans y visera negra, que desafiaba a su oponente parado del otro lado de la calle.
Según fuentes policiales, el segundo, que había amenazado al otro con que "iba a cobrar", desenfundó una pistola que llevaba en la cintura y le tiró "cuatro o cinco veces".
Las balas pasaron cerca: quedaron abolladuras en las paredes y en un auto de una maestra.Ninguna de las personas que estaban en el jardín resultó herida.
Ahora, buscan a los sospechosos que habrían escapado en un auto.
Niños y niñas de cuatro y cinco años terminaron abajo de los pupitres al escuchar diparos en puerta de un jardín de infantes de Comodoro Rivadavia.
Las docentes pensaron que se trataba de un atentado y les ordenaron a todos que se arrojaran al suelo.
Las detonaciones sonaron a las 11.15 horas, cuando los alumnos estaban en las aulas de la Escuela de Nivel Inicial426 del barrio San Martín.
Fueron momentos de pánico y desesperación. "Te voy a matar, me las voy a cobrar", se escuchaba afuera en la calle.
Nadie sabía qué estaba pasando. Por un instante, los hombres atinaron a refugiarse en el jardín pero enseguida salieron corriendo. En ese momento, los patrulleros empezaban a caer con las sirenas.
Todo ocurrió en unafracción de segundo.Docentes y alumnos oyeron varias detonaciones.Los presentes quedaron petrificados.
El primero se encontraba parado sobre la calle Huergo y el otro lo increpaba, como si estuviera midiéndolo, desde la calle Los Naranjos.
Al asomarse por la ventana, testigos vieron a un hombre delgado, bajo, con remera bordó, jeans y visera negra, que desafiaba a su oponente parado del otro lado de la calle.
Según fuentes policiales, el segundo, que había amenazado al otro con que "iba a cobrar", desenfundó una pistola que llevaba en la cintura y le tiró "cuatro o cinco veces".
Las balas pasaron cerca: quedaron abolladuras en las paredes y en un auto de una maestra.Ninguna de las personas que estaban en el jardín resultó herida.
Ahora, buscan a los sospechosos que habrían escapado en un auto.