Una mujer tuvo sexo con un espíritu durante 20 años: cortaron cuando le vio la cara
Entre las inusuales historias que se cuentan días tras día, una mujer reveló que durante 20 años estuvo enamorada de un espíritu con quien, además, según ella, hasta llegó a tener relaciones sexuales mientras dormía.
Paola Flórez es colombiana y, en diálogo con el medio local Sin Carreta, contó que la increíble historia comenzó de joven, aunque al principio fue muy extraño para ella.
“Un día estaba acostada, cuando sentí como una mano desde los pies hasta que subió a mi pecho”, dijo. “Se me hizo raro me asusté. Desde ese momento empezó a venir como un espíritu a tener sexo conmigo”, relató.
Según precisó Paola, el ente la visitaba cada noche y era él quien empezaba el acto sexual. Además, hasta describió cómo era físicamente. “Era un hombre muy grande, pero el día que le alcancé a ver el rostro tenía el rostro de una gárgola y como colmillos”, especificó.
Sin embargo, tras haber conocido su cara por primera vez, la colombiana aseguró que desde ese momento no quiso volver a tener ningún tipo de contacto con el ente porque le había dado miedo. “La última vez que le vi el rostro fue que yo ya no quise”, finalizó.
Paola Flórez es colombiana y, en diálogo con el medio local Sin Carreta, contó que la increíble historia comenzó de joven, aunque al principio fue muy extraño para ella.
“Un día estaba acostada, cuando sentí como una mano desde los pies hasta que subió a mi pecho”, dijo. “Se me hizo raro me asusté. Desde ese momento empezó a venir como un espíritu a tener sexo conmigo”, relató.
Según precisó Paola, el ente la visitaba cada noche y era él quien empezaba el acto sexual. Además, hasta describió cómo era físicamente. “Era un hombre muy grande, pero el día que le alcancé a ver el rostro tenía el rostro de una gárgola y como colmillos”, especificó.
Sin embargo, tras haber conocido su cara por primera vez, la colombiana aseguró que desde ese momento no quiso volver a tener ningún tipo de contacto con el ente porque le había dado miedo. “La última vez que le vi el rostro fue que yo ya no quise”, finalizó.